5/03/2016, 23:47
Mogura sonrió al escuchar las palabras tan positivas aquel chico empapado, para él que no acostumbraba recibir las gotas de agua directo en su cuerpo ese sujeto resultaba interesante, parecía aceptar que el agua formaba parte de su vida. Largó la mano que sostenía la solapa de su abrigo y formó un puño levantando su dedo pulgar.
¡Es bueno saber que hay shinobi tan optimistas como tu!
Exclamó el shinobi con tono de alegría acompañando el gesto de aprobación, esta persona había caído pero se había levantado y enfrentó su mal con una sonrisa. Tomó asiento junto a aquel desconocido de pelo albino, algo curioso, pero que mas daba, el ninja del paraguas en la aldea de la lluvia, eso también podría ser algo curioso, después de todo llueve todos y cada uno de los días, te acostumbras.
Soy Mogura, Manase Mogura. Gennin de Amegakue, creo que eso nos hace compañeros... ¿Cuál es tu nombre?
Le consultó con una ligera sonrisa mientras le extendía una su palma en su dirección para realizar el típico apretón de manos. Por el momento parecía que nadie iba a cruzar por aquella entrada que tenía la arena, sería que el clima no quería dejar que la gente llegará a golpearse como medida de entrenamiento o todos se habían puesto de acuerdo en que no fuesen ahí o bien simplemente faltaba tiempo.
¿Solo has entrado para dejar de mojarte o vas a entrenar en esta arena?
Dijo desviando su mirada hacía la arena del torreón.
¡Es bueno saber que hay shinobi tan optimistas como tu!
Exclamó el shinobi con tono de alegría acompañando el gesto de aprobación, esta persona había caído pero se había levantado y enfrentó su mal con una sonrisa. Tomó asiento junto a aquel desconocido de pelo albino, algo curioso, pero que mas daba, el ninja del paraguas en la aldea de la lluvia, eso también podría ser algo curioso, después de todo llueve todos y cada uno de los días, te acostumbras.
Soy Mogura, Manase Mogura. Gennin de Amegakue, creo que eso nos hace compañeros... ¿Cuál es tu nombre?
Le consultó con una ligera sonrisa mientras le extendía una su palma en su dirección para realizar el típico apretón de manos. Por el momento parecía que nadie iba a cruzar por aquella entrada que tenía la arena, sería que el clima no quería dejar que la gente llegará a golpearse como medida de entrenamiento o todos se habían puesto de acuerdo en que no fuesen ahí o bien simplemente faltaba tiempo.
¿Solo has entrado para dejar de mojarte o vas a entrenar en esta arena?
Dijo desviando su mirada hacía la arena del torreón.