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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#61
—A eso quería llegar, Kōri-sensei —replicó Daruu—. Me preocupaba que Dōkan conociera las instalaciones, no solo por eso sino porque significaría que nos mandó a morir allá abajo. Pensándolo de esa manera, dudo que las conociera, no se habría arriesgado así con Arashikage-sama... ¿No?

Kōri sacudió la cabeza.

—No. No tiene sentido. Dōkan-san no os conoce de nada para tener nada en contra vuestra. Y aunque lo hiciera por un mero deseo sádico, como parecía hacer su antepasado, no habría podido mantenerlo en secreto mucho tiempo. Vuestras desapariciones le habrían apuntado a él directamente como único culpable y enseguida se habría descubierto el pastel. Por eso dudo que conociera siquiera de la existencia de ese laberinto.

Daruu sacudió la cabeza.

—Da igual. Hay otra cosa que quiero preguntarte, Kōri-sensei —añadió, muy serio y se detuvo un momento. Kōri se paró junto a él, interrogante—. Sobre Ayame... ¿Qué es lo que tiene sellado en la espalda, Kori-sensei?

El Hielo se mantuvo unos instantes en silencio. Sus iris, fijos como dagas en Daruu, eran una auténtica pared de hielo. Inmutable. Inalterable. Impenetrable. Habló al cabo de varios segundos. Y cuando lo hizo su voz sonó lenta, gélida y, de algún modo que escapa a su impasibilidad, incluso peligrosa.

—Hay temas en los que es mejor no indagar demasiado, Daruu-kun.

Le dio la espalda sin más explicación, y siguió la marcha cuesta abajo por las calles de Amegakure.

—Vamos. Tenemos trabajo que hacer.



. . .



Al llegar a la torre, Daruu y Kōri se vieron obligados a subir por las escaleras. El ascensor que habían utilizado en su primera aventura no era ahora más que un armatoste de chatarra metálica con el suelo abierto, dando al profundo y oscuro agujero por el que habían caído los dos genin. Así, tras varios largos minutos de ascenso, llegaron al fin al último piso de la torre, que estaba constituída por una sala amplia, sin ninguna ventana ni puerta y solamente iluminada por velas colgadas aquí y allá. Recorriendo las paredes de piedra, diferentes tuberías inusualmente gruesas y con varias válvulas aguardaban a ser reparadas. A consecuencia de las constantes averías, el suelo estaba completamente encharcado.

—Debe haber varios puntos de fuga —constató Kōri, mirando a su alrededor. Al final dejó la caja de herramientas que llevaba consigo y se dirigió hacia Daruu—. ¿Puedes verlos?
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

No respondo dudas por MP.
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#62
El Hielo contestó más con su silencio que con otra cosa. Los ojos de Kori se clavaron en los suyos como estacas mentales. Y aún así Daruu aguantó el tipo, con el corazón bombeándole a mil por hora. Finalmente, con una voz que le causó verdaderos escalofríos, su sensei contestó:

—Hay temas en los que es mejor no indagar demasiado, Daruu-kun.

Le dio la espalda a Daruu y echó a andar. Daruu tragó saliva y le siguió, con la mirada baja.

—Vamos. Tenemos trabajo que hacer.


. . .


Pese a que se vieron obligados a subir por las escaleras y que estaba agotado después de todo lo que había sucedido, Daruu no tenía ninguna ganas de volver a montar en un ascensor por un tiempo, de modo que lo hizo de buena gana. Casi llegando a la última planta, empezaron a notar cómo el agua caía de los pisos superiores por las escaleras, como una catarata. «Desde luego, sí, hay problemas con las tuberías. Espero que no sea por esas serpientes...»

Sensei y alumno llegaron arriba del todo. Efectivamente, había una sala con un sinfín de gruesas tuberías y válvulas.

—Debe haber varios puntos de fuga —dijo Kori, echando un vistazo alrededor. Dejó la caja de herramientas en el suelo y se dirigió a Daruu—. ¿Puedes verlos?

Daruu sonrió y asintió con energía.

—Ver cosas es mi especialidad —dijo, y activó su Byakugan. Echó un vistazo alrededor.

Daruu señalaba las fuentes de las fugas y ambos se ocupaban de ellas a pares. Poco a poco, fueron arreglando todos los escapes. Afortunadamente para ellos, no había ni rastro de chakra y las fugas sólo eran eso: fugas. Nada de serpientes asesinas venenosas.

«Pues menos mal...»
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
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#63
—Ver cosas es mi especialidad —replicó Daruu, con una sonrisa cargada de energía. En apenas un parpadeo, las venas alrededor de sus ojos se hincharon y el Byakugan quedó a la vista.

Echó un vistazo alrededor y comenzó a señalar diferentes puntos en las diferentes tuberías. Kōri asintió y, tras cerrar la válvula general del agua y cortar el flujo hacia todas las tuberías, comenzaron a desmontar aquellas tuberías que presentaban las peores fisuras para reponerlas o, en caso de poderse, aplicarles algo de masilla para taponar las fugas más pequeñas. Poco a poco repararon todos los desperfectos y, al cabo de varias horas de trabajo duro, El Hielo se irguió en toda su estatura y estiró la espalda.

—Con esto debería bastar —comentó, mientras se dirigía al otro extremo de la sala y volvía a girar la válvula central para reactivar el flujo del agua. Escucharon el agua sisear en su recorrido durante algunos segundos, hasta que, para satisfacción de ambos, comprobaron que no volvía a haber ninguna fuga en ningún punto de las paredes—. Misión cumplida, entonces. Felicidades, Daruu-kun. ¿Regresamos?
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Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

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#64
Daruu y Kori rehabilitaron las tuberías con esfuerzo y diligentemente, una a una, hasta que no quedó ni una sola fuga. Daruu casi agradeció el esfuerzo físico, más que nada para no pensar en los miles de hilillos mentales que quería emplear en otros asuntos muy diversos, como en el estado de salud de Ayame o en ese sello... Ese sello...

—Con esto debería bastar.El Hielo le sobresaltó—. Misión cumplida, entonces. Felicidades, Daruu-kun. ¿Regresamos?

El muchacho asintió enérgicamente, y ambos abandonaron el endemoniado edificio donde tantos problemas había vivido. No deseaba otra cosa más en el mundo que volver a casa y dormir un ratito en su cama, pero aún así, cuando sensei y alumno se despidieron, Daruu sólo fingió dirigirse hacia la Pastelería de Kiroe-chan durante un par de calles.

Después giró y tomó rumbo a la biblioteca del Torreón de la Academia.

Los tomos sobre técnicas ninja eran muchos y muy extensos. Estuvo un par de horas buscando, metiendo el hocico en mil y un documentos hasta que dio finalmente con un libro más gordo que un pan de pueblo, con la tapa dura como... bueno, como un pan de pueblo, si lo dejas un par de días sin prestarle demasiada atención.

Fuuinjutsu: técnicas y procedimientos

Y buscó, y buscó. Y leyó durante al menos media hora. Hasta que, al fin, ahogó un grito que hizo que la bibliotecaria llamara su atención.

Ahí estaba, devolviéndole la mirada como desafiándole. Y significaba exactamente lo que su cerebro de infante extremadamente curioso y espabilado para su edad había elucubrado.

Fin del post
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
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