Unos pasos pequeños salpicaban el agua de los charcos, bajo el triste cielo gris de la aldea. Era aquella figura enana de peinado exótico, pero que en esta ocasión iba cargando algo, envuelto en una bolsa plástica negra. "Meh, con esto evitaré que se mojen." Se dijo a sí mismo mientras cruzaba la esquina.

Hacía ya poco tiempo que regresó de su retiro de pensamiento fuera de la aldea, teniendo esta vez un pequeño plan entre las manos. "Tuve suerte de conseguir copias de los expedientes... Uhhh. Aunque empiezo a creer que necesitaré esforzarme un poco más si quiero que me tengan en consideración para obtener un poco más de información... Hug, nada que tenga que ver con trabajo es agradable."

Regresaba de la recepción del edifico de la Arashikage. Cómo familiar -y testigo- de los casos de Taira no Shisen, tenía la opción de obtener los documentos con los resultados de la investigación, aunque técnicamente ya estaban cerrados y no había nada más por resolver. "Qué no me vengan a mí a ver la cara de idiota..." Ahora que lo pensaba, su padre tampoco le había dado muchos detalles al respecto. Quizás porque aún era un chiquillo de la academia cuando ocurrió, pero con los años el tuerto empezó a notar vacíos extraños en las versiones que le contaron.

Su nuevo destino era ahora la biblioteca, dónde no sólo tendría todo el tiempo del mundo para leer, sino que podría encontrar algo más de información. "Existe una forma de comprobar mi teoría, y aunque no me quieran dar el resto de expedientes, en la sección de la hemeroteca deberían tener periódicos con información de esos años." La suficiente para verificar sus hipótesis.

Al llegar al edifico, no perdió el tiempo y se fue directo a hablar con la bibliotecaria, exigiendo los diarios del año 211 al 214.

Nomás los tuvo en su poder, se dirigió hacia la mesa más remota de toda la biblioteca, dónde él consideraba que nadie más iba a molestarle. "Por dónde empezamos..." Sacó el contenido de la bolsa negra, dejando el húmedo plástico en el suelo mientras colocaba los dos folios con la numeración 7512-0101 y 0666-0013 respectivamente en la mesa. "Si es cómo lo pintan, tiene que haber alguna noticia extraña en el tiempo transcurrido entre ambos casos." Se dijo mientras ojeaba en silencio las páginas de los diarios.

Era un día gris y oscuro como es habitual en amegakure y Jiren estaba durmiendo y descansando en casa tras cierta aventura que había vivido hace poco tiempo. Había salido de la aldea sin permiso y viajado a otro país sin avisar a nadie,
además de no realizar ninguna misión como genin. Evidentemente esto tenía consecuencias y dos chunin llamaron a la puerta del apartamento despertando al joven ninja. No perdieron el tiempo con el joven marginado, le entregaron el pergamino,
le hicieron firmar y se marcharon.<Estúpidos engreidos...> Pensó Jiren tras cerrar la puerta. Después observó el pergamino y vio el sello de Arashikage, lo cual captó totalmente su atención. Rápidamente abrió el pergamino y comenzó a leer.

Básicamente aquel pergamino era una reprimenda y sanción para el joven ninja, lo cual hizo cabrearse al joven de cabellos alborotados que tiró el pergamino al suelo.

- Será posible.... siempre me ignoran en la aldea, para ellos apenas existo, desaparezco dos semanas, viajo a otro país sin pedir permiso, y todo el mundo pierde la cabeza... ¡¡De verdad que es increíble!! Dijo gritando y pateando nuevamente el pergamino. - Me ha sancionado e impuesto que valla a la biblioteca y haga una redacción sobre las normas de convivencia o pague una multa de 50.000 ryos como castigo por mi escapada... Volvió a exclamar mientras comenzaba a arreglarse para más tarde salir en dirección a la biblioteca, pues como era obvio no podía pagar la multa y tampoco quería ir a un calabozo.

Había pasado bastante tiempo desde la ultima vez que el joven ninja de ojos grises había visitado la biblioteca, sin embargo, y cumpliendo la orden del Arashikage, había decidido ir y cumplir con el castigo. Atravesó las calles y finalmente llegó a su destino. - A trabajar... cuanto antes empiece, antes podré entregarle la redacción sobre las normas de la aldea... Dijo en un tono bajo pero muy molesto a la vez que entraba a la biblioteca.

Una vez dentro comenzó a andorrear por los pasillos buscando el pasillo de normativas... - ¡¡Hay demasiados libros!! Donde narices estarán las normas... Se preguntaba mientras caminaba y buscaba por las estanterías.

Página por página, el orbe aguamarina analizaba cada palabra de cada página, en busca de noticias fuera de lo normal. "Vaya, nunca pensé que los diarios de la aldea fuesen tan aburridos, con razón papá no los compra. Pero aún así, no pueden tapar todo lo que ocurre. De una u otra forma los rumores deben llegar a los medios informativos." Ni siquiera el mismo recordaba haberse esforzado tanto en algo, nunca antes.

Eran toneladas de diarios, pero no importaba. Tenía la paciencia necesaria para leer, aunque no era cómo si tuviera otra cosa que hacer en esos momentos. Revisaba cada diario, apilando los que ya había leído en una pila aparte, la cual para ese momento ya tenía unos 50 acumulados en todo el tiempo que llevaba ahí. "Hmmmm." Algo no le dejaba concentrarse cómo deseaba. En algún momento tuvo que frenar, sacudiéndose la cabeza y mirando a su alrededor, percatándose así de que no era la única persona en el sitio. "Mierda, esperaba que nadie viniese hasta aquí." Pero esa no era la razón por la cuál sentía malestar.

"Ay..." No, era algo mucho más adentro de él. "Buah, no debí comer esos frijoles tan tarde ayer..." Se levantó de su asiento, dispuesto a ir al baño, pero no sin antes esconder los dos folios de los casos debajo de algunos cuantos periódicos, pues quería evitar llamar la atención con sus textos.

Una vez hecho, se dispuso a caminar rumbo a los sanitarios.

Las estanterías estaban a rebosar de libros, diarios y manuales, lo que hacía muy complejo localizar el libro que buscaba para empezar el trabajo que le habían ordenado realizar. Mientras continuaba revisando los estantes y mirando los libros se percató de que no estaba solo en aquel lugar. Había otro chico cerca trabajando en sus propios proyectos, lo cual le hizo recordar que debía continuar buscando en silencio. Continuó durante unos minutos más sin éxito lo que le forzó a tomar la dura decisión de pedir ayuda.<Por mucho que me moleste, tendré que pedir ayudar... sino, no acabaré nunca con esto> Se repetía así mismo, y fue entonces que recordó al chico que estaba estudiando.

Por casualidades de la vida el chico se levantó de su sitio y comenzó a caminar... <Perfecto, ahora que ha parado y que probablemente está en busca de algún libro es el momento de interrumpirlo> Eso fue lo que el joven genin pensó, pues era mejor hablar con el chico en aquel momento que interrumpirlo mientras estudiaba o realizaba su investigación. Jiren dejó de lado la estantería y caminó con seguridad, calma y sin hacer ruido hacia el chico y cuando estuvieron a punto de cruzarse, Jiren comenzó a hablar con un bajo tono de voz para evitar hacer ruido. - Perdona, discúlpame... ¿Podrías ayudarme? Necesito ayuda con un libro y me encuentro bastante perdido- Fue lo que dijo amablemente tratando de llamar la atención del otro joven. Solo quedaba esperar y que el otro chico no lo ignorase y pasase de largo, dejándolo plantado y con la duda.

Cómo siempre, si algo puede salir mal, va a salir mal. Se dirigía a los baños cuando notó que el muchacho al que había divisado antes se le acercaba. Con qué intenciones, no le importaba. El muchacho hacía leves pausas entre su hablar, cómo si le costara expresarse. "No tengo tiempo para esto ahora." La urgencia biológica era su prioridad en esos instantes.

—¿Tengo cara de bibliotecario o qué?— espetó de regreso, mirándolo a la cara. "Este niño..." El contrario tenía una expresión altiva, pero que por alguna razón no encajaba con el tono de voz que usaba al hablar, quitándole presencia. —Cerca de la entrada hay un archivo con fichas bibliográficas, puedes ir a buscar ahí el libro que necesites. Ya si te complicas mucho la vida pues ve con la encargada— Nomas terminó de hablar, siguió de largo su camino hacía los sanitarios. "La puta madre..." Aceleró el paso, y cerró tras de sí la puerta con un sonoro golpe.

Tardaría un buen rato en salir del lugar, pues cuando creía que ya había vaciado todo, un dolor punzante le atacaba y le obligaba a sentarse de nuevo. "No, definitivamente no compraré de nuevo comida enlatada en la tienda de ese imbécil." Al cabo de unos 10 minutos, ya estaba listo para regresar. Se escuchó el sonido del agua irse tras jalar la cadena y se lavó las manos. Aunque, no había una toalla para secarse las manos, por lo que usó su propia chaqueta cómo sustituto y luego caminó de regreso a su mesa.

El joven Jiren parecía estar molestando al chico, el cual, aunque le respondió lo que quería saber, lo hizo de malos modos y se marchó caminando de prisa... <Vaya genio... ni que tuviese que ir a apagar un fuego...> Pensó el joven de ojos plateados. Debido a la antipática respuesta, se olvidó de dar las gracias lo que le hizo sentirse mal por un segundo... Pero era una tontuna, así que descartó el pensamiento y volvió a la entrada.

Caminó por los pasillos de regreso a la entrada, pero no le apetecía leer con lo que decidió hablar directamente con la encargada. - Hola, quiero sacar unos rollos de la biblioteca, o unos libros. En concreto, el decreto de normas de convivencia de la aldea de amegakure.- Dijo el chico con un tono normal. La encargada miró al genin de arriba abajo, no le gustaba su forma de mirar, además pronto lo reconoció y pensó que era un chiquillo que no era de fiar, por lo que se inventó una escusa y le dijo que no podía sacar libros ni pergaminos de la biblioteca.

Aquello frustró al ninja, que aunque no era el más avispado pillando las indirectas, estaba claro que la recepcionista se negaba a prestarle libros... Jiren pensó en empalarla allí mismo, pero respiró hondo, puso una sonrisa y volvió a hablar. - Entiendo, entonces podría indicarme el lugar exacto donde está lo que busco, necesito esos documentos por orden del mismísimo Arashikage .- Y al instante sacó el pergamino de la sanción, eso sí, mostrándolo de forma que pareciese una misión o encargo y no una penalización. Tras mostrarlo lo guardó de nuevo y cerró todo bien para evitar evidencias.

La jugada le salió bien, al ver la firma del Arashikage la responsable pegó un brinco de la silla y con rapidez y un tono mucho más educado le invitó a seguirla hasta los documentos que quería... <Mucho mejor... así aprenderá... valla salto ha pegado, parecía una rana.> Pensaba el joven de ojos plateados mientras la seguía por el pasillo. Gracias a la ayuda de la encargada, en seguida encontró el libro que buscaba.

- Gracias, muy amable.- Dijo Jiren mostrando orgullo en sus palabras, pues la acababa de dar un buen repaso. Hecho eso caminó en busca de una mesa, y en ese pequeño paseo se encontró al shinobi de antes, pero esta vez decidió no decirle nada y pasar de largo hasta la mesa más proxima para una vez en ella comenzar a trabajar en la dichosa penalización.

Kagetsuna al regresar a su asiento se mantuvo indiferente ante el otro genin. Simplemente se sentó y continuó con la lectura de los distintos diarios. "Algo no anda bien aquí." Pensó, más no porque hubiese descubierto algo interesante, sino porque el mismo muchacho de antes había decidido sentarse en una de las mesas cercanas al joven Isa. "Oh por favor, hay miles de meses vacías en el resto de la biblioteca, ¿por qué tuvo que venir aquí específicamente?" El lugar lo había escogido justamente por ser el más retirado, pero eso no impidió que alguien más estuviese allí. "Es cómo si hubiese venido acá expresamente para fastidiarme."

Decidió dejar de crear ideas en su mente, y seguir a la lectura. Mientras pasaba las páginas, casi sin darse cuenta se llevó la mano al portaobjetos para sacar un kunai, llevándose la anilla a la boca para poder mascarla cómo era su vieja mala costumbre.

Ya más relajado, en un momento cúspide de su concentración, su ojo encontró lo que tanto anhelaba. —La la~ canturreó mientras se leía a detener la noticia. "11 de Ascua del 213, se ha reportado la desaparición de un niño que responde al nombre de Tosa Ieri, el cuál era un estudiante de la Academia ninja de Amegakure, de 10 años de edad... Hmm, por la foto parece cualquier chino genérico con ese pelo parado. Sólo dicen que reporten si lo ven y ya. Es curioso, pero aún así no sé si pueda vincular esto con Shisen... Debo buscar más." se dijo a sí mismo mientras buscaba en los periódicos de los meses siguientes.

"15 de Augurio del 213, dos genin conocidas cómo Oumi Yumi y Oumi Yue fueron encontradas ahogadas en el gran lago de Amegakure. Encargados de las góndolas que trabajan en el lago encontraron los cuerpos flotando a primera hora de la madrugada cuando se disponían a empezar sus rondas. Este hecho a causado conmoción entre sus familiares y la comunidad, puesto que se suponía que ambas habían salido a una simple misión de rango D para limpiar la basura en las orillas, pero que no regresaron a dar reporte de la misma. No fue si no hasta el aviso de los trabajadores que supieron de ellas. Las autoridades han indicado que trabajarán en el caso, ya que este hecho es anormal dentro de la villa, pero no revelarán detalles de la investigación. Ahhhh, ¿por qué no me sorprende?" Suspiró pesadamente, mientras apoyaba el codo en la mesa y sostenía su barbilla en la palma de su mano, aún con el kunai en la boca.