24/02/2016, 20:08
Había recibido ya la carta del torneo y tenía que viajar cuantos antes. La ubicación era un poco lejos y quería llegar a tiempo pero todavía podía darse el lujo de pasar una última tarde gastando un poco de su dinero por la ciudad. Un recorrido antes de partir. Dejó su mochila con las cosas preparadas y miró por la ventana mirando el clima. No sabía ya por qué lo hacía si siempre estaba lloviendo pero igualmente el miraba día tras día.
Era un día frío, después de todo estaban en invierno, y Karamaru salió con su ya habitual túnica negra pero sin sombrero. Algún tenía que mojarse un poco su calva. Cerró la puerta a sus espaldas y se dirigió a la gran urbe embarrando un poco las suelas de sus alpargatas gastadas.
«Supongo que tengo merecido un poco de diversión entre tanto entrenamiento. Después de todo, la rutina aburre y hay veces que hay que cambiar.
Su mente trataba de buscar una excusa para no estar entrenando en esos momentos y solamente se mentía a si misma. Karamaru viva para entrenar y mejorarse a si mismo, si había tiempo libre, se entrenaba y si no también. Pero un poco de diversión no le hacen mal a nadie.
Entro en las calles de Amegakure con sus edificios altos y cubiertos de luces que poco se parecían a su pequeña cabaña y caminó viendo a la gente pasar. Curiosamente, a pesar del frío y la lluvia, había más gente que de lo normal en la ciudad. Sin embargo, antes de pasar de compras y diversión fue a un edificio solamente para agarrar un poco de nostalgia.
El Torreón de la Academia frente a él, parado y con la vista en alto, le recordaba esos día en el templo. Sus compañeros que actualmente estarían vaya a saber uno donde. Su abuelo, su maestro, su familia, todo le venía a la mente cuando veía su antigua escuela. Muchas veces pasaba por ese lugar solamente para sentir nostalgia, como si le agradase recordar. Pero al poco tiempo se aburría, igual que como pasaba en ese momento.
Se alejó del lugar y se internó en pleno Distrito Comercial con incluso más luces que las zonas anteriores y comenzó a ver tiendas y tiendas abarrotadas de gente. Se acercó a un pequeño local vacío, compro un poco de comida para ir comiendo mientras recorría, y con la mayor paz del mundo bajo la lluvia veía a la gente cruzarse en su camino. Trataba de encontrar algún donde jugar a algo, algún tipo de casino o parecido, pero como nunca había ido a algún de ese estilo poca información tenía sobre ellos.
Era un día frío, después de todo estaban en invierno, y Karamaru salió con su ya habitual túnica negra pero sin sombrero. Algún tenía que mojarse un poco su calva. Cerró la puerta a sus espaldas y se dirigió a la gran urbe embarrando un poco las suelas de sus alpargatas gastadas.
«Supongo que tengo merecido un poco de diversión entre tanto entrenamiento. Después de todo, la rutina aburre y hay veces que hay que cambiar.
Su mente trataba de buscar una excusa para no estar entrenando en esos momentos y solamente se mentía a si misma. Karamaru viva para entrenar y mejorarse a si mismo, si había tiempo libre, se entrenaba y si no también. Pero un poco de diversión no le hacen mal a nadie.
Entro en las calles de Amegakure con sus edificios altos y cubiertos de luces que poco se parecían a su pequeña cabaña y caminó viendo a la gente pasar. Curiosamente, a pesar del frío y la lluvia, había más gente que de lo normal en la ciudad. Sin embargo, antes de pasar de compras y diversión fue a un edificio solamente para agarrar un poco de nostalgia.
El Torreón de la Academia frente a él, parado y con la vista en alto, le recordaba esos día en el templo. Sus compañeros que actualmente estarían vaya a saber uno donde. Su abuelo, su maestro, su familia, todo le venía a la mente cuando veía su antigua escuela. Muchas veces pasaba por ese lugar solamente para sentir nostalgia, como si le agradase recordar. Pero al poco tiempo se aburría, igual que como pasaba en ese momento.
Se alejó del lugar y se internó en pleno Distrito Comercial con incluso más luces que las zonas anteriores y comenzó a ver tiendas y tiendas abarrotadas de gente. Se acercó a un pequeño local vacío, compro un poco de comida para ir comiendo mientras recorría, y con la mayor paz del mundo bajo la lluvia veía a la gente cruzarse en su camino. Trataba de encontrar algún donde jugar a algo, algún tipo de casino o parecido, pero como nunca había ido a algún de ese estilo poca información tenía sobre ellos.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘