8/03/2016, 18:22
El joven mientras buscaba un asiento ni siquiera se percató de que la peliblanca y el rubio estaban hablando, Tatsuya no suele ser así, bueno, no tanto pero sí suele atender a lo que le dicen, sin embargo ese día en especial pensaba en demasiadas cosas, la ausencia de su hermano, la festividad en sí, el cómo le hará para ser mejor persona, en fin un largo etcétera, fácilmente podría quedarse toda la noche pensativo con la mente en su propio mundo. Sin embargo al voltear de nuevo al asiento donde estaba la chica vio que ya no estaba ahí, no se había dado cuenta del momento en que se levantó y pronto una voz que si bien tenía un tono femenino denotaba algo de rudeza interrumpió una vez más a nuestro soñador despierto.
-¿Qué le pasa a tu colega, Hei-san? ¿Acaso es medio tonto? No creo, de ser así nunca habría aprobado el examen de graduación -Tatsuya bajó su mirada y observó como la chica tenía su mirada clavada en él, no se había percatado en ningún momento que se había acercado a ella, tenía un jugo de mango en mano y al verla de cerca notó varias marcas en su cuerpo, si no fuera por el estilo de su kimono y su voz, quizás hubiera pensado que es un chico y luego de un breve silencio la chica nuevamente habló-. Porque ambos sois ninjas, claro. Vuestro aspecto os delata... Bueno, en el caso de Míster Ausente, más bien es esa jodida espada tan grande que lleva en la cintura.
Las palabras de la chica del kimono azul lo hicieron reaccionar y mostró una expresión mezcla de sorpresa y vergüenza, sorpresa por tener de repente a la chica observándolo y vergüenza por no notarlo antes, inmediatamente se puso atento a la conversación, no había escuchado nada de lo que habían dicho antes, o talvez sí pero su cerebro no lo había procesado, lo primero era, como no, disculparse.
-Ohhh, perdóname, no vi que estabas ahí, en serio lo siento, no se que me pasa hoy, no puedo concentrarme por alguna razón- Dijo seguido de hacer su reverencia en señal de disculpas.
"Bien hecho Tatsuya, de seguro ahora piensan que eres un pendejo"
El joven se reprendía de manera sarcástica a sí mismo con una palabra que no era adecuada para alguien a quién su madre le inculcó un estricto código de conducta, quizás se le había pegado del para nada refinado vocabulario de su hermano, respecto a lo otro trataría de ahora mostrar mas atención a su alrededor y corregir su comportamiento y continuó con su respuesta-
-Sí, la verdad si soy un ninja, aunque bueno no soy nada especial, aunque ahora que lo pienso, ¿ustedes también lo son, no? puedo notar que ambos se han entrenado, corríjanme si me equivoco-
La verdad hasta que no los observó detenidamente a ambos no lo había notado, el chico rubio se notaba que tenía un cuerpo más o menos marcado y en el caso de la chica aunque el kimono cubría su cuerpo sólo con las cicatrices de sus manos se hacía a la idea de la dureza con la que entrenaba. Pensó en como la chica lo reconoció como shinobi por su Ninjatou y no por su físico, ya que Tatsuya no era muy marcado, bueno tampoco es como sí pudiese notarse con el holgado kimono que llevaba, pero en condiciones normales el no se suele ver muy musculoso que digamos, eso no significa que no lo haga, quizás sea porque el entrenamiento que el suele llevar se centra más en su habilidad.
La noche era joven, pronto empezaría la verdadera fiesta, pues cada año se suele armar un verdaadero carnaval para festejar y con la reciente calma que se vive este año prometía ser una fiesta aún mayor.
-¿Qué le pasa a tu colega, Hei-san? ¿Acaso es medio tonto? No creo, de ser así nunca habría aprobado el examen de graduación -Tatsuya bajó su mirada y observó como la chica tenía su mirada clavada en él, no se había percatado en ningún momento que se había acercado a ella, tenía un jugo de mango en mano y al verla de cerca notó varias marcas en su cuerpo, si no fuera por el estilo de su kimono y su voz, quizás hubiera pensado que es un chico y luego de un breve silencio la chica nuevamente habló-. Porque ambos sois ninjas, claro. Vuestro aspecto os delata... Bueno, en el caso de Míster Ausente, más bien es esa jodida espada tan grande que lleva en la cintura.
Las palabras de la chica del kimono azul lo hicieron reaccionar y mostró una expresión mezcla de sorpresa y vergüenza, sorpresa por tener de repente a la chica observándolo y vergüenza por no notarlo antes, inmediatamente se puso atento a la conversación, no había escuchado nada de lo que habían dicho antes, o talvez sí pero su cerebro no lo había procesado, lo primero era, como no, disculparse.
-Ohhh, perdóname, no vi que estabas ahí, en serio lo siento, no se que me pasa hoy, no puedo concentrarme por alguna razón- Dijo seguido de hacer su reverencia en señal de disculpas.
"Bien hecho Tatsuya, de seguro ahora piensan que eres un pendejo"
El joven se reprendía de manera sarcástica a sí mismo con una palabra que no era adecuada para alguien a quién su madre le inculcó un estricto código de conducta, quizás se le había pegado del para nada refinado vocabulario de su hermano, respecto a lo otro trataría de ahora mostrar mas atención a su alrededor y corregir su comportamiento y continuó con su respuesta-
-Sí, la verdad si soy un ninja, aunque bueno no soy nada especial, aunque ahora que lo pienso, ¿ustedes también lo son, no? puedo notar que ambos se han entrenado, corríjanme si me equivoco-
La verdad hasta que no los observó detenidamente a ambos no lo había notado, el chico rubio se notaba que tenía un cuerpo más o menos marcado y en el caso de la chica aunque el kimono cubría su cuerpo sólo con las cicatrices de sus manos se hacía a la idea de la dureza con la que entrenaba. Pensó en como la chica lo reconoció como shinobi por su Ninjatou y no por su físico, ya que Tatsuya no era muy marcado, bueno tampoco es como sí pudiese notarse con el holgado kimono que llevaba, pero en condiciones normales el no se suele ver muy musculoso que digamos, eso no significa que no lo haga, quizás sea porque el entrenamiento que el suele llevar se centra más en su habilidad.
La noche era joven, pronto empezaría la verdadera fiesta, pues cada año se suele armar un verdaadero carnaval para festejar y con la reciente calma que se vive este año prometía ser una fiesta aún mayor.