2/03/2016, 19:53
(Última modificación: 2/03/2016, 19:54 por Uchiha Akame.)
Anzu no pudo contener una exclamación de júbilo ante el éxito de su ofensiva. La jabalina eléctrica de color azulado que disparó contra Kazuma impactó justo a su lado, destrozando los troncos de bambú sobre los que estaba apoyado el gennin, y electrocutándolo de paso. El chico cayó al suelo como un muñeco de trapo, golpeándose con fuerza, y por un momento Anzu temió que se hubiera hecho daño de forma irreversible. Mierda, creo que me he pasado... A pesar de la pedantería de Kazuma, y de su aire de sobrado, no podía evitar preocuparse por su salud. Al fin y al cabo, no era más que un entrenamiento.
-¡Eh, niño pijo, ¿estás bien?! -le gritó la kunoichi sin abandonar su posición, encaramada a un grueso tronco de bambú gracias al chakra de sus pies-.
La Yotsuki suspiró con cierto alivio, casi de forma inconsciente, cuando vio a su rival levantarse -no sin esfuerzo-. Kazuma parecía bastante malherido, y los bunshin de Anzu lo rodearon con aire amenazador. Aunque sólo fuesen simples copias, tenían su utilidad.
-¡Anzu el combate ha terminado! -gritó el chico-. ¡Has perdido!
La sonrisa que lucía en su rostro, orgullosa y triunfal, se le heló en los labios deformados por su cicatriz. Clavó sus ojos grises en el muchacho que trataba de mantener el equilibrio, a unos metros de distancia bajo sus pies.
-¡Puede que no conozca todas tus habilidades, pero no hay manera de que puedas hacer un sello antes que yo! -Kazuma se tocó la barriga de forma elocuente-.
En efecto, el chico de Uzushio le había pegado una etiqueta explosiva al empujar a la kunoichi, justo antes de emprender su huída entre los bambúes. Ella sonrió. Si Kazuma se fijaba más atentamente, vería que la camiseta de Anzu estaba rasgada casi por la mitad... Y la tela donde estaba el sello había sido cortada. Apenas le había llevado unos instantes, durante la persecución, y con ayuda de un buen kunai.
-¿Pensabas que no iba a ver una nota explosiva pegada en mis propias narices? -preguntó, de forma retórica-. Te lo dije antes, y te lo repito... ¡Kazuma-san, deja de subestimarme!
Anzu bajó saltando de tronco en tronco, siempre atenta por si su rival decidía hacerle alguna treta improvisada. Una vez en tierra firme, levantaría las manos con gesto conciliador.
-Pero tienes razón, el combate ha terminado -no había intención de mentir ni traicionar en su voz-. Y... gracias, Kazuma-san. ¡He aprendido mucho en este entrenamiento! Ahora deberíamos volver con Hida-sensei, seguramente querrá verte esa herida.
Estado
Inventario
-¡Eh, niño pijo, ¿estás bien?! -le gritó la kunoichi sin abandonar su posición, encaramada a un grueso tronco de bambú gracias al chakra de sus pies-.
La Yotsuki suspiró con cierto alivio, casi de forma inconsciente, cuando vio a su rival levantarse -no sin esfuerzo-. Kazuma parecía bastante malherido, y los bunshin de Anzu lo rodearon con aire amenazador. Aunque sólo fuesen simples copias, tenían su utilidad.
-¡Anzu el combate ha terminado! -gritó el chico-. ¡Has perdido!
La sonrisa que lucía en su rostro, orgullosa y triunfal, se le heló en los labios deformados por su cicatriz. Clavó sus ojos grises en el muchacho que trataba de mantener el equilibrio, a unos metros de distancia bajo sus pies.
-¡Puede que no conozca todas tus habilidades, pero no hay manera de que puedas hacer un sello antes que yo! -Kazuma se tocó la barriga de forma elocuente-.
En efecto, el chico de Uzushio le había pegado una etiqueta explosiva al empujar a la kunoichi, justo antes de emprender su huída entre los bambúes. Ella sonrió. Si Kazuma se fijaba más atentamente, vería que la camiseta de Anzu estaba rasgada casi por la mitad... Y la tela donde estaba el sello había sido cortada. Apenas le había llevado unos instantes, durante la persecución, y con ayuda de un buen kunai.
-¿Pensabas que no iba a ver una nota explosiva pegada en mis propias narices? -preguntó, de forma retórica-. Te lo dije antes, y te lo repito... ¡Kazuma-san, deja de subestimarme!
Anzu bajó saltando de tronco en tronco, siempre atenta por si su rival decidía hacerle alguna treta improvisada. Una vez en tierra firme, levantaría las manos con gesto conciliador.
-Pero tienes razón, el combate ha terminado -no había intención de mentir ni traicionar en su voz-. Y... gracias, Kazuma-san. ¡He aprendido mucho en este entrenamiento! Ahora deberíamos volver con Hida-sensei, seguramente querrá verte esa herida.
Estado
- PV: –
107/120
- CK: –
77/90
+20–
Inventario
- Bandana de Takigakure (brazo derecho)
- Portaobjetos básico (cinturón)
- Kunai x2