22/03/2016, 16:23
El shinobi del paraguas, que ya no tenía el paraguas porque se había volado, estaba empezando a sentir algo un tanto tibio dentro suyo, si bien ya tenía una vaga idea de lo que era le sorprendía ligeramente sentirlo con una persona que recién conocía pero que le tomaría cierto aprecio y respeto.
Es un sentimiento cálido el tener una persona que te anime. Lograr que una persona te anime sin conocerte mucho es algo muy agradable...
Pensaba para si mismo mientras se ponía de pie. Observó a ambos lados buscando algo con la mirada.
Ese parece estar bien.
Parecía haber encontrado lo que quería, y eso que quería era un objetivo para poder mostrar los efectos de su técnica. Desde donde estaba no podría ejecutarla eficiente, por lo que avanzó hasta la orilla del lago y comenzó a caminar lentamente por el agua concentrando chakra en la planta de sus pies hasta quedar cerca de la kunoichi de peloblanco.
Voy a comenzar, espero te guste Katomi-chan.
Dijo sonriendo mientras el agua turbulenta le hacía pequeños atentados de sacarlo de equilibrio, estaba centrado en su tarea como muy pocas veces lo habría estado, podría decirse que la presencia de aquella muchacha estaba teniendo algún efecto en Mogura. Respiró hondo y centró su mirada en aquel árbol a unos pocos metros, estaba un poco caído y algunas ramas a medio romper que estaban creciendo sobre esa base. Realizó los sellos, un total de cinco finalizando con la serpiente, sello que mantuvo para luego exclamar el nombre de técnica.
¡Fūton: Daitoppa!
Una corriente de aire se generó delante del shinobi, la cual no solo estaría yendo en una dirección diferente a la del viento interesante que se había llevado el techo de su choza sino que también avanzaría con una fuerza considerable que empujaría el agua a los costados ligeramente marcando la trayectoria que tomaría hasta dar de lleno contra el árbol a medio caer.
Una sonrisa se dibujó en su rostro al ver las ramas terminar de quebrarse con la fuerza de su técnica para caer al agua del lago pero cuando el árbol pareció desprender algunas de sus raíces inclinándose un poco más, tuvo que sonreír mas.
Parece que estuvo bien...
No pudo evitar ocultar su contento con el resultado de aquella simple técnica, no era nada avanzado ni nada especial era simplemente eso y lo hacía como se supone que debía ser. No era algo que podía comparar con el vistoso efecto que tenía la técnica de fuego de su amiga, eran cosas diferentes directamente.
Esta es una de las facultades adicionales que he estado investigando casi por mi cuenta, una fuerte ráfaga de viento que busca dar un fuerte golpe a lo que este delante suyo. Ninjutsu elemental de viento.
Mientras realizaba esa aclaración volteaba a ver a Katomi, aunque había un detalle que se le había estado escapando. Al no estar bajo el árbol sabía que se mojaría y puede que por eso no estuviese notando que poco a poco estaba perdiendo la concentración en sus pies y estaba hundiéndose ya casi hasta las rodillas.
Es un sentimiento cálido el tener una persona que te anime. Lograr que una persona te anime sin conocerte mucho es algo muy agradable...
Pensaba para si mismo mientras se ponía de pie. Observó a ambos lados buscando algo con la mirada.
Ese parece estar bien.
Parecía haber encontrado lo que quería, y eso que quería era un objetivo para poder mostrar los efectos de su técnica. Desde donde estaba no podría ejecutarla eficiente, por lo que avanzó hasta la orilla del lago y comenzó a caminar lentamente por el agua concentrando chakra en la planta de sus pies hasta quedar cerca de la kunoichi de peloblanco.
Voy a comenzar, espero te guste Katomi-chan.
Dijo sonriendo mientras el agua turbulenta le hacía pequeños atentados de sacarlo de equilibrio, estaba centrado en su tarea como muy pocas veces lo habría estado, podría decirse que la presencia de aquella muchacha estaba teniendo algún efecto en Mogura. Respiró hondo y centró su mirada en aquel árbol a unos pocos metros, estaba un poco caído y algunas ramas a medio romper que estaban creciendo sobre esa base. Realizó los sellos, un total de cinco finalizando con la serpiente, sello que mantuvo para luego exclamar el nombre de técnica.
¡Fūton: Daitoppa!
Una corriente de aire se generó delante del shinobi, la cual no solo estaría yendo en una dirección diferente a la del viento interesante que se había llevado el techo de su choza sino que también avanzaría con una fuerza considerable que empujaría el agua a los costados ligeramente marcando la trayectoria que tomaría hasta dar de lleno contra el árbol a medio caer.
Una sonrisa se dibujó en su rostro al ver las ramas terminar de quebrarse con la fuerza de su técnica para caer al agua del lago pero cuando el árbol pareció desprender algunas de sus raíces inclinándose un poco más, tuvo que sonreír mas.
Parece que estuvo bien...
No pudo evitar ocultar su contento con el resultado de aquella simple técnica, no era nada avanzado ni nada especial era simplemente eso y lo hacía como se supone que debía ser. No era algo que podía comparar con el vistoso efecto que tenía la técnica de fuego de su amiga, eran cosas diferentes directamente.
Esta es una de las facultades adicionales que he estado investigando casi por mi cuenta, una fuerte ráfaga de viento que busca dar un fuerte golpe a lo que este delante suyo. Ninjutsu elemental de viento.
Mientras realizaba esa aclaración volteaba a ver a Katomi, aunque había un detalle que se le había estado escapando. Al no estar bajo el árbol sabía que se mojaría y puede que por eso no estuviese notando que poco a poco estaba perdiendo la concentración en sus pies y estaba hundiéndose ya casi hasta las rodillas.