27/02/2016, 14:13
Rápido como el viento, o bien habían tirado algo cerca de nosotros, o bien alguien había bajado, pero fue lo suficiente para que la kunoichi subiese la mirada para ver qué era, la curiosidad, más que nada. Tanto Yota como ella fijaron su mirada ante el desconocido no tan desconocido que se alzaba frente a ellos, un hombre que, por cierto, era bastante alto y bastante conocido para la huérfana.
-Esto... ¿Qué está pasando aquí?-
-¡Toyo-sensei! - Dijo emocionada apartándose del pelirrojo menor, pero al ver su mirada reprochadora, ella misma viajó sus ojos al suelo, claramente avergonzada, lo peor es que no sentía haber hecho algo malo, al contrario, estaba muy feliz.
- Eso es precisamente lo que me gustaría que me contaseis - Ignorada por completo, Toyo, molesto, les preguntó a ambos.-¿Se puede saber que es lo que tenéis en la maldita cabeza? ¿Qué queréis? ¿Desatar la ira de Shiona-sama? ¿Convertiros en la vergüenza de la aldea? Por qué si eso es lo que queréis debo decir que lo estáis logrando. Estáis aquí para demostrar vuestra valía, vuestras dotes en el combate, ¡La gente no quiere ver abracitos y besitos! Por suerte estaba yo viendo el combate para salvaros el culo. Os diré lo que va a pasar a partir de ahora, vais a volver al centro del campo de combate y vais a realizar el mejor combate de vuestra vida; vais a dejar a la gente boquiabierta hasta que uno de los dos gane, ¿Ha quedado lo bastante claro?-
Hinchó el moflete al escucharle, él tenía una idea bastante diferente a la suya sobre el mejor combate de vuestra vida, ''Estúpido sensei'' Resonó en su mente mientras el mayor se giraba a encararla, ¡mierda! Ahora le tocaba a ella sola, estúpido Yota, ¡seguro que Toyo venía únicamente porque era su sensei! Estúpido Yota por dos, él no tenía un sensei como él.
-Y tu, pequeñaja... ¡¿Acaso no te he enseñado nada durante todo este tiempo?!- Hinchó el moflete restante mientras le sacaba la lengua, claramente no se lo tomaba en serio, si no... Bueno, la verdad es que se veía dando vueltas al rededor de la academia a la vuelta de Uzushiogakure. Miró de soslayo al Sasagani, que andaba mirándolos boquiabierto, quizás... Dar vueltas al rededor de la academia era un pensamiento bastante atractivo y valdría la pena después de de lo sucedido aquel día.
-¡Sí, claro! Me has enseñado a vestirme de muchas formas, y de cuidar mi pelo... - comenzó a enumerar con sus dedos, con suerte, en voz más baja para que solo la escuchasen los presentes en la arena. -Pero no te preocupes, ¡sabes que siempre te hago caso sensei! - Sin embargo su comenzado discurso se fue eclipsado por la voz del medio arácnido.
-No sé quien eres pero la verdad me importa un bledo, ¿Si luchamos acabaremos con esta maldita farsa de una vez?-
-Solo hasta que uno de los dos gane-
Le pasaron el relevo a ella con la mirada, ambos con los ojos puestos en ella, jade y carmesí sobre esmeralda. Y sonrió con una de sus mejores sonrisas, de esas que podía derretir el más frío témpano de hielo.
-Bueno, tomemoslo como un entrenamiento - Claramente era medio mentira, porque el público estaba ansioso por ver drama y sangre, pero sobre todo aquello último. Caracacas sanguinarios, ¡ni si quiera respetaban que fueran de su misma villa! Se mordió el labio y mientras movía su mano para decirle adiós a su sensei, se encaminó tirando del pelirrojo menor por su mano derecha para ir al medio del campo.
Paso a paso llegaron allí, y lo soltó, colocándose frente a él. No quiso ni subirse a su cilindro asignado, prefería estar a su altura, lo más bajo posible, entonces buscó su mirada de nuevo, para terminar el discurso y comenzar a lo que había venido para después, quizás, invitarle a unos dulces, ¡eso siempre ayudaba! -Yota-niichan... No me hagas mucho daño, ¿nee? - Pidió mientras guiñaba su ojo izquierdo -Es bromi... Pero... Solo espero que de esto no saquemos un mal recuerdo, te tengo demasiado aprecio como para que suceda... - susurró mientras se mordía el labio inferior, luego negó y volvió a pintar una sonrisa en su cara. Llevó el puño izquierdo hacia delante, esperando a que el chico hiciera lo propio contra el suyo. -¡Que sea un combate justo y sin trampas!
El tiempo comenzaba a correr, ya era tiempo para terminar lo que había venido a hacer.
-Esto... ¿Qué está pasando aquí?-
-¡Toyo-sensei! - Dijo emocionada apartándose del pelirrojo menor, pero al ver su mirada reprochadora, ella misma viajó sus ojos al suelo, claramente avergonzada, lo peor es que no sentía haber hecho algo malo, al contrario, estaba muy feliz.
- Eso es precisamente lo que me gustaría que me contaseis - Ignorada por completo, Toyo, molesto, les preguntó a ambos.-¿Se puede saber que es lo que tenéis en la maldita cabeza? ¿Qué queréis? ¿Desatar la ira de Shiona-sama? ¿Convertiros en la vergüenza de la aldea? Por qué si eso es lo que queréis debo decir que lo estáis logrando. Estáis aquí para demostrar vuestra valía, vuestras dotes en el combate, ¡La gente no quiere ver abracitos y besitos! Por suerte estaba yo viendo el combate para salvaros el culo. Os diré lo que va a pasar a partir de ahora, vais a volver al centro del campo de combate y vais a realizar el mejor combate de vuestra vida; vais a dejar a la gente boquiabierta hasta que uno de los dos gane, ¿Ha quedado lo bastante claro?-
Hinchó el moflete al escucharle, él tenía una idea bastante diferente a la suya sobre el mejor combate de vuestra vida, ''Estúpido sensei'' Resonó en su mente mientras el mayor se giraba a encararla, ¡mierda! Ahora le tocaba a ella sola, estúpido Yota, ¡seguro que Toyo venía únicamente porque era su sensei! Estúpido Yota por dos, él no tenía un sensei como él.
-Y tu, pequeñaja... ¡¿Acaso no te he enseñado nada durante todo este tiempo?!- Hinchó el moflete restante mientras le sacaba la lengua, claramente no se lo tomaba en serio, si no... Bueno, la verdad es que se veía dando vueltas al rededor de la academia a la vuelta de Uzushiogakure. Miró de soslayo al Sasagani, que andaba mirándolos boquiabierto, quizás... Dar vueltas al rededor de la academia era un pensamiento bastante atractivo y valdría la pena después de de lo sucedido aquel día.
-¡Sí, claro! Me has enseñado a vestirme de muchas formas, y de cuidar mi pelo... - comenzó a enumerar con sus dedos, con suerte, en voz más baja para que solo la escuchasen los presentes en la arena. -Pero no te preocupes, ¡sabes que siempre te hago caso sensei! - Sin embargo su comenzado discurso se fue eclipsado por la voz del medio arácnido.
-No sé quien eres pero la verdad me importa un bledo, ¿Si luchamos acabaremos con esta maldita farsa de una vez?-
-Solo hasta que uno de los dos gane-
Le pasaron el relevo a ella con la mirada, ambos con los ojos puestos en ella, jade y carmesí sobre esmeralda. Y sonrió con una de sus mejores sonrisas, de esas que podía derretir el más frío témpano de hielo.
-Bueno, tomemoslo como un entrenamiento - Claramente era medio mentira, porque el público estaba ansioso por ver drama y sangre, pero sobre todo aquello último. Caracacas sanguinarios, ¡ni si quiera respetaban que fueran de su misma villa! Se mordió el labio y mientras movía su mano para decirle adiós a su sensei, se encaminó tirando del pelirrojo menor por su mano derecha para ir al medio del campo.
Paso a paso llegaron allí, y lo soltó, colocándose frente a él. No quiso ni subirse a su cilindro asignado, prefería estar a su altura, lo más bajo posible, entonces buscó su mirada de nuevo, para terminar el discurso y comenzar a lo que había venido para después, quizás, invitarle a unos dulces, ¡eso siempre ayudaba! -Yota-niichan... No me hagas mucho daño, ¿nee? - Pidió mientras guiñaba su ojo izquierdo -Es bromi... Pero... Solo espero que de esto no saquemos un mal recuerdo, te tengo demasiado aprecio como para que suceda... - susurró mientras se mordía el labio inferior, luego negó y volvió a pintar una sonrisa en su cara. Llevó el puño izquierdo hacia delante, esperando a que el chico hiciera lo propio contra el suyo. -¡Que sea un combate justo y sin trampas!
El tiempo comenzaba a correr, ya era tiempo para terminar lo que había venido a hacer.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)