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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#1
Pues si, realmente no estoy muy agradada con el cambio tan leve que hice en la apariencia y psicología de Katomi, en las descripciones concretamente, las cuales hice canibalizando las anteriores... Creo que el año pasado de rol, la experiencia de haber revivido, e incluso ser acribillada por el Shukaku debería haber influido un poco mas en ella. En fin, espero que no se mucha molestia.


Para la edad que tiene, Katomi aparenta ser algo mayor. Su silueta ha tomado rasgos muy femeninos, y unas curvas que aunque no sean del todo despampanantes, son muy sinuosas. Mide casi el metro setenta de altura, y pesa alrededor de... —Shhhh eso es un secreto— Su cuerpo tiene una constitución delgada o atlética, en la que apenas denota músculos, pero eso no significa que no los trabaje. Su piel es blanca como la misma nieve, casi parece albina, y de hecho tienen numerosos rasgos de ese gen, pero no llega a serlo. Por toda esa blanquecina piel se expande una infinidad de cicatrices antiguas y no tan antiguas, rastro de una vida llena de acción y desventura. Desde el rostro hasta el mismo glúteo, todo su cuerpo tiene rastro de cicatrices, milímetro mas arriba o milímetro mas abajo.

Sus orbes parecen dos túmulos de sangre, densos y rojos como el mismísimo infierno. Aunque su mirada sea apacible, nunca termina de ser del todo agradable. Sus ojos son finos, rasgados, y suele acrecentar la sensación con maquillaje negro alrededor de éstos. Aunque antes acostumbrase a llevar algo mas de maquillaje en el rostro, ha aprendido a usar el mínimo e indispensable, lo justo como para disimular las cicatrices de la cara. Éstas son las únicas marcas que intenta evitar enseñar, las mas dolorosas quizás para una chica algo presumida.

Su cabellera es del mismo color casi que la piel, blanca como una luna llena. Aunque lo suele llevar suelto, hay ocasiones especiales en que lo recoge, pero eso apenas sucede. Libre pero cuidado, la kunoichi tiene un pelo que llega a rozar en altura sus riñones. Lo mantiene largo, pero lo corta con bastante frecuencia para demarcar capas en éste, haciendo que tome una apariencia algo salvaje. Lejos de ser así, su tacto es suave y sedoso, tanto que muchas veces cae en la costumbre de rizarse y jugar con un mechón de éste. Su flequillo cae en dirección hacia su zurda, tapando la mayoría de veces el ojo de ésa parte del rostro.

Aunque suele vestir ropas algo llamativas y de colores negros y rojos, tampoco es raro ver que vista algún que otro Kimono.

Su torso suele estar cubierto por una camisola ancha de color negra y mangas largas, que está modificada en numerosos puntos para una mayor sostenibilidad en la elaboración de acrobacias. Además, se caracteriza por tener una calavera en el centro de su pecho de color blanca. Está puesta sobre una camisa interior de redecillas, la cual está sobre un sostén deportivo del mismo color. La camisola negra tiene partes estrechas hechas en cuero a la altura del abdomen y los codos. El cuello es de pico, mostrando el escote levemente, que queda disimulado por un pañuelo rojo atado a su cuello.

La parte inferior del conjunto está conformada por un pantalón negro tipo short. Sobre el muslo derecho se halla un portaobjetos ligero de color negro, y en la cintura hace las funciones de cinturón la bandana metálica que representa a su aldea. Cambió sus típicas sandalias shinobi por unas botas de color negro que le llegan hasta poco mas alto de la rodilla, las cuales llevan un entramado de cordones desde el empeine hasta el final de la misma.


En una conducta un tanto autodestructiva, la kunoichi comenzó a fumar y a beber poco después del incidente del torneo. Pero lejos de buscar la muerte, tan solo buscaba acercarse mas a sus objetivos. En ningún momento pierde de vista su futuro, hecho que a veces la hace ser fría como una roca. Buscando aparentar mas edad de la que tiene, llegó a esos límites... ¿Quién iba a confiar en una chica de 15 años para conseguirle opio estando en su sano juicio?

Esto lleva a un acto de gran importancia. Montó un negocio propio, bastante arriesgado, pero de unos beneficios considerables... Pero lo mas importante no es el dinero, que también, lo importante es el hecho de que éste negocio fastidiaba al negocio de su padrastro. Fastidiaba y fastidia, pues en cualquier momento explotará la guerra.

Su único anhelo es conseguir derrocar a su padrastro, por cualquier medio. No hay manera de que le perdone todo lo que le ha hecho y sigue haciendo a su madre, no hay perdón para actos como los que ha hecho.

Su vida pasada le acostumbró a lujos y dinero, cosa que ahora empieza a disfrutar de nuevo. Pero ésto es parte de un punto de inflexión moral curioso. Katomi tomó un gran odio por personas con dinero, principalmente porque ella ha vivido en esas esferas, y sabe que el dinero termina corrompiendo a cualquiera. Un claro ejemplo de ésto es la persona a la que mas odia... su padrastro. Si tuviese que decidir entre dinero y poder, sin duda elegiría poder y fuerza. El dinero siempre llega mas tarde o mas temprano.

En el ámbito amoroso no ha tenido experiencia apenas, quizás empujada por un constante entrenamiento y haberse desbordado constantemente en su nuevo negocio. Evidentemente, es de carne y hueso, y a veces hasta algo lujuriosa... pero no debe perder el tiempo con esas tonterías. Al menos eso es lo que se repite constantemente cuando surge la ocasión.

Es una chica directa, que no miente bajo ninguna circunstancia, ya puede depender su vida en ello que no mentirá. Eso si, no mentir no quiere decir que siempre suelte toda la información que tiene. Una cosa es no saber mentir, y otra bien distinta es ser mas tonta que una alpargata.

Entre sus aficiones reinan el leer, y el nuevo arte que ha descubierto hace no demasiado. Crear figuras de fuego, crear arte a partir de una mera silueta de fuego. Un arte raro y un tanto excéntrico, que muchas veces resulta inviable en una aldea donde no para de llover. Por suerte para ella, no hay condición climática que la tumbe, es una chica dura como un roble.
#2
Done.
Nabi
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