— Eh... no mucho. Probablemente solo lleve una hora o así.


Chika no era la más avispada de las abejas que polenizaban aquel panal llamado Dojo Kaminari, pero era lo suficientemente experimentada con el entrenamiento para reconocer que Kira llevaba ahí bastante más. Cuanta energia tiene la juventud.

— Claro. Con hielo está bien. —

— Ahora mismo.

Pero antes de poder hacer la única tarea que le quedaba en la vida, que era proveer de liquido refrigerante a sus hermanitas, Kimi intercedió para no dejarle ni hacer eso.

— Recuerda que estás lesionada. No puedes cargar con tanto. Te acompaño.

— Nooo te preocupes, es solo un poco de agua y hielo, puedo con ello. Deberías empezar a calentar o acabaras por hacerte daño tú también.

Intentaría convencerla con su logica y inmaculado raciocinio, pero no insistiría más que la primera vez. Después, simplemente iría a por lo dicho tanto si había convencido a Kimi como si la seguía. No tenía intención alguna de discutir por eso, solo esperaba ser más ayuda que distracción para su querida hermana.

— No. Te ayudo. Ya calentaré luego. —Y, efectivamente, no se tomó un "no" por respuesta.

— Déjala traer el agua sola. —Le dijo Kira—. Que si no, luego se va a sentir mal.

Aún así, Kimi acompañó a su hermana. No había manera de que trajese agua, hielo y vasos en un solo viaje, y no la iba a tener dando varios viajes por ella, tampoco.

Al llegar a la cocina, las Kaminari pudieron encontrarse con su padre, que estaba cocinando el desayuno mientras su padre vertía agua sobre cuatro vasos que tenía en una bandeja, mientras su padre estaba sentado en una silla, con cuatro Iaito envainadas y colocadas encima de una mesa.

— Buenos días ¿cómo amanecieron? —Las saludó el Raijin que estaba sentado, con aquella pregunta que a la vez quería decir "¿cómo tienes el brazo, Chika?"

— ¡Bien! —Le respondió Kimi, con una sonrisa.

Como siempre, fue Raijin quien se acercó a darle un abrazo a la chiquilla, que siempre mostraba más respeto que cariño.

— Me alegro. —Dijo abrazándola y dándole un beso en la frente.

En cuanto Chika respondiese recibiría exactamente el mismo cariño por parte de su padre.

Al llegar a la cocina su padre estaba abusando de los pobres bunshin para las tareas del hogar.

— Buenos días ¿cómo amanecieron?

— Perfectamente. ¿Y tú? — levantó levemente su brazo herido para que viesen que seguía ahí. — Veníamos a por agua y hielo para Kira, que lleva ya un rato entrenando. ¿Necesitas una mano?

Y esta vez levantó la mano buena, aunque su padre se dedicaría a abrazarla antes de responder. Chika correspondió como pudo a la espera de ver qué podía hacer o llevar.

— Muy bien. —Le respondió Raijin—. No hace falta que hagan nada. Tranquila, lo tenemos controlado.

Y, en efecto, parecía estar todo en orden. El Kage Bunshin que estaba sirviendo el agua terminó de hacerlo pronto y empezó a llevarla al dojo, mientras el cocinero seguía cocinando.

— No te preocupes por ayudarme. Hoy tengo algo preparado para ti también, si estás dispuesta a entrenar.

— No hace falta que hagan nada. Tranquila, lo tenemos controlado.

— Oookay. — contestó alzando una ceja.

Sabía que lo hacían porque se preocupaban, pero si no podía entrenar ni ayudar, ¿qué hacía? ¿Se disfrazaba de árbol número cuatro y dejaba pasar las horas?

— No te preocupes por ayudarme. Hoy tengo algo preparado para ti también, si estás dispuesta a entrenar.

— ¡Claro! Pero... ¿no debería descansar el brazo? — ahora mismo casi no le dolía, pero cualquier movimiento podría ser el ultimo.

— Así es. —Contestó Raijin, calmado como siempre—. Haremos un descanso activo. Siempre que estés de acuerdo.

— Pero tienes que parar si te duele algo ¿de acuerdo? —Añadió Kimi, preocupada.

— Por supuesto. Si notas cualquier malestar, dímelo. Pero no te preocupes, todo estará bien bajo mi supervisión. —Concluyó—. ¿Vamos?

Con aquello, la familia salió de la cocina dejando atrás al bunshin cocinero y se dirigió al dojo, donde estaba Kira tomando un vaso de agua sentada frente a la bandeja que había dejado anteriormente el clon del agua, que ya no estaba presente.

—Ey. ¿Ya empezamos?

— Así es. Cojan todas un arma, por favor.

Kimi tomó entonces uno de los Iaito y lo desenvainó para ofrecérselo a Chika, que probablemente tendría dificultades para hacerlo, antes de coger uno para ella. Kira y Raijin tomaron los otros dos que quedaban.

— Vamos a empezar calentando. Copien lo que haga, por favor. —A diferencia de en las clases de Karate públicas, en las que tenía que ser autoritario. Tanto en estas clases privadas y familiares, como en su vida diaria, Raijin solía hablar de esta forma.

Raijin tomó la katana con una mano, por el borde, y empezó a hacer cortes muy lentamente para calentar. Durante todo el proceso, Chika podría sentir la mirada preocupada de su hermana.

— Haremos un descanso activo. Siempre que estés de acuerdo.

¿Un descanso activo? Aquello le sonaba extraño, pero no es que no entrenase porque no quisiera, sino porque Kimi y Raijin explotarian si la ven entrenando con el brazo partido. Por ella seguiría entrenando hasta que le doliese de verdad, porque si no dolía era que todo estaba bien ¿verdad?

— Claro, adelante.

— Pero tienes que parar si te duele algo ¿de acuerdo?

— Por supuesto, no te preocupes.

Todos fueron al dojo donde Kira ya se impacientaba por empezar. Chika siguió a su hermana, quien le desenvainó un arma para ella. Asintió y la aceptó con una sonrisa.

— Arigatito, Mi-chan. — estaba contenta por el inesperado entrenamiento.

Y la felicidad le duró hasta que empezó el entrenamiento en sí. La mirada de Kimi se clavaba en ella más que ninguna katana. Obviamente, Chika llevó a cabo los movimientos con el mayor cuidado del mundo y asegurandose en todo momento de no dar ninguna señal voluntaria ni involuntaria de nada parecido a dolor físico o emocional. De momento, con su brazo bueno iba bien.

Y todo fue bien. Nada explotó durante el calentamiento y los Kaminari pudieron hacer sus entrenamientos sin ningún tipo de percance. Nadie se partió otro brazo y la paz y el silencio reinó mientras los tres cultivaban su arte.

— Esto me lo enseñó cuando era joven el mejor amigo de mi padre. —Les explicaba—. Siempre me decía "un golpe rápido es uno relajado, y un golpe fuerte debe ser hecho con fluidez".

El ejercicio había cambiado. Aunque la velocidad con la que movía la espada no había aumentado ni una sola marcha, ahora había implementado un juego de piernas igual de fluido, pero relajado. Era como si estuviese bailando un vals, en lugar del breakdance letal que suelen ser los combates de los ninjas.

Kimi no tuvo problema en seguir los movimientos de su padre, aunque su control con la espada dejaba mucho que desear, la atención que prestaba y su destreza natural eran suficientes para seguir el ejercicio. Kira también podía seguirlo sin ningún tipo de problema, aunque por su cara estaba claro que no tenía la más remota idea de lo que estaba haciendo.

— Cada movimiento debe llevar al siguiente sin esfuerzo adicional. Solo así podrán utilizar toda su fuerza sin gastar energía innecesaria. —Continuaba con la explicación—. Discúlpenme. Desconozco el nombre de este arte marcial, pero en mis estudios conseguí descubrir el nombre de esta técnica, aunque sigo sin encontrar su origen exacto.

Como siempre, Raijin hablaba más de la cuenta cuando se trataba de artes marciales, aunque a Kimi no le importaba, pues le encantaba escuchar esas historias.

— Su nombre es "Fa Jin". Y podría traducirse como fuerza explosiva. Esta técnica se puede encontrar en casi todas las artes marciales, pero solo unas pocas personas lo han llegado a dominar. Esta práctica les ayudará a dominarla para que la implementen en su Karate.

Sea lo que sea que les estaba enseñando Raijin era algo relajado y fluido, justo lo que Chika se podía permitir en esos momentos. De hecho, pensó que probablemente le estaba saliendo tan bien porque estaba medio incapacitada, ya que de normal solía ser más tosca y tener menos cuidado.

Kira y Kimi lo habían pillado a la primera y seguían los movimientos a la perfección. Sin embargo, Chika no era una novata, tenía el mejor tipo de experiencia, la experiencia de la calle. Sabía que hacer lo que fuese entrenando era extremadamente facil. Estás tranquila, en un entorno seguro, imitando a tu sensei, todo sale fluido.

A la hora de la verdad, estarás en un campo de batalla, habrá bolas de fuego, bijuudamas y shurikens volando. En ese momento también tendrás que tener la capacidad de hacer todo lo que sabes hacer en entrenamiento. Eso era lo realmente complicado.

No diría nada. Ni siquiera mostraría una mueca al pensar en ello, pero era improbable que llevase aquella filosofia al combate fuera del dojo. No se veía capaz de hacerlo ni en la necesidad. Nada que un buen lariat no pudiese arreglar. Ella era simple y directa, como una patada giratoria voladora.

Mientras su mente estaba en sus dilemas personales, sus ojos estaban sobre Raijin y su cuerpo llevando a cabo los sutiles movimientos tal y como lo hacía su sensei.

Durante un cuarto de hora más, los Kaminari repitieron la misma forma durante unos quince minutos más hasta que la pierna de Raijin simplemente no lo podía soportar de pie durante mucho más tiempo por sí sola.

— Disculpen... prometo enseñarles mañana las aplicaciones prácticas de esta técnica. —Se disculpó entonces, mientras volvía a envainar su arma—. Iré a ayudar a terminar de preparar el desayuno. Les recomiendo seguir practicando esta forma en su tiempo libre. Les ayudará mucho cuando pasemos al siguiente paso.

Kimi despidió a su padre con una profunda reverencia como lo hacía usualmente.

— ¡Gracias por entrenarnos hoy también!

Kira simplemente envainó su Iaito y lo dejó a un lado del dojo. No se había quejado en ningún momento, al contrario de lo que solían hacer sus hermanos, pero no parecía en lo absoluto convencida con el entrenamiento que estaban llevando. Kimi, en cambio decidió continuar con su entrenamiento.

— ¿Qué vas a hacer ahora, Ka-chan? —Le preguntó mientras volvía a empezar con la rutina que le había enseñado su padre.

— Miki me había pedido que te enseñase el modo chakra. Podemos empezar con eso, si quieres.

— Disculpen... prometo enseñarles mañana las aplicaciones prácticas de esta técnica. Iré a ayudar a terminar de preparar el desayuno. Les recomiendo seguir practicando esta forma en su tiempo libre. Les ayudará mucho cuando pasemos al siguiente paso.

¿Y eso era todo? A pesar de que había intentado controlar sus expresiones al máximo, en ese momento Chika tenía la más absoluta decepción en su rostro. Había oído entrenamiento y se había emocionado y ahora habían practicado movimientos lentos y hala, a casa.

— ¡Gracias por entrenarnos hoy también!

— Gracias por el entrenamiento. — musitó por reflejo al oír a su hermana.

Kira envainó su Iaito rápidamente y la dejó a un lado, pero Chika mantuvo firme la empuñadura y se quedó mirandola unos largos segundos. Realmente no podía quejarse, era más de lo que había pronosticado al levantarse.

— ¿Qué vas a hacer ahora, Ka-chan?

Lo pensó pero antes de contestarle, Kira intervino. Iba a decir que iba a dejarlas entrenar y a intentar no molestar, de lo abajo que estaba, pero su nueva hermana la puso arriba de nuevo.

— Miki me había pedido que te enseñase el modo chakra. Podemos empezar con eso, si quieres.

La luz volvió al rostro de Chika de inmediato. La oportunidad de hacer algo era una gran oportunidad.

— ¡Claro! Pero, ¿seguro que puedo hacerlo con un solo brazo?

No las había visto hacer sellos para hacer eso, pero algunas técnicas necesitaban una retahila de sellos al principio y conforme le coges confianza baja el numero. Tal vez aquello iba así también.

— Claro. Si te lo propusieras podrías hacerlo incluso con las dos piernas rotas, también. —Dijo, antes de darse cuenta de lo que estaba hablando—. Cosa... que no vamos a intentar ¿vale?

Apuntó con el pulgar a una parte del dojo más alejada de Kimi.

— Vamos por allí. Así tu hermana tiene espacio para moverse.

Kimi alzó la mirada entonces, como si hubiese escuchado algo extraño, pero al final no dijo nada. Kira caminó un par de pasos, dándole espacio a la menor de las Kaminari para que siguiese con su entrenamiento. Entonces la Minami se dio media vuelta y se sentó en el suelo, con las piernas cruzadas.

— No va a ser mucho más divertido que lo de antes, pero ya has visto que sí que da resultados. —Le advirtió—. Ya sabes hacer el Lightning Lariat, así que no te será muy difícil aprender. ¿Empezamos?

— Claro. Si te lo propusieras podrías hacerlo incluso con las dos piernas rotas, también.

De nuevo, los ojitos dispares de Chika se iluminaron. ¿Una técnica que podía hacer con un brazo y dos piernas rotas? ¡Aquello transcendía el Ninjutsu! ¡Era MEGANinjutsu! ¿Cuantas técnicas podía hacer en silla de ruedas y manca? Pocas de las que conocía. Tal vez tendría que buscar una forma versatil de hacer sus técnicas de Nintaijutsu. Hasta ahora todas necesitaban piernas y brazos, una debilidad flagrante.

— Vamos por allí. Así tu hermana tiene espacio para moverse.

— ¡Claro, Kira-sensei! — contestó mientras la seguía alegremente.

— No va a ser mucho más divertido que lo de antes, pero ya has visto que sí que da resultados. Ya sabes hacer el Lightning Lariat, así que no te será muy difícil aprender. ¿Empezamos?

— No digas eso, estoy segura de que las lecciones de papá son tanto para el cuerpo como para el espiritu y dan resultados a su manera. Haciendonos mejores personas y más confiables. Pero sí, vamos con el modo chakra.

Hubo una parte que prefirió no añadir. Sí, las lecciones de su padre eran para el cuerpo y el alma, y estaba convencida que eran grandes lecciones. Si una las entendía, claro está. Todo eso de ser fluida y tal, estaba bien, pero si pegas con todas tus fuerzas, pegas con todas tus fuerzas.

— Sí. Supongo que será útil para algo. —Dijo Kira, aunque no parecía muy apasionada por eso—. Tu padre nos derrotó a todos juntos, al fin y al cabo, así que una cosa o dos debe saber.

Mientras hablaba, y sin que ella tuviese que prestarle ninguna atención o esfuerzo aparente, el brazo derecho de Kira empezó a verse rodeado de una chispeante electricidad.

— Concentra electricidad en tu brazo como si fueras a hacer un lariat, pero mantenlo ahí. —Interrumpió la conversación que estaba teniendo para dirigir a Chika—. Probablemente tengas que utilizar menos, o será difícil de controlar.

Si Chika lo intentaba, se daría cuenta rápidamente de que era mucho más difícil de lo que se podría imaginar. Quizás su brazo se acabase tensando por utilizar demasiada electricidad y no pudiese mantenerla, o quizás no tenía el control necesario para mantener la electricidad durante más de un segundo, o quizás simplemente no estaba acostumbrada a cargar electricidad en su cuerpo sin descargarla inmediatamente después.

Fuese cual fuese el motivo, estaba claro que iba a necesitar entrenamiento.

— Pero Mika es más fuerte que él, así que su método tiene que ser mejor ¿no? —Continuó con el tema, mientras dejaba que Chika hiciese lo suyo.

— Concentra electricidad en tu brazo como si fueras a hacer un lariat, pero mantenlo ahí. Probablemente tengas que utilizar menos, o será difícil de controlar.

Las instrucciones eran bastante sencillas. Eso benefició que Chika pudiese entenderlo al momento, lastrando el hecho de que no explicaba cómo hacerlo. Alargó el brazo como si lo estuviese preparando para un lariat y lo miró fijamente. Obviamente, el brazo se cargó de electricidad de forma inmediata, preparado para destruir y cortar cabezas. Sin embargo, cuando estuvo un segundo más de lo debido la electricidad se descontroló por completo, lanzando rayos y chispas a todo lo que había a su alrededor.

Por suerte, Chika pudo detenerlo a tiempo y todo quedó en algo de vello erizado por la electricidad estatica. Kira podría notar que no era la primera vez que pasaba por la rápida reacción de su hermana y su expresión de "Jo, otra vez".

— Perdona, no tengo el mejor control del mundo. — le dedicó una leve sonrisa algo avergonzada.

Realmente, Chika no creía que fuese tema de que tuviese poco control comparada al resto de kunoichi, sino que el poder de su chakra era descomunal. Y claro, no es lo mismo domar a un hamster de poder como sus hermanas que al T-Rex enfurecido que era el suyo. Sin embargo, a ojos de todas quedaba como que tenía poco control y ya, y Chika usaba esa excusa cada vez que podía.

— Pero Mika es más fuerte que él, así que su método tiene que ser mejor ¿no?

— ¿Huh? ¿Por qué piensas que Mika es más fuerte? Ni siquiera se vio con Raijin.

Realmente lo dijo sin pensar, era evidente que una niña siempre iba a pensar que su mama le podía al padre de la otra. Sin embargo, no tenía ni idea de por qué iba a pensar eso. Mika no le había parecido más fuerte que Raijin, eran demasiado diferentes para comparar a ojo.