2/03/2016, 02:30
El chico se ruborizó mas que un gato pequeño. Sus mejillas se tornaron roja como la mas crueles de las batallas, mal símil para una reacción de timidez. Pero bueno, lo que cuenta es la intención.
En fin, continuamos.
Rojo como un tomate, el chico se antepuso a ser dulce. Incluso dijo que la que se habría de haber golpeado era la chica, diciendo cosas tan dulces. Ciertamente, no era muy frecuente en la peliblanco soltar ésta clase de tonterías. Pero si lo miramos desde un buen punto de vista, ése chico no era un chico cualquiera, era un chico bien mono. Mas que guapo, era realmente carente de defectos, alguien que cumplía un régimen de apariencia tan hermoso que combinaba a la perfección rasgos femeninos y masculinos a la misma vez.
No era de extrañar que en alguna vez le hubiesen confundido de sexo, de hecho la peliblanco no lo había confundido por su falta de pecho. Esas cosas se notan.
—Jajajaja... que tonto.— Contestó a su excusa.
No se había golpeado ella, quizás le había faltado tomarle de nuevo la temperatura.
Tras ello, afirmó que dejaría de darle problemas. Quizás se había percatado de que estaba entrenando, y no le había gustado molestar. Además, aprovechó para presentarse, así como para mencionar que no era realmente conocido por su memoria; no era una celebridad como Einstein. Quizás había estado en su misma clase, pero afirmaba no acordarse.
La chica se llevó el índice hacia la mejilla, y elevó su mirada hacia la nada. Intentaba recordar su cara, pero era raro que no se acordase de éste tipo tan mono.
—Pues, no te recuerdo de las clases. Quizás estábamos en distintos grupos de entrenamiento. Mi nombre es Sarutobi Katomi, encantada.— Contestó sin demora. —Además, seguro que me acordaría de esa cara.—
De nuevo, la chica se llevó dejar un poco en la contestación. Sin mas, se puso en pié de nuevo, ciertamente el chico tenía algo de razón, debía continuar con su entrenamiento.
En fin, continuamos.
Rojo como un tomate, el chico se antepuso a ser dulce. Incluso dijo que la que se habría de haber golpeado era la chica, diciendo cosas tan dulces. Ciertamente, no era muy frecuente en la peliblanco soltar ésta clase de tonterías. Pero si lo miramos desde un buen punto de vista, ése chico no era un chico cualquiera, era un chico bien mono. Mas que guapo, era realmente carente de defectos, alguien que cumplía un régimen de apariencia tan hermoso que combinaba a la perfección rasgos femeninos y masculinos a la misma vez.
No era de extrañar que en alguna vez le hubiesen confundido de sexo, de hecho la peliblanco no lo había confundido por su falta de pecho. Esas cosas se notan.
—Jajajaja... que tonto.— Contestó a su excusa.
No se había golpeado ella, quizás le había faltado tomarle de nuevo la temperatura.
Tras ello, afirmó que dejaría de darle problemas. Quizás se había percatado de que estaba entrenando, y no le había gustado molestar. Además, aprovechó para presentarse, así como para mencionar que no era realmente conocido por su memoria; no era una celebridad como Einstein. Quizás había estado en su misma clase, pero afirmaba no acordarse.
La chica se llevó el índice hacia la mejilla, y elevó su mirada hacia la nada. Intentaba recordar su cara, pero era raro que no se acordase de éste tipo tan mono.
—Pues, no te recuerdo de las clases. Quizás estábamos en distintos grupos de entrenamiento. Mi nombre es Sarutobi Katomi, encantada.— Contestó sin demora. —Además, seguro que me acordaría de esa cara.—
De nuevo, la chica se llevó dejar un poco en la contestación. Sin mas, se puso en pié de nuevo, ciertamente el chico tenía algo de razón, debía continuar con su entrenamiento.