26/02/2016, 23:05
—Técnicamente no somos compañeros y ha dejado en claro que no piensa igual que yo. Si es por mi que se quede y haga las cosas como quiera.
El sacerdote se quedó mirando, serio, a la kunoichi. Aquella pareja de ninjas no era del todo solidaria el uno con el otro, y eso parecía no gustarle. Cuando Noemi se alejó unos pasos y les preguntó si preferían esperar a Karamaru o seguirla, Hiromi optó por hablarle con franqueza. Al fin y al cabo, era lo correcto.
—Me sorprende la actitud que estáis tomando —señaló, con el ceño fruncido—. Creo en la competencia, en el estímulo de superación que produce la rivalidad, pero en un caso como éste… —negó con la cabeza—. En un caso como éste, el compañerismo es más importante. Es la manera correcta de hacer las cosas.
Yoshi asintió con ahínco, aunque sin atreverse a decir nada. Ni siquiera le habría dado tiempo, pues justo en aquel momento salió Karamaru.
—Supongo que deberíamos hablar —dijo el shinobi—, tengo una consulta que hacer. Pero mejor vámonos de aquí, la posada tendrá un clima más agradable que este destructor exterior.
El shinobi pasó al lado de la kunoichi sin dirigirle siquiera una triste mirada, siendo el primero en encabezar la vuelta a la posada.
—Me parece que esos dos se gustan —murmuró Yoshi por lo bajo, de modo que sólo Hiromi pudo oírle.
El sacerdote soltó una carcajada. Por unos instantes, las arrugas de preocupación y estrés desaparecieron, dejando tan solo la cara de un hombre amable, incluso risueño. Como ninguno de los dos quería permanecer ante aquel frío durante más tiempo, siguieron a Karamaru hacia la posada.
Entonces habló Noemi, interesándose por la clientela del posadero. Por el nivel de alcoholismo de ésta, más bien. El semblante de Hiromi volvió a cubrirse de su habitual máscara de reprobación y censura, pero aquella vez optó por no decir nada.
—Bueno… —Yoshi soltó una risita nerviosa—. ¿Quién no haya tomado ninguna copita alguna vez que tire la primera piedra, eh? Jeje…. Además, un buen vaso de sake para espantar este puñetero frío es mano de santo, te lo digo yo. Pero respondiendo a tu pregunta… —añadió, al darse cuenta que se estaba yendo por las ramas—. No. En este pueblo somos todos muy decentes. Aunque es cierto que Arashi últimamente bebe un poco más de lo que le convendría… ¿Pero quién puede culparle? Si mi mujer me abandonase y tuviese que irme de casa… ¡Hasta yo me daría al alcohol!
—Pero eso no quiere decir que él sea el asesino —intervino el sacerdote.
—Oh, no… No, no. ¡Claro que no! ¿Arashi? —Yoshi movió a un lado y a otro la cabeza—. Nadie mejor que yo conoce a ese hombre. Se calienta un poco con la bebida, es cierto. Y siempre fue un poco problemático… ¿Pero matar a alguien? No. No, no. Para nada.
—Así que eran amantes… —repitió Datsue, que por primera vez veía un hilo del que tirar en aquel caso—. Pero lo llevaban en secreto, ¿o algo así?
Teniendo en cuenta que vivían en un pueblo, donde todo el mundo sabía de todo el mundo, intentar llevar una relación en secreto no era una tarea fácil. Pero quizá sí excitante, aventuró el Uchiha.
—Algo así, dice… —Yumiko puso los ojos en blanco—. No te enteras de nada, chico. —Aquellas palabras le sentaron como una bofetada. ¿Quién demonios se creía aquella tipeja para hablarle así?—. Emiko está casada, todavía a día de hoy, con Arashi. ¿Cómo no iban a llevarlo en secreto?
—¡Ah! —exclamó Datsue, dándose con la base del puño en la palma de la mano—. Oh… —logró articular, al darse cuenta del significado de aquellas palabras—. Entonces le estaba siendo infiel… —dijo, haciendo gala de ese talento innato que tienen algunos hombres para evidenciar lo obvio.
El sacerdote se quedó mirando, serio, a la kunoichi. Aquella pareja de ninjas no era del todo solidaria el uno con el otro, y eso parecía no gustarle. Cuando Noemi se alejó unos pasos y les preguntó si preferían esperar a Karamaru o seguirla, Hiromi optó por hablarle con franqueza. Al fin y al cabo, era lo correcto.
—Me sorprende la actitud que estáis tomando —señaló, con el ceño fruncido—. Creo en la competencia, en el estímulo de superación que produce la rivalidad, pero en un caso como éste… —negó con la cabeza—. En un caso como éste, el compañerismo es más importante. Es la manera correcta de hacer las cosas.
Yoshi asintió con ahínco, aunque sin atreverse a decir nada. Ni siquiera le habría dado tiempo, pues justo en aquel momento salió Karamaru.
—Supongo que deberíamos hablar —dijo el shinobi—, tengo una consulta que hacer. Pero mejor vámonos de aquí, la posada tendrá un clima más agradable que este destructor exterior.
El shinobi pasó al lado de la kunoichi sin dirigirle siquiera una triste mirada, siendo el primero en encabezar la vuelta a la posada.
—Me parece que esos dos se gustan —murmuró Yoshi por lo bajo, de modo que sólo Hiromi pudo oírle.
El sacerdote soltó una carcajada. Por unos instantes, las arrugas de preocupación y estrés desaparecieron, dejando tan solo la cara de un hombre amable, incluso risueño. Como ninguno de los dos quería permanecer ante aquel frío durante más tiempo, siguieron a Karamaru hacia la posada.
Entonces habló Noemi, interesándose por la clientela del posadero. Por el nivel de alcoholismo de ésta, más bien. El semblante de Hiromi volvió a cubrirse de su habitual máscara de reprobación y censura, pero aquella vez optó por no decir nada.
—Bueno… —Yoshi soltó una risita nerviosa—. ¿Quién no haya tomado ninguna copita alguna vez que tire la primera piedra, eh? Jeje…. Además, un buen vaso de sake para espantar este puñetero frío es mano de santo, te lo digo yo. Pero respondiendo a tu pregunta… —añadió, al darse cuenta que se estaba yendo por las ramas—. No. En este pueblo somos todos muy decentes. Aunque es cierto que Arashi últimamente bebe un poco más de lo que le convendría… ¿Pero quién puede culparle? Si mi mujer me abandonase y tuviese que irme de casa… ¡Hasta yo me daría al alcohol!
—Pero eso no quiere decir que él sea el asesino —intervino el sacerdote.
—Oh, no… No, no. ¡Claro que no! ¿Arashi? —Yoshi movió a un lado y a otro la cabeza—. Nadie mejor que yo conoce a ese hombre. Se calienta un poco con la bebida, es cierto. Y siempre fue un poco problemático… ¿Pero matar a alguien? No. No, no. Para nada.
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—Así que eran amantes… —repitió Datsue, que por primera vez veía un hilo del que tirar en aquel caso—. Pero lo llevaban en secreto, ¿o algo así?
Teniendo en cuenta que vivían en un pueblo, donde todo el mundo sabía de todo el mundo, intentar llevar una relación en secreto no era una tarea fácil. Pero quizá sí excitante, aventuró el Uchiha.
—Algo así, dice… —Yumiko puso los ojos en blanco—. No te enteras de nada, chico. —Aquellas palabras le sentaron como una bofetada. ¿Quién demonios se creía aquella tipeja para hablarle así?—. Emiko está casada, todavía a día de hoy, con Arashi. ¿Cómo no iban a llevarlo en secreto?
—¡Ah! —exclamó Datsue, dándose con la base del puño en la palma de la mano—. Oh… —logró articular, al darse cuenta del significado de aquellas palabras—. Entonces le estaba siendo infiel… —dijo, haciendo gala de ese talento innato que tienen algunos hombres para evidenciar lo obvio.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado