10/03/2016, 00:27
La chica quedó a la espera de una respuesta, y eso mismo recibió. Karamaru se frotó la nuca con una tímida sonrisa, mientras que alegaba que lo mejor sería empezar de nuevo. Ciertamente, eso sería una de las mejores opciones. La manera en que habían empezado no había sido la mejor, ni para conocerse ni para re-encontrarse tras un largo periodo después de la academia de genin.
Tomó la delantera el calvo, y se presentó de nuevo. Todo un placer conocerla, según decía. Pero después comenzó a desvariar, e incluso le propuso de ir a comer juntos y que le relatase sus andanzas en su profesión. ¿Pero qué diablos decía? ¿Por qué iba a tener una cita con el? Ella solo quería invitarle a un maldito palo de esos e irse por su lado, así de simple.
El calvo incluso alzó su mano, en busca de un cordial saludo. Lástima que las cosas se puedan malinterpretar tanto, o tergiversar.
—¿Recién me conoces y ya me estás pidiendo una cita? No se por quién me tomas, pero definitivamente te equivocas. No tengo ninguna andanza que contar a un tipo tan raro.—
Sin mas, su mirada mostraba un claro rechazo al pelado. No estaba por la labor de arreglar las cosas, o simplemente se había puesto cabezota. Fuere como fuere, no dudaba en mostrarlo.
—Juhmp—
Y de pronto, se giró, totalmente indignada.
Para que luego digan que las chicas somos incomprensibles... ¿Y quién les comprende a ellos?
Realmente, se deshizo de la idea de invitarlo a esa brocha de bolas de colores. Había sido culpable de ese accidente, pero ese chico era intratable, prefería quedar de alocada o desconsiderada a soportarlo durante un almuerzo. Sin mas, se puso a andar hacia el lado contrario al pelado.
Tomó la delantera el calvo, y se presentó de nuevo. Todo un placer conocerla, según decía. Pero después comenzó a desvariar, e incluso le propuso de ir a comer juntos y que le relatase sus andanzas en su profesión. ¿Pero qué diablos decía? ¿Por qué iba a tener una cita con el? Ella solo quería invitarle a un maldito palo de esos e irse por su lado, así de simple.
El calvo incluso alzó su mano, en busca de un cordial saludo. Lástima que las cosas se puedan malinterpretar tanto, o tergiversar.
—¿Recién me conoces y ya me estás pidiendo una cita? No se por quién me tomas, pero definitivamente te equivocas. No tengo ninguna andanza que contar a un tipo tan raro.—
Sin mas, su mirada mostraba un claro rechazo al pelado. No estaba por la labor de arreglar las cosas, o simplemente se había puesto cabezota. Fuere como fuere, no dudaba en mostrarlo.
—Juhmp—
Y de pronto, se giró, totalmente indignada.
Para que luego digan que las chicas somos incomprensibles... ¿Y quién les comprende a ellos?
Realmente, se deshizo de la idea de invitarlo a esa brocha de bolas de colores. Había sido culpable de ese accidente, pero ese chico era intratable, prefería quedar de alocada o desconsiderada a soportarlo durante un almuerzo. Sin mas, se puso a andar hacia el lado contrario al pelado.