9/03/2016, 05:41
Anzu pareció no ofenderse por las acciones de Tatsuya, es más, pareció tragarse todo el cuento del Shinobi con katana. O bueno, eso creía Hei que, como los otros dos, estaba en su rollo.
-¡Aficionado! Soy una Yotsuki, ¿acaso crees que vas a impresionarme 'sacando bola'? -replicó, como si el apellido de aquella familia tuviera que significar para Hei lo que significaba para ella misma-. Y por si fuera poco, mi maestro es Yotsuki Hida. El jounin más estricto y cabronazo de esta Aldea.
Hei estaba en lo cierto. Bueno, en realidad no. Solo creyó que lo que creía era lo correcto. Pero sí, Anzu parecía ser ese tipo de persona que tienen complejo de superiodad. Pues se puso en evidencia cuando se enorgulleció de su clan. Hei no hizo más que sonreír, así como que dándole la razón. Si se le estudiaba mucho la cara, en profundidad, se podría apreciar lo incomodo que estaba. Debía actuar, ¡y rápido! Mas no dejaba espacio para hablar. Estas son el tipo de cosas que pasan cuando se discute con desconocidos.
Anzu levantó sus brazos, dejándolos ver con más detalle. Eso despertó el libido del adolescente, que le pareció notar un misterioso bulto, el cual no tuvo reparo buscar con la mirada. Pero el ya tenía su excusa, pues la chica llevaba tatuajes muy exóticos, indescriptibles, en los Hei estaría interesado si es que lo atrapaban.
— Debe estar acostumbrada a que la miren. — Se sintió identificado y a la vez culpable. Reconocer el delito no lo hace menor, ¿verdad?
-Pues lo mismo que a todos, supongo. Hida-sensei dice que para ser una buena kunoichi y proteger a los habitantes de Takigakure, tengo que conocer sus tradiciones tan bien como si fueran las mías propias. Así que aquí estoy, comiendo como una puerca y pensando qué voy a escribir en mi lámpara de papel de arroz.
La morocha respondió a su pregunta, mas no tendría lugar su palabra, nuevamente.
-Anzu-chan, por lo que dices veo que no eres de por aquí, pero espero que puedas encontrar aquí en Takigakure un segundo hogar- Le habló a la peliblanca para luego mirarlo a Hei -Y pues la verdad es que sí, generalmente no pasan muchas cosas interesantes en mi vida, así que venir aca con mis padres es una de las pocas cosas fuera de la rutina, tengo un hermano pero el no vino, aún así creo que esta época del año es muy agradable-
— Oh oh oh, son uno más interesante que él otro. Anzu-san, ¿no eres de la aldea? No sabía que existían ese tipo de tramites. Y Tatsuya, me temo que huelo a gato encerrado. Siéntete cómodo con nosotros, tengo una idea en la que podemos participar los tres, pero antes... — Fijó su mirada en Anzu. — ¿Yotsuqué? ¡Como si tener sangre de un clan te hace más fuerte! Vamos, dejemos claro este asunto con un pulso, ¿que te parece? — Vivaz y picaron, sonrió y retó al unisono.
-¡Aficionado! Soy una Yotsuki, ¿acaso crees que vas a impresionarme 'sacando bola'? -replicó, como si el apellido de aquella familia tuviera que significar para Hei lo que significaba para ella misma-. Y por si fuera poco, mi maestro es Yotsuki Hida. El jounin más estricto y cabronazo de esta Aldea.
Hei estaba en lo cierto. Bueno, en realidad no. Solo creyó que lo que creía era lo correcto. Pero sí, Anzu parecía ser ese tipo de persona que tienen complejo de superiodad. Pues se puso en evidencia cuando se enorgulleció de su clan. Hei no hizo más que sonreír, así como que dándole la razón. Si se le estudiaba mucho la cara, en profundidad, se podría apreciar lo incomodo que estaba. Debía actuar, ¡y rápido! Mas no dejaba espacio para hablar. Estas son el tipo de cosas que pasan cuando se discute con desconocidos.
Anzu levantó sus brazos, dejándolos ver con más detalle. Eso despertó el libido del adolescente, que le pareció notar un misterioso bulto, el cual no tuvo reparo buscar con la mirada. Pero el ya tenía su excusa, pues la chica llevaba tatuajes muy exóticos, indescriptibles, en los Hei estaría interesado si es que lo atrapaban.
— Debe estar acostumbrada a que la miren. — Se sintió identificado y a la vez culpable. Reconocer el delito no lo hace menor, ¿verdad?
-Pues lo mismo que a todos, supongo. Hida-sensei dice que para ser una buena kunoichi y proteger a los habitantes de Takigakure, tengo que conocer sus tradiciones tan bien como si fueran las mías propias. Así que aquí estoy, comiendo como una puerca y pensando qué voy a escribir en mi lámpara de papel de arroz.
La morocha respondió a su pregunta, mas no tendría lugar su palabra, nuevamente.
-Anzu-chan, por lo que dices veo que no eres de por aquí, pero espero que puedas encontrar aquí en Takigakure un segundo hogar- Le habló a la peliblanca para luego mirarlo a Hei -Y pues la verdad es que sí, generalmente no pasan muchas cosas interesantes en mi vida, así que venir aca con mis padres es una de las pocas cosas fuera de la rutina, tengo un hermano pero el no vino, aún así creo que esta época del año es muy agradable-
— Oh oh oh, son uno más interesante que él otro. Anzu-san, ¿no eres de la aldea? No sabía que existían ese tipo de tramites. Y Tatsuya, me temo que huelo a gato encerrado. Siéntete cómodo con nosotros, tengo una idea en la que podemos participar los tres, pero antes... — Fijó su mirada en Anzu. — ¿Yotsuqué? ¡Como si tener sangre de un clan te hace más fuerte! Vamos, dejemos claro este asunto con un pulso, ¿que te parece? — Vivaz y picaron, sonrió y retó al unisono.