10/03/2016, 18:23
A pesar de que la actitud de Zetsuo con su hija en otro momento pudiere haberle sentado mal, en aquél momento, no supo por qué, le hizo mucha gracia. Ayame había contestado al camarero que no hacía falta que se animara la velada, y su padre le había propinado un ligero capón en la cocorota. Soltó una pequeña risilla, y Kiroe también la acompañó. Madre e hijo se miraron durante un momento, y la mayor le hizo un ademán con la cabeza a Daruu, como diciéndole eso de mejor nos callamos.
Zetsuo se mojó los labios en el vino y dio su aprobación para tranquilidad de todos los presentes. En realidad, Daruu dudaba que su madre se pusiera más o menos nerviosa con la actitud complacida de Zetsuo. A su madre le iba la marcha, así que daba igual si el viejo estaba cascarrabias esa noche.
—¡Un brindis! —exclamó Ayame, y levantó su copa de forma infantil, rebosante de agua.
Zetsuo chasqueó la lengua de nuevo con disconformidad y observó de reojo a Kiroe, que, distraía, todavía saboreaba el primer trago de vino.
A Kiroe le brillaron los ojos de una forma peculiar, y de pronto su voz sonó seria, incluso formal:
—Por que podamos brindar muchos años más con todos los aquí presentes. —Alzó la boca con la voz quebrada. Daruu tragó saliva e hizo lo mismo.
Zetsuo se mojó los labios en el vino y dio su aprobación para tranquilidad de todos los presentes. En realidad, Daruu dudaba que su madre se pusiera más o menos nerviosa con la actitud complacida de Zetsuo. A su madre le iba la marcha, así que daba igual si el viejo estaba cascarrabias esa noche.
—¡Un brindis! —exclamó Ayame, y levantó su copa de forma infantil, rebosante de agua.
Zetsuo chasqueó la lengua de nuevo con disconformidad y observó de reojo a Kiroe, que, distraía, todavía saboreaba el primer trago de vino.
A Kiroe le brillaron los ojos de una forma peculiar, y de pronto su voz sonó seria, incluso formal:
—Por que podamos brindar muchos años más con todos los aquí presentes. —Alzó la boca con la voz quebrada. Daruu tragó saliva e hizo lo mismo.