27/02/2016, 04:39
Finalmente, tras una pequeña caminata que se les hizo eterna por el gélido viento que soplaba contra ellos, alcanzaron a ver la posada, cuyo interior seguía irradiando la misma luz que cuando se fueron.
Sin embargo, Hiromi se detuvo. A la derecha del camino estaba su casa, la casa más próxima a la posada de todo el pueblo. Y también la más grande.
—Aquí se detiene mi camino —informó Hiromi—. Mañana me espera un día duro. Nos espera un día duro a todos —se corrigió—. Hay que preparar el cuerpo, la ceremonia de entierro, el banquete… —Suspiró—. Espero que permitáis que un hombre viejo como yo se tome un pequeño descanso. Buenas noches.
Y casi sin dejar tiempo a una réplica, dio media vuelta para entrar en su hogar.
—Gran deducción —dijo Yumiko, con cierta sorna.
Las mejillas de Datsue se encendieron. Había dicho una obviedad, tenía que admitirlo, pero aquella mujer estaba empezando a caerle realmente mal. Estaba compitiendo casi a la misma altura que el de ojos de koala, el cual llevaba un buen rato callado. De hecho, desde que mencionaron la infidelidad no ha vuelto a abrir la boca.
—Lo sé —dijo, como si no hubiese captado la ironía de la posadera—. ¿Y ese tal Arashi sabía de la infidelidad?
Yumiko y Aiko se miraron. Luego Aiko se encogió de hombros.
—Supongo que sí. Quiero decir, era un secreto a voces. ¿Por qué Arashi habría vuelto sino a su antigua casa, hace como un mes?
—Porque era un borracho empedernido, ¿quizá? —le rebatió Yumiko—. No sé cómo Emiko decidió casarse con semejante… —se quedó unos segundos cortada, como si no encontrase una palabra adecuada para definirlo—, ser. Lo que me extraña es que no le hubiese echado de casa en todo este tiempo.
—Pero piénsalo, Yumiko —respondió, tozuda—. Si Arashi descubrió su infidelidad, y hasta un ciego borracho como él lo descubriría, explicaría la muerte de Ryoma. ¡Tuvo que ser él! ¡Por celos!
Yumiko negó con la cabeza, sin dar el brazo a torcer.
—¡¿Ese hombre?! ¡¿Matar a Ryoma?! ¡Ja! Se cagaría en los pantalones de sólo pensarlo.
Datsue escuchaba con atención a las dos mujeres. Desde luego, estaban siendo una fuente de información valiosísima. Y Arashi, por mucho que la posadera dijese, se acababa de convertir en su principal sospechoso.
—¿Y dónde vive ese tal Arashi, si se puede saber?
Yumiko señaló una casa en dirección opuesta al hogar de Ryoma. Directamente, estaba en la otra punta del mapa. Al igual que había hecho con las demás, apuntó su nombre.
—Es el hombre con el que te cruzaste al entrar —apuntó Yumiko.
Sin embargo, Hiromi se detuvo. A la derecha del camino estaba su casa, la casa más próxima a la posada de todo el pueblo. Y también la más grande.
—Aquí se detiene mi camino —informó Hiromi—. Mañana me espera un día duro. Nos espera un día duro a todos —se corrigió—. Hay que preparar el cuerpo, la ceremonia de entierro, el banquete… —Suspiró—. Espero que permitáis que un hombre viejo como yo se tome un pequeño descanso. Buenas noches.
Y casi sin dejar tiempo a una réplica, dio media vuelta para entrar en su hogar.
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—Gran deducción —dijo Yumiko, con cierta sorna.
Las mejillas de Datsue se encendieron. Había dicho una obviedad, tenía que admitirlo, pero aquella mujer estaba empezando a caerle realmente mal. Estaba compitiendo casi a la misma altura que el de ojos de koala, el cual llevaba un buen rato callado. De hecho, desde que mencionaron la infidelidad no ha vuelto a abrir la boca.
—Lo sé —dijo, como si no hubiese captado la ironía de la posadera—. ¿Y ese tal Arashi sabía de la infidelidad?
Yumiko y Aiko se miraron. Luego Aiko se encogió de hombros.
—Supongo que sí. Quiero decir, era un secreto a voces. ¿Por qué Arashi habría vuelto sino a su antigua casa, hace como un mes?
—Porque era un borracho empedernido, ¿quizá? —le rebatió Yumiko—. No sé cómo Emiko decidió casarse con semejante… —se quedó unos segundos cortada, como si no encontrase una palabra adecuada para definirlo—, ser. Lo que me extraña es que no le hubiese echado de casa en todo este tiempo.
—Pero piénsalo, Yumiko —respondió, tozuda—. Si Arashi descubrió su infidelidad, y hasta un ciego borracho como él lo descubriría, explicaría la muerte de Ryoma. ¡Tuvo que ser él! ¡Por celos!
Yumiko negó con la cabeza, sin dar el brazo a torcer.
—¡¿Ese hombre?! ¡¿Matar a Ryoma?! ¡Ja! Se cagaría en los pantalones de sólo pensarlo.
Datsue escuchaba con atención a las dos mujeres. Desde luego, estaban siendo una fuente de información valiosísima. Y Arashi, por mucho que la posadera dijese, se acababa de convertir en su principal sospechoso.
—¿Y dónde vive ese tal Arashi, si se puede saber?
Yumiko señaló una casa en dirección opuesta al hogar de Ryoma. Directamente, estaba en la otra punta del mapa. Al igual que había hecho con las demás, apuntó su nombre.
—Es el hombre con el que te cruzaste al entrar —apuntó Yumiko.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado