17/04/2022, 22:00
El hombre, sin más, recibió el dinero de lo que acababa de vender y lo saludó amablemente. A diferencia de esta tienda, no había nada raro con respecto al trato del vendedor ni ningún timo del estilo. Por suerte, el Senju había podido finalizar su día en Amegakure con más tranquilidad.
Por otro lado, Jun andaba en la suya, mirando unos cuantos discos de los cuales solo llevaría uno que le había llamado la atención en particular. Fue sorprendida cuando el uzujin volvió a ella con los artículos que ya necesitaba.
—Ah, mierda. Llevas bastantes cosas. — Dijo sorprendida al escucharlo. —Bueno, por lo menos parece que vas a tener cubierto de sobra la música.
»Dale, yo compro esto y estoy.
Con el disco en la mano, fue directo a la caja y pagó el total del producto. Parecía que Siete no tenía mucho más tiempo, al verlo que estaba viendo la hora en su reloj.
Cuando volvió con Hayato, justamente, le dijo que ya debía ir partiendo. No sin antes darle las gracias por llevarle a aquella tienda.
—No es nada, hombre de negocios. Ya luego cobraré mis acciones por guiarte. — Siguió la broma al chico mientras caminaban lento hacia la salida.
Finalmente afuera, la chica despediría al chico de la misma forma, con la palma abierta al aire y sonriéndole mientras este se retiraba.
—Dalo por hecho. Nos vemos allí.
¿Cuando? No tenía ni la más puta idea, porque el panorama no estaba para hacer uno de esos viajes que tanto hace Jun. Pero sabía que, luego de todo el lío global, terminaría yendo ahí.
Por otro lado, Jun andaba en la suya, mirando unos cuantos discos de los cuales solo llevaría uno que le había llamado la atención en particular. Fue sorprendida cuando el uzujin volvió a ella con los artículos que ya necesitaba.
—Ah, mierda. Llevas bastantes cosas. — Dijo sorprendida al escucharlo. —Bueno, por lo menos parece que vas a tener cubierto de sobra la música.
»Dale, yo compro esto y estoy.
Con el disco en la mano, fue directo a la caja y pagó el total del producto. Parecía que Siete no tenía mucho más tiempo, al verlo que estaba viendo la hora en su reloj.
Cuando volvió con Hayato, justamente, le dijo que ya debía ir partiendo. No sin antes darle las gracias por llevarle a aquella tienda.
—No es nada, hombre de negocios. Ya luego cobraré mis acciones por guiarte. — Siguió la broma al chico mientras caminaban lento hacia la salida.
Finalmente afuera, la chica despediría al chico de la misma forma, con la palma abierta al aire y sonriéndole mientras este se retiraba.
—Dalo por hecho. Nos vemos allí.
¿Cuando? No tenía ni la más puta idea, porque el panorama no estaba para hacer uno de esos viajes que tanto hace Jun. Pero sabía que, luego de todo el lío global, terminaría yendo ahí.