17/03/2016, 19:29
(Última modificación: 17/03/2016, 19:29 por Amedama Daruu.)
—¡Es la verdad, no tengo fiebre! —protestó un infantil Daruu inflando los mofletes—. Pero algún día ya verás como mis pizzas están más buenas que cualquier otra cosa en el mundo.
Kiroe rió y dejó sin contestar la tontería de su hijo. Se concentró en el plato de comida que tenía delante y observaba las reacciones de Zetsuo con el rabillo del ojo, aunque no parecía haberse inmutado lo más mínimo.
—¡Es el primer plato decente que como en varios días! —exclamó Ayame después de probar el primer pedazo de patito frito.
Zetsuo volvió a darle otro capón en la coronilla mientras tanto Daruu como Kiroe rompían a reír. Daruu se imaginó a Zetsuo vestido con un delantal y un gorro de cocina, con la misma cara de cabreado que tenía desde que se habían conocido pero preparando una tarta de fresa. Eso sólo le hizo estallar a reír aún más fuerte.
—¡Es la verdad! —protestó Ayame—. ¡Hemos comido a base de bocadillos desde que salimos de casa!
Como Daruu y Kiroe habían salido muchísimo antes —porque habían parado en la cabaña de Yachi a entrenar—, no habían tenido tantos problemas. Pero lo cierto es que la cena estaba deliciosa, y echaba de menos...
—Echaba de menos compartir la cena con tanta gente —dijo.
De nuevo, la mesa se sumió en un silencio absoluto, porque el tono en el que Daruu lo había dicho no era precisamente alegre. Desde la muerte de papá, la familia se juntaba poco. La poca familia que le quedaba. Sus abuelos estaban muertos desde la guerra, y sólo quedaban sus tíos. Su tía estaba en Ame, pero hacía tiempo que no celebraban ni los cumpleaños juntos, desde que Daruu entró a la academia concretamente. Y sus tíos por parte de padre vivían lejos, muy lejos, en el País del Agua.
—Bueno... Aparte de nuestros hijos, ¿conoces a alguno más de los combatientes de Ame, Zetsuo? Está ese chico calvito tan raro... Y el ricachón ese. Si quieres mi opinión, creo que ninguno de ellos le llega a la suela de los zapatos a estos dos.
Comió un trozo de merluza y siguió:
—Pero he investigado un poco, digamos, y... Me preocupan sobre todo los de Uzushio. Hay un Uchiha, incluso. Pero es rubio. ¿Será un mestizo? Eso no es un Uchiha de verdad, no me jodas.
Daruu se preguntó de dónde sacaba su madre toda esa cantidad de información.
Kiroe rió y dejó sin contestar la tontería de su hijo. Se concentró en el plato de comida que tenía delante y observaba las reacciones de Zetsuo con el rabillo del ojo, aunque no parecía haberse inmutado lo más mínimo.
—¡Es el primer plato decente que como en varios días! —exclamó Ayame después de probar el primer pedazo de patito frito.
Zetsuo volvió a darle otro capón en la coronilla mientras tanto Daruu como Kiroe rompían a reír. Daruu se imaginó a Zetsuo vestido con un delantal y un gorro de cocina, con la misma cara de cabreado que tenía desde que se habían conocido pero preparando una tarta de fresa. Eso sólo le hizo estallar a reír aún más fuerte.
—¡Es la verdad! —protestó Ayame—. ¡Hemos comido a base de bocadillos desde que salimos de casa!
Como Daruu y Kiroe habían salido muchísimo antes —porque habían parado en la cabaña de Yachi a entrenar—, no habían tenido tantos problemas. Pero lo cierto es que la cena estaba deliciosa, y echaba de menos...
—Echaba de menos compartir la cena con tanta gente —dijo.
De nuevo, la mesa se sumió en un silencio absoluto, porque el tono en el que Daruu lo había dicho no era precisamente alegre. Desde la muerte de papá, la familia se juntaba poco. La poca familia que le quedaba. Sus abuelos estaban muertos desde la guerra, y sólo quedaban sus tíos. Su tía estaba en Ame, pero hacía tiempo que no celebraban ni los cumpleaños juntos, desde que Daruu entró a la academia concretamente. Y sus tíos por parte de padre vivían lejos, muy lejos, en el País del Agua.
—Bueno... Aparte de nuestros hijos, ¿conoces a alguno más de los combatientes de Ame, Zetsuo? Está ese chico calvito tan raro... Y el ricachón ese. Si quieres mi opinión, creo que ninguno de ellos le llega a la suela de los zapatos a estos dos.
Comió un trozo de merluza y siguió:
—Pero he investigado un poco, digamos, y... Me preocupan sobre todo los de Uzushio. Hay un Uchiha, incluso. Pero es rubio. ¿Será un mestizo? Eso no es un Uchiha de verdad, no me jodas.
Daruu se preguntó de dónde sacaba su madre toda esa cantidad de información.