2/03/2016, 23:23
Daruu y Kiroe no tardaron en unirse a ellos.
E inmediatamente Ayame se sintió como una especie de patito feo. Kiroe lucía un precioso kimono de color púrpura que hacía juego con sus ojos y en el que se dibujaba el patrón de varias flores rosadas. Daruu, junto a ella, había optado por ropas oscuras que le quedaban realmente bien. Comparados con ellos, incluso con su familia, ella...
—¡Hola! Bueno, ya estamos todos aquí —anunció Kiroe, afirmando lo evidente—. [sub]Qué guapos vais todos.
Ayame apartó la mirada, ligeramente ruborizada. Por un momento, temió que su padre pudiera soltar algún tipo de frase borde o irritante, pero parecía que la hora que había pasado sin la mujer había conseguido templar sus ánimos hasta convertirle en aquel muro férreo que tan bien le caracterizaba. La pregunta era: ¿Cuánto tardaría en perder los nervios de nuevo?
—Será mejor que nos pongamos en marcha. Kiroe, te seguimos,después de todo tú eres la que mejor conoce este... sitio... —dijo el médico. Y aunque habló de manera formal y seria, aún quedaba algún retazo de escepticismo en el tono de su voz que indicaba que seguía sin confiar en que "El Patito Frito" fuese tan bueno como la mujer lo pintaba.
—¿Qué crees que tendrán de comida? —le preguntó Ayame a Kōri.
—Supongo que de todo. Carne, arroz, sopas, pescado, marisco...
E inmediatamente Ayame se sintió como una especie de patito feo. Kiroe lucía un precioso kimono de color púrpura que hacía juego con sus ojos y en el que se dibujaba el patrón de varias flores rosadas. Daruu, junto a ella, había optado por ropas oscuras que le quedaban realmente bien. Comparados con ellos, incluso con su familia, ella...
—¡Hola! Bueno, ya estamos todos aquí —anunció Kiroe, afirmando lo evidente—. [sub]Qué guapos vais todos.
Ayame apartó la mirada, ligeramente ruborizada. Por un momento, temió que su padre pudiera soltar algún tipo de frase borde o irritante, pero parecía que la hora que había pasado sin la mujer había conseguido templar sus ánimos hasta convertirle en aquel muro férreo que tan bien le caracterizaba. La pregunta era: ¿Cuánto tardaría en perder los nervios de nuevo?
—Será mejor que nos pongamos en marcha. Kiroe, te seguimos,después de todo tú eres la que mejor conoce este... sitio... —dijo el médico. Y aunque habló de manera formal y seria, aún quedaba algún retazo de escepticismo en el tono de su voz que indicaba que seguía sin confiar en que "El Patito Frito" fuese tan bueno como la mujer lo pintaba.
—¿Qué crees que tendrán de comida? —le preguntó Ayame a Kōri.
—Supongo que de todo. Carne, arroz, sopas, pescado, marisco...