13/02/2020, 02:11
—Intentaré convencerla, aunque no quiero mencionarle ninguna aldea en concreto, no quiero que piense que habéis estado aquí...
—Será lo mejor, pero si accede y está dubitativa déjelo caer. Será mejor que tenga alguien que responda por ella, lo digo por experiencia.
»Y bueno, tened buen viaje y de verdad, siento las molestias...
—No se preocupe, no ha sido nada. Le deseo lo mejor para usted y para Rika-san. —Finalizó la conversación con una leve inclinación de cabeza.
Su compañero se acabó rápidamente el té, se levantó y asintió frente a la propuesta del kazejin, se marchaban ya. Salieron de la casa y unos metros alejados de la vivienda el amejin se detuvo y se dirigió al marionetista.
—Oye, creo que lo de hoy no va a quedarse aquí, voy a tratar de seguir de cerca a esta gente estos días que me voy a quedar por aquí.
—Me parece buena idea, pero ten cuidado, no sea que alguien te fiche y te intente atracar por ser shinobi. Además el samurái podía tener amigos y si se extienden los rumores de que acabamos con él pueden buscarte para vengarse.
»Espero volver a verte pronto. Si descubro algo, te haré llegar como sea algún mensaje, sino, nos veremos al final de Despedida en Yachi, ¿qué te parece?
—Por mi perfecto la verdad, cuídate mucho Kisame-kun. —Le ofreció la mano. —Nos vemos lo más tardar los últimos días de Despedida en Yachi pues. Ha sido un placer colaborar contigo.
Y Takumi marchó, en dirección a la Estación Oeste de Notsuba, para coger la ruta sur hasta Uzushiogakure y ya que estaba visitaría a Itona. Le quedaban tres días mínimo de viaje hasta la Villa, los aprovecharía para meditar. Había venido a Notsuba a conocer la realidad material de Tsuchi no Kuni y se la había encontrado de lleno en este viaje. Salió de esta pequeña aventura con la conciencia agitada, vio un escenario de pobreza extrema e injusticia y había matado a un hombre, ni un año llevaba de genin y había matado ya a un padre delante de su hija... El joven sabía que se había entrenado para ser un niño soldado, pero esta primera experiencia había sido dura. Pero de todo lo malo siempre se podía sacar algo bueno, una pequeña luz en una tormenta de oscuridad, y tal vez una niña en un futuro se convertiría en genin en vez de quedar relegada a ser un bandido más en este pétreo paisaje.
—Será lo mejor, pero si accede y está dubitativa déjelo caer. Será mejor que tenga alguien que responda por ella, lo digo por experiencia.
»Y bueno, tened buen viaje y de verdad, siento las molestias...
—No se preocupe, no ha sido nada. Le deseo lo mejor para usted y para Rika-san. —Finalizó la conversación con una leve inclinación de cabeza.
Su compañero se acabó rápidamente el té, se levantó y asintió frente a la propuesta del kazejin, se marchaban ya. Salieron de la casa y unos metros alejados de la vivienda el amejin se detuvo y se dirigió al marionetista.
—Oye, creo que lo de hoy no va a quedarse aquí, voy a tratar de seguir de cerca a esta gente estos días que me voy a quedar por aquí.
—Me parece buena idea, pero ten cuidado, no sea que alguien te fiche y te intente atracar por ser shinobi. Además el samurái podía tener amigos y si se extienden los rumores de que acabamos con él pueden buscarte para vengarse.
»Espero volver a verte pronto. Si descubro algo, te haré llegar como sea algún mensaje, sino, nos veremos al final de Despedida en Yachi, ¿qué te parece?
—Por mi perfecto la verdad, cuídate mucho Kisame-kun. —Le ofreció la mano. —Nos vemos lo más tardar los últimos días de Despedida en Yachi pues. Ha sido un placer colaborar contigo.
Y Takumi marchó, en dirección a la Estación Oeste de Notsuba, para coger la ruta sur hasta Uzushiogakure y ya que estaba visitaría a Itona. Le quedaban tres días mínimo de viaje hasta la Villa, los aprovecharía para meditar. Había venido a Notsuba a conocer la realidad material de Tsuchi no Kuni y se la había encontrado de lleno en este viaje. Salió de esta pequeña aventura con la conciencia agitada, vio un escenario de pobreza extrema e injusticia y había matado a un hombre, ni un año llevaba de genin y había matado ya a un padre delante de su hija... El joven sabía que se había entrenado para ser un niño soldado, pero esta primera experiencia había sido dura. Pero de todo lo malo siempre se podía sacar algo bueno, una pequeña luz en una tormenta de oscuridad, y tal vez una niña en un futuro se convertiría en genin en vez de quedar relegada a ser un bandido más en este pétreo paisaje.