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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#61
— ¿Hmm? ¿Escuchas eso? —Dijo Kimi, al escuchar la conversación entre los dos hombres, antes de girarse.

Hablaban de vigilar un sitio y de gente sospechosa, lo que aumentaba lo sospechosos que ellos mismos eran en al menos un 2300%, porcentaje que se dobló cuando aquellos dos, apenas verlas, decidieron volver corriendo por donde vinieron.

— ¡Alto! —Les gritó Kimi, echando a correr tras ellos.
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#62
¿Y estos?

No había nada más sospechoso que dos personas sospechosas hablando de gente sospechosa. A su pesar, lo único que le quedaba a Jun era sospechar, sobre todo si estos dos empezaron a correr al verlas pasar.

Se lanzó a correrlos detrás sin agregar palabra a la orden de su compañera. Por cualquier cosa, posaba su mano en su portaobjetos.
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#63
Y todos empezaron a correr rio arriba. No parecía que fuesen más rápidas que ellos, ni más lentas, la distancia con sus presas se mantenía la mayoría del tiempo. A veces se acercaban un poco y otras les sacaban algo de ventaja, pero en general estaban a la misma que cuando empezaron. Al paso que iban no tardarían en pasar Yachi, la ciudad, y parecía que todo iba a quedar reducido a una competición de aguante, y viendo cómo estaban en el apartado de carrera, igual no les interesaba.
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#64
— ¡Chispas! Parece que tendré que hacerlo. —Si Jun se fijaba podría ver como, de nuevo, el ojo derecho de Kimi volvía a brillar en rojo—. Jun, voy a alcanzarlos.

En su siguiente paso, Kimi pisó con más fuerza y su cuerpo se recubrió de fina capa de electricidad que empezaba a brotar de su pecho, haciéndola correr casi el doble de rápido que hacía unos instantes.

— ¡Deténganse. No conseguirán nada huyendo!


Agilidad = 35
Aguante = 35

Cuerpo Sintético activado.
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#65
No parecía que ninguna de las dos llegue a atraparlos. Iban los cuatro a la misma velocidad, por lo que nadie podía sacar ninguna ventaja de distancia.

Hasta que Kimi lo hizo, destrozarle la cabeza a Jun. «EL OJO.» La Nara no acertó a responder nada, solo ver lo genial que era su compañera usando esa cosa que aún no entendía que era.

Lo que si hizo fue darle un poco de chakra a dos shuriken que tenía en su portaobjetos y tirarlos directamente a las sombras de los que escapaban, buscando dejarlos parados en el lugar con su Kagemane Shuriken.
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#66
A los ojos de las kunoichi, eso era su dia a dia, lanzar unos shuriken, ponerse en modo cyborg destructivo, un sabado cualquiera vamos. Para los civiles, ese par de niñas se habían puesto extremadamente violentas y una de ellas había activado el modo furia asesina, acercandose a ellos peligrosamente.

¡Me cago en la santa puta santa jodida hostia de las narices! — gritó uno al ver a Kimi casi doblar su velocidad de carrera.

Mientras Jun lanzó un par de armas, que le pasaron por al lado a Kimi antes de caer al suelo, sin llegar a su marca ni a la mitad de distancia que las separaba de ellos siquiera.

¡Se nota que son kunoichis de Amegakure! ¡Están asalvajadas! ¡Corre, joder, corre!

Cruzaron al otro lado del rio por encima de unas rocas que hacían de paso improvisado y empezaron a subir por un camino de tierra mucho más amplio que el que habían tenido que atravesar ellas para bajar. Pero todo sería en vano, pues en breves, Kimi los alcanzaría y los asesinaría, o eso pensaban.
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#67
Kimi corrió a toda velocidad sin detenerse hasta alcanzarlos e incluso adelantarlos, cortándoles el camino.

— Les dije que se detuvieran. —Les dijo Kimi, mientras recuperaba el aliento—. No vamos a hacerles daño, de veras.

Se inclinó, llevando una mano a su rodilla mientras les mostraba la palma de la otra, pidiéndoles que esperasen un segundo antes de volver a erguirse.

— Mi nombre es Kaminari Kimi, y nos gustaría hacerles unas preguntas. Luego les dejaremos ir si prometen no hacer nada malo. —Ladeó la cabeza y les dedicó la sonrisa más linda que pudo—. ¿De acuerdo?
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#68
Puta madre.

En la carrera hacia las dos persona, bajó un poco su cuerpo para volver a tomar sus dos armas arrojadizas que había errado pero por bastante.

Intentó mantener con el ritmo que iba, pero casi que con Kimi yendo a todo lo que daba era algo tonto. Podía ser que el discurso de la kunoichi funcione para que los otros dos se detuviesen. Después de todo, ya era casi evidente que les iba a alcanzar. Solo deseaba que, cuando parasen, no hagan ninguna estupidez.
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#69
Sin embargo, los hombres hicieron caso nulo a sus palabras y mucho caso a sus acciones y a su bandana. Ambos se pararon en seco cuando Kimi los adelantó, pero no tardaron mucho en reaccionar.

Ves por la entrada norte, yo las entretendré. — el hombre alzó los puños, poniendose en guardia.

¡No te dejaré solo! Si caemos, caeremos juntos. — imitó a su compañero, levantando la guardia.

Kimi, como experta en artes marciales, podía ver que no tenían ni idea de qué estaban haciendo. Tampoco es que intentasen atacarla, solo estaban ahí, esperando en tensión.
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#70
Kimi puso ambas manos en frente suyo, enseñándoles las palmas.

— De verdad, de verdad, no hará falta. No queremos pelear. Solo los perseguimos porque echaron a correr.

Le empezaba a doler el pecho, pero todavía podía soportarlo.

— Por favor. Les prometo que ninguno de nosotros tiene por qué... caer ni nada ¿de acuerdo?
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#71
Jun se limitó a escuchar la conversación de lejos mientras los iba alcanzando. Al final ambos decidieron plantarse, pero no parecían estar del todo tranquilos. Es más, se habían puesto en posición de defensa, pensando que Kimi les iba a arrancar la cabeza o algo por el estilo. Aunque, poniéndose en el lado de ellos, ella también se habría cagado encima si una ninja la perseguía con el modo ese activado.

Al llegar, hizo lo mismo que su compañera y mostró sus palmas. Lo último que quería era que los hombres se espanten más.

Relájense, por favor. Solo venimos a preguntarles algunas cosas.
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#72
Los hombres se miraron entre ellos, intercambiando una breve conversación telepatica decidieron que tal vez no era buena idea enfadar a las kunoichis de Amegakure conocidas por estrangular a quienes las contradicen.

Uh... ¿qué quereis saber? — bajó levemente las manos, aún sin estar del todo convencido.

El otro se colocó tras él, escondiendose levemente de Kimi, que aún estaba en modo destrucción.
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#73
Kimi suspiró, aliviada por no tener que pelear contra unos civiles.

— Disculpen por escuchar su conversación de antes, pero ¿Qué sitio tenían que vigilar? ¿Y quién los contrató?

Inmediatamente después de hacer sus preguntas, una chispa salió de su ojo derecho, haciendo que Kimi soltara un gritito y se lo tapase.

— ¡Chispas! —Exclamó—. Esto... Jun. Acaba de preguntarles, por favor. ¡Ahora vengo!

Se apresuró a alejarse de ellos, acercándose al río mientras se apretaba el pecho, adolorida.
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#74
Bien. — Suspiró al ver como los hombres al final dejaron de estar tan alterados y la defensiva.

Kimi empezó con las dos preguntas que más necesitaban saber. Era de primordial importancia que sepan de que mierda estaban hablando esos tipos, cuanto menos la conversación que escucharon las ninjas era bastante alarmante.

¡PERO QUE CARAJOS KIMI! — Sacudió la cabeza y se giró al escucharle gritar. —¡¿Necesitas que te ayude?!

Ojiabierta se quedó viendo el ojo ese chispear. A este punto, Jun ya no entendía nada de lo que estaba pasando.

Volteó a ver a los hombres y soltó una risa tímida.

P-perdonen ¿Me pueden contar un poco eso de vigilar un lugar?
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#75
— Disculpen por escuchar su conversación de antes, pero ¿Qué sitio tenían que vigilar? ¿Y quién los contrató?

Uno de los hombres miró al otro de forma algo nerviosa al ver que Kimi se derretía ante ellos, sugiriendo una escapada aprovechando la distracción. Sin embargo, el otro temía las consecuencias de ahora sí, ofender a las kunoichis.

Mirad, una chica vino y nos pidió que no dejasemos bajar a nadie al rio. Nos pagó y se fue. No sabemos nada más. Tampoco nos pidió que detuviesemos a quien lo intentase, solo que diesemos una mentira factible como que había riesgo de desbordamiento. No es raro que pase cuando va a llegar la primavera. No hemos hecho nada ilegal ni somos conocedores de ninguna actividad de esa indole.

Parecía que era un discurso más que ensayado. Seguramente lo tenía escrito en un hermoso pergamino en su casa con buena caligrafia por si algún día lo detenían.
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