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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#91
Hizo notar su desagrado con lo que decía el señor resoplando con fuerza. No solo eso dejó ver, sino que su cara tenía una evidente expresión de desagrado.

¿De en serio preguntas qué pasó? ¿Te piensas que nosotras mismas explotaríamos un sello en ese lugar tan cerrado para salir así de heridas? Es más, yo ni se como hacer explotar uno. — Se levantó con la ayuda que se le había ofrecido y le mostró una sonrisa espontánea. —Gracias Kimi.

Se acercó lentamente pero decidida hacia el hombre, manteniendo la distancia con este.

Evidentemente tu estado no te deja pensar bien, por lo que deberíamos ir a la habitación para que veas que tu hermano no estaba allí. E investiguemos bien el lugar para que no haya dudas.

Se giró a la mujer, que parecía ser la más racional en esa situación. Se había acordado de algo que le había llamado un poco la atención, pero quería asegurarse si era idea suya o si en verdad era algo importante.

¿Kyoka? — Dudó al haber escuchado su nombre antes. —Cuando entré a esa habitación noté que hacía un poco más de frío que en los demás lugares de la casa ¿Sabes si eso era normal allÍ?
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#92
—. Pasó lo que le dije, señor. ¿Está seguro de que no hay alguna especie de entrada secreta? Me imaginaba que podrían tener algo así en una casa de los misterios...

Claro que no hay ninguna entrada secreta. Solo hemos alquilado el lugar. ¿Cómo ibamos a construir esto nosotros?

Lo que decían las kunoichis era un completo sin sentido.¿Qué se pensaban que era eso? ¿La guarida secreta de un ex kage renacido que ahora busca venganza? ¿En el calabozo secreto de un megalomano multimillonario? ¡Que estaban en un piso normal de la villa!

Evidentemente tu estado no te deja pensar bien, por lo que deberíamos ir a la habitación para que veas que tu hermano no estaba allí. E investiguemos bien el lugar para que no haya dudas.

El hombre se giraba de un lado a otro sin realmente moverse del sitio, haciendo evidente lo nervioso que estaba.

He visto perfectamente lo que NO había en esa sala.

Ya ni siquiera las miraba, estaba mordiendose las uñas, perdido en sus pensamientos. El mago estaba de pie en una esquina, esperando a que la situación se tranquilizase para tranquilizarse él mismo. La mujer, en cambio, estaba en el medio con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

¿Podemos dejar la discusión para otro momento e ir al maldito hospital? — no quería arrastrar a las heridas, de hecho, dudaba que pudiese siquiera.

No paraba de mirarlas preocupada y ofuscada por el nulo caso que la hacía todo el mundo. Para las kunoichi eso podía ser un día más, pero para una civil como ella, aquello era algo completamente surrealista. Las dos muchachas tenían quemaduras y cortes por todo el cuerpo y estaban ahí discutiendo como si nada.

¿Kyoka?

¿Sí? — la mujer encaró a Jun, perdiendo la ofuscación pero manteniendo la preocupación.

Cuando entré a esa habitación noté que hacía un poco más de frío que en los demás lugares de la casa ¿Sabes si eso era normal allÍ?

Se lo pensó unos segundo antes de contestar, insegura.

Tal vez sea por las velas. Os estarían dando calor, supongo.
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#93
¿Por las velas? No. Kimi estaba segura de que debía tratarse de algo más, pero no estaba segura de que aquel fuese el momento de seguir investigando. Al fin y al cabo, si lo encontraban, era muy probable que su captor no lo liberase sin una pelea, y las chicas no estaban en condiciones de pelear.

Además, aquel hombre empezaba a ponerla de los nervios y se le complicaba mantener la serenidad.

— Necesitamos ir al hospital a que nos revisen. Pero en cuanto nos recuperemos le doy mi palabra de que lo ayudaremos a encontrar a su hermano. —Prometió, antes de realizar una reverencia y empezar a dirigirse lentamente a la salida, adolorida.
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#94
La mujer insegura solo le generó más dudas que certezas con aquella respuesta, intentando buscarle sentido lógico a la situación. Sentido que no existía, porque evidentemente había algo más en esa habitación. Jun estaba decidida a ir, era el momento perfecto para encarar lo que había ahí. En otro caso, se les podría escapar la pista del caso. Pero había dos inconvenientes con eso. A pesar de su intención, el cuerpo con suerte le seguía aguantando para seguir caminando con normalidad. Casi que se estaba forzando por hacer eso. Lo segundo, parecía que era la única que quería volver allí, todas las demás personas no querían entrar a aquel sitio.

Dejó caer una especie de soplido. Un sonido de queja con la boca largo y notorio, casi indignada de no poder ir para demostrar lo equivocado que podía estar el viejo.

Ya, vayámonos.

Hizo una leve reverencia a la mujer y luego siguió a su compañera hacia la salida, ignorando por completo al señor. Antes de salir, también le haría una reverencia al mago.

Gracias por socorrernos y disculpen si fui molestia en algún momento. — Soltó con una actitud totalmente seria.

Dolorida como su compañera, hizo el esfuerzo que pudo para seguirle el paso y poder salir del recinto.
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#95
— Necesitamos ir al hospital a que nos revisen. Pero en cuanto nos recuperemos le doy mi palabra de que lo ayudaremos a encontrar a su hermano.

Gracias por socorrernos y disculpen si fui molestia en algún momento.

Y las dos kunoichis de verdad esperaban irse de ahí solas, cojeando y medio deshechas. Kyoka suspiró y empezó a andar tras ellas.

Esperad a los ninjas que vengan a ver qué ha pasado y explicadles qué ha pasado. — señaló al chico mago — Vigila a Nazo, que no haga ninguna tonteria. Yo me voy a llevarlas al hospital.

Las alcanzaría rápidamente y se ofrecería a ayudarlas a andas, dandoles apoyo físico y emocional si lo aceptaban. Sino simplemente las seguiría sin decir nada, asegurandose de que ninguna se desmayase o se marease o algo.
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#96
— Muchas gracias. —Kimi le sonrió a Kyoka cuando decidió acompañarlas al hospital.

Kimi sacó una de las botellas de agua de su portaobjetos mientras andaba y se la bebió toda de un trago, antes de volver a guardar la botella vacía y apoyarse un poco en la señora para andar.

— Encontraremos al hermano de Otoko-san... —Le dijo, débilmente—. Se lo prometo.
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#97
Había cosas de su compañera que no entendía bien. Lo del ojo y casi que se olvidaba la proeza que hacía con las botellitas de agua. Una más de un sorbo, como si hubiera aire en vez de agua ahí dentro. No iba a intentar imitar su hazaña, pero si haría lo mismo que ella, apoyándose un poco en la persona que les estaba ofreciendo una mano para llevarlas al hospital.

Débil, aunque decidida, Kimi le prometió a la mujer que iba a encontrar al hermano de Nazo. Parecía que hablaba bastante en serio y que se sentía comprometida con aquel cometido.

En el caso de ella, no iba a soltar muchas palabras más, ya había dicho lo justo y necesario anteriormente. Pero asintió ante la promesa de su compañera, afirmando con seguridad lo que había dicho. Quizá no tenía el mismo espíritu que la otra, pero si tenía las mismas ganas de saber que era exactamente lo que había pasado y llegar al fondo de todo ese oscuro misterio.
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#98
— Encontraremos al hermano de Otoko-san... Se lo prometo.

No hubo una respuesta inmediata por parte de la rubia. Las siguió en silencio durante unos segundos con la mirada perdida antes de despeinarse de forma abrupta y nerviosa. Después de respirar hondo y volver a peinarse levemente.

Gracias, lo importante es que vosotras estéis bien. Nazo no lo ha dicho pero su hermano estaba raro hoy, nervioso y palido. Os puedo decir que no lo ha hecho por voluntad propia, sin embargo,... no puedo negar que lo haya hecho.

Su rostro se ensombreció tanto que parecía otra persona de repente. Aunque realmente estaba mostrando lo que había sentido en el momento en que había entrado en la habitación y se había encontrado a las chicas, una enorme preocupación por el desaparecido y la impotencia de no haber sabido nada.
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