15/03/2016, 19:56
Peleaban como críos: tirados sobre el suelo, a empujones, mordiscos y puñetazos sin ningún tipo de técnica. Pero no era ninguna pelea de críos. El acero que portaban Datsue y el hombre así lo atestiguaban.
El cuchillo del malhechor voló por los aires, pero el recelo del Uchiha por matarle le brindaron al hombre la oportunidad de atraparle la muleca. Eso es lo que pasaba por ser bueno. Maldita manía mía… Soy demasiado bueno con la gente. Con Kunie le había pasado igual. No había sido capaz de rematar a un enemigo que trataba de matarles, y aquello casi le había costado un disgusto. Ahora le costó un cabezazo.
El Uchiha había recibido el golpe en plena mejilla, gracias a que en el último momento había volteado la cabeza. El golpe fue duro, seco, lo suficientemente fuerte como para partirle un hueso. Pero si de algo gozaba Datsue era de tener huesos fuertes. Eso, y que odiaba que le pegasen en la cara. Seguramente, lo que más odiaba en el mundo. Más incluso que perder una apuesta.
—¡Maldito…! —gritó, soltando el kunai y agarrándole la mano que le aprisionaba—. ¡Hijo de…! —Con la mano libre agarró su cuello, tratando de arrastrarlo hacia un lado para quitárselo de encima a Anzu—. ¡PUTA!
¡Crack!
La cabeza de Datsue era el martillo y el rostro de aquel demente el pobre yunque sobre el que trabajaba. Tac, tac, tac… Cinco, seis, siete. La percusión de sus cabezazos carecía de la técnica y destreza de un buen herrero, pero hasta Hiroshi estaría orgulloso de su esfuerzo.
—¡¿A mí me vas a dar en la cara?! —rugió, fuera de sí. Quería matarle. Quería aplastarle la cara contra el suelo y escuchar el sonido de sus huesos al partirse—. ¡¿A MÍ?!
El cuchillo del malhechor voló por los aires, pero el recelo del Uchiha por matarle le brindaron al hombre la oportunidad de atraparle la muleca. Eso es lo que pasaba por ser bueno. Maldita manía mía… Soy demasiado bueno con la gente. Con Kunie le había pasado igual. No había sido capaz de rematar a un enemigo que trataba de matarles, y aquello casi le había costado un disgusto. Ahora le costó un cabezazo.
El Uchiha había recibido el golpe en plena mejilla, gracias a que en el último momento había volteado la cabeza. El golpe fue duro, seco, lo suficientemente fuerte como para partirle un hueso. Pero si de algo gozaba Datsue era de tener huesos fuertes. Eso, y que odiaba que le pegasen en la cara. Seguramente, lo que más odiaba en el mundo. Más incluso que perder una apuesta.
—¡Maldito…! —gritó, soltando el kunai y agarrándole la mano que le aprisionaba—. ¡Hijo de…! —Con la mano libre agarró su cuello, tratando de arrastrarlo hacia un lado para quitárselo de encima a Anzu—. ¡PUTA!
¡Crack!
La cabeza de Datsue era el martillo y el rostro de aquel demente el pobre yunque sobre el que trabajaba. Tac, tac, tac… Cinco, seis, siete. La percusión de sus cabezazos carecía de la técnica y destreza de un buen herrero, pero hasta Hiroshi estaría orgulloso de su esfuerzo.
—¡¿A mí me vas a dar en la cara?! —rugió, fuera de sí. Quería matarle. Quería aplastarle la cara contra el suelo y escuchar el sonido de sus huesos al partirse—. ¡¿A MÍ?!
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado