11/03/2016, 18:18
La chica parecía haber percatado el mensaje de Riko, no pensaba hablar más de lo debido sobre su Villa con una extranjera, era algo que no podía hacerse, y, evidentemente, el rastas no iba a hacer ninguna excepción, por algo se llaman Villas Ocultas, porque tienen que estar ocultas para los extranjeros, y revelar información sobre ellas podría considerarse traición.
Afortunadamente el camarero hizo acto de presencia, lo cual provocó que se olvidara un poco el tema anterior, y tras la broma de Riko, Katomi respondió, siendo bastante contundente, y era normal viendo lo que había pasado ya una vez, no la iba a hacer gracia que pasara una segunda.
—Si pasa de nuevo eso, le faltará tierra para correr o esconderse en la superficie de éste planeta.—
Ante este comentario, el pelinegro no pudo más que reír, se notaba que aquella chica era bastante dura, o al menos, era lo que quería aparentar hasta el momento. El camarero se acercó a la mesa pero únicamente para limpiar la mesa, nada de tomarles nota y Riko cada vez tenía más ganas del dichoso batido.
— Joder, ¿cuándo voy a poder disfrutar del batido? — Dijo el muchacho en tono de queja, aunque no le iba a servir de nada, simplemente iba a esperar hasta que el camarero decidiera tomarles nota y después, servírselo, así que mejor no tener tanta prisa.
—Riko... ¿tu sabes cómo se llamaban esos dulces que tenían los ancianos de ésta mesa antes? La verdad es que tenían una pinta deliciosa, y muy azucarada.—
Siendo sinceros, Riko ni si quiera se había fijado en los dulces a los que Katomi se refería, por lo que no tenía ni idea, y aunque se hubiera fijado en ellos, probablemente tampoco sabría cuáles eran, los dulces no eran su mayor predilección.
— Pueeeeeeeees... No, no se cómo se llaman, pero pregúntale al camarero cuando venga, seguro que te dice cuáles son. —
Afortunadamente el camarero hizo acto de presencia, lo cual provocó que se olvidara un poco el tema anterior, y tras la broma de Riko, Katomi respondió, siendo bastante contundente, y era normal viendo lo que había pasado ya una vez, no la iba a hacer gracia que pasara una segunda.
—Si pasa de nuevo eso, le faltará tierra para correr o esconderse en la superficie de éste planeta.—
Ante este comentario, el pelinegro no pudo más que reír, se notaba que aquella chica era bastante dura, o al menos, era lo que quería aparentar hasta el momento. El camarero se acercó a la mesa pero únicamente para limpiar la mesa, nada de tomarles nota y Riko cada vez tenía más ganas del dichoso batido.
— Joder, ¿cuándo voy a poder disfrutar del batido? — Dijo el muchacho en tono de queja, aunque no le iba a servir de nada, simplemente iba a esperar hasta que el camarero decidiera tomarles nota y después, servírselo, así que mejor no tener tanta prisa.
—Riko... ¿tu sabes cómo se llamaban esos dulces que tenían los ancianos de ésta mesa antes? La verdad es que tenían una pinta deliciosa, y muy azucarada.—
Siendo sinceros, Riko ni si quiera se había fijado en los dulces a los que Katomi se refería, por lo que no tenía ni idea, y aunque se hubiera fijado en ellos, probablemente tampoco sabría cuáles eran, los dulces no eran su mayor predilección.
— Pueeeeeeeees... No, no se cómo se llaman, pero pregúntale al camarero cuando venga, seguro que te dice cuáles son. —
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»