6/03/2016, 16:30
Cayó, a la vez que su conciencia. Todo estaba oscuro y no podia discernir nada más allá de su nariz. Despues de unos segundos que se le antojaron eternos llegó al suelo, aunque no lo veia sus pies se encontraron con una superficie. Levantó la mirada, como si fuera a ver algo en algún lado. De repente, una voz resonó en los anales de su memoria.
Nabi, tengo hambre.
Genial, porque mira que tengo para ti.
Unas figuras, brillantes como el reflejo del Sol sobre la nieve, aparecieron en aquella insondable oscuridad. Los ojos oscuros del Uchiha tardaron unos segundos en adaptarse a tal brillo, despues pudo reconocer las figuras de quien ya habia reconocido la voz. Él y Eri en sus últimos dias en el orfanato, cuando el hambre era algo normal en aquel edificio. El pequeño rubio le ofrecia a la peliazul un trozo de pan y una sonrisa inquebrantable.
El genin miraba con un rostro inescrutable la escena, con los puños apretados con fuerza.
Nada ha cambiado. Sigo y seguire protegiendola.
Callate. Mientras estabas mirando tu culo ella ha hecho su vida. Eres innecesario aqui. Mirate, lamentable. ¿Crees que puedes protegerla? ¿Pudiste hacerlo en la playa? ¿PUDISTE HACERLO CUANDO TE SEPARARON DE ELLA? Admitelo, no eres capaz. Perdiste contra aquel chico, perdiste contra el director, perdiste contra Daruu y perderas contra Hozuki Namiron. ¿Qué haras si explota una guerra? Perder. La perderas a ella y tú y yo ya no tendremos nada de qué hablar.
Chibinabi se habia empezado a acercar a Nabi mientras hablaba, Chibieri comia su trozo de pan totalmente ajena a lo que estaba pasando. La mirada del pequeño estaba clavado en los oscuros ojos del mayor, quien relajó los puños. Su rostro seguia igual de petreo como estaba cuando observaba la escena.
¿Has acabado?
Ahora era ChibiNabi el que apretaba los puños, y la ira se hizo evidente en sus ojos, tiñiendolos de rojo.
¿¡PERO QUE COÑO TE PASA?! ¿No ves lo que esta pasando? ¿No quieres el poder para hacer lo que quieres? ¡Reacciona, joder! Dejame ver la rabia por lo que no puedes hacer, por lo que ha quedado demostrado más de una vez. Que no eres más que un peligro andante para ella, ¡que esta sufriendo ataques por tu culpa! ¡EL DIRECTOR NOS BUSCABA A NOSOTROS! Hozuki Namiron nos busca a nosotros.
Nabi se acercó a él silenciosamente, lentamente, dejandole acabar su discurso. Lo cogió de cuello y lo alzó sin gran esfuerzo del supuesto suelo, teniendo en cuenta que estaba dentro de su cabeza, su fuerza crecia hasta el infinito.
Sabes perfectamente como me siento. Conoces mi ira, igual que conoces mis objetivos. Yo ya no soy tú, tú moriste aquella noche, despues fuiste enterrado aquel dia, cada vez que el sharingan gana poder estoy más lejos de ti. ¿Quieres que me haga poderoso? Para ello tendré que perder, y yo ya no quiero perder nada. Mi determinación es inamovible, hare lo que pueda con lo que tengo. Con mis manos, mi poder y...
mi vida
Se levantó de golpe, abrumado. Se sentó en la cama en la que estaba a toda prisa. Miro los alrededores y podia ver las paredes, respiró aliviado. Putos traumas. Un olor penetró su nariz, el olor a perro. Viendo a Mike dando vueltas intentando cazar su cola, ese perro era idiota. Miro a ambos lados y no vio a Eri por ningún lado, así que se volvió a tumbar, esperando a que la chica volviera o apareciera o que hiciera algún ruido, ya que en realidad estaba detras suyo.
Nabi, tengo hambre.
Genial, porque mira que tengo para ti.
Unas figuras, brillantes como el reflejo del Sol sobre la nieve, aparecieron en aquella insondable oscuridad. Los ojos oscuros del Uchiha tardaron unos segundos en adaptarse a tal brillo, despues pudo reconocer las figuras de quien ya habia reconocido la voz. Él y Eri en sus últimos dias en el orfanato, cuando el hambre era algo normal en aquel edificio. El pequeño rubio le ofrecia a la peliazul un trozo de pan y una sonrisa inquebrantable.
El genin miraba con un rostro inescrutable la escena, con los puños apretados con fuerza.
Nada ha cambiado. Sigo y seguire protegiendola.
Callate. Mientras estabas mirando tu culo ella ha hecho su vida. Eres innecesario aqui. Mirate, lamentable. ¿Crees que puedes protegerla? ¿Pudiste hacerlo en la playa? ¿PUDISTE HACERLO CUANDO TE SEPARARON DE ELLA? Admitelo, no eres capaz. Perdiste contra aquel chico, perdiste contra el director, perdiste contra Daruu y perderas contra Hozuki Namiron. ¿Qué haras si explota una guerra? Perder. La perderas a ella y tú y yo ya no tendremos nada de qué hablar.
Chibinabi se habia empezado a acercar a Nabi mientras hablaba, Chibieri comia su trozo de pan totalmente ajena a lo que estaba pasando. La mirada del pequeño estaba clavado en los oscuros ojos del mayor, quien relajó los puños. Su rostro seguia igual de petreo como estaba cuando observaba la escena.
¿Has acabado?
Ahora era ChibiNabi el que apretaba los puños, y la ira se hizo evidente en sus ojos, tiñiendolos de rojo.
¿¡PERO QUE COÑO TE PASA?! ¿No ves lo que esta pasando? ¿No quieres el poder para hacer lo que quieres? ¡Reacciona, joder! Dejame ver la rabia por lo que no puedes hacer, por lo que ha quedado demostrado más de una vez. Que no eres más que un peligro andante para ella, ¡que esta sufriendo ataques por tu culpa! ¡EL DIRECTOR NOS BUSCABA A NOSOTROS! Hozuki Namiron nos busca a nosotros.
Nabi se acercó a él silenciosamente, lentamente, dejandole acabar su discurso. Lo cogió de cuello y lo alzó sin gran esfuerzo del supuesto suelo, teniendo en cuenta que estaba dentro de su cabeza, su fuerza crecia hasta el infinito.
Sabes perfectamente como me siento. Conoces mi ira, igual que conoces mis objetivos. Yo ya no soy tú, tú moriste aquella noche, despues fuiste enterrado aquel dia, cada vez que el sharingan gana poder estoy más lejos de ti. ¿Quieres que me haga poderoso? Para ello tendré que perder, y yo ya no quiero perder nada. Mi determinación es inamovible, hare lo que pueda con lo que tengo. Con mis manos, mi poder y...
mi vida
Se levantó de golpe, abrumado. Se sentó en la cama en la que estaba a toda prisa. Miro los alrededores y podia ver las paredes, respiró aliviado. Putos traumas. Un olor penetró su nariz, el olor a perro. Viendo a Mike dando vueltas intentando cazar su cola, ese perro era idiota. Miro a ambos lados y no vio a Eri por ningún lado, así que se volvió a tumbar, esperando a que la chica volviera o apareciera o que hiciera algún ruido, ya que en realidad estaba detras suyo.
—Nabi—