8/03/2016, 12:23
Ante la felicitación del rastas por la rápida reacción que la chica había tenido al detener al ratero, ésta le confesó que realmente, una vez había tumbado al hombre, había tenido sus dudas sobre si sería el que estaban persiguiendo o no, incluso si simplemente se podría haber tratado de otro carterista, cosa no demasiado descabellada teniendo en cuenta las características de aquella ciudad.
— Entonces hemos tenido suerte, ¿te imaginas que llega a ser un hombre normal y corriente? — Preguntó el muchacho en un tono divertido. — Habría sido una cagada digna de contarse, ¿eh? — Terminó el muchacho con una risotada.
No tardaron demasiado en hallarse de nuevo en el bar en el que había comenzado aquella pequeña aventura, pero, para disgusto de los dos, la mesa que habían ocupado antes, estaba ahora llena, y no podían ver ninguna otra que estuviese libre.
''Joder...'' Pensó el pelinegro.
Su acompañante, más directa, no ocultó su disgustó en un pensamiento, si no que lo mostró en voz alta.
—Mierda... Bueno, ¿Que hacemos? ¿Esperamos a pillar sitio, o vamos a otro lado? A mi me da igual, aunque tenía ganas de éste batido...—
Realmente no tenían muchas opciones, tal y como había dicho Katomi, o esperaban allí como pasmarotes a que una mesa quedara libre o se marchaban, en busca de otro local en el que tomar algo.
— La verdad que yo también tengo muchas ganas de ese batido... A ver, preguntemos al camarero. — Sugirió Riko, al ver pasar al muchacho por allí delante. — Perdona, somos los de antes, ¿no hay ninguna mesa libre o a la que no le quede mucho para irse? —
— Ah vaya, ¿habéis conseguido recuperar la cartera? — Preguntó el camarero interesado. — Pues mira, libre no hay ninguna, pero aquella mesa de allí me acaba de pedir la cuenta, si esperáis un momento os podéis sentar ahí — Explicó el chico señalando una mesa que se encontraba al final de la terraza.
— Entonces hemos tenido suerte, ¿te imaginas que llega a ser un hombre normal y corriente? — Preguntó el muchacho en un tono divertido. — Habría sido una cagada digna de contarse, ¿eh? — Terminó el muchacho con una risotada.
No tardaron demasiado en hallarse de nuevo en el bar en el que había comenzado aquella pequeña aventura, pero, para disgusto de los dos, la mesa que habían ocupado antes, estaba ahora llena, y no podían ver ninguna otra que estuviese libre.
''Joder...'' Pensó el pelinegro.
Su acompañante, más directa, no ocultó su disgustó en un pensamiento, si no que lo mostró en voz alta.
—Mierda... Bueno, ¿Que hacemos? ¿Esperamos a pillar sitio, o vamos a otro lado? A mi me da igual, aunque tenía ganas de éste batido...—
Realmente no tenían muchas opciones, tal y como había dicho Katomi, o esperaban allí como pasmarotes a que una mesa quedara libre o se marchaban, en busca de otro local en el que tomar algo.
— La verdad que yo también tengo muchas ganas de ese batido... A ver, preguntemos al camarero. — Sugirió Riko, al ver pasar al muchacho por allí delante. — Perdona, somos los de antes, ¿no hay ninguna mesa libre o a la que no le quede mucho para irse? —
— Ah vaya, ¿habéis conseguido recuperar la cartera? — Preguntó el camarero interesado. — Pues mira, libre no hay ninguna, pero aquella mesa de allí me acaba de pedir la cuenta, si esperáis un momento os podéis sentar ahí — Explicó el chico señalando una mesa que se encontraba al final de la terraza.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»