Momo se lo pensó durante un par de segundos antes de hablar. Chika estaba siendo muy buena con ella y no tenía razón para decirle que no, pero aún así eso no quitaba que la habían estado subestimando todo este tiempo. Por otro lado, quizás si encontraba su manera de hacer las cosas, dejarían de tratarla como una hermana de segundo grado.

— ¿De veras...? —Solo si Chika le volvía a asegurar que entrenaría con ella, Momo acabaría abrazándola muy fuerte, emocionada—. ¡Gracias! ¡Luego entrenamos juntas!

Conforme con la situación, Raijin le dio una palmadita en los hombros a ambas chicas, antes de volver a alejarse para continuar con el torneo.

— Continuamos con la liga. —Anunció Raijin—. ¡Chika, Kira, Dai, Go! ¡Les toca!

Los gemelos se miraron y asintieron, antes de correr para ponerse en posición. Kira le dio un golpecito en el brazo a su hermana.

— ¿Vamos? —Le dijo, sonriendo y haciendo un ademán con la cabeza.

Si iba, Chika podría ver mientras se ponía en posición como Ryō se acercaba a Momo para disculparse, mientras Mami ya había ido a hundir la cara en el pecho de Hotaru, que simplemente miraba a otro lado con el más absoluto desinterés.

— ¡HAJIME!

— ¿De veras...? —

— Claro. Seguro que entre las dos se nos ocurre algo. — le aseguró genuinamente convencida de que podrían solucionarlo.

Solo tenían que encontrar una cosa que se le diese bien a Momo. Todos tenían sus fuertes, era cuestión de ir probando. Pero antes de que pudiese darle más vueltas a eso, Raijin anuncio que les tocaba pelear contra Daigo.

— ¿Vamos?

— Vamos. — asintió sonriente.

Daigo era tremendamente golpeable. Tenía que asegurarse de no matarlos y ya. Por suerte, no tenía ninguna rencilla con ellos. Se puso en posición y en guardia y se quedó vigilando a ambos para ver cómo reaccionaban.

Tal y como Chika había observado en el anterior combate, los gemelos subieron de cero a cien en menos de un segundo. Apenas Raijin declaró el inicio del combate, ambos activaron su modo chakra y corrieron hacia las hermanas a tanta velocidad que casi se le dificultó a Chika seguirlos con la mirada.

Apenas las alcanzaron, Dai intentó lanzarle un golpe recto a Chika en el abdomen a toda velocidad (15 PV), que aunque iba con el máximo poder que tenía el jovencito, no fue más que una distracción para que Go saltase sobre su hombro para impulsarse e intentar lanzarle un rodillazo a la cara de la Kaminari, pero por suerte para ella, su hermana reaccionó inmediatamente lanzándole una patada para detenerlo, que lo obligó a esquivarla y retroceder.

Cómo era de esperar, Daigo mantuvo su estrategia. Ambos activaron su Yoroi y se lanzaron con todo. Para ella esto era un alivio, menos que pensar. Activó su propia Yoroi a la máxima potencia que podía y se preparó para recibir el golpe.

Cuando uno se plantó ante ella para golpearla en el abdomen usó su propia mano para pararlo, agarrándole el puño en el proceso. Al ver al otro gemelo ir a saltarle estuvo a punto de agacharse para esquivarlo, pero su hermana saltó en su defensa.

Libre de agresiones ahora, Chika usaría su mano libre para agarrar del brazo al que ya tenía agarrado del puño y se dispuso a hacerle una llave para lanzarlo por encima de su hombro y estamparlo contra el suelo.

Aunque el chico lo intentó, no tuvo manera alguna de zafarse del agarre de Chika, que no desaprovechó un solo segundo para intentar lanzar a su hermano por encima de su hombro. Y definitivamente lo lanzó, pero no sin la ayuda del mismo Dai, que se impulsó para saltar junto con el lanzamiento de Chika y girar sobre sí mismo en el aire para terminar cayendo de pie, frente a ella.

Ahora que lo tenía enfrente, Chika pudo ver a su hermano sonriendo de oreja a oreja. No se trataba de una sonrisa confiada. Simplemente se lo estaba pasando demasiado bien.

— ¡Joder, no, espera!

De pronto, el otro gemelo se lanzó con todo su cuerpo contra el brazo de la Kaminari, forzándola a soltar al joven que tenía agarrado. Inmediatamente después llegaría Kira con su brazo rodeado de electricidad para intentar estampárselo en el pecho a Dai, pero justo antes de que su ataque impactase, el chico había desaparecido ante sus ojos y se había agachado para barrerle los pies a ambas chicas con la misma técnica que había utilizado Kimi antes. Kira apenas conseguiría evitar el ataque por los pelos levantando el pie, pero si Chika no hacía nada, el ataque continuaría su recorrido y la tumbaría a ella (60 PV).

El chico voló de su mano para caer de pie al otro lado, gracil como una mariposa. Antes de que Chika pudiese borrarle la sonrisa de la cara, su hermano la placó, haciendo que soltase el agarre. No contento con eso, repitió la técnica de Kimi para esquivar a Kira y al mismo tiempo barrerlas. Pero él no era Kimi y esta vez estaba preparada.

Se agachó al mismo tiempo que él cargando chakra en su brazo y en cuanto la patada la alcanzó Chika había interpuesto su puño cargado de electricidad. En menos de un segundo, esa electricidad viajó desde ese puño hasta el contrario que, de forma completamente mecanica, iba directo a la misma pierna que la había golpeado. Una técnica perfecta. No había demasiada fuerza, había exactamente la misma que la que el atacante hubiese utilizado. (50 PV)

¡BAM! El golpe de Chika impactó de lleno en la pierna de Dai, que salió despedido mientras giraba sin control a ras del suelo, levantándose prácticamente por inercia en cuanto su espalda toco el suelo y trastabillando un poco mientras reculaba.

— ¡No ha sido una caída! ¡Continúen! —Anunció Raijin para que no detengan el combate.

Pero algo andaba mal. Dai había desactivado su técnica a la vez que Go había aparecido justo a su lado para sostenerlo, mientras el primero apoyaba todo su peso en la pierna que no había sido golpeada y en su hermano. Parece que había sufrido algún tipo de contusión en la pierna.

— M-me rindo... —Anunció el chiquillo en voz baja mientras levantaba una mano.

Raijin le echó una mirada al joven y asintió. Chika podía saber que no se trataba de nada grave, pues su padre no había reaccionado inmediatamente.

— ¡Fin del combate!

Los chicos empezaron a acercarse a las hermanas para felicitarlas por el combate. Kira se adelantó para darles un fuerte abrazo a ambos.

— ¡Lo habéis hecho súper bien! —Les dijo, mientras los apretujaba—. Os habéis hecho muy fuertes ¿eh? Cabroncetes. Casi nos pilláis.

Sin ninguna piedad, Kira estaba avergonzando y despeinando a sus hermanos con una casualidad que se le hacía extraña a Kimi y a Raijin, que estaban acostumbrados a encuentros más serios, a falta de una palabra mejor. Cuando finalmente fueron soltados, Dai se acercó junto a su hermano a Chika.

— Tu técnica fue muy chula, onee-chan. —Le dijo, ofreciéndole la mano y sonriendo ampliamente—. ¡Buen combate!

Kira reaccionó de inmediato al final del combate, lanzándose sobre sus hermanos. Chika, en cambio, se quedó unos segundos relajándose y suspirando. Normalmente solo hacían un saludo, pero los chicos eran tremendamente efusivos en sus muestras de cariño.

A ella eso se le hacía demasiado raro. Finalmente, Daigo se acercaron a ella. Aceptó la mano que le ofrecieron y el halago.

— Gracias, no la había probado en un combate todavía. ¿Estáis los dos bien?

Go asintió, pero fue Dai quien habló.

— S-sí. —Le respondió—. ¿Me la enseñarías?

De pronto, el chico pudo sentir el peso de Kira sobre sus hombros, que lo había rodeado con uno de sus brazos.

— Tenéis que idear vuestras propias técnica por separado. —Le dijo Kira. Por la manera en la que lo decía, no debía ser la primera vez que se lo decía—. ¿A que sí, Chika?

Raijin se acercó al grupo de la única manera que podía acercarse: muy lentamente. Por su rostro, parecía más que complacido por el combate que acababa de presenciar.

— Esa ha sido una técnica magnífica, Chika. Nunca te había visto practicarla. —Le dijo a su hija—. ¿Cómo la llamas?

De repente, todos se habían volcado sobre ella como garrafas de agua y ahora estaba empapada en atención. No era la más rápido pensando, podía ser algo agil actuando, pero pensando no. Y ahora tenía que pensar qué decirle a Dai, mientras tenía en cuenta lo que le había dicho Kira y nombrar su técnica. ¿Eso se hacía? Era solo un contraataque, pero no podía llamarlo contraataque.

— Bueno, si quiere le puedo enseñar alguna, ¿no? Para que tengan una guia de cómo es una buena técnica. Y se llama... Contraataque. Porque... bueno, es un contraataque. — se rascó la nuca, algo avergonzada por su propia falta de creatividad.

Tendría que haberla llamado Karma Kaminari o algo.

"Contraataque" ¿Eh? Raijin se rio un poco. Era un nombre descriptivo, sin duda y no era nada raro. El Karate estaba lleno de nombres como ese. "Patada frontal" y "puñetazo recto" eran algunos de los muchos ejemplos que podría nombrar Raijin sin esforzarse en pensar mucho.

— Es un buen nombre, y una muy buena técnica. —Le dijo a su hija, orgulloso—. Has hecho un buen trabajo. Descansen.

No podía estar más contento. Chika había conseguido desarrollar ella sola una técnica que, en su simplicidad, representaba todo lo que debía ser el Karate Kaminari: una firme defensa que era a la vez un contraataque que devolvía el mismo daño al oponente. Complacido, el hombre volvió a alejarse del grupo para anunciar el último combate de la ronda.

— ¡Kimi, Miki, Hotaru, Kenshin! —De nuevo, anunció los nombres con firmeza—. ¡Les toca!

Kenshin se levantó en seguida, yendo a su posición, pero se detuvo a medio camino al darse cuenta de que su hermano no lo seguía.

— ¿Ash...?

Al girarse, pudo ver como Hotaru se estaba esforzando mucho en despegarse a Mami, que no quería soltarlo. Tardó varios segundos en conseguirlo. Mientras tanto, Kimi intentaba hablar con Miki, que no había desactivado su armadura en ningún momento.

— Miki, deberíamos...

— Miki-san. —La corrigió enseguida—. Y no me digas qué hacer.

— Gracias. — contestó sonriente antes de irse a su sitio.

Aunque rápidamente pensó que toda esa reacción podía deberse a que estuviesen preocupados por cómo se había puesto antes. Decidió que estaba sobrepensando las cosas y procedió a girarse a sus hermanas.

— Ánimo, chicas.

Seguían discutiendose como el primer día. Aunque era algo más bien unilateral, Chika esperaba que combatiendo juntas se relaja se un poco su situación y se hiciesen mejores amigas. Sino, tendría que buscar alternativas.

Kimi asintió ante los ánimos de Chika, concentrada. Ni los nervios ni la mala actitud de Miki parecían hacer mella alguna en ella, pues estaba completamente metida en el combate.

— ¡HAJIME!

El inicio de este combate fue casi una copia exacta del anterior combate de los hermanos. De nuevo, Hotaru corrió a toda velocidad hasta las hermanas, con la única diferencia de que esta vez no había pillado por sorpresa a Kenshin, quien ya había activado su Yoroi para seguir a su hermano. De nuevo, Kimi fue sorprendida por la velocidad de sus hermanas, pero todavía tenía una carta bajo la manga.

Apenas la alcanzó, Hotaru prácticamente se lanzó sobre Kimi con la mano abierta para agarrarle la cara y estamparla contra el suelo, pero la chica consiguió reaccionar rápidamente agachándose y girando sobre sí misma para barrerle los pies a su atacante. Kenshin, que ya estaba más que preparado para la reacción de la Kaminari, se lanzó inmediatamente con ambos pies por delante para patearle la cadera a la pequeña y detener su giro.

Kimi rodó por el suelo y se acabó levantando, alejándose un par de pasos de ambos mientras reculaba torpemente.

— ¡Pero no te alejes, que me dejas...! —Ambos hermanos se giraron hacia Kimi, acercándose a ella mientras dejaban a Miki detrás—. ¿Sola...?

Viéndose completamente fuera de peligro, Miki sonrió con malicia.

— ¡Distráelos!

Kira, que estaba sentada al lado de Chika, se llevó una mano a la cara para no ver lo que estaba sucediendo.

Todos parecían empeñados en repetir sus estrategias una y otra vez. Ver a Kimi volver a hacer el barrido que hizo la última vez y que acababan de hacer los gemelos fue algo decepcionante. Claro que iban a reaccionar a ello.

Y por si eso no fuese suficiente, habían conseguido separarlas así que se lanzaron a por Kimi, dejando a Miki sola. Pero parecía que su hermana tenía un plan. Seguro que acababan ganando. Aunque tendría que darse prisa, Kimi no iba a poder aguantar mucho contra dos.

Lo que Chika vio a continuación fue una serie de incesantes ataques contra Kimi. Cuando Hotaru pateaba arriba, Kenshin intentaba barrer las piernas y cuando Kenshin atacaba arriba, Hotaru apuntaba al cuerpo. Sorprendentemente, Kimi consiguió defenderse de la mayoría de los ataques, pues los hermanos estaban controlando sus fuerzas, pero todos y cada uno de los golpes iban con la intención de terminar el combate o de ponerlos en una situación para terminarlo.

Mientras su hermana retrocedía, Miki los seguía, en guardia y no demasiado lejos. Todavía no había hecho nada.

— ¡Aguanta un poco más! —Le decía.

Kira parecía haber perdido buena parte del interés en aquel combate, pero aún así se giró hacia Chika para hablar de él.

— Esto pinta mal para Kimi... —Le comentó—. ¿Quién crees que ganará?