5/03/2016, 20:54
¿En serio va a hacer lo que creo que va a hacer?
No había tiempo para preguntárselo. Ayame había tomado su pedido y se dirigía hacia el posadero. El Uchiha tenía que hacer lo propio, o vería pasar su oportunidad demasiado lejos de su alcance. Pidió a la posadera que le llevase un estofado a la mesa, como simple excusa para poder moverse también, y siguió a la kunoichi de Amegakure con la zurda asiendo con fuerza las llaves falsas.
Entonces…
—¡AY!
Justo antes de llegar a su destino el pie de Ayame se enganchó súbitamente con la pata de una silla. La kunoichi tropezó, cayó al suelo con estrépito y el plato de estofado se escurrió de sus manos y terminó vertiendo parte de su contenido sobre el posadero, el anciano con el que conversaba y la mesa donde estaban.
—¡Por Amateratsu! —exclamó el posadero, que entre el susto y la quemadura sufrida por el líquido humeante del estofado había caído de espaldas contra la mesa. Intentó recomponerse, pero resbaló y cayó de bruces sobre el suelo, empeorando todavía más las cosas.
—¡Por los Dioses de Onindo! ¿Estás bien, Koji? —gruñó el anciano, que también había dado un respingo por la tremenda temperatura del estofado—. ¡Hay que tener más cuidado, niña!
—¡Lo siento muchísimo! Yo... ¡Lo siento! ¡Lo siento! —Ayame se apresuró a levantarse, tapándose la cara de pura vergüenza ante el escándalo que acababa de formar.
Joder… ¡Señora actuación! De diez, vamos. Y yo que pensaba que no tenía dotes de actriz…
No se durmió en los laureles. Como segundo actor de aquella obra improvisada, ofreció la mano al posadero para auparle. Éste la aceptó, agradecido, sin darse cuenta que mientras tanto la mano libre del Uchiha le tiraba las llaves al suelo.
—Oh, le han caído las llaves —señaló el Uchiha, con tono inocente. Se agachó para recogerlas con la diestra y le ofreció las llaves con la zurda. Obviamente, le estaba ofreciendo las llaves falsas. El truco de magia estaba hecho. Las llaves buenas seguían escondidas en su mano derecha, que ahora introducía en un bolsillo—. Tome.
—Gracias, gracias —agradeció el posadero, volviendo a ponerlas en su cinturón—. No te preocupes, moza. Le puede pasar a cualquiera —dijo a Ayame, tratando de quitarle importancia a lo sucedido—. ¿Qué sería de una posada en la que no se rompe ningún vaso o cae algún plato?
—¡Una posada vacía! —exclamó Okura, que se había levantado para tratar de ayudar.
Kaede también había llegado hasta allí, fregona en mano y lista para arreglar el estropicio. Datsue, mientras tanto, aprovechó para sentarse en la mesa más cercana a la puerta. Sin embargo, en ese momento supo que algo no marchaba bien…
Mierda… No soy capaz de mantener el Henge no Jutsu Inverso a esta distancia… ¡Se va a deshacer!
Por otra parte, quizá Datsue había supuesto mal que en Okura se había levantado para ayudar. Quizá no había sido para eso, sino para…
—No creas que no me doy cuenta de lo que está pasando —susurró Okura al oído de Ayame.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado