7/03/2016, 11:57
Riko observó como Katomi había captado su idea desde el momento en el que había salido del bar con el rotulador en la mano, por lo que, simplemente, le dejó hacer. El rastas, con una caligrafía estupenda, escribió la palabra ladrón en la frente de aquel ratero, al que no pareció gustarle la ocurrencia del de Uzu.
La peliblanca, al ver el resultado de la idea de Riko, no pudo hacer otra cosa más que soltar una carcajada, mientras que el pelinegro, aún aguantando el soltar una risotada, no pudo ocultar la enorme sonrisa que se la había formado en el rostro.
—No te lo tomes como algo personal, tómatelo como un escarmiento. Robar a otra persona lo que tanto le cuesta conseguir, es de entre las peores cosas, la peor. La próxima vez, me tomaré la justicia por mi mano, y yo no soy tan buena como mi amigo.—
Riko aún no sabía si aquello no era más que palabrería, lo que si sabía era el efecto que tendrían aquellas palabras sobre el ratero, que al escucharlas, no puedo evitar que sus ojos se pusieran vidriosos, como a punto de ponerse a llorar, así que ambos gennin decidieron dejar ahí la cosa, por lo que Katomi se levantó y ambos echaron a andar en dirección al bar en el que se habían sentado antes de que todo aquel jaleo ocurriera.
— Sí, por favor, que tengo un antojo de mi batido de chocolate blanco... Que no me lo creo ni yo. — Añadió Riko, pensando en aquel delicioso manjar que le esperaba después de todo aquello.
Mientras caminaban, el muchacho aún seguía pensando en la rápida acción de su acompañante cuando el ratero había chocado con él tras cambiarse de ropa, que aunque Riko lo había sospechado, había sido ella quien le había parado los pies.
— Por cierto, muy buenos reflejos al parar al ratero cuando intentaba escapar en nuestras narices, si señor. — La felicitó el pelinegro con una sonrisa en la cara.
La peliblanca, al ver el resultado de la idea de Riko, no pudo hacer otra cosa más que soltar una carcajada, mientras que el pelinegro, aún aguantando el soltar una risotada, no pudo ocultar la enorme sonrisa que se la había formado en el rostro.
—No te lo tomes como algo personal, tómatelo como un escarmiento. Robar a otra persona lo que tanto le cuesta conseguir, es de entre las peores cosas, la peor. La próxima vez, me tomaré la justicia por mi mano, y yo no soy tan buena como mi amigo.—
Riko aún no sabía si aquello no era más que palabrería, lo que si sabía era el efecto que tendrían aquellas palabras sobre el ratero, que al escucharlas, no puedo evitar que sus ojos se pusieran vidriosos, como a punto de ponerse a llorar, así que ambos gennin decidieron dejar ahí la cosa, por lo que Katomi se levantó y ambos echaron a andar en dirección al bar en el que se habían sentado antes de que todo aquel jaleo ocurriera.
— Sí, por favor, que tengo un antojo de mi batido de chocolate blanco... Que no me lo creo ni yo. — Añadió Riko, pensando en aquel delicioso manjar que le esperaba después de todo aquello.
Mientras caminaban, el muchacho aún seguía pensando en la rápida acción de su acompañante cuando el ratero había chocado con él tras cambiarse de ropa, que aunque Riko lo había sospechado, había sido ella quien le había parado los pies.
— Por cierto, muy buenos reflejos al parar al ratero cuando intentaba escapar en nuestras narices, si señor. — La felicitó el pelinegro con una sonrisa en la cara.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»