24/02/2016, 17:03
(Última modificación: 24/02/2016, 17:06 por Uchiha Akame.)
Anzu observó con fijeza cómo su ahora oponente se ponía en pie y empezaba a calentar. Ella ya estaba en posición, dando pequeños saltitos de vez en cuando para no enfriarse, y sin quitar la mirada del chico. A cada segundo que pasaba, una sensación se iba apoderando de ella; era una mezcla de nervios, anticipación y entusiasmo. Era lo que sentía antes de cada entrenamiento, de cada combate y de cada vez que conseguía dominar una nueva técnica. Poco a poco, se iba familiarizando con aquella sensación... Pero, en ese momento, todavía era un torbellino de emociones que no alcanzaba a comprender y mucho menos a controlar.
—Bien… Imagina que soy un criminal al cual tienes que capturar vivo y en condiciones de ser interrogado —el chico estiró un poco más y se puso en posición de combate—. Puedes comenzar cuando quieras.
La Yotsuki sintió el impulso de salir a correr hacia él y golpearle en el rostro con todas sus fuerzas. No soportaba el aire de superioridad que exhibía aquel gennin, y estaba decidida a hacerle cambiar de opinión -aunque fuese a puñetazos-. Sin embargo, se contuvo, quizás porque la atenta mirada de su maestro tuvo algún tipo de mística influencia en su poco templado caracter. Para, quieta, no seas impulsiva. Primero observa a tu oponente... ¿Por qué ha dejado la espada junto al fuego?
En efecto, Kazuma no llevaba encima su aparentemente preciada arma. La chica se fijó además en que llevaba una especie de shuriken plegable, mucho más grande que uno normal, colgado del cinturón. Debe ser fuerte si es capaz de lanzar esa jodida cosa. Lo mejor será tantear el terreno...
Casi al trote, Anzu recortó distancias con su oponente hasta estar a rango de cuerpo a cuerpo. No avanzaba corriendo de forma imprudente, sino que daba pequeños saltitos, hacia delante y a los lados. No quería ofrecer un blanco estático ni demasiado obvio en caso de que Kazuma decidiera tomar la ofensiva. Cuando estuvo lo bastante cerca, amagó un puñetazo directo al rostro de su rival con intención de confundirle. Seguidamente dio un paso lateral e intentó colocarse en el flanco izquierdo. Una vez allí, trataría de golpearle con un gancho a la mandíbula, y seguidamente hacerle caer con una patada baja, directa a las pantorrillas.
Estado
Inventario
—Bien… Imagina que soy un criminal al cual tienes que capturar vivo y en condiciones de ser interrogado —el chico estiró un poco más y se puso en posición de combate—. Puedes comenzar cuando quieras.
La Yotsuki sintió el impulso de salir a correr hacia él y golpearle en el rostro con todas sus fuerzas. No soportaba el aire de superioridad que exhibía aquel gennin, y estaba decidida a hacerle cambiar de opinión -aunque fuese a puñetazos-. Sin embargo, se contuvo, quizás porque la atenta mirada de su maestro tuvo algún tipo de mística influencia en su poco templado caracter. Para, quieta, no seas impulsiva. Primero observa a tu oponente... ¿Por qué ha dejado la espada junto al fuego?
En efecto, Kazuma no llevaba encima su aparentemente preciada arma. La chica se fijó además en que llevaba una especie de shuriken plegable, mucho más grande que uno normal, colgado del cinturón. Debe ser fuerte si es capaz de lanzar esa jodida cosa. Lo mejor será tantear el terreno...
Casi al trote, Anzu recortó distancias con su oponente hasta estar a rango de cuerpo a cuerpo. No avanzaba corriendo de forma imprudente, sino que daba pequeños saltitos, hacia delante y a los lados. No quería ofrecer un blanco estático ni demasiado obvio en caso de que Kazuma decidiera tomar la ofensiva. Cuando estuvo lo bastante cerca, amagó un puñetazo directo al rostro de su rival con intención de confundirle. Seguidamente dio un paso lateral e intentó colocarse en el flanco izquierdo. Una vez allí, trataría de golpearle con un gancho a la mandíbula, y seguidamente hacerle caer con una patada baja, directa a las pantorrillas.
Estado
- PV: –
120/120
- CK: –
90/90
Inventario
- Bandana de Takigakure (brazo derecho)
- Portaobjetos básico (cinturón)
- Kunai x2