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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#1
Flama, Verano del año 218.


Con la inminente llegada de los exámenes de ascenso a rango chuunin, Uzushiogakure estaba patas arriba. Toda la Aldea se esforzaba —civiles y ninjas por igual— en finalizar con los preparativos necesarios para acoger tan renombrado evento lo antes posible; eso incluía a muchos shinobi de alto rango como Akame que, aunque no se presentaban, sí debían estar listos y dispuestos para cualquier tipo de emergencia que pudiera surgir durante la celebración de las pruebas.

Por aquello mismo, el habitual ritmo de trabajo del joven Uchiha se había visto volcado hacia otros derroteros, y cada vez le era más difícil mantener su habitual calma. Fue por eso que, apenas llegó el primer día libre antes de Ceniza, Akame empacó unas cuantas prendas en su vieja mochila militar, se calzó un bañador y unas chanclas, y tomó el primer barco hacia las Islas del Té. Aquel pequeño archipiélago era un popular destino turístico, conocido no sólo en Uzu no Kuni sino en todo Oonindo. La calidad de su té, la belleza de sus paisajes y la amabilidad de los lugareños —acostumbrados a recibir a extranjeros— las convertían en un excelente destino de retiro para pasar unos días de desconexión.

Así, Akame terminó plantándose en La Mediana Roja; quería, no sólo probar su famoso té, sino también relajarse en las playas de la isla. Su barco llegó por la mañana temprano, y apenas pasó por el hostal en el que había alquilado una habitación para una noche —lo necesario para registrar su llegada y dejar la mochila— antes de bajar a la playa. Por suerte, el hotelito estaba situado en un pueblo cercano tanto al puerto principal de la isla como una de las mejores playas; según le habían dicho los habitantes.

Este pequeño pueblo se llamaba Akachamura, y era bien famoso en todo el archipiélago del Té por su té rojo. Así pues, no sorprendería a nadie ver al joven jōnin tumbado sobre una cómoda hamaca, con un bañador corto de color bermellón y unas chanclas blancas. En su mano izquierda sostenía un libro —"Juego de Kages", del género de la literatura fantástica— y en la derecha un vaso de té rojo con hielo, del que bebía con ayuda de una larga pajita.

Ah, esto es vida... Desde luego que podría acostumbrarme —musitó, mientras seguía leyendo su libro por encima de unas gafas de sol cuadradas que tenía apoyadas en su nariz aguileña y torcida.
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#2
Los exámenes chuunin estaban al caer. La noticia que tanto había esperado ahora se le hacía angustiosa. No solo porque se sentía tan nervioso (¡Tenía que entrenar más!), si no porque su vida podría correr peligro en ellos. Se repetía una y otra vez que si Morikage-sama le había permitido ser un participante era porque estaba preparado, pero no sabía que pensar.

De igual manera, había estado entrenando sin descanso para ese día. Y se acercaba a un ritmo pasmoso. Ya se encontraban en verano, cuando Katsue le sacó de su entrenamiento.

— Deberías descansar un poco, ahora que se aproxima el examen. Te vendrá bien. Te he preparado un viaje a las Islas del té para que desconectes y te encuentres a tí mismo. Sales en dos días. — Juro se lo había agradecido y se habían abrazado. O al menos, habría estado bien que hubiera sido así. Más bien, Juro había protestado y ella le había amenazado y obligado a hacerlo, si no quería que sus marionetas y él mismo se hicieran pedazos en una gran hoguera.

Días más tarde, se había encontrado haciendo el dichoso viaje. Lo había empezado de "malas maneras" (con una mala cara que habría horrorizado a su abuela) pero pronto, no había podido mostrarse fascinado. Nunca había visitado el famoso archipielago, y menos en barco. Las vistas eran preciosas, aunque se marease. La promesa de nueva gente, un té de calidad (aunque el té tampoco le atraía tanto), y unos grandes paisajes le acabó por convencer. Descansar estaba bien, ¿no? Había entrenado durante meses para la prueba.

Quizá necesitaba algo más. Puede que lo encontrase, o puede que no.

Juro terminó pronto en La Mediana Roja, una de las grandes islas, famosas por su té rojo. La isla, sin embargo, era bastante grande, y al principio se había visto abrumado por los paisajes y el tamaño. Afortunadamente, un par de nativos de la isla le habían recomendado un pequeño pueblo, llamado Akachamura. Estaba cerca de las mejores playas (según decían), y muy cerca del puerto dónde había llegado. Además de eso, podía alquilar habitación en hostal, y tendría para donde alojarse. Así, pasaría el día tranquilamente.

Tuvo ciertos problemas en la orientación, pero en relativamente poco tiempo (poco para él) se plantó frente al hostal, y alquiló una habitación para la noche, dónde poder dejar las pocas pertenencias que llevaba.

— ¿Qué debería hacer ahora? — En la recepción, le recomendaron visitar las playas si lo que buscaba era relajarse. Les dio la razón, y terminó por hacerlo.

Juro se fue a la playa. Hacía años que no la visitaba. El calor de la arena, y el sonido relajante de las olas al morir en la costa era nostálgico. También la tranquilidad que se respiraba. Juro se cambió totalmente, dejó sus pertenencias y se puso un bañador de color verde intenso, con una decoración floral, unas sandalias marrones, y unas gafas de sol negras. Con sus pertenencias en una pequeña mochila, donde tenía la toalla, se paseó un rato a orillas de la playa, buscando un buen sitio.

Mientras hacía el paseo, creyó ver a alguien que conocía. Era una chaval un poco más mayor que él, tumbado en una hamaca, y leyendo un libro mientras disfrutaba de una bebida. Con aquella tranquilidad natural, casi no le había reconocido.

— ¿Akame? ¿Uchiha Akame? — exclamó, mientras se acercaba. Se quitó las gafas para ver si sus ojos no le engañaban. No lo hacían —. ¡No te había reconocido! ¿Cómo estás?
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#3
«Ya que no participare, al menos aprovechare el viaje en estos increíbles parajes» era el pensamiento de la chica desde que llego a "La Mediana Roja", le faltaba mucho todavía para poder participar y eso la tubo pensando durante bastante tiempo, pero hoy solo quería despejarse de todo «Pfff...ojala pudiese dar el examen» pero aun así aquello agobiaba su joven mente.

Automáticamente había bajado de la embarcación que la trajo, fue a buscar un hostal donde alojarse el tiempo que estuviera en la isla, también pidió referencias acerca de los mejores lugares. Y allí estaba caminando en la playa, de lentes oscuros que abarcaban gran parte de sus cuencas, bañador de dos piezas color azul marino, un pareo blanco a la cintura y de no ser por la sombra que le brindaba el sombrero de paja de ala ancha la chica podía ser facilmente confundida con un faro, no tanto por su belleza (que era mas normalita en ese sentido) si no, por su pálida piel....vamos, que si en Amegakure había alguien moreno todo el mundo sabia que era genético y no por acción del astro rey, se podía ver con claridad en su piel y cabellos que se habia acercado al agua puesto que se la veía con humedad.

— ¿Akame? ¿Uchiha Akame? — Escuchó la Amejin justo cuando rondaba la zona de las hamacas

«Entiendo que puede haber mas personas llamadas "Akame" pero del clan Uchiha y tan cerca de Uzushiogakure no creo que sean tantos» se dijo la kunoichi luego de escuchar al joven de cabellos castaños y para su sorpresa resulto que se dirigía al Uchiha Akame que ella también conocía -Que pequeño es Oonindo ¿No, Uchiha Akame?- dijo la chica acercándose al par

-Por favor, díganme cual es el secreto para aguantar este calor....- exclamó la Amejin, en su tierra natal solo había lluvia y claramente jamas tenían un clima como este
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#4
Pero si Akame creía que aquel iba a ser un tranquilo día de vacaciones, estaba muy equivocado. El destino le tenía reservado unos cuantos sobresaltos en aquel pueblo turístico, y no precisamente empezaban por los dos ninjas que hicieron entrada en escena mientras el joven jōnin daba placenteros sorbos a su té helado.

¡Vaya, vaya! Pero si es Eikyu Juro, el Inmaculado —respondió Akame, con guasa, mirando al kusajin por encima de sus gafas de Sol—. ¿Qué te trae por aquí, Juro-san? ¿No deberías estar entrenando para el Examen?

El Uchiha se incorporó en su hamaca y cerró el libro. Dio otro par de sorbos al té y luego lo dejó sobre una mesita baja y cuadrada de plástico marrón que tenía al lado. Entonces, le dedicó una inclinación de cabeza a su colega de profesión, cuando de repente...

Ah, Reika-san. Menuda coincidencia, sí señor —admitió el Uchiha, saludando de idéntica forma a la muchacha que acababa de entrar en escena—. Pues aquí está el mío, un buen vaso de té helado, rojo por supuesto. ¿También has venido a presentarte al Examen de ascenso?

Por el tono y las maneras de Akame, tanto el de Kusa como la de Ame podrían notar que se expresaba de una forma un tanto más campechana y distendida de lo habitual. ¿Sería por encontrarse en su día de vacaciones? Ciertamente, para un observador avispado podía parecer que el verse temporalmente liberado de la responsabilidad que conllevaban su bandana y su placa dorada le hacían bastante bien al joven jōnin.

Todavía queda casi un mes, veo que habéis venido pronto. ¡Ah, y antes de que digáis nada! No puedo ayudaros a entrenar en esta ocasión —se apresuró a añadir el Uchiha, hinchando el pecho y cuadrándose—. Estoy en mi día libre. Además, si contribuyo a aumentar las posibilidades de éxito de otros aspirantes, quizás disminuya las de mis compañeros... Y eso no estaría bien.
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#5
¡Vaya, vaya! Pero si es Eikyu Juro, el Inmaculado. ¿Qué te trae por aquí, Juro-san? ¿No deberías estar entrenando para el Examen?

Akame no se mostró para nada molesto porque interrumpiese su rato de descanso. Es más, pareció incluso divertirse. Juro se quedó pasmado al principio. No podía entender como aquel chico tan serio con el que se había encontrado en dos ocasiones (luego pensaría que, probablemente, se debía a que esas ocasiones requerían de mucha profesionalidad) ahora parecía tan tranquilo y relajado.

— B-bueno... — murmuró Juro, mientras sus mejillas enrojecían por la chanza —. No he hecho otra cosa que entrenar en éste tiempo. Vine aquí para relajarme un poco antes de continuar .

Lo que decía no era mentira, pero aun así lo sintió una excusa en cuanto salió de sus labios.

Para su sorpresa, alguien más hizo presencia. Era una chica, de gafas oscuras y piel bastante pálida (a Juro le recordó a su madre, cuya palidez era fantasmagórica). También llevaba un sombrero de paja de ala ancha. Era una combinación bastante graciosa, pero trató de no reírse. Parecía conocer a Akame tanto o más que él. Ella y él intercambiaron unas pequeñas palabras, que hicieron entender a Juro que la señorita se llamaba Reika y que también era shinobi (y genin).

— Creo que me declino por la opción de Akame — bromeó. Después, le tendió la mano a la chica desconocida —. Soy Eikyu Juro, shinobi de Kusagakure, encantado.

Hicieron una pequeña pausa, pero Akame volvió otra vez a arremeter con la mención del examen. Juro no sabía que Akame había sido ascendido tan notablemente (era difícil de ver cuando iba en bañador) pero entendió sus palabras como una chanza por su superiorioldad en el torneo.

Todavía queda casi un mes, veo que habéis venido pronto. ¡Ah, y antes de que digáis nada! No puedo ayudaros a entrenar en esta ocasión. Estoy en mi día libre. Además, si contribuyo a aumentar las posibilidades de éxito de otros aspirantes, quizás disminuya las de mis compañeros... Y eso no estaría bien.

— No te preocupes, no vine a la playa por ayuda. Mi entrenamiento va genial — murmuró, cruzándose de brazos en un gesto posesivo—. He aprendido unas cuantas cosas desde la última vez que nos vimos.
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#6
No es que lo conociera mucho, de hecho, esta es la segunda vez que la kunoichi se cruzaba con Akame pero algo era seguro: notaba la forma de ser del Uzujin un tanto diferente a la vez pasaba ¿mas distendido tal vez? respuesta a esa interrogante la habia dado el mismo Akame, estaba de vacaciones. Asi mismo escucho el secreto de cada uno para aguantar el calor -Pues...se ve que funciona, yo me acerque a humedecerme el cuerpo siete veces en el agua pero ni asi...como veran por mi estupendo bronceado este clima no existe en Arashi no Kuni- bromeo la kunoichi.

De inmediato, atendió a la presentación del Kusajin -Yamanaka Reika, Kunoichi de Amegakure e igualmente encantada Juro-san- fue la respuesta de la rubia aceptando amigablemente la mano del shinobi.

Al parecer, por las palabras intercambiadas entre ellos, Juro venbia a presentarse a los examenes «maldicion...¿es que todos me lo van a recordar?» se preguntó asi misma -Yo no Akame-san- respondio de manera desganada, como si le pesase -Es decir, no me presentare a los examenes, no reuno alguno de los requisitos, espero poder participar el año proximo con seguridad, pero a este ya lo he perdido, en su lugar aproveche el viaje para vacionar y aprovechar el festival de verano- pro mas que fuera al festival, se notaba que la idea de no clasificar para los examenes no era lo mas grato que le estaba pasando
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#7
El Uchiha soltó una carcajada ante la actitud de los dos genin, que se pusieron en visible tensión con la sola mención del Examen. Pese a que Juro sí iba a presentarse y Reika no, Akame admitió que no era otra cosa que un chiste lo que le movía a picar a ambos genin.

Era broma, era broma —aseguró, restándole importancia con un gesto de su mano derecha—. Yo siempre he defendido que es mejor esperar a estar preparado, Reika-san. Haces bien.

Entonces, Akame se volvió hacia Juro, quien había mencionado...

Vaya, ¿y cuáles son esas interesantes técnicas que has aprendido, Juro-san?

El kusajin no tendría tiempo de contestar. Antes de que ninguno de los tres pudiera reaccionar, un tremendo estruendo resonó tierra adentro, en el pueblo. Akame se volteó, alterado, sólo para observar cómo algunas personas habían echado a correr y el ambiente empezaba a llenarse de un griterío lejano e histérico.

¿Qué demonios...?

Por puro acto reflejo, el jōnin se quitó las gafas de sol, las dejó sobre la hamaca, y echó a correr hacia el origen del ruido. Parecía provenir del límite norte de Akachamura, el lado donde empezaba el bosque y contrario a la playa.

Si alguno de los otros dos genin le había seguido, los shinobi se encontrarían con un panorama desolador. Se trata de una pequeña plaza que daba a la foresta, muy concurrida y repleta de puestos de comida y bebida. Sin embargo, la mayoría de éstos parecían haber sido arrasados como por un tsunami, había gente corriendo en pánico de un lado para otro y varios heridos en el suelo. El caos era generalizado.

Entre el tumulto, Akame se acercó a una mujer que tenía la pierna atrapada bajo un puestito de comida a la parrilla que había sido destruido por completo, y cuyo tejado de madera se había derrumbado sobre la pobre turista.

¡Ayuda! ¡Ayuda! —pidió el jōnin mientras intentaba, en vano, levantar los escombros para liberar la pierna de la señora.
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#8

"Si alguno de los otros dos amejin le había seguido..."

Akame, me has cambiado de nacionalidad en tu post xDDDD

La kunoichi se presentó como Yamanaka Reika, genin de Amegakure, y fue bastante cortés. Juro le sonrió, amigablemente. No había conocido a muchos amejin, pero en general tenía un buen recuerdo de ellos. Le parecían gente muy respetable. Supuso que ese blanco nuclear que la chica tenía en la piel era en parte por eso.

También dijo — algo molesta, quizá — que ella no se presentaba al examen para ascender. Juro asintió. Puede que fuese de otra promoción. Tampoco la había visto en el torneo de los dojos.

— Tiene razón. No hay ninguna prisa — asintió Juro. Él lo iba a hacer, pero porque lo había conseguido con su esfuerzo y quería hacerlo.

Akame también pareció mostrarse curioso por lo que dijo. Él también lo había dicho para picar al uzujin (desde luego, no pensaba contar lo que había aprendido, era su baza para el examen). Pero entonces, un estruendo sacó de su agradable conversación a los tres.

¿Qué demonios...? — Se escuchó un enorme estruendo. De repente, el ambiente había perdido toda la tranquilidad que tenía. Había gente gritando y corriendo de la zona en la que había sonado.

Akame tiró las gafas y salió corriendo, en dirección al ruido.

Juro miró a Reika por unos segundos, y su mirada lo indicó todo. Luego, salió corriendo detrás de Akame, para comprobar lo que estaba sucediendo. Estaban de vacaciones, sí, pero tampoco podían ignorar el servicio.

Los ruidos le llevaron a la típica plaza comercial de pueblo, llena de gente y de tenderetes. Parecía cómo si algo hubiese arrasado la plaza en su totalidad. Había heridos por el suelo, gente gritando y un gran caos. Juro se quedó paralizado, sin saber a dónde acudir. No tenía formación médica y no podía atender a todos a la vez.

«¿Qué hago? ¿Qué hago? »

De repente, los gritos de ayuda de Akame le sacaron de sus pensamientos. Era una mujer que tenía la pierna atrapada por los escombros de un tejado. Él uzujin no podía moverlo.

Juro corrió hacia ambos y se acercó a los escombros, comprobando su estado.

— Si usamos alguna técnica para romper los escombros podríamos hacerle daño. Voy a intentar tirar — dijo Juro, y acto seguido, apoyó las yemas de sus dedos en puntos estratégidos de los escombros. Un total de tres hilos —. Si hacemos fuerza, podríamos levantarlo lo suficiente como para sacarla.

El problema es que la fuerza no parecía ser la mejor baza de Juro. Ni la de Akame, para ser sinceros.

Utilizó los tres hilos y comenzó a tirar de ellos, intentando no hacer daño a la mujer o empeorar el asunto. No era exactamente fuerza bruta; intentaba levantarlo sobre sí mismo, apoyándose en los puntos de carga, para que la mujer pudiera sacar la pierna.




Nivel de Chakra: 180 - 33= 147



¤ Chakura no Ito
¤ Hilos de Chakra
- Tipo: Apoyo
- Rango: C
- Requisitos: Marionetista 20
- Gastos: 11 CK por conexión
- Daños: -
- Efectos adicionales: Permite mover objetos, articulaciones o incluso una persona entera
- Sellos: Ninguno
- Velocidad: Moderada
- Alcance y dimensiones: Cuerpo a cuerpo (clavar los hilos), 15 metros de longitud
Técnica que se utiliza generalmente por los miembros de esta brigada para enseñar a sus alumnos a controlar sus marionetas en la batalla. Cuando un alumno adquiere suficiente experiencia es capaz de usar los hilos para más cosas que manejar marionetas básicas. Dado que estos hilos están constituidos a partir de chakra muy concentrado, son visibles para el ojo común. Esto permite desde arrastrar objetos hacia ellos con los hilos, así como empujarlos.

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#9
-En fin, tendré que esperar hasta la siguiente vez, por lo pronto te deseo suerte Juro-san- hizo una pausa bajando un poco sus lentes de sol para verle a los ojos -La necesitaras, tengo entendido que varios de los mejores Genins de Amegakure estarán presente- desde luego no era una amenaza, desde luego era mas que sabido de la calidad de ninjas que el país de la tormenta daba a Oonindo era de la mejor y en el hipotético caso de que esta vez no lo lograse, en el siguiente examen estaría ella y no se lo dejaría tan fácil a nadie.

Estuvo a punto de decir algo cuando de pronto y fuerte estruendo la interrumpió, acto seguido Akame saldría a toda velocidad a ver que sucedía, evidentemente, como Jounin de Uzushiogakure era su deber velar por la seguridad de estas personas. Juro ya la kunoichi se miraron momentáneamente, pero no había nada que decir, ambos salieron corriendo detrás del Uchiha para dar su ayuda. Su veloz carrera los llevo a lo que parecía ser una plaza que en este momento lucia de los peor con personas heridas tendidas en el suelo y tenderetes destruidos.

«Pero...¿Que pasó?» se dijo la chica observando aquel desastre y sin saber por donde empezar a ayudar gente, el pedido de socorro de Akame la sacó de sus pensamientos y rápidamente se acerco a ayudarle, también Juro quien hacia lo propio con alguna técnica de su repertorio «¿Hilos de chakra?» viendo el panorama, era la tares mas urgente: destrabarle la pierna atorada a una señora.

Reika no lo pensó mucho mas y se sumo al forcejeo junto al Uchiha, entre los dos y la técnica de Juro había mas chances de éxito
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#10
Para alivio de Akame y suerte de la mujer cuya pierna yacía bajo el techo derruido del puestito, Juro y Reika se apresuraron a ayudarles. El Uchiha observó con inevitable interés cómo el kusajin plantaba una serie de hilos hechos de chakra visible y tangible, de tal forma que podrían servir como puntos de anclaje para levantar las pesadas maderas.

¡Buena idea, Juro-san! —exclamó Akame, agarrando uno de los hilos y tirando con fuerza.

En mitad del griterío, el caos y los destrozos, los tres ninjas consiguieron levantar la pesada viga de madera y liberar a la mujer. Ésta, con los ojos desencajados por el terror, fue sin embargo capaz de reaccionar; con ayuda de sus manos, se arrastró por el suelo hasta sacar su pierna de la zona de riesgo. Akame soltó el hilo una vez vio que la señora estaba libre del peligro de los escombros y luego se agachó junto a ella.

¡Señora, aguante! —le dijo, mientras ella le miraba con unos ojos oscuros y presas del shock.

Akame no tenía formación médica, pero aun así quiso revisar el estado de la pierna de la mujer. Con sus propias manos desgarró el pantalón a la altura de la pierna. «Está realmente mal...» Pese a que a simple vista no había desgarros en la piel, la pierna de aquella mujer estaba completamente amoratada en la parte donde los restos del puestito de parrilla le habían caído encima, y su rodilla lucía peligrosamente machacada.

¿Alguno tiene formación médica? —preguntó Akame a sus compañeros genin.

A su alrededor, la gente seguía huyendo despavorida, aunque muchos también se detenían a ayudar a los heridos, que no eran pocos.
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#11
Akame pareció darse cuenta de que los hilos que había puesto Juro no eran mero decorativo, y comenzó a tirar de ellos también. Le elogió, pero en el caos en el que estaban, Juro no pudo disfrutar de aquella alabanza.

Afortunadamente, Reika se sumó a la ayuda. La técnica de Juro, y el apoyo de ambos logró su objetivo: consiguieron levantar la viga de madera. La mujer, aun asustada y herida, fue capaz de arrastrarse por su propia mano para sacar la pierna de la zona de riesgo (la necesidad de supervivencia era fuerte en una persona). Cuando la mujer estaba a salvo y nadie agarraba los hilos, entonces, Juro deshizo la técnica, dejando caer el trozo de techo otra vez.

« Por un pelo » — pensó, feliz con que hubiesen actuado rápido. ¿Qué habría sido de la mujer si no?

La mujer, sin embargo, no estaba bien. Estaba salvada, pero no curada.

¡Señora, aguante! — gritó Akame. Desgarró su pantalón para observar la herida de la mujer, como un verdadero médico. Por su cara, Juro supo que el resultado no estaba bien. Debía de estar rota con semejante peso. Dudaba que la mujer pudiera usarla en un tiempo (quizá, para toda su vida, sin tratamiento médico).

Juro observó a su alrededor. Todo era un verdadero caos. Había más gente herida, y todo el mundo corría. ¿Qué demonios estaba pasando?

¿Alguno tiene formación médica?

— ¡No! — exclamó Juro, lamentandolo realmente. No podía hacer nada —. No sé mucho de heridas, pero si no puede mover la pierna, deberíamos no tocarla hasta que alguien con conocimientos nos ayude. Porque debe haber alguien cerca, ¿no? El puerto no está muy lejos.

Juro esperó la respuesta de Reika, pero no creyó que ella fuese una shinobi con esa capacidad. Después de todo, sería demasiado conveniente, ¿no? Además, supuestamente Akame la conocía. ¿No debería saberlo? Bueno, era un shinobi de otra villa. Que más daba.

— Hay muchos heridos. Deberíamos alejar a los civiles de aquí y asegurar la zona — murmuró, mientras miraba a su alrededor, en busca de más heridos graves, o que necesitasen su ayuda, como la mujer.

« Y averiguar que diablos ha pasado aquí » — completó, para sí.
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#12
La kunoichi vio como se colocaba Akame teniendo en cuenta la posición de los hilos, entendió que se trataban de puntos de apoyo y el Uchiha elogio la astucia de Juro. Luego de un corto forcejeo entre la rubia y Akame mas Juro que tiraba de sus hilos pudieron librarle la pierna a la mujer

«¡Lo logramos!» se auto-felicito la Amejin para sus adentros

Una vez la mujer libre, Akame rompió el pantalón de la misma para poder ver la herida «Eso esta mal» fue el pensamiento de Reika -Lo siento Akame-san, no es mi terreno la medicina- sabia algo de psicología gracias a su formación materna, pero de sanar ya era entrar en otro terreno.

Escuchó las palabras de Juro, había muchos civiles en aquel lugar y a mas de uno se lo veía con alguna que otra herida «¿Pero que demonios pasó aquí?» seguía preguntándose la Amejin -Pero...¿Por donde iniciar Juro-san?- preguntó al Kusajin, claramente dispuesta a dar una mano a estas gentes que lo necesitaban
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#13
El jōnin chasqueó la lengua, molesto, al comprobar que sus suposiciones eran correctas; ninguno de los ninjas que estaban allí tenía conocimientos sobre medicina. «Mierda, y Juro tiene razón. Si movemos a esta mujer, podría empeorar sus heridas, o incluso perder la pierna. Tengo que hacer algo...»

Decidido, Akame se dio media vuelta y echó a correr en dirección al puerto.

¡Voy a buscar un médico! —les gritó a los otros dos ninjas—. ¡Cuidad de ella mientras tanto!

Sin embargo, el caos seguía reinando alrededor de los dos genin. No sólo la mujer a la que habían liberado del peso de unos escombros necesitaba ayuda, sino que en la plaza parecía haber más heridos. Un vistazo rápido revelaría a varias personas en situación de necesidad...

Un hombre pedía auxilio a gritos, desesperado, junto a un pequeño establecimiento. Por las dos pequeñas ventanas salía humo negro, y desde fuera podía verse el resplandor anaranjado de las llamas que habían prendido en el interior. Era un edificio de una sola planta, y no parecía que hubiese más accesos al interior del establecimiento, aparte de la puerta principal y las dos ventanas. El hombre se mantenía junto a la puerta, asomando la cabeza al interior del local de tanto en tanto, mientras gritaba.

¡Mi hijo! ¡Mi hijo está ahí dentro! ¡Auxilio, por favor! ¡Ayuda!

A poca distancia de la tienda en llamas, un grupo de fornidas mujeres trataba desesperadamente de apuntalar el muro lateral de otro establecimiento antes de que se derrumbase. Estaban utilizando todo lo que tenían a su alcance; maderos, escombros, las herramientas que podían encontrar... Pero parecía no ser suficiente, porque la pared se resquebrajaba cada vez más por segundos. Si caía, aplastaría por completo un carromato repleto de cajas de té rojo para exportar fuera de Akachamura.

En mitad de la plaza, un joven matrimonio pedía auxilio a gritos, llamando a su hijo "Fenris", que parecía haberse perdido en mitad del caos. Parecían realmente desesperados y no paraban de dar vueltas por la plaza, pero sin éxito.

Muchas personas parecían necesitar ayuda, y había pocas manos dispuestas en mitad del caos. ¿Qué harían los jóvenes ninjas?
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#14
Akame barajó la opción de Juro, y entonces, tomó una decisión.

¡Voy a buscar un médico!¡Cuidad de ella mientras tanto! — Eso dijo él. Como si fuera tan fácil. Como si no hubiera decenas de heridos.

Juro asintió, sin embargo. Lo mejor era que alguien buscase ayuda. Pero... ¿Tenía que ser el único que sabía hacer un maldito Kage Bunshin? Quizá podría haber mandado un clon. Igualmente, cuando lo pensó, ya era tarde. Akame se alejaba. Juro supuso que él tampoco lo había pensando por la urgencia de la situación.

— Vale, cuidar de la mujer. Eso es fácil. Supongo que no sabrás usar clones tangibles, ¿no, Reika? El problema es... — murmuró Juro, mirando el caos.

Pudo ver tres situaciones graves: un grupo de mujeres trataban de levantar un muro y evitar que aplastase la mercancia de un comercio (era importante, pero no más que las vidas humanas, ¿no?). Una pareja buscaba por su hijo perdido (¿el hijo correría peligro? No lo sabían). Y más importante...

¡Mi hijo! ¡Mi hijo está ahí dentro! ¡Auxilio, por favor! ¡Ayuda! — Para Juro, eso fue lo más importante de todo. El niño moriría pronto, si no hacían algo. Estaba atrapado en una casa que se incendiaba.

— ¡C-Creo que tenemos que salvar primero al niño! — exclamó Juro —. ¿Sabes Suiton? Si no, tendré que apañarmelas a pelo.

Juro cogió un poco de la lona que utilizaba para tapar sus marionetas y que llevaba en la espalda. La arrancó, y se hizo un trapo improvisado. Se lo puso en la boca. De esta forma, protegería su nariz y su boca, a pesar de que no estaba húmedo. Si Reika iba con él, le daría también uno, aunque era decisión de la chica. Había mucha gente herida y tenían poco tiempo, por lo que igual era mejor separarse.

— ¡Voy dentro! — exclamó Juro —. ¡Reika, si no puedes ayudarme aquí, echa un cable a los demás! ¡Tenemos que priorizar a los que tienen riesgo de muerte!

Juro echo un vistazo a la puerta principal y comprobó si el fuego era muy intenso, y si podría entrar sin calcinarse. Con el trapo en boca, intentó no respirar demasiado fuerte y protegerse del humo. Si lograba hacerlo, entonces entraría con cautela en el edificio quemandose, y gritaría tras el trapo.

— ¡Niño! ¿Dónde estás? ¡Voy a por ti!
Hablo / Pienso

Avatar hecho por la increible Eri-sama.

...

Sellos implantados: Hermandad intrepida
  • Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60
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#15
Luego de que los tres ninjas liberasen a la mujer, Akame salio corriendo para buscar un medico en el poblado, dejando a los mas jóvenes sin el mandato de un Jounin y sobretodo local, pero en esta la situación era necesario

— Vale, cuidar de la mujer. Eso es fácil. Supongo que no sabrás usar clones tangibles, ¿no, Reika? El problema es... — murmuró Juro, mirando el caos.

-Lo lamento Juro-san...caresco del conocimiento de clones fisicos- respondio a su ocasional compañero mientras se encogia de hombros, no tenia la forma de poder ayudar a varias personas al mismo tiempo y por desgracia Juro tampoco....o al menos eso creia ella

¡Mi hijo! ¡Mi hijo está ahí dentro! ¡Auxilio, por favor! ¡Ayuda! — escucho el llamado de auxilio, de un hombre cuya casa se estaba consumiendo por las llamas

— ¡C-Creo que tenemos que salvar primero al niño! — exclamó Juro

-Estoy contigo- respondio, entre los dos podrian sacar al niño

—. ¿Sabes Suiton? Si no, tendré que apañarmelas a pelo. y ahi otra vez su inutilidad para el rescate de personas -No, Juro-san....Lo siento-

El Kusajin estaba sacando los trapos con los que tenia envuelta su marioneta y se lo puso como una suerte de barbijo, dandole un trozo a la kunoichi por si decidia seguirle

— ¡Voy dentro! — exclamó Juro —. ¡Reika, si no puedes ayudarme aquí, echa un cable a los demás! ¡Tenemos que priorizar a los que tienen riesgo de muerte!

La rubia tubo un momento de duda, no se decidia en ayudar a Juro con el rescate del niño o ir a ayudar a encontrar el niño perdido de curioso nombre, para ella, eran las mas urgentes de todas -espera Juro-san, entre los dos tendremos mejores chances- dijo Reika, mientras se amarraba el trapo tapando el ingreso de humo por la boca y nariz

Una vez ambos dentro del edificio en llamas, la kunoichi formulo el sello del carnero con su mano derecha, mientras que en su izquierda se formaba una mariposa de chakra en su palma -Registrare otras habitaciones mientras avanzamos con cuidado- anuncio la rubia, evidentemente en su aleteo podria avanzar mucho mas rapido que los genins al no tener que preocuparse por el suelo en donde pisaban y si algo se derrumbaba encima la mariposa era desechable
Hablo - Pienso - Telepatía

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