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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#76
S-Seguro que está por aquí... En algún lado...

Yuri le dedicó una mirada de pocos amigos a Yuu. Pensaba que habían alcanzado un acuerdo, pero, al parecer, la morena se vendía al primer gato que apareciese. Soltó un soplido y se separó de ella.

Saldré a buscarlo. Seguro que está con los adictos de fuera.

Y sin pedir permiso a la dueña siquiera abrió la puerta corrediza que separaba la casa del jardín y salió fuera, donde pasearía en busca del endemoniado gato.


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#77
Yuu sonrió ligeramente triunfante. De alguna forma, su senpai había accedido a dejarla entretenerse con aquel gatito un rato más. Y como si de la mayor de las recompensas se tratara, Yuu aprovecharía todo lo que pudiera aquella bendición que los Dioses le habían ofrecido.

Le acariciaba las patitas, y jugó con él moviéndole un poco las patas delanteras. La mayor parte del tiempo se lo pasaba rascándole detrás de sus orejitas o debajo de la barbilla. También a lo largo de su espina dorsal y sobre todo en la parte que conectaba el final de esta con su cola. También quería escuchar el ronroneo, por lo que se lo pegó al oído en una ocasión cuando vio que este estaba de lo más a gusto con ella. Esto haría que se le esbozara otra sonrisa bobalicona, junto a un pequeño rubor en sus mejillas.

¿Todos estos gatos son tuyos? ¿Cómo se llaman? — dijo completamente ilusionada.
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#78
¿Todos estos gatos son tuyos? ¿Cómo se llaman?

No, no son mios. Los gatitos no son propiedad de nadie, son del mundo. Por eso vienen aquí a pasar el rato. Oh, normalmente tienen collaritos con sus nombres, sino simplemente les hago pspspspspsps y vienen. Aquí no ponemos etiquetas. — le contestó sonriente mientras seguía acariciando a los gatos que la rodeaban.

Mientras, Yuri maldecía entredientes, pero no había más que gatos a su alrededor para escucharla y la mayoría estaban medio idos por la hierba gatuna. Yuu podría verla por el ventanal moverse torpe y lentamente entre tanto gato drogadicto buscando con la mirada el que pudiese ser el suyo, sin exito.


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#79
Por un rato más, Yuu seguiría jugando con aquel animalito y cualquiera que se le acercara. Finalmente, y más bien por error, se fijó en la ventana donde pudo ver a Yuri teniendo claros problemas para encontrar el gato que era el objetivo de ambas. Yuu se había perdido entre aquella feliz felinidad por error y había dejado a Yuri a cargo de todo. Se levantó del sofá, sosteniendo al gran gato entre sus brazos antes de salir al exterior.

¿H-Has dado con Tsuchi? — Miró a los lados un poco inquieta, buscando con la mirada un gato que coincidiera con las descripciones que buscaban. — A-A lo mejor no está aquí, y está en... ¿Un bar?... ¿Gatuno? O-O en su trabajo de g-gatito — Sonrió débilmente, moviendo las patitas delanteras del felino hacia Yuri qué tenía entre sus brazos.
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#80
¿H-Has dado con Tsuchi? A-A lo mejor no está aquí, y está en... ¿Un bar?... ¿Gatuno? O-O en su trabajo de g-gatito

Yuri se giró a su aprendiz con cara de pocos amigos. Aquella inocencia estúpida le había parecido entrañable en un principio, pero ahora le sonaba terriblemente mal. Tal vez fuese porque estaba molesta con ella por haber traicionado su confianza. O consigo mismo por haber creido que podía confiar en alguien, un error que no debería haber cometido.

Está dificil encontrar a Tuchi cuando la mitad de los gatos son igual de grises. — cansada, empezó a levantar a los gatos del suelo para directamente mirarles el collar.

Tras comprobar el collar los dejaría de nuevo en el suelo. No estaba tan enfadada como para empezar a pagarlo con los animales, por suerte para ellos. Aunque dependiendo de la respuesta de Yuu, igual se llevaba un gatazo a la cara.


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#81
Yuu alzó un poquito el gato, encogiéndose y ocultándose un poco detrás de él cuando Yuri le lanzó aquella acusadora mirada. Pero por suerte no le hizo nada. Parpadeó un par de veces, visiblemente preocupada en su rostro para entonces ver como su senpai se agazapaba para mirar los collares de los gatos. Yuu se puso de cuclillas antes de dejar aquel gato en el suelo, para después buscar al más cercano que fuera grisáceo.

Al igual que Yuri, comprobaría el collar del gato. Si no era el acertado, pasaría entonces al siguiente, y en ese momento le surgió una duda.

Y si... ¿Hay más de uno que se llame Tsuchi y sea de los mismos colores? ¿Qué hacemos? — Dijo con todavía aquel gesto de preocupación en sus ojos, girándose para buscar a su senpai.
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#82
Y si... ¿Hay más de uno que se llame Tsuchi y sea de los mismos colores? ¿Qué hacemos?

Nos lo llevamos. — contestó tajante.

Finalmente, levantó un gato que parecía haberse comido cinco gatos y le miró el collar. Efectivamente, era Tuchi. Yuri lo volvió a mirar. Recordaba que habían dicho que estaba algo fofo, pero eso era más grasa que gato. Por suerte, parecía estar lo suficiente drogado para no saber qué estaba pasando ni resistirse.

Es este. Vamonos. Les daremos la ubicación de la casa a la madre y si vuelve a tener algún problema que venga ella a jugar al Quien es Quien. — aclaró mientras se ponía el gato bajo el brazo y saltaba directamente fuera del jardín, sin pasar por la casa.

Parecía incluso más molesta que antes.


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#83
Yuri pareció dar con el indicado. Sonó tosca y tajante, pero Yuu ni se fijó porque simplemente se alegró de haberlo encontrado. Seguro que aquel chico se alegraría un montón de tenerlo de vuelta. Y tras un par de palabras, simplemente saltó fuera de aquel lugar. Yuu volvió a parpadear incrédula, ahora sí que se había dado cuenta de que estaba molesta por algo. Dio un paso adelante, pero entonces se detuvo y volvió al interior.

¡L-Lo hemos encontrado, g-gracias por tu ayuda! — dijo visiblemente alterada. — N-Nos vamos, m-mi compañera ya sé... — Tragó saliva al mirar hacia atrás, pensando que la iba a perder de vista. — ¡N-Nos vemos!

Y entonces corrió tropezadamente hacia donde se había marchado Yuri. No tenía mucha resistencia, así que aunque fuera una carrera corta le pondría el corazón en el cuello de lo apresurada que estaría. Con suerte no se había alejado demasiado y podría alcanzarle el paso tras un sprint.

¡Y-Yuri-senpai, e-espérame!
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#84
¡Y-Yuri-senpai, e-espérame!

Por suerte para Yuu, Yuri no estaba corriendo, no había corrido en ningún momento. Por desgracia para ella, tampoco iba a pararse a esperarla. Andaba mirando hacia delante con el gato bajo el brazo y cara de pocos amigos.

Su paso tampoco era relajado, iba más rápida que si fuese un paseo pero más lenta que una carrera, en un paseo tenso y claramente alimentado por su enfado. Cuando Yuu la alcanzase, no le diría nada, ni siquiera le dedicaría una mirada.


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#85
Caminaría un rato a su lado, intentando igualarle el paso, aunque ella necesitaba correr para ello, tenía las piernas demasiado cortas. Consiguió adelantarla momentáneamente para poder observar su cara de enfado, lo que la hizo preocuparse más. ¿Había pasado algo? ¿Había hecho algo malo? La morena apenas podía mantener el ritmo sin empezar a sudar.

Y-Yuri-san, e-espera. ¿H-He hecho algo malo? — Su voz empezó claramente a temblar, y algo dentro de ella parecía estar empezando a revolverse.

Estaba tan alterada que apenas podía hacer dos cosas a la vez. Hablar, mirar hacia delante y caminar. Finalmente, tropezó y se cayó al suelo, hiriéndose la rodilla. Yuu intentó levantarse casi en el momento, pero el dolor la obligó a voltear la mirada a su pierna. Estaba algo despellejada, como cualquier crío de su edad que se hubiera hecho daño jugando. Volvió a alzar la mirada, para buscar a Yuri y retomar su caminata. Tal vez cojearía un poco, pero no quería alejarse de ella lo más mínimo.
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#86
Y-Yuri-san, e-espera. ¿H-He hecho algo malo?

Finalmente, Yuri se paró. Pudo oír a Yuu caerse tras ella y se giró para verla levantarse. No había rastro alguno de pena en su mirada. La miró de arriba a abajo y vio la herida que se acababa de hacer en la rodilla.

Estate quieta. — era una petición con tinte de amenaza.

Se agachó a la herida y sin soltar al gato, se puso a hacer sellos con su mano libre. Pasó dos dedos por las herida y ésta quedó cubierta de una fina capa de hielo.

No te lo toques. ¿Y quieres saber qué has hecho? Dejar de lado la misión. Eso has hecho. Has visto cuatro gatos y te has olvidado de nuestra misión. Y no solo eso, sino que yo te había puesto a cargo. — se alzó de nuevo, mirando a Yuu con frialdad y... decepción.


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#87
El frío tacto la hizo estremecerse ligeramente por un momento. Después, la fina capa seguía molestando por la temperatura, pero seguramente eso haría que cicatrizara antes. Yuu se quedó sentada de culo, mientras Yuri le echaba un sermón tan asolador como la tundra.

L-L-Lo siento m-m-mucho... E-Es que... N-No pude... L-L-Lo siento mucho de verdad — poco a poco fue bajando su cabeza mientras sus ojos se ponían húmedos. Se llevó las manos a la cabeza, temblando un poco. — L-Lo siento de verdad...

Temblaba ligeramente, y parecía estar al borde de un mar de lágrimas.
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#88
L-Lo siento de verdad...

Le gustaría decir que la reacción de Yuu no hizo mella alguna en ella, pero mentiría. Sin embargo, no hizo tanta mella como para que fuese visible en su exterior. La siguió mirando con frialdad durante unos segundos antes de hablar.

Levantate y vayamos a dar al gato, después hablaremos de qué puedes hacer para ganarte mi perdón. — le ofrecería su mano libre para ayudarla a ponerse en pie, sin cambiar su mirada fria.


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#89
Los ojos de la morena se abrieron como platos, y alzó la cabeza casi de inmediato. Era como si hubiera visto un oasis de esperanza en un caluroso y desolador desierto; aunque más bien sería como ver unas fuentes termales en una desamparada tundra helada. Yuu se puso casi de inmediato, tomándola de la mano con sus dos manos.

¡S-Si, s-senpai! — su boca temblaba, y mantenía una expresión entre ilusión y tristeza muy extraña, apretando los labios y sus cejas mientras asintió una única vez.

Esperó a que Yuri volviera a dirigir la marcha, para seguirla a la misma velocidad que antes sí hacía falta, aunque eso suponer quedarse sin aliento y fuerzas por todo lo que quedaba de semana. Podía simplemente haber ido flotando transformando sus piernas en papeles de la misma forma que había hecho anteriormente, pero estaba tan alterada y aterrada por quedarse sola que aquello no era una opción que siquiera hubiera podido cruzar por su mente.
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#90
¡S-Si, s-senpai!

Yuri no le diría nada más por el momento. Iría directa a la casa del cliente, les entregaría el paquete, les aseguraría que estaba bien y que solo estaba algo dormido y les señalaría en qué casa lo habían encontrado. También justificaría porqué el gato se había ido hacia allí y era solo por la hierba gatuna. Ellos aceptaron la explicación y les dieron el pergamino conforme habían cumplido su cometido.

De nuevo, Yuri no diría nada, solo le señalaría a su pupila que la siguiese hacia el edificio del Uzukage. A menos que ésta decidiese empezar una conversación, harían el paseo en silencio.


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