28/07/2015, 16:36
Aquel veneno aún estaba haciendo efecto, recibí mucha cantidad a causa de a saber cuantas picaduras. Sin embargo, a pesar del intenso dolor que sentía y las fuertes náuseas. No parecía que la cosa fuera a más, eso sí, no tenía ni idea cuanto tiempo estaría jodido.
-Ahhh...ahhh...veneno...de...los...huevos...Gemía débil, nunca había sido envenenado, pero sabía que jamás querría volver a estarlo.
Después de respirar aire limpio un rato, volví a recuperar el control de mi cuerpo. Me arrastré hasta una roca que había entre los escombros y me senté lentamente. Saqué mi odre de agua como pude, y comencé a echarme agua sobre la cara, para aclararme los ojos, nariz y enjuagarme la boca. Para después dar un largo trago de agua.
"Ostias como pica..."
Una vez sentado, me inspeccioné el cuerpo, buscando donde me picaron las arañitas mecánicas, no fue una tarea difícil porque tenía unas inflamaciones bastante feas en donde me inyectaron su veneno. Durante mi pequeño reconocimiento Masa me habló, levanté la mirada cansada y me fijé en él, con unas ganas tremendas de soltar mi primera comida por la boca.
-Si...si...joder...las arañas pequeñas...me envenenaron...sin duda...Todavía hablar me suponía un suplicio.
Me quedé un rato sentado mientras esperaba con ansía a que el efecto del veneno remitiera pronto, las brisas de aire fresco me reconfortaba y el agua que bebí me sentó francamente bien. Al cabo de unos minutos intenté levantarme con éxito.
-Te quejarás de las explosiones, pero esto es mucho peor...
No tenía muchos ánimos de seguir por este lugar, es más, quería darme unas vacaciones, mi primer excursión fuera de Kusa fue demasiado intensa. Pero ahora que Masa tenía un amigo, recordé un detalle que quizás les interesará a los shinobis de Uzu.
-Quiero decir una cosa...
-Ahhh...ahhh...veneno...de...los...huevos...Gemía débil, nunca había sido envenenado, pero sabía que jamás querría volver a estarlo.
Después de respirar aire limpio un rato, volví a recuperar el control de mi cuerpo. Me arrastré hasta una roca que había entre los escombros y me senté lentamente. Saqué mi odre de agua como pude, y comencé a echarme agua sobre la cara, para aclararme los ojos, nariz y enjuagarme la boca. Para después dar un largo trago de agua.
"Ostias como pica..."
Una vez sentado, me inspeccioné el cuerpo, buscando donde me picaron las arañitas mecánicas, no fue una tarea difícil porque tenía unas inflamaciones bastante feas en donde me inyectaron su veneno. Durante mi pequeño reconocimiento Masa me habló, levanté la mirada cansada y me fijé en él, con unas ganas tremendas de soltar mi primera comida por la boca.
-Si...si...joder...las arañas pequeñas...me envenenaron...sin duda...Todavía hablar me suponía un suplicio.
Me quedé un rato sentado mientras esperaba con ansía a que el efecto del veneno remitiera pronto, las brisas de aire fresco me reconfortaba y el agua que bebí me sentó francamente bien. Al cabo de unos minutos intenté levantarme con éxito.
-Te quejarás de las explosiones, pero esto es mucho peor...
No tenía muchos ánimos de seguir por este lugar, es más, quería darme unas vacaciones, mi primer excursión fuera de Kusa fue demasiado intensa. Pero ahora que Masa tenía un amigo, recordé un detalle que quizás les interesará a los shinobis de Uzu.
-Quiero decir una cosa...