Una vez más Shiori lanzó el agua con fuerza contra la pared y pasó exactamente lo mismo que la vez anterior, solo que ahora los tres Rikos estaban completamente preparados para actuar nada más el agua tocase el suelo, impidiendo así que ésta avanzara más de lo que debía y mientras, la pelirroja pasaba el cepillo por la pared, dejándola perfectamente limpia.

— Una menos, venga, coge tu cubo y el escuadron Riko y yo nos ocuparemos del suelo. No voy a ser la única que se divierta.

Riko, el verdadero levantó la mirada, el suelo estaba seco gracias a su trabajo y al de los clones y, dada la oferta de la chica, tuvo que dejar su orgullo de lado y admitir su debilidad.

— Esto... Verás Shiori, yo... lo haría encantado pero... creo que ya has visto lo que me ha costado traer el cubo hasta aquí, no creo que pueda lanzar el agua con suficiente fuerza contra la pared... — Explicó el peliblanco, algo triste y avergonzado por su falta de fuerza. — Así que no te preocupes, seguimos como hasta ahora, nosotros nos encargamos del suelo y tu lanza el agua, ¿vale? — Propuso.

— Esto... Verás Shiori, yo... lo haría encantado pero... creo que ya has visto lo que me ha costado traer el cubo hasta aquí, no creo que pueda lanzar el agua con suficiente fuerza contra la pared... —

La kunoichi se quedó un poco... parada durante unos instantes. ¿Cómo llega alguien a genin sin tener la fuerza suficiente para tirar un cubo de agua contra una pared? Se detuvo para pensar en qué decir o cómo reaccionar ante la nueva información sin parecer ofensiva, presuntuosa, desconfiada, ofendida, machista ni maleducada. Pero es que un shinobi sin fuerza para lanzar agua a una pared era algo serio.

— Bueno, está bien, no pasa nada. Hagamos como si no hubiera dicho nada entonces.

Estaba claro que Riko había tenido que reunir todo su valor para confesar algo tan vergonzoso. Eso fue un factor determinante en que Shiori se mordiese la lengua y decidiese dejar el tema a un lado mientras agarraba el cubo de agua de Riko. No había mucho secreto así que avisó al escuadrón secasuelos y se preparó.

— Allá va.

Y tras esas palabras la última pared se deshacía de gran parte de la suciedad que la contaminaba con la ayuda del liquido limpiador. Shiori frotó con su cepillo pegado a un palo y los Rikos secaban con gran entusiasmo el suelo.

Ese sillencio fue algo... no incómodo, más bien hiriente, Riko, que suponía lo que debía de estar pensando la joven pelirroja decidió mirar el suelo, avergonzado y visiblemente triste, era algo que tenía que esforzarse en mejorar, pero su fuerza física era más bien nula y aquello le tenía un poco traumado, por eso, la reacción de la kunoichi no hizo más que acomplejar aún más al genin.

— Bueno, está bien, no pasa nada. Hagamos como si no hubiera dicho nada entonces.

A pesar de la respuesta, el Senju suponía qué era lo que pensaba ahora la kunoichi de él, por lo que no contestó, aún avergonzado, y volvió a su posición junto a sus dos clones, listo para repetir una vez más lo mismo de antes, y, en cuanto la pelirroja avisó, los tres Rikos se tensaron y comenzaron a secar y limpiar el suelo en cuanto el agua lo tocó, tal y como habían hecho antes, aunque ahora en un silencio bastante incómodo deseando que aquello acabara cuanto antes.

El sitio, después de aquello, quedaría prácticamente limpio y no le quedaría mucho trabajo más, así que, al final, gracias a Shiori, aquella tarea que en un principio parecía mucho más complicada y larga, se había recortado bastante, y algo que en algún momento tendría que agradecerla.

La Uzumaki levantó los brazos y con fuerza lanzó el último cubo de agua contra la última pared. De nuevo, todo fue salpicado en un extasis limpiador único. Sin embargo, justo despues de los sonidos de agua chapoteando por todas partes, una voz resonó por el pasillo y llegó hasta los oidos de ambos ninjas.

— ¿¡Uzumaki Shiori!?

Era Nara Daichi y parecía entre preocupado y alarmado. Más pronto que tarde apareció por la puerta del baño, al principio con mala cara, esperando el nauseabundo olor que recordaba de aquel lugar. Pero el potente olor a citrico que tenía ahora tambien le hizo arrugar la nariz. Con la visión del lugar tan limpio le hizo sonreir hasta que sus ojos se encontraron con la kunoichi pelirroja y frunció el ceño.

— Uzumaki Shiori, se suponía que tenías que ayudar a Yakiro-san a limpiar, no ir por libre. Aún queda el comedor y está hecho unos zorros, así que espabilando. Y nada de volver a desaparecer sin decir nada.

El tono de Daichi era más de reprimenda de profesor que de ira o enfado, aunque ser tratados como estudiantes en una misión no era muy alentador tampoco. Shiori bajó la cabeza y el cubo y se dispuso a contestar con otro hilillo de voz.

— Pero yo solo...

— Nada de peros, ves a disculparte con Yakiro-san, vaya disgusto tiene la pobre.

— ¿¡Uzumaki Shiori!?

Una voz les sobresaltó cuando acababan de lanzar el último cubo de agua necesario para dejar el lugar lo más limpio posible, y los tres Rikos se encontraban muy atareados tratando de secar el suelo lo más rápido posible, por lo que únicamente el real fue el que se giró, mirando la procedencia de dicha voz, Nara Daichi, que acababa de entrar al lugar y parecía sorprendido al ver que estaba bastante más limpio que la última vez que había estado allí.

— Uzumaki Shiori, se suponía que tenías que ayudar a Yakiro-san a limpiar, no ir por libre. Aún queda el comedor y está hecho unos zorros, así que espabilando. Y nada de volver a desaparecer sin decir nada.

Al parecer, la pelirroja estaba allí por algo parecido al Senju y había dejado sus quehaceres por ayudarle por lo que no podía dejarla colgada.

— Disculpe, Daichi-sama, es culpa mía, yo convencí a Shiori para que me ayudara, por lo que yo me haré cargo de lo que ella tuviera que hacer y que no ha hecho por mi culpa. — Aseguró el Riko real, poniéndose en pie mientras sus clones terminaban de secar el agua del suelo.

— Disculpe, Daichi-sama, es culpa mía, yo convencí a Shiori para que me ayudara, por lo que yo me haré cargo de lo que ella tuviera que hacer y que no ha hecho por mi culpa. —

— Así que fue idea tuya eh...

Se llevó la mano a la barbilla dando a luz una idea que podría ser su mejor idea del día e incluso de la semana. Ese baño estaba ya casi hecho y el comedor estaba tal cual lo habían dejado los becerros que tienen por estudiantes así que...

— Está bien, ambos coged lo que había traído Shiori-san y llevadlo al comedor y limpiadlo, ya me encargo yo de acabar con esto.

Les propuso como si les estuviera perdonando la vida. Shiori rápidamente cogió su cubo y su cepillo y salió de lavabo haciendo una leve reverencia.

— Sí, Daichi-san.

Musitó antes de salir por la puerta donde esperaría a que Riko tambien saliese. Despues ambos partirían hacia el comedor.

— Así que fue idea tuya eh...

Riko asintió enérgico, era lo menos que podía hacer por la Uzumaki después de todo lo que le había ayudado para terminar su misión mucho más rápido de lo normal, por lo que aceptaría gustoso cualquier castigo que le cayera encima por aquel motivo.

— Está bien, ambos coged lo que había traído Shiori-san y llevadlo al comedor y limpiadlo, ya me encargo yo de acabar con esto.

El Senju abrió los ojos impresionado, después de todo, ni una sola reprimenda, y aquello era de agradecer, no en vano habían terminado con el baño, que había empezado el día siendo el mayor desastre de la historia, por lo que tampoco podían reñirlos en exceso. Rápidamente, cogió su cubo y el cepillo, endosándole cada cosa a un clon y saldría del lugar, donde le esperaba Shiori.

— Muchas gracias, Daichi-sama — Se despidió el peliblanco, realizando una leve reverencia, y momentos después encararía a la pelirroja. — Venga, vamos Shiori, terminamos rápido con el comedor y ya somos libres. — Dijo enérgico, con una sonrisa en el rostro.

— Venga, vamos Shiori, terminamos rápido con el comedor y ya somos libres. —

El positivismo de Riko era tranquilizador al mismo tiempo que perturbador. Sin embargo, su sonrisa se le contagió a la Uzumaki, la cual estaba más bien alicaida un momento atrás.

— ¡Vamos va!

Dijo con entusiasmo. Tal vez ninguno de los dos pensó en las posibilidades de cómo podía estar el comedor. Un sitio donde se maneja tanta comida... tal y como estaban los baños no sería extraño pensar en que el comedor podía estar más o menos igual, comida en el techo, comida en el suelo, comida en la comida...

Cuando ya hubiesen empezado su camino hacia el lugar al que debían ir, una voz resonaría tras ellos.

— ¡Y nada de tirar cubos de agua!

Sonaría algo amortiguada pero la oyeron perfectamente. Shiori por su parte acelería el paso intentando dejar atrás el recuerdo de que un superior que además era el que debía darles o quitarles la recompensa de la misión sabía que lo habían hecho de forma poco profesional y más bien perezosa.

Ambos habían estudiado durante años ahí y esas paredes habían sido su hogar durante esos años, donde entrenabas y comias y jugabas y todo basicamente. Así que llegar al comedor no les supusó casi ningún tiempo ni esfuerzo.

Al entrar por la puerta no les golpearía ningún olor nauseabundo ni nada similar, un poco de olor a tomate sí que había y era porque el último día les habían dado de comer pasta con tomate y algún espabilado empezó una guerra de espagueti y la cosa se torció. Las paredes estaban repletas de largos fideos con tomate casi fosilizado ya. Para quitar eso deberían mojarlo, quitar la pasta y entonces cepillarlo a muerte.

Por suerte, el suelo estaba ya limpio, seguramente trabajo de Daichi antes de venir a buscarles.

— ¡Y nada de tirar cubos de agua!

Aquella voz le sacó una risa al peliblanco, aunque no fue muy alta, evitando que su superior la escuchara, por posibles medidas que pudiera tomar en su contra, por lo que, acompañado de Shiori avanzó rápidamente hasta el comedor, lugar en el que el Senju tenía cantidad de recuerdos, o eso pensaba él, ya que en cuanto entró al lugar, el ver como todas la paredes se encontraban llenas de espaguetis pegados, secos y asquerosos, le quitó cualquier tipo de recuerdo de la mente, y se centró solo en que debería de limpiar aquel desastre.

— Bueno Shiori, ¿nos dividimos en dos grupos de dos y cada uno vamos a una pared? Así seguro que terminamos antes. — Sugirió el muchacho, que de haber tenido más cubos habría optado por asignar a cada uno de sus clones a una pared y así cubrirían mas espacio en menos tiempo.

— Bueno Shiori, ¿nos dividimos en dos grupos de dos y cada uno vamos a una pared? Así seguro que terminamos antes. —

Sin embargo, Shiori volvía a tener una idea en mente.

— ¿Y si...?

Se colocó la mano en la barbilla y miró hacia otro lado mientras acababa de atar cabos en su mente sobre su propio plan.

— Bueno, tus clones son de agua y Daichi-san solo ha dicho que nada de tirar cubos... Así que podrían darse de morros contra la pared una vez hubiesemos quitado la pasta y sería lo mismo que la otra vez. Con la diferencia de que el agua es mucha menos y no haría falta secar con tanto ahinco.

Explicó mientras sonreía, los clones de Riko darían un paso atrás instintivamente sabiendo perfectamente lo que se les venía encima. Basicamente estaba diciendo que se tirasen contra la pared como si esta fuera una puerta magica a una escuela de magia o algo así, aún sabiendo que era mentira. Toda una crueldad de la que se enteraría la protectora de clones.

— ¿Y si...? Bueno, tus clones son de agua y Daichi-san solo ha dicho que nada de tirar cubos... Así que podrían darse de morros contra la pared una vez hubiesemos quitado la pasta y sería lo mismo que la otra vez. Con la diferencia de que el agua es mucha menos y no haría falta secar con tanto ahinco.

Nuevamente la kunoichi tuvo una idea brillante, básicamente era utilizar la misma base que habían usado en el baño con los cubos, pero si éstos, ya que se lo habían prohibido expresamente, así no incumpliría las normas. Riko miró a sus clones, que evidentemente estaban totalmente en contra de dicha idea.

— Venga muchachos, así tardaremos mucho menos y podremos irnos antes a casa, ¿vale? — Los dos Rikos falsos se miraron entre ellos, con resignación antes de aceptar de mala gana. — ¡Perfecto! Pues venga, quitemos la pasta seca de la pared primero y ya está. — Exclamó el chico.

Cogió un trapo y lo humedeció en su cubo y rápidamente se puso a pasarlo por las zonas en las que podían encontrar espaguetis pegados, eliminándolos sin mucha complicación.

Para la sorpresa de la kunoichi, a quien le sonaba peor la idea conforme la explicaba y, sobretodo, le sabía mal por la cara que estaban poniendo los clones. Sin embargo, Riko estuvo de acuerdo con tirar sus clones contra la pared como si tal cosa.

— Venga muchachos, así tardaremos mucho menos y podremos irnos antes a casa, ¿vale? ¡Perfecto! Pues venga, quitemos la pasta seca de la pared primero y ya está. —

Cuando su creador coincidió con Shiori no les quedó otra que aceptar aunque fuera su suicidio. Dicho eso, Riko les mandó a sacar espaguetis, sabiendo lo que les esperaba despues podía haberles dado un descanso. La kunoichi asintió y se fue al lado contrario a sacar espaguetis.

Apenas tardaron unos minutos en sacarlos todos porque tirando de una punta salía entero de la pared. Despues solo quedaban los manchurrones de la salsa.

— Pues ya está. Elige una pared y empezamos.

a ver como se estampan Rikos contra la pared, pensó ella.

No tardaron mucho tiempo en eliminar todos los espaguetis de la pared, siendo cuatro aquel trabajo parecía mucho más sencillo, por lo que, antes de darse cuenta ya tenían las paredes más o menos limpias, al menos, sin nada sólido que no saliera con un poco de frote.

— Pues ya está. Elige una pared y empezamos.

Riko asintió y miró a uno de los clones, con cara de pena, pues les había ayudado mucho, pero era lo que había que hacer.

— Mira tío, al fin y al cabo, sabíamos que esto iba a acabar así... — Empezó, pero tuvo que parar cuando el clon le miró con cara de pocos amigos. — Bueno vale, quizás no estampándote a propósito contra una pared, pero no iba a durar mucho más... así que venga, que no se diga, ¿eh?

El clon, sin demasiadas ganas se dirigiría a una de las paredes y, tomando bastante carrerilla echó a correr con todas sus ganas y se abalanzó sobre el muro, deshaciéndose en agua que embestiría la pared llevándose consigo gran parte de la suciedad que quedaba en ella.

Riko dialogó con sus clones, pidiendoles perdon de una forma un poco extraña, bueno, la situación en sí era bastante peliaguda. Un genin hablando consigo mismo sobre estamparse contra una pared corriendo. Shiori esperó con una ceja arqueada y esforzandose por no echarse a reir a que acabara con su monologo.

Tras el cual el clon se puso a una distancia algo exagerada de la pared y corrió hacia ella como si le fuese la vida en ello. Se habían tomado en serio lo de ir como si fueran a atravesarla. Por la mente de la kunoichi solo pasó una cosa, tanta velocidad no podía ser buena.

Al golpear la pared el clon encontró su ansiado fin y el agua salió disparada mucho más rápida de lo que lo hubiera hecho con el cubo. MUCHO MÁS RÁPIDA. Las consecuencias eran obvias, habían acabado los tres supervivientes salpicados por una salsa aguada de tomate. Ahora la pared en cuestión estaba más limpia que el suelo y que ellos, y eso que aún quedaban algunos rastros rojos incrustados.

— Vale, bueno, em...— balbuceó Shiori mientras se limpiaba el agua atomatada de la cara — Ha sido más sangriento de lo que esperaba, yo me ocupo del suelo, vosotros acabad la pared y la próxima vez controla la carrerilla.

Estaba casi riendose por lo sucedido, si alguien lo hubiese visto podría haber pensado perfectamente que había explotado en sangre y no en agua. Tan realista que no pudo evitar reirse un poco.

El clon, tras tomar una buena carrerilla, se lanzó directamente contra la pared, a una buena velocidad, lo que hizo que en cuanto entró en contacto con la pared se deshiciera en agua pero impactó con tanta violencia que el agua salió disparada a una velocidad que ninguno de los dos jóvenes se había planteado.

— Vale, bueno, em... Ha sido más sangriento de lo que esperaba, yo me ocupo del suelo, vosotros acabad la pared y la próxima vez controla la carrerilla.

Riko asintió a la par que se quitaba un poco del agua atomatada de la cara, tratando de evitar que se le metiera en los ojos, ahora tendrían que limpiarse ellos y el suelo un poco, aunque la pared había quedado bastante bien.

— Eh.... Sí, sí, la próxima tendremos más cuidado. — Aceptó el peliblanco, aún sorprendido por como había salido aquello. Rápidamente se acercó a la pared junto con el clon que le quedaba y ambos se pusieron a terminar de limpiar la pared.