28/02/2016, 01:23
Días atrás, habría pensado que algo le ocurría Ayame, que no era la misma. Lo había llegado a pensar, de hecho, porque el rostro de la muchacha era como un retrato de su estado anímico. Pero quizás su propio dolor le impedía sentir el de los demás, aunque sólo fuese por un día. La voz de la kunoichi estaba apagada. Era como si alguien, simplemente, hubiese pulsado un interruptor y la hubiese desprovisto de su brillo habitual. Daruu lo interpretó en aquella ocasión como lo que le solía pasar: que no se creía capaz de lograrlo.
—Lucharé y... daré todo de mí... Yo... Ahora... Debo marcharme. Espero que te mejores pronto, Daruu-san y...
Sólo entonces notó algo que le hizo sospechar. No era habitual en ella. Estaba ocultando algo.
Pero no quería pensar en ello. Ahora quería...
—No...
—Lo siento.
«No...»
Antes de que pudiera repetirlo, Ayame se había dado media vuelta y salido de la habitación. Y Daruu se quedó allí, con la mano levantada, hacia la puerta abierta de par en par. No porque quería saber que le pasaba, no porque tenía curiosidad por lo que ocultaba, sino porque quería estar con ella.
Se había dado cuenta, quizás demasiado tarde, que aunque la presencia de Ayame era tenue y templada, siempre aportaba algo de luz y calor.
...como un rayo de sol que queda cuando cierras la persiana, y te recuerda que más allá de tus cuatro paredes hace un día precioso.
—Lucharé y... daré todo de mí... Yo... Ahora... Debo marcharme. Espero que te mejores pronto, Daruu-san y...
Sólo entonces notó algo que le hizo sospechar. No era habitual en ella. Estaba ocultando algo.
Pero no quería pensar en ello. Ahora quería...
—No...
—Lo siento.
«No...»
Antes de que pudiera repetirlo, Ayame se había dado media vuelta y salido de la habitación. Y Daruu se quedó allí, con la mano levantada, hacia la puerta abierta de par en par. No porque quería saber que le pasaba, no porque tenía curiosidad por lo que ocultaba, sino porque quería estar con ella.
Se había dado cuenta, quizás demasiado tarde, que aunque la presencia de Ayame era tenue y templada, siempre aportaba algo de luz y calor.
...como un rayo de sol que queda cuando cierras la persiana, y te recuerda que más allá de tus cuatro paredes hace un día precioso.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)