26/02/2016, 18:40
Tal y como Riko sospechaba, los habitantes de Amegakure estaban ya acostumbrados de sobra a las inclemencias del tiempo, realmente, algo lógico si no conocían nada más que la lluvia. Lo que el pelinegro no sabía, ni si quiera sospechaba, era que los habitantes de dicha villa no enfermaban a causa del frío y la lluvia, ni un simple catarro.
''Vaya, eso es una gran ventaja viviendo en un sitio así seguro que yo estaría siempre enfermo...'' Pensó el muchacho con cara de circunstancias.
Una vez el camarero anotó el pedido de los jóvenes, éste al ir a darse la vuelta, tropezó con la silla de Katomi, desplazándola ligeramente, y rápidamente, y de forma muy exagerada el chico se disculpó con ella.
''Menos mal que esta vez no llevaba nada en la bandeja, si no lo habría tirado todo seguro.'' Recapacitó el ojiazul divertido.
Una vez el camarero se marchó Riko siguió haciendo preguntas y respondiendo las que su acompañante le planteaba, mientras ella jugueteaba con un mechón de pelo.
—Bueno, escondí la bandana al llegar a la ciudad, ya que había escuchado muchas tontería acerca de que en esta urbe odian a los shinobis y cosas parecidas. Soy genin de Amegakure.—
Riko quedó un momento pensativo, no había oído nada de que en Tanzaku Gai se odiara a los shinobis, y aunque así fuera, tampoco le importaba en exceso.
— Bueno, eso son rumores, y aunque fueran ciertos, no tenemos nada que temer, no creo que nadie nos fuera a intentar hacer algo, y aunque así fuera, sabemos defendernos, ¿no? — Respondió el rastas con una sonrisa en la cara y un tono algo chulesco.
''Vaya, eso es una gran ventaja viviendo en un sitio así seguro que yo estaría siempre enfermo...'' Pensó el muchacho con cara de circunstancias.
Una vez el camarero anotó el pedido de los jóvenes, éste al ir a darse la vuelta, tropezó con la silla de Katomi, desplazándola ligeramente, y rápidamente, y de forma muy exagerada el chico se disculpó con ella.
''Menos mal que esta vez no llevaba nada en la bandeja, si no lo habría tirado todo seguro.'' Recapacitó el ojiazul divertido.
Una vez el camarero se marchó Riko siguió haciendo preguntas y respondiendo las que su acompañante le planteaba, mientras ella jugueteaba con un mechón de pelo.
—Bueno, escondí la bandana al llegar a la ciudad, ya que había escuchado muchas tontería acerca de que en esta urbe odian a los shinobis y cosas parecidas. Soy genin de Amegakure.—
Riko quedó un momento pensativo, no había oído nada de que en Tanzaku Gai se odiara a los shinobis, y aunque así fuera, tampoco le importaba en exceso.
— Bueno, eso son rumores, y aunque fueran ciertos, no tenemos nada que temer, no creo que nadie nos fuera a intentar hacer algo, y aunque así fuera, sabemos defendernos, ¿no? — Respondió el rastas con una sonrisa en la cara y un tono algo chulesco.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»