— Supongo que eso también cuenta como trabajo en equipo.

Chika asintió claramente poco convencida con la explicación. Dejar a tu compañera sola ante el peligro y después darle un buen consejo cuando ya ha recibido veinte golpes no era lo que se esperaba del famoso trabajo en equipo de los Minami. Si Kira le hacía eso a ella, no iban a llegar muy lejos.

Ni siquiera habían activado la Yoroi. Muy impresionante iba a tener que ser la remontada de Momi. Pero no tenía tampoco mucha confianza en Daigo. En todo este rato que habían tenido la ventaja habían conseguido entre poco y nada.

— ¡Apártate, a la izquierda! —Mami continuaba dándole órdenes a su hermana y esta continuaba siguiéndolas.

De alguna manera habían conseguido coordinarse, aunque lo habían hecho a su manera. En lugar de convertirse en un equipo real en el que ambas trabajaban como iguales, Momo se había convertido en una especia de subordinada, mientras que Mami se había convertido en la jefa. Fuera como fuese, nadie podía negar que estaba funcionando. Con las indicaciones de su hermana, que de alguna manera conseguía con segundos de antelación los movimientos de Dai y Go, incluso una persona tan lenta como Momo podía defenderse de los incesantes ataques de los gemelos.

Kimi se sorprendió. El comportamiento de Mami no le parecía apropiado para un torneo, pero como mínimo tenía que admitir que la chica tenía muy buena vista.

— ¡Ahora! ¡Golpea encima tuyo! —Indicó, y dicho y hecho, Momo alcanzó a uno de los gemelos con un golpetazo en el estómago que lo mandó por los aires—. ¡Eso es!

Le habían dado la vuelta por completo a la situación. Momo intentó aprovechar la ventaja que había conseguido para perseguir a su hermano y asegurarse de que cayese al suelo, pero fue detenida por el otro, que se le encaró para evitar que avanzase y darle tiempo a su gemelo de recuperarse en el aire, pero...

— ¡Fin del combate! —Exclamó Raijin, causando la confusión de todos los presentes.

Cuando voltearon a ver al gemelo que había salido volando, todos pudieron ver a Mami al lado suyo, agarrándole el pecho de la camiseta. Lo había estampado en el suelo.

— ¿Cuándo...?

Ni Kimi ni Chika la habían visto moverse en ningún momento, pero si se fijaban, una quemadura por electricidad trazaría la línea que tuvo que recorrer Mami para llegar hasta allá. Habían sido casi diez metros en un instante.

— ¿Estás bien? —Le preguntó Mami a su hermano, tendiéndole la mano.

El chico, tan callado como siempre, asintió antes de ayudarse con la mano de su hermana para levantarse.

— ¡Buen combate! —Le dijo, antes de abrazarla. Por su voz, debía ser Go.

Mientras tanto, Dai y Momo también se habían abrazado, como muestra de deportividad y amor fraternal.

Aunque hubiesen ganado, no podía aprobar el metodo de Mami. Los resultados importan tanto como el camino que recorres para llegar a ellos. Momo podría haber salido gravemente herida por el inicio del combate, dejandola sola contra dos oponentes. Había tenido suerte de que DaiGo no hubiese tenido la fuerza para poder hacerlo o la intención, en un combate real la situación podría haber escalado extremadamente rápido.

Tras acabar el combate, todos se abrazaron. Chika se quedó claramente extrañada por eso. No es que no hubiese visto un abrazo en su vida, es que era raro hacerlo después de un combate. Normalmente se saludaban y se daban la mano como mucho. No era tan extraño considerando que eran hermanos y todo eso, pero aún así se le antojo repentino y poco formal.

— No creo que el trabajo de equipo de Momi funcione para nosotras. — confesó finalmente.

Aunque nadie le hubiese dado nombres oficiales a los equipos, Chika ya lo había hecho para ella. Era más fácil decir Momi para referirse al duo que el equipo de Mami y Momo. Otra cosa es que se lo hubiese explicado a nadie, pero tenía una confianza ferrea en que Kira la entendería al momento.

— ¿De quién? —Kira tardó unos segundos en entender quién era Momi, pero al hacerlo, se rio un poco—. Ya... tampoco lo creo. No creo que esa manera de pelear funcione con nadie más que con ella, realmente.

Dejarle todo el trabajo duro a su hermana, solo para aparecer al final del todo y llevarse la gloria asestando el último golpe era... menos que ideal para el trabajo en equipo y la confianza entre dos hermanos, y el hecho de que le hubiese salido bien no le hacía ningún favor a la lección que Kira quería darle a Chika. Por su cara, Kimi también parecía tener opiniones fuertes sobre el combate, pero se mantuvo callada.

— No era este el gran ejemplo de trabajo en equipo que quería que vieses... pero supongo que no podía esperar mucho más de Mami. —Se llevó una mano al mentón, pensativa—. Si hubiesen peleado juntas desde el principio, habrían ganado antes, sin que Momo recibiese tantos golpes.

Kira siguió pensando, intentando sacar una lección positiva de aquel combate, pero de momento no conseguía nada.

— Muy buen combate, chicos. Descansen. —Les indicó Raijin a los combatientes, pero cuando los gemelos pasaron por su lado para sentarse, les dijo algo más—. Recordad que el combate termina en cuanto alguien caiga al suelo. Con su habilidad, podrían centrarse en eso, en lugar de atacar de frente.

Uno de los gemelos, al escucharlo, se acercó a su padre para susurrarle algo.

— Entiendo, pero para conseguir eso, también tendréis que esforzaros al máximo. —Le respondió Raijin, acariciándole la cabeza un momento, antes de darle una palmadita en la espalda al chiquillo, para que vaya con sus hermanos—. Ryō, Kazemaru, Kenshin, Hotaru. Les toca.

Los cuatro chicos avanzaron hasta sus posiciones, poniéndose en guardia.

— ¡HAJIME!

—. Si hubiesen peleado juntas desde el principio, habrían ganado antes, sin que Momo recibiese tantos golpes.

— Eso creo yo también, sí. ¿Cómo crees que deberíamos enfrentarlas? ¿Tú te encargas de Mami mientras yo entretengo a Momo? — preguntó intentando planificar su inevitable encuentro.

Uno de los gemelos, no tenía ni idea de cual, fue a Raijin y le preguntó algo al oido, claro que Raijin contestó en voz alta. ¿Qué le había preguntado? Su curiosidad duraría hasta que Kira le contestase, momento en que aquello abandonaría su mente para siempre.

Raijin procedió a anunciar los proximos combatientes y, por una vez, la mente de Chika parecía estar despierta. Solo quedaban ellas y Kiki. Por lo que el último combate de la ronda, su primer combate del torneo y el peor de todos eran el mismo. Intentaría prestar atención al combate y no mirar a sus hermanas, con sudores frios.

— Si tomamos la misma estrategia que Dai y Go, Momo no nos aguantará como a ellos. —Le dijo. Aunque ellas no tenían la coordinación de los gemelos, eran mucho más fuertes que ellos—. Pero no me gustaría aprovecharnos y pelear dos contra una. Si podemos, forcémoslas a pelear juntas. Estoy segura de que nos coordinaremos mejor que ellas.

Mientras Kira le respondía a Chika, el combate ya había empezado. Apenas empezar, tanto Kenshin como Ryō activaron a la vez su armadura de electricidad, que se diferenciaba claramente del modo chakra de Mika que habían utilizado los gemelos por la densidad de la capa. Hotaru decidió iniciar el combate recortando rápidamente la distancia que lo separaba de sus rivales, intentando darle un puñetazo directo a la cara a Kazemaru, que fue bloqueado por Ryō, quien interceptó el ataque con sus brazos.

Aprovechando la situación, Kazemaru intentó patear torpemente el costado de Hotaru, pero su ataque fue bloqueado por Kenshin, quien había aparecido justo frente suyo para defender a su hermano.

— Tsk. Siempre empiezas los combates con demasiada agresividad, Hotaru. —Se quejó Kenshin.

— Peleo tranquilo porque confío en que me cuides las espaldas. —Respondió Hotaru.

— ¡Detrás mío! —Indicó Ryō a su compañero.

— ¡Siempre!

La mayoría de los hermanos animaban a los combatientes de forma indiferente, a excepción de Mami, que animaba a Hotaru de forma particular.

Chika no dijo nada, no hizo nada y no miró nada. En su rostro podía verse la misma nada, su mirada claramente pérdida en un infinito tan lejano como próximo. ¿Cómo demonios iba a pelear contra Kiki? No tenía ni idea de cómo afrontarlo.

Podía distraer a una mientras Kira se encargaba de la otra, seguro que llegaban a algún sitio con eso. Tampoco podía simplemente dejarse ganar, la matarían. No sólo Kira, sino Kimi y el resto también. Se le lanzarían al cuello y la devorarian de arriba abajo.

Oh, parece que había gente peleando delante suyo. Y parece que estaban haciendo cosas. Cosas brillantes. Debía pensar algo. Debía sobreponerse o algo. Énfasis en el o algo. Desde luego podía entretener a Kimi y Kira no debía tener mucho problema con Miki.

Sí, estaba exagerando, podían hacer eso rápido e indoloro para todas. Su mirada volvió a centrarse en la pelea, como si volviese de un viaje astral.

Para cuando Chika devolvió los ojos al combate, esta ya parecía haber terminado.

— ¡Wooooow!

— ¡Centellas!

— ¡Nooooo!

— ¡Siiiii!

Prácticamente todos reaccionaron con sorpresa y emoción al ver el final del combate. Un final que Chika se había perdido por poco. Si hacía memoria, podría recordar haber visto un brillante destello de varios colores unos pocos segundos atrás. Ahora, lo único que veía, era a Kenshin tendiéndoles las manos a Kazemaru y Ryō para ayudarlos a levantar.

Todos parecían estar ilesos, pero los dos metros de césped quemado alrededor de ellos delataba que había ocurrido un ataque enorme justo antes.

— ¡Fin del combate! —Declaró Raijin—. Maravilloso combate. Han hecho un gran trabajo.

— Gracias. —Respondió Kenshin.

Luego de estrecharse las manos, los hermanos se dieron un corto abrazo con unas palabras de ánimo, antes de sentarse.

— ¡Chika, Kira, Kimi, Miki! Les toca.

Kimi y su clon se dirigieron ambas a su posición, aunque no juntas. Miki parecía enfadada solo de estar allí, cerca de Kimi, mientras que Kimi parecía haberse rendido en hablar con su hermana, aunque no parecía frustrada. Estaba concentrada en el combate.

Kira le dio un golpecito en el hombro a Chika.

— Las derribaremos. —Le dijo. Así no tendría que pegarles demasiado—. A por todas.

— ¡Chika, Kira, Kimi, Miki! Les toca.

Chika saltó a ponerse en pie como si el suelo le acabase de soltar un chispazo. Estaba claro que su padre la odiaba, no había otra forma de explicar que no detuviese de inmediato todo eso para deshacer esta tortura. El plan era que cuando le tocasen Kimi o Miki, ella se pegaría con su pareja y ya, todo solucionado. ¡Pero no! Su mala suerte la atacaba de nuevo.

Aunque era cierto que después de este combate, el resto podía incluso existir. Ahora mismo, prefería su primer plan, seguro que después del combate, éste le gustaría más.

— Las derribaremos. A por todas.

— Claro. — le contestó de la forma más debil posible y con la sonrisa más forzada del mundo.

Aún así, fue a su posición. Si podía, se pondría enfrente de Kimi. Tenía una ligera certeza de que Kira podría con Miki más rápido y ella todo lo que quería era que eso acabase pronto.

Chika se colocó frente a Kimi, en guardia. Una distancia de unos cinco metros las separaba. Cuando todas estaban en guardia, Raijin declaró el inicio del combate.

— ¡HAJIME!

Y el combate empezó inmediatamente con Miki activando su modo chakra, cubriéndose de una muy fina capa de electricidad, antes de lanzarse a atacar a Kira con un puñetazo que esta bloqueó con facilidad.

Kimi, por su parte, no había movido un solo músculo. Mantuvo la mirada en su hermana, en guardia, adoptando una postura más defensiva.

Una vez en posición Chika clavó su mirada en Kimi, igual que su hermana hizo con ella.

— ¡HAJIME!

En cuanto su padre dio por comenzado el combate, Chika se rodeó de una capa chispeante de electricidad, como la de Miki, pero de verdad. Sin embargo, por muy intensa e impresionante que fuese la armadura electrica, Chika ni siquiera se movió del sitio. Se quedó vigilando a su hermana mientras Kira y Miki se pegaban.

Ni siquiera prestaría atención al resto, mientras Kimi no se moviese, tampoco lo haría ella.

Durante varios segundos, las dos hermanas se quedaron observándose mutuamente, analizando la situación y esperando al mejor momento.

«No tiene sentido que pelee con ella. Es mucho más fuerte que yo».

En cuanto hizo su decisión, Kimi decidió correr hacia un lado, dirigiéndose directamente hacia Miki y Kira. Si Chika no la detenía, su hermana se uniría al combate que tenían ambas, lanzándole un codazo sorpresa a las costillas de la rubia, que conectaría de lleno.

Fuera como fuese, Miki tuvo que retroceder por el cansancio. Apenas habían empezado y ya parecía no ser capaz de seguir el ritmo del combate.

Chika sabía que Kimi sabía que enfrentarse a ella era una perdida de tiempo, pero no esperaba que fuese tan descarada como para simplemente empezar a correr hacia sus otras dos hermanas. No hubo ni un intento de engaño o de maniobra de ningún tipo, lo cual la ofendió un poquito. Vale que no fuese a ir con todo contra ellas, pero tampoco iba a quedarse mirando como había hecho Mami.

Corrió hacia Kimi para interceptarla y agarrarla del brazo. Si la conseguía agarrar, intentaría lanzarla en dirección contraria a la otra pelea con todas sus fuerzas, con la única intención de alejarla lo máximo posible y ponerse entre ella y Kira. Estaba convencida de que Kimi haría algo para evitar salir por los aires, confiaba en que lanzarla con toda su fuerza no era para tanto. A pesar de que tenía la seguridad de que si le diese con golpe la desmontaría.

Chika le cortó el paso a su hermana antes de que pudiese dar su tercer paso, siquiera. Así de grande era la diferencia entre sus velocidades. Kimi se vio sorprendida, pero aún así, justo cuando Chika estiró su brazo, pudo ver a su hermana sonreír durante un instante, antes de desaparecer ante sus ojos. La pequeña se había agachado por debajo del agarre de su hermana para lanzarle un barrido a gran velocidad a los pies (60 PV).

— ¡Reppū!

Mientras tanto, Miki continuaba retrocediendo como podía mientras se defendía de Kira. Claramente, la mayor se estaba conteniendo, pero aún así no le dejaba recuperar la respiración.

Chika pensaba que Kimi estaba ignorandola y tenía intención de ir a por Kira. En ningún momento pensó en ninguna otra posibilidad. Se plantó ante ella pero no pudo ni agarrarla, pues Kimi reaccionó al momento agachándose y dando una patada giratoria.

Esta vez fue Chika la soprendida. Kimi era más fuerte que ella. Puede que no literalmente, o puede que sí ahora ya ni de eso estaba segura, sino de todos los otros tipos de fuerza. Puede que fuese porque se lo esperaba o puede que no, pero la reacción de Kimi era algo que ella jamás se hubiese imaginado.

Ella con la Yoroi había sido superada por Kimi normal, ni Yoroi ni su cosa cyborg. El momento en que la patada impactó, desactivó la Yoroi y cayó.

No tenía nada más que hacer en ese combate, había perdido. Su hermana se había hecho mucho más fuerte de lo que pensaba mientras se preocupaba por ella.