Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Ambos ninjas, personas entrenadas para cumplir su deber y proteger al pueblo de todo peligro habido y por haber, huyeron sin problemas. Los ruidos se fueron quedando cada vez más lejos conforme ambos corrían con las colas entre las piernas.
No tardaron más de quince minutos en estar suficientemente lejos como para dejar de oír nada. La oscuridad les envolvería como una madre protectora, pues la espesura de los arboles no había hecho más que aumentar en su carrera. Debiles haces de luz lunar se colaban entre las hojas al pasar el viento entre ellas.
El silencio también les acompañó. Fuese lo que fuese esa criatura, todos los animales, hasta los más pequeños, habían entendido que tenían que alejarse del lugar o esconderse en lo más profundo de sus madrigueras.
Allí podrían descansar, si sus pesadillas se lo permitían. Al menos, ya habían hecho camino para el día siguiente en esa carrera.
Durante un cuarto de hora, los asustados genin corrieron sin parar, sacando energías de donde no las tenían por el miedo de enfrentarse a una criatura.
—Ni siquiera lo hemos visto... —Se dijo, cayendo de rodillas—. Ni siquiera lo hemos visto y mira lo lejos que he huido.
Daba pena. Tanta que hasta se rio de sí mismo. ¿Qué clase de ninja...? No. ¿Qué clase de héroe huye sin ver primero el peligro?
Él, solo él. El peor de todos.
Lo peor era que ni siquiera podía odiar a esas bestias. No podía buscar venganza. No podía buscarlos y cazarlos.
Ambos shinobi comenzaron a correr como si su vida dependiera de ello, aunque lo más probable fuera que esa afirmación fuese cierta. Quince minutos después, los gritos y sonidos dejaron de resonar y pudieron respirar tranquilos de nuevo. O al menos eso hizo Haru.
Toshio no parecía conforme a aquello, sin embargo.
—Eh, ya está, estamos lejos, no nos va a hacer nada —intentó consolar el joven kusajin, pasándole una mano por los hombros—. En cuanto lleguemos, podremos notificar qué está ocurriendo, ¿vale?
No sabía si sus palabras habían servido o no de algo, pero ahí las había dejado. Le dio un suave apretón en el brazo, demostrándole que estaba allí para él.
—Es tarde, y aquí parece que podremos descansar, e, igualmente, podemos hacer guardias, ¿te parece bien? —se ofreció el joven de los dos.
17/07/2021, 08:42 (Última modificación: 17/07/2021, 08:42 por Kaminari Chika.)
Ambos pudieron respirar y recuperarse de aquel pequeño susto que había sido oír un estruendo en la noche. Toshio estaba en el suelo intentando juntar lo que quedaba de él a pesar de que ni había visto a la bestia, solo de saber que estaba ahí se quedó temblando.
¿Era un Gebijuu? ¿Era un lobo alfa? ¿Era un oso furioso? Esas eran preguntas que no hallarían respuesta hoy. Haru propuso pararse y seguir con su descanso, pues estaban ya lejos de la bestia.
Sin embargo, un breve chasquido les interrumpió. Tras el chasquido vino una enorme ola de chakra rojizo que los tumbó al instante y en el centro del chakra, una criatura. Incluso en la oscuridad, eran capaces de ver su figura. Se trataba de una especie de ardilla, cuyo pelaje parecía estar en llamas del chakra rojizo que emanaba. Superaba el metro y medio de altura y era bastante más ancha que una ardilla normal, con una enorme cola peluda asomándole por detrás.
De su pelaje se asomaban diversas agujas, como si fuese un puercoespin, pero más que salir de su cuerpo, estaban clavadas en él. Tenía las patas traseras en el suelo y con las delanteras roía algo.
Durante unos segundos, no hizo nada más que roer y entonces levantó la mirada hacia Toshio y Haru, enseñando el pedazo de carne que roía y sus dos enormes dientes frontales.
—¿Notificar qué está ocurriendo? ¡Si ni siquiera sabemos lo que ha sucedido! —Durante un segundo quiso levantarse, pero su instinto de supervivencia le obligó a quedarse allí—. Deberíamos ir a ver qué sucede, deberíamos...
Agachó la cabeza. Sabía que no había manera de que él hiciera algo como eso.
—Ya haré yo la primera ronda...
Entonces todo ocurrió tal y como lo recordaba. Hubo un breve chasquido, seguido de una onda de chakra que lo despejó antes de que pudiese reaccionar.
¡IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIHHHHHHHHHHHH!
Una ardilla extremadamente grande apareció frente a ellos, con un trozo de carne entre sus patas. Si Haru miraba a su lado, podría ver a Toshio intentar desenvainar nerviosamente su Kodachi mientras retrocedía e intentaba no llorar, todo a la vez.
17/07/2021, 11:25 (Última modificación: 18/07/2021, 10:47 por Uzumaki Eri. Editado 1 vez en total.)
Haru sonrió ante las palabras de Toshio. Razón no le faltaba, claro, porque no tenían ni idea de lo que estaba ocurriendo, pero tampoco quería darle vueltas al asunto si no iban a volver a descubrirlo. Él creía que lo mejor era que ninjas más capacitados —como los que participaron en su rescate— fueran a solucionarlo, pues si iban ellos, podía acabar peor...
Sin embargo, su sonrisa se borró al instante cuando una onda de chakra los barrió. Haru se intentó incorporar lo más rápido posible, descubriendo que el creador de aquello no era nada más ni nada menos que una criatura con aspecto de ardilla gigante.
Se quedó momentáneamente helado en el sitio, analizando la situación. La ardilla parecía más un erizo, y parecía estar royendo algo... «¿Carne?»
Toshio intentó desenvainar su kodachi. Él, por su parte, tomó un kunai de su portaobjetos. Poniéndose en una posición defensiva delante de Toshio.
El monstruo se les quedó mirando durante un instante, con sus ojos rojos sedientos de sangre clavados en los ninjas. Sus patas delanteras se relajaron, dejando caer el trozo de carne y se lanzó a por ellos.
Antes de que la carne tocase el suelo, el engendro había llegado a ellos, concretamente a Toshio. Se había acercado a toda velocidad con una trayectoria errática hasta entrar en rango de saltar directo a por el pelirrojo, como si oliese el miedo en él.
Si el pelirrojo o el castaño interponían sus armas, eso no detendría a la bestia, que placaría sin piedad a Toshio, tirandolo al suelo y poniendose encima. El placaje no solo había hecho el daño del propio impacto, sino que varias de las agujas que tenía el animal clavados por todo el cuerpo también se clavaron en Toshio.
Ahora unidos por esas puas, el gebijuu asomó los dientes, dispuesto a darle un buen mordisco al pelirrojo si nada le detenia.
Daños realizados: 10 PV de placaje y 4 PV de las puas para Toshio.
Vida: 100 PV
18/07/2021, 08:27 (Última modificación: 18/07/2021, 17:35 por Kurogane Toshio. Editado 1 vez en total.)
Durante unos segundos, los genin fueron observados por aquella maldita bestia mientras esta decidía cuál de los dos genin le parecía más apetecible.
La decisión no fue complicada. Ambos chicos estaban asustados, pero solo uno de ellos estaba tan aterrado que apenas podía moverse.
—No...
Antes de que se diese cuenta, Toshio ya la tenía enfrente.
Intentó levantarse de un bote y anteponer su arma para defenderse, clavándola en la ardilla (25 PV), pero eso no fue suficiente para parar a la ardilla, que simplemente continuó hacia adelante para placarlo.
—¡Agh! —Se quejó cuando varias aguas se clavaron en su piel—. ¡Aléjate, aléjate, aléjate, aléjate!
La ardilla no se amedrentó en ningún momento, dejando el trozo de carne de lado para placar directamente contra ellos, o, más específicamente, contra Toshio, quien parecía petrificado en el sitio ante la visión de aquel monstruo que tenían en frente. Aunque Haru intentara ponerse entre ellos, los movimientos inciertos de la ardilla hicieron que se despistara, y ésta acabó arremetiendo contra el pelirrojo.
—¡Toshio! —exclamó, viendo como la ardilla impactaba contra él y le clavaba algunas de sus agujas—. ¡No!
El chico lanzó su kunai para tratar de llamar su atención (18PV). Luego, pese a todas las espinas que tenía, trató de arrollarlo con un empujón que lideraría su brazo izquierdo, placándola (9PV).
La ardilla consiguió su objetivo de placar a Toshio, llevandose su katana como premio. Tal penetración le costó al pelirrojo que la ardilla le babease encima al quejarse de dolor. Justo cuando el grotesco monstruo iba a clavarle sus dientes, un kunai le interrumpió, clavandose en su costado.
Al girarse, soltando a Toshio en el proceso, se encontró con Haru placandole y llevandose unas cuantas puas de regalo (4 PV). El intento de puercoespin no era especialmente pesado, por lo que el placaje de Haru le hizo rodar hasta parar contra un arbol a dos metros de la pareja.
Sin perder un segundo en reaccionar, escaló dicho arbol, posicionandose en una de las ramas a unos seis metros de altura y parecía que no iba a moverse de allí. La bestia, herida y jadeante, clavó sus cuatro patas en la enorme rama, haciéndola crujir a medida que acumulaba energía frente sí.
Si los chicos se tomaban el tiempo de observar la creación de semejante bola de destrucción, verían como bolitas negras y blancas se juntaban para formar una bola más grande. Cuando la bola era la mitad de grande que la ardilla, ésta la disparó directa al suelo, en un punto intermedio entre sus dos presas.
Daños realizados: 4 PV a Haru por las pues y ¤ Gebijūdama de 60 PV lanzada en modo bomba, 60 cm de diametro y 6 metros de explosión, lanzada entre Haru y Toshio.
Vida: 48 PV
Chakra: 64 CK
18/07/2021, 18:45 (Última modificación: 20/07/2021, 23:04 por Kurogane Toshio. Editado 1 vez en total.)
Durante un segundo, Toshio llegó a pensar que este iba a ser el fin de su vida. El gebijuu lo había atrapado y estaba a punto de comérselo, cuando Haru decidió salvar su vida placando a la bestia.
—Gracias... —dijo, recuperando el aliento.
Se levantó del suelo y retrocedió un paso para recomponerse, cuando la ardilla decidió escalar el árbol y recolectar chakra.
—Mierdamierdamierdamierda. Esto es malo. —Repitió, aterrorizado.
No tenía a dónde escapar y no tenía manera alguna de detener el ataque. Para colmo sus piernas no dejaban de temblar y no tenía a Yuki para salvarle la vida esta vez.
Metió la mano en el portaobjetos, temblorosa, y cuando la sacó una descena de agujas y dos shuriken salieron levitando fuera de este.
En esta situación, acorralado junto a su compañero, lo único que podía hacer era atacar de vuelta y esperar no morir.
Apuntó con ambas manos hacia adelante a la vez que la gebijuudama fue lanzada, haciendo que todas sus armas salieran disparadas a la vez contra la bestia (4 PV por senbon, 12 PV impacto por shuriken), intentando evitar que chocasen contra la bomba.
- Wakizashi (En el costado izquierdo de la cadera, bajo la kodachi)
- Kodachi (Desenvainada)
¤ Sōshūjin ¤ Manipulación de Hojas de Ataque - Tipo: Apoyo - Rango: C - Requisitos:Shurikenjutsu 20 - Gastos: 0.4*Daño mayor del arma a manipular por cada arma a manipular (divide regen. de chakra) - Daños: - - Efectos adicionales:
Hace levitar un número determinado de armas frente o alrededor del usuario.
(Shurikenjutsu 40) Un mayor control permite al usuario no utilizar sus manos para mantener la levitación.
(Shurikenjutsu 60) Un control experto permite al usuario moverse mientras las armas están levitando.
- Sellos: - - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: -
Esta técnica guarda un nombre muy similar a la técnica de manipulación de armas con hilos, pero es, en funcionamiento y en forma, una habilidad completamente distinta. Mediante un preciso control de su chakra, el usuario toca una o más armas antes de desplegar sus manos y mantener sus brazos flexionados con las palmas hacia arriba, haciendo a su vez que dicho conjunto de armas levite frente a si. Tras el tiempo que desee, dispara tantas de esas armas como quiera en una dirección a la que apunte con una de sus manos, incluso trazando parábolas si es que posee la suficiente destreza para ello. Cuando un usuario alcanza la suficiente maestría con las técnicas de Shurikenjutsu y con su control del chakra, no necesita mantener las manos en posición para que los objetos sigan levitando. Hay incluso aquellos que logran moverse con las armas flotando a su alrededor.
Haru gruñó al notar como las agujas se clavaban en su piel, pero por suerte, había logrado alejar a la ardilla de Toshio. Sin embargo, ésta se subió a un árbol y comenzó a canalizar un extraño chakra.
—Cuidado...
El chico comenzó a hacer sellos rápidamente, creando entre ellos y la ardilla un gran muro (Doton: Doryūheki, 80 PV defensa) para ver si lograba mitigar aquel impacto.
Mientras la ardilla mutante cargaba su ataque dispuesta a borrarlos de la faz de la Tierra, Toshio y Haru optaron por estrategias muy distintas pero con una sincronicidad pasmosa. Toshio lanzó todas sus armas arrojadizas de golpe con una técnica para hacerlas levitar mientras Haru levantaba un muro de piedra que los separaba del gebijuu.
Tal vez demasiado coordinados. El muro se alzó majestuoso del suelo al mismo tiempo que las armas se dirigían hacia su objetivo. Los dos shuriken se estamparon contra el muro, la mitad de senbons fueron golpeados por el muro, se desequilibraron y cayeron al suelo inertes y del resto, solo tres lograron pasar sin problemas y de esos, dos consiguieron clavarse en la bestia, que ya se disponía a reposicionarse.
El muro se agrietó visiblemente antes siquiera de que llegase la Gebijuudama (24 PV shuriken, 8 PV senbon)
80 PV Muro - 32 PV Armas + 30 Poder Haru VS 60 PV Gebijuudama + 60 Poder Gebijuu =
42 PV de Gebijuudama
Primero, fue agrietado por las armas que lo golpearon y después el destello cegador de la gebijuudama se coló por esas grietas hasta que fue demasiado para el muro y lo atravesó, destruyendolo por completo.
El poder destructivo de la bomba se vio mitigado por el muro, pero era suficiente poder para no solo erradicar de la existencia el muro sino que dejó un bonito agujero en el suelo donde se había erigido la técnica. Toshio y Haru recibieron daños de la explosión y se encontrarían cerca del centro del pequeño crater que había originado la técnica.
Pero si se pensaron por un momento que podrían respirar, estaban equivocados. Una bola de puas apareció de la nada y se lanzó con la boca por delante hacia Haru, buscando engancharse con sus poderosos dientes frontales en su brazo izquierdo. (16 PV)
Daños realizados: 16 PV Mordisco a Haru
Vida: 40 PV
Chakra: 64 CK
Tan pronto como sus armas se clavaron en el muro de rocas, Toshio supo qué estaban jodidos. Le habría gustado saltar para apartarse, que es lo que debía haber hecho desde un principio; o haber apartado a Haru, que es lo que haría si fuese un poco más valiente, pero no hubo tiempo.
La luz de la gebijuudama se empezó a colar peligrosamente entre las grietas que habían dejado las armas del herrero en el muro. De golpe, el muro y la bijuudama reventaron frente a ambos, haciéndoles mucho daño.
Antes de que pudiesen recuperarse, la enorme ardilla volvió a saltar al ataque, esta vez contra Haru.
«Ni en sueños».
Pensó el chico mientras cogía una piedra del suelo, que de pronto se volvió mucho más pesada y negra, justo antes de ser lanzada a la cabeza del ardillón (20 PV).
Para los herreros Kurogane cualquier cosa puede transformarse en un arma.
Esta técnica que consiste en aplicar chakra en la vaina de un arma o en un objeto cualquiera, haciéndolo más pesado y endureciéndolo hasta el punto de poder utilizarlo como si se tratara de un arma real, además de cambiar su color a negro.
Por cada golpe, para mantener activa la técnica, el usuario debe volver a pagar el coste.
El muro resistió como pudo justo antes de ser atravesado por aquella masa de chakra que fue directo hacia ellos, impactando y creando un cráter entre ambos. Haru recibió el golpe completamente, hincando la rodilla en el suelo por el golpe. Sin embargo, su zurda volvió a meterse dentro de su portaobjetos, sacando su último kunai.
La ardilla no les dio tregua, y esa vez, fue a por él. Haru no se movió. Esperó al impacto.
—¡Haru, acábalo!
Cuando vio aquella piedra ser lanzada, Haru fue con ella para encontrarse con la ardilla, a la que intentaría clavar el kunai (18PV) lo más hondo posible a pesar de recibir la mordedura.