18/03/2016, 17:43
Datsue apretó los puños, furioso, al oír las palabras de Anzu. Lo peor de todo era que eso mismo habría dicho él a alguien que estuviese actuando como él en aquel instante. Aquel tipo había intentado matar a Anzu. Colocado o no, no había justificación posible. ¿Por qué se comportaba así, entonces?
¿Desde cuándo me he vuelto tan imbécil?
Chasqueó la lengua, irritado consigo mismo. Se acercó al cuerpo inerte del drogadicto y le agarró por los sobacos, arrastrándolo hasta la pared. Así al menos no estaría tirado en medio de la calle, y la pared le resguardaría de parte de la lluvia.
—Con eso bastará —dijo, más para sí mismo que para Anzu.
Sin necesidad de más palabras, shinobi y kunoichi siguieron su camino, y aunque el Uchiha no quiso mirar atrás, no pudo evitar preguntarse si aquel hombre sobreviviría o, por el contrario, se convertiría en su primera víctima. Su primer asesinato.
Pues menuda mierda de asesinato. Aquella historia no valía ni para ser contada en el peor antro de todo Onindo. No había épica, ni tensión, ni espectacularidad… Sólo un drogadicto muerto a cabezazos en un callejón oscuro de Shinogi-to, tirado como carroña entre los meados de la calle, esperando a que algún buitre se acercase a por los despojos.
Era mejor no seguir pensando en ello.
—¿Falta mucho? —preguntó, con el habitual color negro de vuelta en sus ojos. Todavía no estaba acostumbrado al consumo de chakra que requería su dojutsu.
¿Desde cuándo me he vuelto tan imbécil?
Chasqueó la lengua, irritado consigo mismo. Se acercó al cuerpo inerte del drogadicto y le agarró por los sobacos, arrastrándolo hasta la pared. Así al menos no estaría tirado en medio de la calle, y la pared le resguardaría de parte de la lluvia.
—Con eso bastará —dijo, más para sí mismo que para Anzu.
Sin necesidad de más palabras, shinobi y kunoichi siguieron su camino, y aunque el Uchiha no quiso mirar atrás, no pudo evitar preguntarse si aquel hombre sobreviviría o, por el contrario, se convertiría en su primera víctima. Su primer asesinato.
Pues menuda mierda de asesinato. Aquella historia no valía ni para ser contada en el peor antro de todo Onindo. No había épica, ni tensión, ni espectacularidad… Sólo un drogadicto muerto a cabezazos en un callejón oscuro de Shinogi-to, tirado como carroña entre los meados de la calle, esperando a que algún buitre se acercase a por los despojos.
Era mejor no seguir pensando en ello.
—¿Falta mucho? —preguntó, con el habitual color negro de vuelta en sus ojos. Todavía no estaba acostumbrado al consumo de chakra que requería su dojutsu.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado