29/02/2016, 12:37
La genin de Ame no era tan confiada como el pelinegro, cosa que, dependiendo de la situación podría ser bastante ventajoso, pues tenía razón, no era muy buena idea el meterse en una pelea si conocer previamente algo del rival, y aunque Riko seguía actuando de manera algo imprudente, había experimentado este tipo de errores en sus propias carnes, y no era del todo agradable.
Justo cuando Riko se disponía a contestar a la kunoichi, otro camarero apareció de la nada, el rastas pensaba que sus batidos ya estaban listo e iban a traérselos, pero no era el caso, el chico iba con las manos vacías, ni si quiera una bandeja, así que simplemente escuchó al joven. Cuando este terminó de hablar, la cara de Riko denotaba cierta confusión acababan de tomarles nota, ¿por qué venían otra vez?
Eso mismo fue lo que la peliblanca le contestó, a lo que, en este caso fue el muchacho el que respondió con cara de cierta confusión.
—Esto... ¿Quién les ha tomado nota? Yo soy el único camarero que puede atender la terraza, mi otro compañero se encarga de la zona interior.—
''¿Cómo? ¿Entonces el otro chico...?''
Sus pensamientos se vieron interrumpidos por la voz de Katomi, con una tez demasiado pálida y los ojos abiertos como platos, le costó terminar de decir la frase, pero acabó diciéndola. LA HABÍAN ROBADO LA CARTERA.
— ¿Pero cómo hemos podido no darnos cuenta? ¿Dónde está ese maldito ladrón? — Exclamó Riko, poniéndose en pie rápidamente para buscar a aquel chico que los había engañado. — ¡Allí! ¡Mírale, se va corriendo por allí! — Gritó el muchacho señalando con el índice la dirección en la que se iba el falso camarero.
Y en ese mismo instante, echó a correr tras él, confiando en que Katomi hiciera lo propio, al fin y al cabo, era su cartera, pero de todas formas, la llamó. — ¡Vamos Katomi, seguro que le cogemos todavía! —
Justo cuando Riko se disponía a contestar a la kunoichi, otro camarero apareció de la nada, el rastas pensaba que sus batidos ya estaban listo e iban a traérselos, pero no era el caso, el chico iba con las manos vacías, ni si quiera una bandeja, así que simplemente escuchó al joven. Cuando este terminó de hablar, la cara de Riko denotaba cierta confusión acababan de tomarles nota, ¿por qué venían otra vez?
Eso mismo fue lo que la peliblanca le contestó, a lo que, en este caso fue el muchacho el que respondió con cara de cierta confusión.
—Esto... ¿Quién les ha tomado nota? Yo soy el único camarero que puede atender la terraza, mi otro compañero se encarga de la zona interior.—
''¿Cómo? ¿Entonces el otro chico...?''
Sus pensamientos se vieron interrumpidos por la voz de Katomi, con una tez demasiado pálida y los ojos abiertos como platos, le costó terminar de decir la frase, pero acabó diciéndola. LA HABÍAN ROBADO LA CARTERA.
— ¿Pero cómo hemos podido no darnos cuenta? ¿Dónde está ese maldito ladrón? — Exclamó Riko, poniéndose en pie rápidamente para buscar a aquel chico que los había engañado. — ¡Allí! ¡Mírale, se va corriendo por allí! — Gritó el muchacho señalando con el índice la dirección en la que se iba el falso camarero.
Y en ese mismo instante, echó a correr tras él, confiando en que Katomi hiciera lo propio, al fin y al cabo, era su cartera, pero de todas formas, la llamó. — ¡Vamos Katomi, seguro que le cogemos todavía! —
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»