1/06/2018, 22:00
— Yo solo digo que podrías estar con quien quisieras, Eri. Piénsalo, podrías estar codeándote con hijos de kages. Básicamente eres perfecta, podrías tener una piscina de oro, siempre he querido una piscina de oro y tú podrías tenerla. Piensalo.
—Pero yo no quiero una piscina de oro —frunció el ceño la chica, cruzándose de brazos —. Yo te quiero a ti.
Con eso ya tenía para toda la noche, y sí, lo había soltado, pero no había ni vergüenza ni timidez en sus palabras, era la verdad sin filtros, tal y como la decía él.
— Pues mañana a las diez aquí en tu casa.
—Bien, mañana nos vemos Nabi... —se despidió, encogiéndose de hombros y sonriendo —. Ten una buena noche.
Le guiñó un ojo y abrió la puerta, movió su mano izquierda y lentamente cerró la puerta de su casa. Luego se dejó caer hasta el suelo deslizándose por la madera, y suspiró.
Timidamente, una sonrisa se asomó por entre sus labios: lo había conseguido.
—Pero yo no quiero una piscina de oro —frunció el ceño la chica, cruzándose de brazos —. Yo te quiero a ti.
Con eso ya tenía para toda la noche, y sí, lo había soltado, pero no había ni vergüenza ni timidez en sus palabras, era la verdad sin filtros, tal y como la decía él.
— Pues mañana a las diez aquí en tu casa.
—Bien, mañana nos vemos Nabi... —se despidió, encogiéndose de hombros y sonriendo —. Ten una buena noche.
Le guiñó un ojo y abrió la puerta, movió su mano izquierda y lentamente cerró la puerta de su casa. Luego se dejó caer hasta el suelo deslizándose por la madera, y suspiró.
Timidamente, una sonrisa se asomó por entre sus labios: lo había conseguido.