29/02/2016, 04:33
Que más daba lo que hiciera el calvo, Noemi ya se encontraba disfrutando de la calidez que le brindaba aquella posada incluso sin tener un abrigo encima, aunque mejor la pasaría dentro de la cama de su habitación o molestando un poco a Datsue que parecía a gusto siendo abrazado por ella. Pero claro, no podía permanecer así por siempre y para siempre y por ende simplemente se devolvió a su habitación que seguía exactamente igual a como la había dejado.
A estas alturas ya se encontraba sentada sobre la cama mientras se cepillaba el cabello y seguía intentando hilar un poco esa información que tenía, ya a la mañana siguiente se dedicaría a interrogar a los posaderos. ~Tengo que contarle todo lo que vi a Datsue… Y supongo que el borracho será el primer sospechoso si es que Yoshi no mintió sobre la bebida, además los conflictos que Hiromi se negó a comentar. ~Demasiadas cosas dando vueltas y muy poco tiempo, bah, tiempo había y demasiado por lo menos para los shinobis, la cosa estaba en evitar más homicidios.
Cualquier tipo de pensamiento en la mente de la rubia se desvaneció al escuchar esos golpes a la puerta y la voz de su compañero, cosa que al instante le sacó una sonrisa. —Ven. —Le dijo en lo que guardaba el cepillo en su portaobjetos y se echaba un poco más atrás en la cama para luego separar levemente sus piernas y tantear el espacio que había dejado libre indicándole al chico que se debía de sentar allí. La idea era abrazarle como hace rato una vez que tomase asiento, así ambos mantendrían la temperatura corporal teóricamente.
—Bien Datsu… Espero que estés cómodo porque vamos a estar un buen rato así. —Le dijo ya jugando con un mechón de su cabello. —La idea es atrapar a un asesino, ya he ido a casa de Ryoma, la víctima y lo único que he encontrado es que lo han matado con algún arma de filo y que le tenían demasiado rencor, suficiente para marcarle una bonita sonrisa de oreja a oreja con un corte. —Explicaba la kunoichi echándose levemente hacia atrás con ambos brazos extendidos hacia atrás para que le sirvieran de soporte en lo que explicaba. —La puerta la han abierto a golpes según vi en el picaporte y además, el viejo sacerdote Hiromi no va a cooperar con nosotros, prefiere quedarse callado a decir nada en contra de alguien. Y en total habrán unos treinta y seis habitantes en este pueblo. Como extra le pedí al sacerdote que se encargara de hacer que todos sepan que estaré dando vueltas buscando al asesino. —Si Datsue pretendía hablar o algo se tendría que esperar a que ella terminase, después de todo no había dado ni tiempo entre una frase y otra para que dijera nada. —Mañana pensaba hablar un poco con los de la posada, a ver si saben si Ryoma ha tenido algún conflicto con alguien, de momento solamente puedo sospechar de Hiromi y Arashi, el único que se le da por embriagarse según dijo el posadero. —Ahora si, había terminado con todo. ~¿Qué habrá estado hablando con las otras mujeres...? ~Se cuestionaba la rubia en absoluto silencio, a la espera de lo que el Uchiha pudiera llegar a hacer o decir.
A estas alturas ya se encontraba sentada sobre la cama mientras se cepillaba el cabello y seguía intentando hilar un poco esa información que tenía, ya a la mañana siguiente se dedicaría a interrogar a los posaderos. ~Tengo que contarle todo lo que vi a Datsue… Y supongo que el borracho será el primer sospechoso si es que Yoshi no mintió sobre la bebida, además los conflictos que Hiromi se negó a comentar. ~Demasiadas cosas dando vueltas y muy poco tiempo, bah, tiempo había y demasiado por lo menos para los shinobis, la cosa estaba en evitar más homicidios.
Cualquier tipo de pensamiento en la mente de la rubia se desvaneció al escuchar esos golpes a la puerta y la voz de su compañero, cosa que al instante le sacó una sonrisa. —Ven. —Le dijo en lo que guardaba el cepillo en su portaobjetos y se echaba un poco más atrás en la cama para luego separar levemente sus piernas y tantear el espacio que había dejado libre indicándole al chico que se debía de sentar allí. La idea era abrazarle como hace rato una vez que tomase asiento, así ambos mantendrían la temperatura corporal teóricamente.
—Bien Datsu… Espero que estés cómodo porque vamos a estar un buen rato así. —Le dijo ya jugando con un mechón de su cabello. —La idea es atrapar a un asesino, ya he ido a casa de Ryoma, la víctima y lo único que he encontrado es que lo han matado con algún arma de filo y que le tenían demasiado rencor, suficiente para marcarle una bonita sonrisa de oreja a oreja con un corte. —Explicaba la kunoichi echándose levemente hacia atrás con ambos brazos extendidos hacia atrás para que le sirvieran de soporte en lo que explicaba. —La puerta la han abierto a golpes según vi en el picaporte y además, el viejo sacerdote Hiromi no va a cooperar con nosotros, prefiere quedarse callado a decir nada en contra de alguien. Y en total habrán unos treinta y seis habitantes en este pueblo. Como extra le pedí al sacerdote que se encargara de hacer que todos sepan que estaré dando vueltas buscando al asesino. —Si Datsue pretendía hablar o algo se tendría que esperar a que ella terminase, después de todo no había dado ni tiempo entre una frase y otra para que dijera nada. —Mañana pensaba hablar un poco con los de la posada, a ver si saben si Ryoma ha tenido algún conflicto con alguien, de momento solamente puedo sospechar de Hiromi y Arashi, el único que se le da por embriagarse según dijo el posadero. —Ahora si, había terminado con todo. ~¿Qué habrá estado hablando con las otras mujeres...? ~Se cuestionaba la rubia en absoluto silencio, a la espera de lo que el Uchiha pudiera llegar a hacer o decir.