Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
—Te preguntaré una cosa, mira allí el de amegakure parecía no querer darse por vencido, había que reconocer que el chico era persistente en su empeño. Ahora le pedía que mirase a un viejo y gordo que parecía un mendigo —¿Es ese hombre igual a vos? el calvo, debía tener algún tipo de complejo relacionado con los monjes y la ética... esa forma de actuar, creyéndose algún tipo de sabio o maestro no resultaba normal
"De entre todos los tontos de la país de la tormenta me ha tenido que tocar el pesado este..." lamentaba la joven que no sabía muy bien que hacer "¿No hay forma de quitármelo de encima? Me está poniendo de los nervios...." devolvió la mirada hacia el chico
—No tengo paciencia para seguir más tiempo con tus tonterías— le advirtió —Guárdate tus lecciones para quién este dispuesto a escucharlas...— protestó la pelirosa molesta
Karamaru esbozó una sonrisa. La respuesta era tan obvia que incluso la mujer no pudo decirla, sabía que el calvo tenía razón. Algo o alguien la había influenciado lo suficiente cómo para prácticamente odiar a los de Ame, incluso aunque no los conociese.
Por más que no hayas querido decir que si o que no, me respondiste.
Ese hombre es de tu mismo país, y no lo consideras igual a vos.
¿Por qué debo yo ser igual a todas las personas de Ame? ¿Por qué yo estoy obligado a ser peor que cualquiera de los de tu tierra?
"No te juzgaré, pero pareces una persona muy terca"
El calvo no esperaba respuesta, la pelirrosa era caso perdido. Si ella quería a toda costa creer que los de Ame eran basura, algún día se daría cuenta de lo contrario. Una nacionalidad no te define como persona, el monje lo sabía, él no discriminaba.
No espero que me des la razón, solo pensalo.- Karamaru comenzó a alejarse a paso lento hacia la misma dirección que caminaba antes de cruzarse con la mujer. Pero antes de irse, después de alejarse tan solo uno o dos metros, decidió presentarse.
—Por cierto, soy Karamaru.- y empezó a alejarse mostrando la espalda a la joven.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
El chico volvió a esbozar aquella sonrisa de superioridad moral que tanto la repateaba, parecía que buscaba provocarla a cualquier precio ¿quizás fuese aquel su objetivo? No tenía sentido, nadie sería tan estúpido de provocar una pelea en plena capital de un país extranjero... aún así, Izumi, no le veía el más mínimo de lógico al actuar de aquel individuo al que estaba a punto de tirar puente abajo si la cosa seguía así
—Por más que no hayas querido decir que si o que no, me respondiste. Ese hombre es de tu mismo país, y no lo consideras igual a vos. ¿Por qué debo yo ser igual a todas las personas de Ame? ¿Por qué yo estoy obligado a ser peor que cualquiera de los de tu tierra?
A pesar de sus esfuerzos por mantenerse bajo control, el tío volvía una y otra vez al mismo punto. Y lo peor es que parecía no tener intención de dejar a la pelirosa tranquila
"No sé si es simplemente pesado o estúpido..." la desesperación comenzaba a pelear con el enfado en su interior
—No espero que me des la razón, solo pensalo. —Por cierto, soy Karamaru.--
—Puede que creas que tu argumento es maravilloso e irrebatible, pero estás muy equivocado calvito— replicó la joven dispuesta zanjar aquello —Primero, no tienes ni idea de dónde es ese tipo. Por lo que a mí respecta podría ser un manta mojada como tú que ha venido a mendigar a estas tierras. Segundo, aunque fuese de este país y en lugar de un viejo calvo y sucio fuese un tipo vestido con el kimono más caro del universo, seguiría sin ser como yo. No hay dos personas iguales, listillo— prosiguió la joven con su argumento —Tercero, no me importa una mierda si eres mejor o peor que el resto de los de Amegakure. Esto no trata sobre preferencias, trata sobre intereses y obviamente tus intereses van en contra de los intereses de mi país. Puede que ahora haya paz, pero puede que mañana o pasado se acabe y todo vuelva a como deben ser las cosas— expuso la joven con contundencia y cierta dureza —Puedes pensar lo que quieras, pero en lo que a mi respecta no sois más que enemigos de mi país, aldea y familia— finalizó Izumi clavando sus ojos en los chico —Por cierto, tengo salamandras en mi terrario con mejor discurrir que tu— esbozó una media sonrisa burlona —Ah, y se me olvidaba: Sanshōo Izumi —
El cenobita se detuvo y dio media vuelta cuando la pelirrosa comenzó a hablar. Al parecer, no dejaría que se vaya tan fácilmente dejándolo tener la última palabra. Aún siendo un joven inexperto y lejos de ser sabio podía ver como, para sus ideales, esa mujer se aferraba a una idea de odio que no podía entender. Y eso le hacía imposible borrar la sonrisa de su rostro.
Un placer Izumi, al fin puedo decir tu nombre.- comenzó Karamaru tras acercarse nuevamente.
—Seguiré tu orden. Primero, ese hombre era solo un ejemplo. Segundo, correcto, no hay dos personas iguales. Tercero, no soy mejor ni peor que el resto de personas, nunca dije eso.
Mientras hablaba fue levantando cada uno de sus dedos a la vez que subía el orden. El índice, el mayor y por último el anular.
Y me tendrás que explicar eso de que tenemos diferentes intereses. Mi interés es el defender mi tierra. ¿Significa que tu país está pensando atacando el mio?
—Vamos, que no tiene sentido odiarme solamente porque tal vez en un futuro muy lejano o cercano nuestros países choquen. Incluso tal vez que nunca pase.
Por cierto, tengo salamandras en mi terrario con mejor discurrir que tu.
Esa última oración el calvo prefirió no contestarla, no era correcto meterse en una discusión con insultos y esa joven no lo haría meterse en su juego.
"Bien entrenadas esas salamandras entonces, sí que sí..."- se dijo sarcásticamente a sí mismo.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
El calvo volvía a la carga, si la Sanshoo era terca, ál otro no se quedaba atrás. Se giró con aquella sonrisa que multiplicaba por cuatro las ganas de partirle la cara, pero tenía que ser fuerte. No era ni el lugar ni el momento para organizar una espectáculo.
—Un placer Izumi, al fin puedo decir tu nombre y ahí se venía la replica al argumento de la pelirosa tintada —Seguiré tu orden. Primero, ese hombre era solo un ejemplo. Segundo, correcto, no hay dos personas iguales. Tercero, no soy mejor ni peor que el resto de personas, nunca dije eso. el sinobi fue enumerando con los dedos de la mano, como si tratase de darle más énfasis a su argumento —Y me tendrás que explicar eso de que tenemos diferentes intereses. Mi interés es el defender mi tierra. ¿Significa que tu país está pensando atacando el mio? Vamos, que no tiene sentido odiarme solamente porque tal vez en un futuro muy lejano o cercano nuestros países choquen. Incluso tal vez que nunca pase.
La joven no pudo evitar esbozar una sonrisa ante los argumentos de aquel muchacho que se hacía llamar Karamaru, conforme iba avanzando en su exposición la joven empezó a negar con la cabeza
"No es más que un pobre tonto que se cree el cuento de la paz, la amistad y el amor mundial..."
—Tu lo has dicho— comenzó la joven volviendo al gesto serio —Tu interés es defender tu tierra, el mío defender la mía— remarcó la frase —Si de verdad crees que ambos intereses no están enfrentados es que eres o bien, un iluso, o un idiota. Y me temo que en ninguno de los dos casos sales bien parado— se ajusto el cuello del kimono que comenzaba a adoptar su estado natural —Eres libre de pensar lo que quieras, pero más tarde o más temprano todo volverá a ser como debe ser— Izumi estaba totalmente convencida de lo que decía, la familia Sanshoo formaba parte de la corriente más belicista de la Aldea y por lo tanto contrarios a la paz, pues pensaban que esta limitaba las posibilidades de Kusagakure para recuperar la gloria pasada
«¿Iluso? ¿Idiota? Tal vez, pero no creo que seas la persona correcta con el contexto correcto»
El calvo seguía sin entender algunas cosas de aquella muchacha, era una persona conflictiva que no se conformaba con una respuesta que vaya en contra de sus intereses. No era para culparla, pero se hacía difícil de creer para el shinobi en ese momento como podían tener tantas diferencias en sus pensamiento. La paz era algo común donde creció, era de sentido común que exista, pero la pelirrosa no lo veía de esa manera.
«Y yo qué pensé que iba a reflexionar un poco... Supongo que esto no acaba aquí»
Dime iluso, dime idiota, pero esos intereses no están enfrentados. Cada uno puede defender su tierra sin tener que invadir la de otros.
—Entiendo que quieras que haya guerra y que no te conformes con la hermosa paz, ¿Pero sabes que en la guerra muere gente?
Claro que lo sabía y Karamaru estaba esperando una respuesta que vaya en contra de sus ideales, nuevamente. Pero no dejo hablar a la mujer, no iba a aceptar una respuesta que ya conocía de antemano, solo dio un respiro para tomar aire y seguir.
Puede morir gente que quieres y ¿Para qué? ¿Para que tus fronteras sean más grandes en un mapa?
—Si tanto quieres la guerra entre naciones, siempre eres libre de comenzarla cuando quieras.- podía sonar muy provocativo pero Karamaru estaba lejos de eso, tal vez la parte inocente de su mente hacía que dijera cosas que cargaran un sentido que él no quería atribuir.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
—Dime iluso, dime idiota, pero esos intereses no están enfrentados. Cada uno puede defender su tierra sin tener que invadir la de otros. para Izumi las palabras del chico no tenían ni el más mínimo sentido "¿Cómo alguien tan iluso se había convertido en shinobi?" era la pregunta que le rondaba la cabeza "Luchamos por recursos limitados, tarde o temprano chocaremos... es tan obvio que no me creo que no se lo comprenda"
—Entiendo que quieras que haya guerra y que no te conformes con la hermosa paz, ¿Pero sabes que en la guerra muere gente?
—¿Te crees que soy idota?— trató de replicar la pelirosa, pero el chico no se lo permitió
—Puede morir gente que quieres y ¿Para qué? ¿Para que tus fronteras sean más grandes en un mapa?
Izumi no daba crédito a las palabras de aquel chico "¿De verdad es un ninja?" empezaba a parecerle más uno de esos estúpidos pacifistas que tanto abundaban en el País de la Hierba, gente que prefería creer que el mundo era una tienda de caramelos
—Si tanto quieres la guerra entre naciones, siempre eres libre de comenzarla cuando quieras.
—Quizás algún día esa decisión este en mi mano— respondió la chica con un poco más de calma —pero de momento no me corresponde— la kunoichi se había percatado que le discusión de ambos shinobis había atraído la atención de más de un viandante que los observaban desde la distancia. Casi que se había formado un corrillo alrededor de ellos dos —No perderé más el tiempo discutiendo con alguien como tú— zanjó la joven, que lo último que quería era seguir montando un espectáculo en mitad de la capital con su abuela y Tomoe tan cerca. La joven se giró haciendo el ademán de irse, pero se detuvo un instante, quedando de perfil al chico —Sólo respóndeme a una pregunta, por curiosidad— le dedicó una intensa mirada antes de lanzar la cuestión —¿Por qué shinobi? Alguien con tus ideas no tiene cabida en nuestro mundo. Estarías mejor predicando en un templo—
24/03/2017, 22:59 (Última modificación: 24/03/2017, 23:01 por Karamaru.)
"Realmente quiere una guerra esta muchacha, sin duda alguna"- El calvo se sorprendía por las ideas belicistas de la pelirosa, cada vez creía menos que una mente así pudiera haber llegado a ser shinobi. ¿Qué ningún sensei había visto sus malas intenciones? Si es que con una simple charla Karamaru ya lo había deducido.
Pero lo que intentó de hacer el calvo hacía tan solo instantes, ahora lo hacía la mujer. Intentar de irse.
No perderé más el tiempo discutiendo con alguien como tú.
Estuvo a punto de darse media vuelta e irse y el monje igual, pero la voz femenina lo detuvo, quedando ambos de costado uno al otro. Fue algo que tomó por sorpresa al shinobi, pero que no lo expresó.
Sólo respóndeme a una pregunta, por curiosidad.
Con gusto.- se apresuró a decir el cenobita.
¿Por qué shinobi?
Alguien con tus ideas no tiene cabida en nuestro mundo. Estarías mejor predicando en un templo.
Interesante fue la primer idea que pasó por la calva cabeza. Una pregunta la cual nunca había pensado respuesta, una pregunta que tuvo tomarse unos cuantos varios segundos en poder contestar. Tal vez podía culpar al destino, a su familia y su templo, o tal vez simplemente no responder, pero pensó un poco en las palabras de Izumi y no en las propias.
Tal vez no son tantos los que piensan como tú, o tal vez a nuestro mundo le vendría muy bien gente con mis ideas.- Karamaru podría haber cortado ahí, pero quiso hablar un poco más- Mi familia existe desde antes de las interminables guerras, desde antes de la guerra de los Bijuu. Incluso, tal vez, desde el gran Rikudo-sennin.
Mi familia tiene ideales antiguos, pero tal vez y solo tal vez pueden ser los ideales más parecidos al gran sabio, y tras vivir entre guerras creo que saben muy bien lo valiosa que es la paz.
Por eso yo creo, que algún día podré seguir los caminos correctos, los que Rikudo-sennin quería para nosotros. Y en ninguno de esos se encuentra tu ansiada guerra, te lo aseguro.
Y el calvo terminó de darse vuelta y comenzó a caminar, dando la conversación por finalizada tal como quería la muchacha. Aunque tal vez la respuesta vaga y poco concisa a su pregunta la hiciese pensar diferente.
Pequeña aclaración por las dudas: Según el trasfondo del templo las leyendas internas dicen que el templo existe desde la época de Rikudo, pero que las guerras los hicieron esconderse con genjutsus y demás.
Las pruebas para afirmar o negar esa leyenda están en una biblioteca que solo acceden unos pocos privilegiados. Por eso toda la idea con Rikudo
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
Izumi lanzó la pregunta al aire, pero parecía que no iba a ser respondida. Estaba apunto de arrancar y marcharse, cuando el chico habló, había estado meditando que responder... eso solo podía significar una cosa: no tenía clara la respuesta. La pelirosa escuchó la respuesta del muchacho atentamente, aunque no pudo evitar sonreír un tanto incrédula.
—¿Rikudo-sennin?— dijo con un cierto tono sarcástico —Parece que estoy frente a un noble entre los nobles— bromeo la joven que no no pudo ocultar la sonrisa ante aquella historia —Espero que algún día tu y los tuyos nos iluminéis con vuestra sabiduría— la pelirosa se dio la vuelta, dedicando una mirada a los que habían formado un corrillo a cierta distancia. Estos al notar que les miraban, se comenzaron a dispersar poco a poco —Ha sido un placer conversar contigo, Karamaru-sennin— alzo la mano con desgana para despedir al muchacho —Espero no tener que volver a verte— la chica se fue alejando poco a poco, adentrándose en la multitud que iba de un lugar a otro ajena a la disputa que habían mantenido aquellos dos desconocidos
"El abuelo tenía razón..." fue lo único que había sacado en claro Izumi de aquella conversación "Bueno... será mejor que vaya al distrito de los artesanos, tengo una espada que comprar"