-Por fin!!! Exclamé a los cuatro vientos. -Ya jamás tendré que abrir esos libros inútiles de la academia. No es que no me gustara leer, pero sabía lo que se contaba en aquellos libros a nivel político y diplomático estaba la mar de descafeinado. Dentro de mi, quería imaginar que el pacto entre las actuales villas ocultas era una simple cortina de humo, y me gustaría averiguar hasta que punto estaba de tensa la cuerda.
"Bueno, quizás no sería conveniente querer ir tan deprisa" Primero era llevar los libros de la academia que sabía que jamás volvería a abrir, y los dejaré en la biblioteca. Así por lo menos algún futuro aspirante a gennin con escasos recursos pueda aprovechar, y yo ganaría un hermoso espacio en mi estantería.
Mi madre estaba ocupada en la tienda, y no había señal de que Mikasa estuviera. "A saber lo que estará haciendo..." Por lo que salir de casa no fue ningún contratiempo. Llegué sin problemas a la biblioteca, y como era una hora prudente, en la que todo el mundo estaba trabajando o estudiando, la biblioteca se veía bastante tranquila. Me acerqué al mostrador en donde estaba la bibliotecaria. Una entrañable anciana con gran moño y unas pequeñas gafas. Apoyé los libros sobre el mostrador con un gesto en mi cara de como si me hubiera desecho de algo sucio.
-Buenos días, venía a donar estos libros...Me mordí los labios, pues quería expresar con gran detalle el asco que les tenía, pero pensé que aquella señora no tenía la culpa de ello y que no querría escuchar palabras mal sonantes. La anciana se inclinó para ver los libros, y mientras los examinaba a la par que se ajustaba las gafas me lanzaba alguna que otra mirada fugaz. -Veo que están en muy buen estado. Eres un chico muy cuidadoso...La mujer carraspeó como jamás en la vida había oído carraspear a alguien. -Un gesto muy amable por tu parte muchacho.
Arqueé las cejas con rostro sorprendido, pues aún estaba conteniéndome de aquel gutural carraspeo. -Esto...si, si claro, un placer. Creo que ya había aguantado demasiado, aquel lugar olía demasiado a persona mayor. -Bueno, me marcho ya. Le dejo con sus libros. Adios. Pero antes de marchar vi un libro en el mostrador que se titulaba "Historia de la antigua villa oculta de la Hoja" comencé a cavilar sobre lo que sabía de aquel lugar que se encontraba en el país de la Espiral, pero de repente la anciana habló una vez más, interrumpiéndome en el proceso. -Adios muchacho, recuerda que si tienes más libros, los puedes traer sin problemas. Me di media vuelta y me despedí alzando un brazo. -Si si abuela, no se preocupe. La mujer me decía algo más mientras me marchaba, pero ya estaba fuera de la biblioteca y no tenía intención de volver a entrar.
Continué con mi reflexión ahora que me encontraba a solas. "Podría ir de excursión al bosque de la Hoja. Quizás sea emocionante, mejor que estar en casa esperando a que me llamen para buscar un gato o cualquier chorrada de ese estilo" Pues ya estaba decidido, me iba para el país de la Espiral. Fui a casa y cogí todo lo necesario para llevar a cabo aquel viaje, no sin antes dejar una pequeña nota en la cocina explicando que estaría ausente de casa unos días. Cogí mi mapa y marché por el camino que llevaba directamente al puente Kannabi que me brindaría acceso al bosque de la Hoja, una vez allí seguí caminando por un amplio sendero y me quedé a la altura de un poste en el que indicaba claramente varias bifurcaciones, en una de ellas se encontraba las ruinas de lo que fue antaño una importante gran villa.
Me apoyé en una gran roca para tomar un descanso, saque mi odre de agua y bebí un gran trago. No tenía intención de permanecer mucho tiempo parado, pero como el lugar se veía tranquilo y ya que llevaba varias horas de caminata, aproveché y saqué un poco de arcilla y comencé a hacer una pequeña escultura con mis manos. "Mira tu por donde, me vendría bien una taza"
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Era una mañana tranquila. Lo único que se oia en la mansión de los Nabi era el estruendo que el ahora propietario de la misma hacia con sus ronquidos. Por suerte la única que sufria este sonido aterrador y digno del más profundo aberno del inframundo era la encargada de la limpieza que venia cada semana a mantener las habitaciones que estaban desocupadas, que era más de media mansión.
De repente, esa sinfonia de muerte y destrucción fue sustituida por un fuerte golpe contundente, como si una vaca hubiera caido de lado al suelo. Justo cuando los ronquidos volvian a sonar, otro sonido los volvieron a sustituir. El sonido de un palo cayendo, primero sobre algo blandito, para más tarde rebotar contra el suelo. Pasaron unos segundos en bendito silencio, que fueron seguidos de una puerta abriendose lentamente. Unos pasos bajando unas escaleras, algo rodando escalera abajo, un refunfuñeo y el arrastrar de unos pies descalzos por el suelo.
El heredero de la mansión habia bajado a la cocina a desayunar, con la huella de la irregular madera del bastón que portaba con él. Se lleno un cuenco con leche, leche de aquel frigorifico que se rellenaba solo por arte de magia. En realidad no, era la encargada de hacer la compra, que por alguna razón compraba como si en aquella mansión vivieran con todas las habitaciones ocupadas, por suerte, ultimamente habia bajado bastante la cantidad de comida que él no se comia en la nevera. No sabia si era porque se habia dado cuenta de que solo vivia él allí o si habia decidido quedarse ella con la parte que Nabi no necesitaba.
Poco le importaba al shinobi, y aún menos a esas horas de la mañana. Con su pijama de verano amarillo y su gorrito con una carita de un ratón amarillo con mofletes rojos dibujada, pegaba largos tragos al lacteo mientras daba mordiscos a una manzana verde. Repasaba mentalmente sus planes para ese dia, y la verdad es que no le gustaban, hacía casi una semana que se habia graduado y no habia salido siquiera de la villa.
Claramente esto se debia a que si ya se perdia en su casa, que le habia costado casi un mes aprenderse el camino de su habitación a la cocina, y eso que solo tenia que bajar una escalera. Y se habia pasado toda su vida academica llegando tarde porque acababa en la otra punta de Uzushiogakure sin darse cuenta.
Pero bueno, imprudentemente ignoró estos hechos, y con su cabezoneria tan propia, se vistió y partió. Con su habitual camiseta con la manga derecha plateada y larga y la izquierda amarilla y corta. Cantaba bastante que algo ocultaba, pero a él le gustaba y le importaba más bien poco que supieran una de sus artimañas, eso siempre podia jugar a su favor. Con su bastón diagonalmente agarrado a su espalda salió de la villa en dirección al Puente Kannabi. Iba consultando el mapa y todo parecia ir bien.
Hasta que se encontró con un enorme crater ante él. Con la boca abierta y los ojos abiertos de par en par, se quedó al borde del inicio de aquel agujero.
El descanso acabó, fue más que suficiente y era hora de continuar el camino. Guardé mis pertenencias, me levanté y me crují la espalda con ayuda de mis manos que posicioné en mis lumbares, y seguí la dirección que indicaba aquella señal que tenía pinta de estar desde los confines.
"Muy bien, vamos allá. Tiene pinta de estar cerca"
Seguí un pequeño sendero que estaba casi desapareciendo, el bosque poco a poco iba reclamando lo que era suyo. Hasta tal punto, que tenía que mirar hacía el suelo para no perderlo de vista. Al cabo de poco rato, la densidad del bosque fue poco a poco disminuyendo y sin quererlo ni beberlo, me encontré en un inmenso claro que en cuyo centro, se encontraba lo que venía buscando. Nada más contemplar aquel pedazo de agujero exclamé.
-KABOOM!! Menudo pedazo de pepinazo tuvo que ser...Esto por lo menos tendría que ser 1 Kilo de explosivo C1 o algo mucho más gordo. Me dejé llevar por la emoción, por un instante me imaginé protagonista de lo que tuvo que ser aquella explosión. Cuando me dí cuenta de que no estaba solo. Menudo bochorno, pero me duró poco.
-Ostras perdona, no me había dado cuenta de que estabas. Dije como si no hubiera pasado nada.
Era un rubiales, no tanto como Zukamane pero a fin de cuentas rubio, con una camiseta amarilla y plateada. Y llevaba un palo sujeto a la espalda, que estaba chulo por cierto.
"Y yo que pensaba que aquí no habría nadie jeje"
Y Entonces me dirigí hacía aquel muchacho que estaba justo delante de aquel cráter. -Impresiona de ver ¿Verdad?... Oh disulpa! Mi nombre es Bakuhatsu Yoshimitsu, gennin de Kusagakure. Me acordé de chiripa de presentarme, la verdad que era algo que me resbalaba, pero sabía que había gente que se lo tomaba muy a pecho.
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22/05/2015, 14:05
(Última modificación: 22/05/2015, 14:06 por Inuzuka Nabi.)
Estaba planteandose seriamente echarse al crater y acercarse al epicentro a ver como era, total, despues podia salir concentrando el chakra a la suela de las sandalias. Cuando escuchó algo cerca suyo. Al centrar su atención en el individuo que acababa de entrar en escena se dio cuenta de que hablaba sólo. Y de que tenia una bandana de Kusa. Al cabo de unos segundos reparó en la presencia del rubio. A quien lo primero que le vino a la mente era que no podia creer que habia alguien más ciego que él. Era todo un logro.
Cuando le dijo que lo perdonara de esa forma le salió la respuesta casi automatizada.
No pasa nada, no soy ostra.
Le habia entendido perfectamente, pero era una contestación necesaria.
Miró de arriba abajo al sujeto, no tenia una apariencia para nada amigable. Todo de negro y esa melena roja... Cualquiera diria que es como minimo un violador y como mucho un ladrón con una buena base de conocimientos ninja. Nabi se habia mantenido muy serio, incluso cuando soltó la tonteria de turno, y cuando el chico se presentó con esa misma actitud le devolvió la presentación.
He visto cosas más impresionantes que un agujero en el suelo. Mi nombre es Uchiha Masatsu, encantado. Gennin de Uzushiogakure.
Apenas tenia que esforzarse para pensar algún nombre aleatorio que soltarle a Yoshimitsu. Suele usar clanes conocidos, pues inventar un apellido le da demasiado palo. El mal rollo que le inspiraba el recien conocido solo hacia que incrementar, con la emoción que habia puesto al ver el enorme hoyo donde probablemente murieron cientos de miles de shinobis, además de que habia oido algo de explosiones. ¿Un terrorista de Kusa? A pesar de que parecia ser tan joven como él, no daba buenas vibraciones.
¿Y que te ha traido al crater de la antigua villa de Konohagakure?
La mirada inquisitiva de Nabi acabó por bajar a las manos del muchacho.
¿Lleva las uñas pintadas? Oh dios, es un psicopata
Fue una pequeña broma mental. Pero su rostro ni se inmutó seguia tan serio como al principio de la conversación. Tenia que dictaminar si se podia fiar de aquel muchacho.
Aquel muchacho como era obvio se giró hacía mí, es en ese mismo momento es cuando pude ver su hitai-ate atada a su cuello. Me exculpó por el alboroto que causé, pero dijo algo que me descolocó, algo de que no era una ostra.
"Ostias!, este tío esta tarado...tiene un poco de pinta infantil pero, parece buen tipo"
-Si...no pasa nada. Eso me aburre. Reproché -Aunque después de lo que pasó aquí supongo que será normal...
Luego el chico se presentó por el nombre de Uchiha Masatsu, y aseguró que había visto cosas más interesantes que un simple agujero en el suelo, y eso fue algo que me obligó a corregirle.
-El placer es mutuo Uchiha Masatsu, pero querrás decir cráter. Y lo que me parecía impresionante es la explosión que causó dicho cráter. Tendría que a ver sido sin duda una vorágine de destrucción voraz, tan potente que habría devorado sin distinción el metal, piedra, madera, carne y huesos. Algo que algún día sabía que sería capaz de llegar a hacer. Cuanto poder, cuanta responsabilidad.
El chico parecía que bien dije antes, simpático. Tanto que me preguntó que me trajo hasta aquí. Una sonrisa maliciosa se dibujó en mi rostro y le contesté bromista. -Los pies...jejeje era broma, es que me lo pusiste a huevo. En realidad vine por que tenía curiosidad de conocer el lugar y ver en persona el cráter.
Masatsu me miró con descaro de arriba a abajo, y me pareció que centró su atención en algo. -¿Todo bien Masatsu? Para romper un poco el clima tenso, también le pregunté -¿y tú Masatsu? ¿Que haces por aquí?...¿De excursión?
Aunque todo sea dicho, este lugar es idóneo para cualquier cosa menos para ir a visitarlo de excursión. A saber la cantidad de gente que murió aquí.
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Cuando mencionó la explosión Nabi decidió no contenerse más.
Antes dijiste algo de explosiones también. ¿Por que tanto interes en ello? No estaras... planeando algo...
Se lo coló magistralmente, con sigilo, tan disimuladamente que no sabra lo que dice hasta que ya haya confesado sus planes terroristas de explotar su villa, o ciudades ajenas. Menos mal que le habia dado un nombre falso, que despues le relacionan con él y acaba tambien en el ajo. Bastante habia tenido ya en la familia con el padre psicopata.
Hizo una broma muy simple con la pregunta que le hizo Nabi y despues procedió a contestar la pregunta en cuestión. Cuando le miró de arriba a abajo se extraño de su gestualización y le preguntó si pasaba algo. A lo que el Nabi le respondió sin pensarselo dos veces.
Bueno, la verdad es que te veo muy misterioso, todo de negro, hablando de explosiones como si fueran dignas de colección, no inspiras mucha confianza en general. Con todo el respeto del mundo.
Despues le preguntaria, porqué él, Masatsu Uchiha, habia decidido viajar hasta los restos de la villa oculta de la Hoja. Bueno, era obvio. Tiró de conocimiento de historia.
Mi clan perteneció en su momento a esta villa que ahora no es más que un enorme "crater". Así que decidí verlo con mis propios ojos. Para poder entender lo caprichoso que es el destino, un dia eres un shinobi poderoso de una aldea poderosa y al siguiente un agujero en el suelo.
En verdad, se habia perdido y punto.
El Uchiha estaba un poco raro, como si estuviera mosqueado, sobretodo cuando me recordó lo que había dicho antes cuando pensaba que estaba solo. Le respondí con indiferencia ante su rallada mental -Si, dije algo sobre explosiones, una explosión lo suficientemente grande como para engullir una ciudad entera. Es que me gusta la pirotecnia, nada más ¿Es que a ti no te gustan los fuegos artificiales? Le pregunté extrañado.
"Además paranoico, si soy un trozo de pan!"
Definitivamente no se fiaba de mí. "Pero si solo soy un excursionista!" Decía que no se fiaba de mí por las ropas que llevaba, y por que hablada de explosiones, y eso que vivimos en un mundo libre.
-Oye! que mi túnica es roja. Todo de negro no, por favor. Además, ¿Te has visto tu al espejo? Esos pantalones que llevas también intimidan. Le dije con retintín.
Luego el chico muy amable me dijo el motivo de su visita al cráter. Al parecer pertenecía a un clan de la antigua era ninja que vivía en Konoha. Algo que me resultó muy interesante. -Que interesante...Cuéntame más.
Si de verdad perteneció a un antiguo clan, tendría que saber un montón de cosas super interesantes. Tenía la esperanza de me que contara más cosas de la antigua era shinobi.
-¿Tan mala pinta tengo? Si de donde vengo, la gente me quiere mucho y eso...
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"¿Es que a ti no te gustan los fuegos artificales?" Fueron sus palabras textuales. Como se atrevia. Masatsu Uchiha habia perdido a su hermano un dia que el pequeño salio a la calle mientras unos delincuentes adolescentes estaban tirando fuertes petardos. El niño, de unos 5 años, era más inocente que un angel. Se acercó al explosivo y lo agarró con sus manitas y se lo acerco a la cara para ver de cerca las chispitas que salian de la mecha. El pobre perdió ambos brazos para acabar muriendo desangrado antes de llegar al hospital.
Y aún así, aquel desalmado era capaz de preguntarle tal cosa como si nada.
Tsk, no, no me gustan, las explosiones no son juguetes, no son algo con lo que divertirse. Son cosas muy peligrosas. Arrasaron la aldea en la que vivian mis antepasados y acabaron con la vida de mi hermano pequeño. Así que siento contestarte tajante, pero no es algo que pueda controlar.
La voz le paso a un tono totalmente frio, quedo, tajante y distante. Como de alguien que ha sufrido demasiado para su corta existencia y que vive soportando el peso que le dejo el pasado en su conciencia. Cuando Nabi se metia en un personaje, era a muerte, o el personaje o él.
¿Mis pantalones? ¿Qué les ocurre?
Recuperó una forma de hablar normal pero aún un tanto distante. Como si su mente siguiera reviviendo aquellas escenas tan traumaticas del preterito que parecia tan cercano a pesar de que ya hacia años que habia pasado. El extraño bombero le pidio que le contara más acerca del pasado de su clan en relación con la Villa Oculta entre las Hojas, y Nabi, con tal de lucir su personaje, le siguió la corriente.
Lo que te he dicho es casi todo lo que sé. Las grandes dudas que afloran en los cimientos de nuestro clan, tales como ¿de donde vinimos? ¿quien nos bendijo con este don? Incluso los secretos de nuestras habilidades especiales. Todo eso lo perdimos junto a esta villa. Pocos son los que conocen estos secretos ancestrales, y ninguno que los conozca todos. Desde que perdimos a Konoha, perdimos un cachito de nuestro clan, de nuestra existencia, que ahora, jamas sera completa.
Casi se podia palpar la seriedad en el propio aire, el rostro de Nabi estaba totalmente petrificado, ni parpadeaba de lo serio que estaba. Con la mirada perdida en el punto más profundo del crater parecia intentar recrear mentalmente como era aquella villa en los tiempos antiguos.
-No te preocupes... Le contesté indiferente a Masatsu, cuando confesó que no podía evitar ser borde conmigo al recordar la destrucción de la villa de sus antepasados y la muerte de su hermano.
"En realidad me la trae al pairo"
Todos habíamos perdido algo en el pasado en mayor o menor medida y, quién no hubiera tenido que pasar por algo parecido, era realmente afortunado. ¿Por qué tenia yo que aguantar las tonterías de un desconocido, cuando nadie esta dispuesto a aguantar las mías? O este tío era un llorón o estaba poniendo mi paciencia a prueba. Por lo que cuando terminé de asentar todas las palabras que vomitó, le respondí molesto.
-¿Pero a caso fui yo quién arrasó la aldea de tus ancestros?¿fui yo quién mató a tu hermano?¿Tratas de provocarme o algo por el estilo? Por que si quieres pelea solo tienes que decírmelo y punto. Respondí muy molesto.
No quería malos rollos, pero este Uchicha odiaba todo lo que yo era, incluso antes si quiera de conocerme. Solo le bastó juzgar mi apariencia para saber que clase de persona era y yo hice lo mismo para devolverle el favor. Le dije sincero que opinaba de sus pantalones. -¿Tus pantalones? No quiero ofenderte pero a mi parecer, me parecen muy cutres.
"Cutres no, lo siguiente..."
Y Cuando le dije que me contara más, no me refería únicamente a su clan. Yo quería saber en realidad más sobre lo que era de la antigua y arrasada Konoha. Pero bueno, si hubiera tenido a mi curiosidad delante de mía, le hubiera asestado una buena patada en sus partes nobles por haber abierto la bocaza. Aunque se veía al Uchiha muy melancólico con su desaparecido clan, tenía pinta de que tenía en muy alta estima su clan. Pero como todo, el poder no te lo da un clan ni una condición, sino como es uno.
Intenté animarlo a mi manera, pues me parecía lamentable lo que acababa de decir -¿Pero a caso no estás vivo? Pues tu deber es continuar con tu linaje y ayudar junto con los supervivientes a volver a erigir el clan. Aprender de lo que sucedió en el pasado te ayudará a no volver a tropezar en el mismo error.
"Que tenga que ser yo quién tenga que decirle estas cosas tiene delito"
Y así, se desarrollaba la conversación que resultaba en algunos aspectos un poco tensa. Pero viendo la aptitud de aquel muchacho, algo me decía que seguiría en sus trece, por lo que aún fijándome en el gran cráter, lo vigilaba por el rabillo del ojo para evitar represalias. No tenía ganas de recibir un palazo en la cabeza por la retaguardia.
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Al desprecio de Masatsu a los fuegos artificiales pareció que Yoshimitsu reaccionaba bien hasta que de repente tras unos segundos saltó enfadado y le soltó un discurso sobre que él no tenia culpa ninguna de lo que le habia pasado al Uchiha con las explosiones. A pesar de que en ningún momento habia dicho nada de que fuera culpa suya, de hecho, ¿por que se lo estaba tomando tan a pecho? Vale que le gustaran las explosiones pero de ahí a tomarselo como algo personal cuando únicamente habia dicho que a él no le gustaban.
Pero... ¿te has tomado tu medicación? Si yo no te he mencionado a ti en ningún momento y de repente me sueltas un discurso como si te hubiera atacado. Me has preguntado algo y te he contestado y te he argumentado mi respuesta para que no pensaras que era un odio injustificado ¿y tu reacción es ofenderte?
Siguió su racha de insultarle como si acabara de apuñalar a su perro mientras violaba a su madre y soltaba improperios sobre su abuela. Esta vez dijo que sus pantalones eran cutres. ¿Cutres? Esta situación no estaba teniendo ningún sentido. Él era un shinobi y como tal iba vestido, dando preferencia a la comodidad antes que a la moda y a la apariencia.
Perdoname por no ir a la moda y vestir "cutre", no esta en mi agenda convertirme en modelo de ropa.
Y de repente empezó a animarle, dios santo, la bipolaridad de ese chaval no conocia limites. Chorradas sobre que tenia que seguir adelante como si él hubiera dicho que no iba a hacerlo o algo, o hubiera demostrado estar triste en algún momento. Una cosa es ser consciente del pasado que cimenta tu existencia y otra dejarse arrastrar por él. Hasta entonces no se habia encarado al muchacho, pero ahora estaba atento a lo que pudiera hacer, no parecia alguien estable, lo mismo le daba un arrebato e intentaba golpearle y dejarle inconsciente para atarle un montón de explosivos y volarlo por los aires. Tal y como estaba defendiendo las explosiones, era posible.
No hay nada que aprender de mi pasado. Mi clan fue llevado casi a la extinción por un factor totalmente externo. Claramente voy a seguir adelante, parar nunca es una opción.
No sabia muy bien que le habia contestado pero tampoco sabia muy bien de que iba esa conversación. Dentro de su estupidez habia aparecido una inverosimilitud llamada Yoshimitsu.
Parecía que Masatsu no entendió en absoluto el por qué de mi enfado. Por lo que me tomé la molestia de explicarle el motivo, aunque quizás fuera tarde. Los mal entendidos era mejor aclararlos, por lo menos, tenía su atención esta vez, ya que dejó de mirar a aquel cráter y centró su mirada en mi.
-Si no me has intentado atacar, tu intención no habrá distado mucho de querer hacerlo. Sabes que me gustan las explosiones, ese es el motivo por el que estoy aquí, y has intentado hacerme sentir mal por lo que le pasó a tus antepasados y a tu difunto hermano, que en paz descanse, pues no le deseo mal a nadie. Ya aguanto mis pesares, no tengo por qué soportar el de los demás...
La gente solía mal interpretarme en su mayoría y el Uchiha no fue una excepción, intentó mirar por encima de mi hombro en todo momento y eso era algo que tenía intención de tolerar. Cada uno era libre de vestir como uno quisiera, pero estaba claro que tenía una visión de mi, muy equivocada, sobre todo cuando me llamó la atención diciéndome de que no inspiraba confianza al hablar de explosiones y de vestir todo de negro cuando no era cierto.
-A tus pantalones no les pasa absolutamente nada, tu no habrás hablado de explosiones pero sin embargo, portas un bastón a la espalda que seguro que será para viajar. Y yo no te he juzgado por ello, tú si lo has hecho conmigo y eso que voy completamente desarmado.
Y luego quizás se extrañara que después de mi enfado hubiese intentado decir algo constructivo con respecto su clan, que seguro que en la época dorara, en la que Konoha aún existía, seguro que fue un clan extraordinario y todo lo que el quisiera. Pero escuché perfectamente que dijo que la esencia de clan se había perdido y que jamás volvería.
"¿Llevado a la extinción por un factor externo? Si no hubiera participado en la guerra seguro que no hubiera pasado nada malo"
-Eso está mejor, sin duda. Dije en tono más relajado.
Dentro de mis posibilidades, intenté aclarar mi comportamiento, pues no tenía intención de enfadarme con el shinobi de la Espiral. Me giré nuevamente y le miré a la cara, se le veía tenso. Por mi parte mi rostro estaba siempre tan inexpresivo como siempre, pero intenté usar un tono conciliador. -Oye mira Masatsu, me enfadé contigo antes. He reflexionado y me he dado cuenta de que mi comportamiento ha estado mal y fuera de lugar. Y como dice el refrán, rectificar es de sabios, por lo que te pido disculpas.
Pues estaba claro que no había venido hasta aquí para enfadarme con él ni mucho menos. "Pero hay días que uno se levanta con el pie izquierdo"
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El extraño muchacho no paraba de sorprenderle. Tras el rapapolvo que le habia soltado Nabi, procedió a explicarle el verdadero motivo por el que se habia cogido aquel enfado tan inexplicable. Según Yoshimitsu, él habia dicho eso para hacerle sentir mal y hacer que se sintiera culpable de lo que le habia pasado a su familia. Aquello superaba las expectaticas del rubio de la locura del bombero. Si hubiera sido él se hubiera descojonado ahí mismo, la paranoia que se estaba montando aquel chaval de nada, pero ahora era Masatsu Uchiha. Se mantuvo serio, pero indignado.
A ver si lo he entendido, como mis creencias son contrarias a las tuyas ya te sientes ofendido y me atacas diciendo que lo he hecho para insultarte. Como creo que las explosiones son malas ya es porque a ti te gustan y quiero ofenderte. Te vuelvo a repetir, me has preguntado y te he contestado y tienes la poca vergüenza de decirme que todo eso ha sido para hacerte sentir culpable. ¿Es que no tienes ni una pizca de vergüenza ni empatia?
PERO ESPERA, QUE HAY MÁS. De repente, como llevado por un brote importante de bipolaridad, dijo que a los pantalones de Nabi no les pasaba nada, asín, como si tal cosa, le habia dado un por culo impresionante con los dichosos pantalones y ahora le soltaba que no pasaba nada, que solo lo habia dicho porque él habia dicho que no le gustaban las putas y jodidas explosiones. Ese chaval tenia una clara demencia que le hacia adorar las explosiones como si fuera algún tipo de deidad porque no hablaba de otro tema.
Me estas dando un dolor de cabeza importante. Me estas diciendo que como llevo un bastón en la espalda no puedo juzgarte a ti que vas "desarmado". Por lo que a mi respecta, debajo de la túnica podrias llevar un montón de explosivos, y por la forma en que hablas lo empiezo a ver más que probable.
Por si la cosa no habia tenido suficiente locura, como habia pasado todo en esa conversación, de golpe, el chico paso a disculparse con Masatsu por sus tonterias. Madre mia, ese muchacho no le permitia aburrirse, era todo tan dinamico y estupido...
Por mi mejor, cambiemos de tema y no volvamos a mencionar las explosiones, que ya se ve que te descontrolas cuando se trata de ese tema.
Hala, más claro agua. A ver que brote bipolar le saltaba a continuación.
Aquel shinobi de la Espiral quería ir de listo, a pesar de esforzarme, reconocer mi error y tratar de enmendarlo. El por su parte introducía su dedo en la llaga, seguía en sus trece. Quizás tuviera su parte de razón, pero yo también la tenía y quería imponer su verdad sobre la mía. Tenía pinta de ser el típico niño de mama que siempre se salía con la suya. Pero aún así, le escuché todo lo que tenía que decir e intenté entender su punto de vista.
Escuché todo sin decir nada, solo intenté justificar el motivo de mi enfado, que no que tuviera razón. -Bueno, yo solo quería decir que me contestaste de más. Yo también he perdido familia a causa de explosiones y sigo adelante, pasé página. No voy lamentándome con la gente con la que me cruzo.
Lo más delicado que le pude responder después de que me dijera a la cara que era un sinvergüenza y que no tenía nada de empatía. -Quizás tengas razón, en realidad me importa poco más que una mierda lo que le haya pasado a los demás. Como he dicho antes, todos hemos pasado por algo, y cada palo debe aguantar su vela.
El Uchiha tenía preparada todas las respuestas, no tenía intención de darme tregua. Tenía que decir la última palabra a toda costa. Por lo que quise zanjar la conversación de las indumentarias rápidamente. Abrí mi túnica y le mostré que efectivamente iba desarmado. Era cierto que podía fabricar sobre la marcha mis armas, pero por mucho que rebuscara no encontraría ninguna ahora mismo. -Como he dicho, voy desarmado completamente.
Parece que aceptó a su modo mis disculpas, no me apetecía llevarme mal con ningún shinobi extranjero. El orgullo lo podía dejar a un lado perfectamente, pues dejarse llevar por el, era sin duda un claro síntoma de debilidad. -Las explosiones son mi forma de vida, es normal a mi parecer, que me sienta molesto cuando alguien habla así de ellas. Es como todo, en malas manos pueden ser peligrosas. Pero entiendo perfectamente tu punto de vista, que no te gusten. Ahora solo te pido que me entiendas a mi aunque quizás, pueda resultar más difícil.
Ya no había más que hablar sobre el tema, no le quité la razón en ningún momento, justifiqué mi actitud y me disculpé. Todos podemos patinar alguna vez, y yo reconozco que tengo un pequeño problema de autocontrol más que evidente. Miré el horizonte y vislumbré lo que debió ser la montaña en donde los shinobi de Konoha retrataban en relieve a sus Kage.
-Si estuviéramos en un lugar civilizado te invitaría a un par de cervezas para compensarte el mal rollo pero, como no es el caso. Lo único que te puedo ofrecer es que me acompañes a ver los restos de la montaña en donde en su día estaban retratados los antiguos Kage de Konoha. Creo que es lo único que se puede visitar por aquí. Le dije relajado, como si no hubiera pasado nada.
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Ahora era un chico normal y razonable que se habia dado cuenta de que se habia vuelto loco sin motivo, aún así seguia intentando justificar su razonamiento, a pesar de que simplemente se habia emocionado desmedidamente y habia lanzado un montón de acusaciones al pobre Masatsu, que en ningún momento habia pensado en atacar al muchacho con sus comentarios. Le aclaró que él le habia contestado de más y por eso se habia molestado.
Entonces, que te dijera que las explosiones son malas y que las odio sin más, ¿te hubiera sentado mejor? Creo que mereces saber porqué las odio ya que a ti te gustan tanto, no es para hacerte sentir culpable sino para que te des cuenta de que hay más puntos de vista y tengas más cuidado al expresar tu adoración, porque puede ofender a alguien.
Ese tio era especial como minimo. Es él el que comienza la conversación diciendo todo tipo de sandeces y ahora decia que sí, que no era empatico ni lo queria intentar. ¿Entonces para que hablas con la gente? Si te suda la vida de los demás, ¿con que finalidad inicias una conversacion con alguien? ¿Para tocar los cojones? Prefirió guardarse esas opiniones ahora que el loco estaba calmado.
Abrió la túnica para enseñarme que debajo de ella no habia nada. Iba a necesitar mucho más que eso para convencerle que no se iba a explotar en cualquier momento, pero preferí reservarme eso para mi tambien. Le dejó seguir hablando, entonces saltó con que las explosiones eran su forma de vida.
La madre que lo parió. Le digo que mi hermano murió por culpa de las explosiones e insiste en lo chachis que son.
Despues dijo que si estuvieran en la civilización le invitaria a unas cervezas. A un chaval. De hecho, él mismo era un chaval. Desde luego ese muchacho no estaba del todo bien, de hecho, nada bien.
Claro, vayamos a ver la montaña, aunque no se como puedes distinguir las caras de los kages. Yo apenas veo un monticulo.
Él tambien se relajó, preferia pasar el dia sin pegarse con nadie.
El shinobi de la Espiral me comentó aprovechando que estábamos más calmados, que mi adoración por los explosivos podría ofender a alguien. -Si, supongo que tienes razón. Dije con tranquilidad. -Pero es algo que es intrínseco en el mundo shinobi, al igual que las armas y los jutsus. Creo que deberías asumir que el motivo de la destrucción de la villa de tus antepasados fue la guerra. A tu hermano no se que le pasó, pero seguro que fue por culpa de alguien.
Era muy difícil defender mi postura, y menos contra alguien que odiaba abiertamente la pirotecnia de toda índole. No se si podrá algún día entender mi punto de vista. A fin de cuentas no sabe que soy poseedor del Kekkei Genkai Bakuton, y en definitiva odia lo que soy sin ser yo culpable de sus perdidas. Además mi enfado no había ayudado nada, es más, justo lo contrario. Pero parecía que no me guardaba excesivo rencor.
Masatsu aceptó el acompañarme a ver los restos de aquella montaña, quizás pensaría igual que yo, que ya que estaba aquí, ver lo único que se podía visitar medianamente. -No veo un carajo, solo sé que estaban allí. Un día en la academia se habló sobre Konoha. Se puede apreciar la silueta de dos rostros, pero al parecer en su día, hubo más. Bueno, vamos a acercarnos a ver que descubrimos.
Corrí hasta la montaña en cuestión, para llegar hasta ella me dirigí en línea recta. Saltando entre los escombros. Cuando llegué hasta la falda de la montaña canalicé chakra sobre mis píes y la escalé hasta ponerme a la altura de lo que fue antaño un par de caras. Esperé paciente a que llegara Masatsu pues quedó atrás, de mientras, observé de cerca lo que en su día fueron unos de los shinobi más poderosos de la antigua era ninja, aunque había que usar mucho la imaginación para poder discernir medianamente una cara. Pero el lugar en sí, daba mucho respeto. Lo más curioso es que desde mi posición pude ver en las ruinas algo que me llamó la atención.
"Me a parecido ver algo que brilla..."
Cuando finalmente llegó le dije sonriente. -Uchiha Masatsu, debe entrenar un poco más su velocidad punta.
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