No obstante, estuve alerta por gusto porque mis compañeros llegaron poco después y realmente no pasó nada... No es que hubiera querido que ocurriera nada, sino que me sentí vulnerable por un momento, sólo en la noche y abandonadas calles de un barrio de baja alcurnia con una kunoichi de alto nivel por los alrededores...

—Supongo que se acabó...— Comenté poco después de comenzar a caminar a la par con el par de shinobis. —¿El hubiera querido que lo salváramos?— Pregunté para saber el punto de vista de los demás, técnicamente habíamos actuado moralmente bien.

—¿Tienes un plan?— Miré a Akame después de haber preguntado por la fotografía en el bar. ¿Podría servir de algo? Esa era nuestra única evidencia de la relación de Roshi y Sumire...

"Bueno podré volver a Amegakure más rápido de lo que pensaba..." Me dije en el peor de los casos. "¿Cómo habrá obtenido nuestros datos?" Aún quedaba esa duda, "sensei" estaba bien informado...

Tal y como el chico predijo, Keisuke les esperaba. Los tres se juntaron otra vez, y iniciaron el camino de regreso. Aun así, estaba claro que estaban desmotivados. Deprimidos. Habían fallado.

« Nos esforzamos tanto. Pero no logramos mucho »

Keisuke se preguntó en voz alta si sensei hubiese querido que actuaran.

— Ni idea, ese sujeto era muy extraño. Pero tuvimos que hacerlo — murmuró Juro.

Aun así, en su interior, algo le decía que tenía que estar orgulloso. Vale, no lograría el dinero — que por otra parte, era un cobro en negro por una misión no oficial —, pero había salvado una vida, y frustrado los planes de una espía. Algo era algo.

—Oye, Juro-san... ¿Tienes por ahí todavía la foto de esa muchacha? La que hiciste mientras estaban en el Cruce, esa donde se ve al profesor Rōshi ayudándola a levantarse.

Juro revisó su bolsillo y se encontró con la foto. Con todo aquello, se había olvidado completamente.

— Aquí está — dijo, tendiéndosela al Uchiha —. Puede que no sea mucho respecto a la misión, pero estoy seguro de que ella la hubiera roto de haber podido.

Juro sonrió. Era una pequeña victoria sobre aquella ninja. Los genins la tenían en foto.

Se sintió un poco desconfiado al hacerlo. Como si de algún lugar fuese a salir la mujer, para destruir la foto y asesinarlos. Pero eso no pasaría. Al menos, eso esperaba.

Mientras caminaban, los muchachos seguían dándole vueltas a todo aquel asunto. ¡Y como para no hacerlo! Por aceptar una misión extraoficial de un contacto rico e influyente, pero de incógnito, habían terminado por salvarle la vida a un famoso académico de Hi no Kuni y frustrado los planes de una ninja renegada para conseguir cierto libro. «Bueno, más bien Juro-san fue quien la combatió. El amejin y yo sólo podíamos observar...» Aquel era, de lejos, el punto que más inquietaba a Akame en ese preciso momento. «¿Qué fue esa técnica? La kunoichi me estaba controlando por completo y no pude hacer absolutamente nada. Por las tetas de Amaterasu, ¿cómo se puede enfrentar uno a eso?»

De repente la voz de Keisuke le sacó de sus pensamientos. Akame torció el gesto cuando escuchó lo que Juro decía.

—No lo sé —agregó el Uchiha—. Pero estaba claro que el tal Sensei no era enemigo de nuestro objetivo. O, al menos, no lo suficiente como para querer verlo muerto. Si no, ¿por qué nos habría ordenado actuar con discrección y sin ser vistos? No quería un efrentamiento.

»Tal vez ni supiera que Sumire era una espía, en lugar de su simple amante.

Sea como fuere, al menos sí que habían sacado algo de todo aquello; tenían una foto de Sumire. Akame la tomó cuando su compañero de la Hierba se la ofreció, mirando detenidamente el rostro de la mujer. Se aseguraría de no olvidarlo.

—Gracias, Juro-san.

El trío caminó durante un buen rato, ascendiendo por las empedradas calles de Taikarune hasta llegar de vuelta al hostal. Allí donde se habían reunido con su contacto la noche anterior. Nada más entrar, el hasta ese momento silencioso tabernero rompió su voto de mudez para abordarles.

—Nuestro amigo en común os manda recuerdos —les dijo, cruzándose de brazos, mientras con un movimiento de su pronunciado mentón señalaba a un lado de la entrada. Allí estaban los petates de los muchachos, que ya habían sido recogidos de sus habitaciones—. Los gastos de hoy no están cubiertos. Si queréis pasar esta noche aquí, toca pagar.

Akame le dirigió una mirada resignada y, con un suspiro, tomó su mochila. «De modo que ni siquiera se va a molestar en venir en persona. Tiene sentido, sobre todo contando con que hemos fracasado». El Uchiha se limitó a negar con la cabeza y despedirse de sus compañeros.

—Hasta más ver, Juro-san, Keisuke-san.

Y, con aquellas palabras, se echó su fiel capa de viaje por encima, se colgó la mochila de los hombros y abandonó el Taikarunean Beauty.

No obstante, Uchiha no tenía ninguna idea, ningún plan extra, nada debajo de la manga... —Sí, seguramente tienes razón con ello, a lo mejor es una persona allegada, creo que quería sobornarle por lo de la foto o extorsionarlo de alguna forma...— Comenté y no le quise dar mas vueltas la asunto.

Me mantuve en silencio el resto del camino hasta la posada, simplemente miraba el camino de vez en cuando y escucharía a mis compañeros, sí es que ellos seguían conversando sobre el tema. En ocasiones mis orbes buscaron el firmamento, viendo los cuerpos estelares y la brillante luna.

"Por lo menos no está haciendo calor"

Varios fueron los minutos que transcurrieron hasta que llegamos a la posada en donde nos estábamos alojando, fue casi al momento de entrar que nos encontramos con el encargado, quién no tardo en dirigirse a nosotros, señaló con el mentón la esquina en donde estaban nuestras pertenencias anunciando que no había pago por la estadía de la noche y sí queríamos dormir ahí debíamos cancelar nosotros mismo.

—Eso fue rápido.— Comenté sorprendido por la velocidad en que viajaba la información en ese pueblo, a lo mejor sensei tenía a unas personas vigilandonos a nosotros. —¿No dijo nada más? Pregunté al señor mientras buscaba mi morral.

Pero Akame no se molestaría en preguntar nada, se puso su capa y se despidió de los presentes. —Adiós...— Miré a Juro asumiendo que él haría lo mismo, sinceramente no tenía ánimos de pasar la noche ahí recordando mi fracaso en la misión, prefería adelantar mi viaje hasta mi hogar.

—Yo también me marcho, nos vemos en otra oportunidad.— Me despedí del pelinegro y salí del hostal.

Akame tomó la foto. A Juro no le importó. No la quería para nada, a decir verdad.

« Todo se acabará aquí y ahora »

Las teorías de sus compañeros eran interesantes. Pero Juro no quería hacer demasiadas conjeturas en ese momento. Estaba un poco nervioso. ¿Les reprenderían por un trabajo mal hecho? ¿Les echarían? ¿Tendrían que pelear? ¿Qué clase de tipo era el que les había contratado?

Hecho un manojo de nervios, llegaron al hostal. Y ahí, el encargado les indicó lo que andaban buscando.

« Ya no nos quiere. Sabe que la cagamos » — pensó, al escucharle.

Tenían sus recuerdos, pero les estaba echando. Ya no los necesitaba. Apretó los puños. No era justo. Después de todo el esfuerzo, y ni les había dado la oportunidad de hablar...

Akame no decidió quedarse. Se marchó a la mínima, despidiéndose de ambos.

— Hasta pronto, Akame-san — murmuró, aún en trance.

Después, fue el turno de Keisuke, quien tampoco pensaba quedarse. Se despidió de Juro y se marchó.

— Esta bien. ¡Nos vemos! — No le apetecía sonreír, pero hizo un amago. Habían trabajado juntos después de todo.

Y así, Juro hizo lo mismo. Se marchó y siguió su camino.

Al menos había tenido una experiencia interesante. Algo era algo.