Día 24 de Bienvenida, Primavera. Año 218.
Decir que habían sido unos días interesantes habría un flagrante eufenismo.
Ralexion había sido seleccionado para una misión de reconocimiento conjunta con la villa de Amegakure. La misión era de baja prioridad y bajo riesgo, motivo por el que todos los implicados para llevarla a cabo eran genins. A pesar de todo ello se esperaba excelencia por parte de los ninjas, claro está.
Para el kusajin no era tontería; no solo porque era un encargo que se salía de la monotonía que solía plagar a los genins inexperimentados y sus misiones de rango D, si no también porque todo ello le hacía pensar que sus superiores comenzaban a verlo como uno más de las filas, algo que tranquilizaba al Uchiha.
Se le llevó a un despacho del edificio del Morikage en el que un jōnin de aspecto intelectual le impartió una sesión informativa al muchacho.
— Bien, Uchiha-san, escucha con atención: hablamos de una misión de reconocimiento. Esto quiere decir que en ningún momento debes establecer contacto con el objetivo, especialmente para llevar a cabo algún tipo de acción hostil sobre él, la única excepción permitida es la defensa propia. En caso de que sea completa y absolutamente necesario, en caso de peligro real para ti o tus compareños, puedes emprender las acciones necesarias para preservar tu vida o las ajenas.
— Sé lo que es una misión de reconocimiento, gracias... —indicó arrugando los morros y cruzando los brazos— He tenido la formación necesaria, como cualquier otro ninja de la aldea.
La expresión del jōnin no cambió.
— Ya veo. Quería asegurarme, teniendo en cuenta tu situación tan... excepcional. Visto lo visto pasaré a dar las instrucciones pertinentes sin más preámbulos...
» Como ya se te ha informado, está será una misión conjunta con Amegakure no Sato. Esperamos que des una impresión de Kusagakure impecable. Servirás de apoyo para los operativos de Ame, ellos serán dos, mientras que tú irás en solitario. Esta operación es de mayor interés para Ame, pero Kusa también desea localizar al objetivo, ergo, requerimos de tu intervención.
El hombre produjo del interior de su chaleco varios pergaminos que dejó reposar sobre la mesa. Uno tras otro los fue desenrollando, revelando documentos que contenían información crítica sobre la misión.
— Este es el objetivo: Mokosaki Hebimaru, 17 años —señaló a una de las fotografías de los documentos, en ella se podía observar el rostro de un hombre calvo y lampiño de facciones afiladas que mantenía una sonrisa desafiante— . Se trata de un ninja exiliado de Amegakure, un fugitivo. Tras huir de su aldea ha provocado algunos problemas en el País del Bosque. Dispone de un Kekkei Genkai único que le permite realizar técnicas que crean materia orgánica, similar al Mokuton, pero en su caso hablamos de una materia similar a carne. Amegakure no nos ha aportado mayores detalles sobre sus capacidades, pero asegura que su habilidad de combate era, en el momento de su escapada, bien reducida. Así mismo, su perfil psicológico nos indica que es una persona impulsiva, temperamental, que sufre de un fuerte rechazo hacia la autoridad. No debería de ser un problema a nivel estratégico en caso de que te veas obligado a enfrentarlo; si lo provocas se expondrá con facilidad. Utiliza tu Sharingan para predecir y contrarrestar sus técnicas. Todo esto, por supuesto, en caso de que una confrontación resultase inevitable.
Ralexion le echó un largo y tendido vistazo, memorizando su aspecto.
— Se ha avistado recientemente al objetivo en una ciudad del Paraje sin Sol llamada Takemikazuchi. La llaman "la ciudad que nunca duerme". Es bien notoria por dos cosas: ser de las pocas que ha sido hasta la fecha erigida en esa zona tan árida, además de ser un agujero de mala muerte habitado por toda la escoria del mundo. Drogas, prostitución, juego, mercancías ilícitas... encontrarás lo mencionado y mucho más allí. Es el escondite perfecto para Mokosaki.
El jōnin acercó al pelinegro un mapa.
— Como puedes ver, es una ciudad de un tamaño relativamente medio, lo que dificultará la búsqueda. Una vez estés sobre el terreno deberás de coordinarte con tus compañeros de Amegakure para trazar un plan de acción adecuado que os permita peinar toda la zona. Así mismo, es aconsejable que asumáis algún tipo de tapadera acorde con los ambientes de la ciudad, os facilitará la inserción. Esto lo dejamos en tus manos, Uchiha-san. Deberás de adaptarte adecuadamente a la circunstancias de un lugar así.
El monologuista se aclaró la voz de manera autoritaria.
— Los objetivos de la misión son los siguientes: desplazarse hasta Takemikazuchi de incógnito y determinar si Mokosaki Hebimaru está o ha estado recientemente en la ciudad, a ser posible, sin alertar al objetivo de tu presencia o la de tus compañeros. No debes, repito, no debes tratar de apresar al objetivo por ti mismo. Una vez tu informe nos permita determinar que el exiliado está en la zona, un equipo de especialistas en colaboración con Amegakure se ocuparán de su rastreo y consiguiente arresto. En caso de que tus compañeros traten de romper estos preceptos tendrás que, en la medida de lo posible, impedírselo, priorizando la misión; estás autorizado a utilizar la fuerza si lo necesitas. Dada la naturaleza de la misión deberás de vestir con ropas de civil y no portar nada que te identifique como shinobi de Kusagakure, pero sí se te permitirá llevar estos documentos informativos así como armas ocultas. ¿Alguna pregunta?
Ralexion se quedó con los ojos cerrados durante unos momentos. Acto seguido los abrió.
— No.
— Perfecto. Te deseo buena suerte, Uchiha-san.
Se podía observar la figura de Uchiha Ralexion, en pie y cruzada de brazos, al borde de una colina de cierta altura desde la que se podía observar la totalidad de Takemikazuchi. Era el punto de encuentro para los participantes de la misión. El Uchiha imaginaba que sus compañeros habrían recibido una sesión informativa similar a la suya propia.
Vestía con una camiseta de tirantes de color rosado, por encima de esta una chaquetilla grisácea de cuello alto —que portaba todas sus armas y herramientas ocultas en distintos compartimentos secretos, así como los documentos pertinentes—, unos pantalones cortos azul marino y finalmente unas sandalias de madera. No portaba consigo ningún tipo de mochila ni provisiones, dada la relativa proximidad del paraje con su aldea. En cualquiera de los casos podía hacerse con comida o bebida en el propio teatro de operaciones, la ciudad.
Sobre la ya mencionada podía decirse, desde aquella distancia, que su contaminación lumínica era excepcional. Era el Paraje sin Sol, pero todo el área colindante se veía iluminada hasta la saciedad. Se podían observar edificios fabricados tanto en madera como en metal, gozosos de todo tipo de carteles de neón. Takemikazuchi parecía excepcionalmente moderna, un espectáculo de sonidos y luces que invitaban a pecar a todos sus viandantes.
El joven quedó pensativo, atento a sonidos que indicasen la proximidad de otros humanos a la par que su campo de visión danzaba por lo que podía apreciar de las calles desde allí.
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—Ohhh Kaaageeeetsuuuunaaaa~
El Senju se había quedado dormido frente a la televisión, con un hilo de baba cayendo por su mejilla. Obviamente, no escuchó palabra alguna de lo que le decían, hasta que una cubeta de cubitos de hielo le cayó en la cara. Se levantó a toda velocidad, sentándose en el sofá, y cuando descubrió lo que acababan de hacerle le gruñó a Kagekatsu.
—¡Funcionó! Tu hermana tenía razón, esto es muy efectivo para despertarte, lo aplicaré siempre de ahora en adelante— Rió a carcajadas mientras tiraba la cubeta a un lado.
—Estás a verga si crees que voy a recoger esto— exclamó mientras se quitaba los cubos de hielo de encima. —¿Y ahora que pisados quieres?— Se cruzó de brazos.
—Verás, hijo.— se sentó a su lado, mientras pasaba su brazo por detrás de su nuca para acercarlo a él, obligando a ambos a recostarse en el mueble. —¡Te me vas a una expedición de reconocimiento!— Con su mano libre le puyó tres veces en el esternón. —Aproveché mis contactos para que te tomaran en cuenta, además será realizada en conjunto con Kusagakure, ¿genial eh?— rió para luego darle tres palmadas en el hombro.
—¿EN QUÉ CLASE DE ENCARGO ME METISTE?— Estaba con el ojo bien abierto, mientras su boca se quedó entreabierta.
—Pues te me vas a intentar localizar a un ninja renegado, el cuál tiene un Kekkei Genkai especial que permite crear materia sólida de alguna manera. Sin embargo se sabe que es un inútil para pelear igual que tú, por lo que en caso de que debas confrontarlo no te abrirán mucho el ano. Ah, sí, vas en compañía de alguien más de la villa junto a otro shinobi de la Aldea Escondida de la Hierba.
—¿No se suponía que íbamos a tener un tercer viaje de entrenamiento antes de realizar misiones? Además creo que no tengo nada que aportar a algo cómo esto—. suspiró mientras desviaba la mirada a otro lado, tenía un mal presentimiento.
—No seas pesimista, sólo debes descubrir si un tal Mokosaki Hebimaru aún está en una ciudad llamada Takemikazuchi. Dicen que el lugar es cómo una mezcla del barrio bajo de Shinogi-To con el Distrito Comercial de Amegakure, ¿a que no es entretenido?
—Claaaro— rodó su único ojo.
—La cosa es simple. Tu grupo debe ir nomas a espiar, una vez consigas la confirmación de su presencia se enviará otro equipo a realizar el arresto— En ese momento algo pareció incomodarle, por lo que se rascó la barbilla, aunque luego regresó la vista al genin. —Hay un talego más de instrucciones que darte pero creo que sería redundante, así que te lo resumiré en tres palabras: No la cagues.
El joven Isa quería decir algo, pero se vió interrumpido cuando la puerta de abrió de repente, dejando ver a cierta muchacha en silla de ruedas entrar con una gran sonrisa en el rostro.
—¡Muy bien!— dijo alegre —Debes aparentar ser alguien totalmente diferente, y ya tengo pensado el look que vas a llevar.
—¿Para qué es ese cepillo?
—¡Estás por descubrirlo!
"Me lleva la que me trajo." Caminaba molesto, o... ¿Molesta?
Si señores. Esta vez, Hangaku había hecho un trabajo majestuoso para dejarlo irreconocible. No había rastros de tinte violeta ni de los kogai. En su lugar su cabello se encontraba libre, mostrando ondulaciones en el mismo, llegándole hasta los hombros. Un nuevo diseño de kanzashi plateado con forma de rosa adornaba el costado derecho de su peinado. No había rastros de su clásico parche, sino que buena parte del costado derecho de su rostro estaba cubierto por vendajes blancos. ¡Incluso le pegaron pestañas postizas! Pero no llevaba más maquillaje que el delineador para que luciera más natural.
En el caso de su vestimenta, llevaba un haori de color blanco y detalles dorados en las mangas. Además, un hakama femenino de color morado del mismo tono que su cabello, sujetado con un obi color blanco. Para rematar, utilizaba botas de tobillo alto, pero con tacón bajo. Era por aquello de la movilidad, más que nada, pero no dejaban de ser femeninas por su estilo en punta. "Algún día me vengaré, me vengaré, me vengaré...." Maldecía.
Obviamente no llevaba la bandana de su aldea, pero al menos se trajo la mayor cantidad de equipo posible. Por motivos de seguridad, selló sus armas de manera diferente a la que acostumbraba. Un kunai en cada muñeca, ocultos bajo las mangas. La bomba sonora en la lengua, mientras cargaba un pergamino vacío escondido en el obi. Dudó de dónde colocar sus katanas, pero al final optó por dejar a Dragón Negro en casa mientras llevaba la uchigatana sellada en la parte externa de su brazo izquierdo. Cómo detalle extra, llevaba un paraguas tradicional, además de un abanico de tela con motivos de dragones y nubes.
"Ay no." Estaba por llegar al punto de encuentro indicado en el mapa, siendo que alguien más ya se encontraba en el lugar. "Oh por Ame No Kami". En esos momentos deseaba poseer el doton para hacer que la tierra se lo tragase, pues se moría de la vergüenza. Tenía algo de rubor en las mejillas y no era por obra de polvos. "Que me parta un mal rayo".
Tomó toda la fuerza de voluntad que tenía para acercarse al chico, aunque se le hizo raro que este no llevase mayor equipaje. "Bueno, yo llevo todo guardado en el pergamino." Quizás el otro había hecho algo similar. Sin embargo, al acercarse, no tenía la menor idea de cómo presentarse.
Simplemente tragó saliva y... —Ho...¿la?— Quería probar que tan convincente sonaba su voz al fingir un tono agudo. Si bien podría usar el Rire Tori no Uta para que fuera más fácil, gracias a su retraso de desarrollo aún no tenía una voz demasiado grave (ni tampoco una altura muy notoria). Primera vez en su vida que ser un enano imberbe le traía provecho. —...— No pudo decir nada más, estaba jodidamente azareado por estar vestido de niña.
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Una carta se deslizó por debajo de la puerta del departamento del calvo mientras este consumía su té diario matutino y miraba la ciudad por el ventanal que tenía. Debido a la altura del edificio, la vista no solo era magnífica si no que también amplia. Karamaru, ya cambiado con sus ropas usuales, dejó la bebida a un lado y se dispuso a abrir el sobre y leer su contenido que citaba:
"Se es necesaria tu en el edificio de la Arashikage lo antes posible para recibir instrucciones de una futura misión.
Es indispensable y primordial que lo hagas a la brevedad."
Sorprendido, Karamaru no pudo siquiera terminar su taza de té antes de preparar su mochila de viaje, su túnica y su kasa y partir lo más rápido posible. Allí, tras presentar el papel a la recepcionista, se le dirigió a una sala donde un jonin comenzó a hablar ni bien el pelado entró con su sombrero colgado al cuello. Unos cuántos pergaminos adornaban la mesa central y el hombre no para de llevar su índice de uno a otro explicando los detalles del encargo del que se tenía que ocupar.
Muy bien, partiré de inmediato.
Sin embargo, antes de salir de la aldea, pasó una vez más por su casa para poder cumplir con los requisitos de incógnito. Se quitó toda vestimenta del torso, excepto su musculosa negra, junto a las vendas que le cubrían los brazos. Sus botas ninja y su bandana que lo representaba como shinobi de Amegakure también quedarían en la ciudad. Por otro parte, se colocó unos guantes negros y unos zori del mismo color bajo sus desnudos pies. Una túnica sin mangas de color amarillo le llegaba hasta bajo las rodillas para terminar de darle al monje un aspecto diferente.
Sin su mochila, y sin más equipamiento que su portaobjetos detrás de la cintura cubierto por la túnica y algunos cuantos ryos en el bolsillo, Karamaru llegó al punto de encuentro. Postrado sobre la rama de un árbol, y sin poder evitar sonreír, pudo ver al hombre con el que hacía poco tiempo había recorrido un arduo camino junto a una mujer que parecía que estaba recién llegada.
— Encantado de verte de nuevo Uchiha.- el calvo bajó de un salto al suelo para luego comenzar a caminar en su dirección.
— Veo que andas acompañado, ¿Compañera nuestra?- esta vez se dirigía a la mujer frente a quién había hecho una ligera reverencia antes de presentarse.
— Habaki Karamaru, un placer.
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En primer lugar captó el inconfundible sonido del calzado con tacón al chocar contra la gravilla y roca. El moreno giró sobre sus talones de inmediato, deseoso de observar al nuevo actor que había entrado en escena tan pronto su figura escalase lo suficiente de la colina como para ser visible.
Se trataba de una mujer de aspecto estelizado y femenino, vestida con un set de prendas que engendraban un acuerdo mutuo entre la moda y la movilidad excelente. Se aproximó a Ralexion, el cual quedó a la espera, silencioso, para acto seguido presentarse con una simpleza y actitud vergonzosa que tomaron desprevenido al muchacho.
—H-Hola —respondió con la misma brevedad, inseguro respecto al protocolo que seguir en esa situación de colaboración entre aldeas.
Momentos más tarde, antes de que el dúo de ninjas se viese en la obligación de caer en una conversación incómoda apremiada por el silencio, se personó el tercer y último integrante del equipo. En esta ocasión la reacción del muchacho fue mucho más alegre, ya que reconocía al amejin en cuestión.
—¡Bueno, bueno! ¡No esperaba que uno de los operativos ibas a ser tú, Karamaru-san!
Sin embargo, la cuestión disparada por el calvo le engendró una expresión de confusión.
—Eh... sí, ¿supongo? —miró a Kagetsuna— ¿No se supone que sois los dos de la misma aldea?
Entonces el kusajin reparó en algo. Retrocedió un par de pasos con celeridad, creando distancia entre él y la "joven".
—No serás... ¡¿una espía?!
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26/01/2018, 23:59
(Última modificación: 27/01/2018, 04:26 por King Roga.)
Luego del saludo no hubo más conversación, pero por suerte llegó el tercer integrante de la misión a romper el hielo. Cómo dato curioso, no hubo necesidad de presentaciones entre los otros dos chicos asistentes a la reunión. "¿Estos dos ya se conocen? Huh, ya empiezo a notar quién viene a sobrar aquí..." Tenía malas espinas desde un inicio, pero en su habitual pesimismo empezó a deducir que probablemente el no sería bienvenido al círculo social.
Es más, lo primero que hizo el genin de Kusagakure fue acusar al Isa de ser un infiltrado. "Vaya, empezamos con buen pie." Rodó su único ojo, para luego soltar un largo suspiro. "Quizás desconfía porque no me vio venir junto al calvo, si no es eso, no sé." Estaba confundido, pero iba a tomárselo con calma.
—Si esa es la confianza que nos vamos a tener en esta misión, lo tenemos yuca. Pero bueno, no te culpo por no creer en alguien que no es tu grupo de amiguitos—. La vergüenza había sido reemplazada por disgusto, por lo qué se le hacía más fácil hablar. —Soy Isa Kagetsuna de Amegakure— No era habitual en él decir su apellido, pero dada que era una supuesta misión, debía ceñirse más a los protocolos. —En primer lugar, no sé por qué te has puesto a la defensiva conmigo, pero cuando se me asignó al grupo nunca se me dijo las identidades de los demás integrantes hasta llegar acá. Si eso es lo que te preocupa, pregúntale a él para corroborarlo, creo que todos estamos en esa misma condición.— se cruzó de brazos y apuntó con su mirada a Karamaru, esperando que fuera suficiente para que el pelinegro desistiera de su acusación.
—Y en segundo lugar... soy varón— habló normal para recalcarlo, aunque la diferencia entre la fingida voz de mujer con la de niño malcriado era poca. —Hmph—. volteó la cara, indignado.
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Estamos en la misma Ralexion.- contestó al kusajin dándole a entender que él tampoco sabía que sería su compañero.
Pero el morocho quiso seguir hablando y todo fue para mal. Habían incontables shinobi y kunoichi en Ame, seguramente lo mismo en Kusa, y por eso mismo la probabilidad de la muchacha y el calvo se conociesen no eran muchas y que esa fuera su primera tarea junta no era de sorprender. Pero el Uchiha se fue por las ramas.
No es un punto de encuentro habitual, y no creo que se haya podido filtrar esta información, tranquilo.- habló tras las palabras de la mujer mientras caminaba hacia delante, hacia el borde de la colina, para obtener una mejor vista de la ciudad.
—Y en segundo lugar... soy varón—
Instantaneamente el monje dio media vuelta para mirar a la mujer, o mejor dicho hombre, con cara de sorprendido. Luego miró al Uchiha para ver si estaba igual que él, y luego nuevamente a la mu... hombre.
¿Y qué haces así? Eso es tomarse en serio la misión ¿Eh?- sin saber cómo reaccionar lo mejor que podía hacer era una pequeña broma y unas risas nerviosas.
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Ralexion se encontró sin palabras. En primera instancia no le cabía en la cabeza que dos ninjas de la misma aldea que iban a trabajar en la misma operación y se les había destinado a reunirse en el mismo punto no tuviesen ni idea de la existencia del otro. Podía entender que en misiones en las que la discreción era clave pudiesen darse casos así, pero no veía ningún motivo de peso por el que se debiese aplicar tal secretismo a aquella situación. «¿Quizás en Amegakure tienen un protocolo distinto...? Es posible, pero no lo veo muy práctico, se pueden dar situaciones así o incluso peores...». Kagetsuna le había increpado con energía por dudar de él, pero para el Uchiha estaba todo muy claro: si aparecía un miembro que sabía que sí era de Amegakure y se personaba otro desconocido por el primero, la posibilidad de un infiltrado existía, ¿no era pura lógica?
En segundo lugar, el ya mencionado Kagetsuna reveló que, en realidad, era un hombre. Los ojos de Ralexion quedaron como platos. Habría jurado por todos sus ancestros que la "fémina" era una mujer genuina. Un disfraz de lo más convincente, pero, ¿con qué propósito?
—Pero qué demonios... —esas palabras escaparon desde el punto más sincero y profundo de su alma— Un placer, Isa-san. Se supone que teníamos que venir de incógnito, pero no tanto...
Aún ni habían puesto un pie dentro de la ciudad y la situación ya se le asemejaba a un circo. Dos operativos de la misma procedencia que no gozaban de ningún tipo de sincronización y un travestido con mala leche. «¿Y se supone que tengo que coordinarme con ellos para dar con el objetivo? Por la luz de Amaterasu... menos mal que Karamaru-san parece un tipo confiable.», pensó en base a sus breves vivencias tratando de escalar hasta el Cielo.
—Bueno, ¿os parece si trazamos algún plan? Hay mucho terreno que cubrir y cuanto antes nos pongamos, mejor.
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Los comentarios referente a su aspecto no tardaron en surgir, ante lo cuál el pelimorado no hizo más que ruborizarse en crescendo por la situación. —¿¡Eeinn!?— No tenía dónde esconder la cara, pero tampoco podía contestarles de una manera agresiva. Por esta vez, tenía que contenerse con sus acciones. —¿Me harían el favor de no comentar más al respecto?— Dijo apenado, sintiendo que incluso empezaba a sudar. —¡Fu!— Les dio la espalda a ambos, para tratar de relajase. "Todo por la maldita idea de Hangaku" Respiró.
Y en ese momento creyó tener un déjà vu, dónde al igual que en su primera misión, el terminó siendo la persona en la que menos se podía confiar. Ese simple recuerdo del equipo del que huyó, le trajo un muy mal sabor de boca, pero también sabía que no era el momento de rememorar sus amarguras. "Este niño... El calvo lo llamó Uchiha. Huh, demasiadas coincidencias para mi gusto." Suspiró y nuevamente se giró a sus camaradas temporales, para tratar de empezar de una vez por todas con los preparativos.
—Tien-, ejem, ejem, mucha razón... Huh, creo que no me has dicho tu nombre— volvió a hablar nuevamente en el tono agudo, para acostumbrarse al disfraz y que le saliera más natural. Sin embargo, se estaba guardando muchos de sus comentarios, pues nada le costaba dar una respuesta cortante.
—Emm, si se me permite dar una sugerencia, yo propongo que primero debemos planificar nuestras respectivas coartadas para justificar nuestra presencia en el lugar— No quería sonar mandón ni autoritario, aunque prefería que las cosas se hicieran a su manera. —Fuh, digo. No sólo nuestra vestimenta, sino tal vez nombres falsos y blah blah. No sé que opinan ustedes y que otros planes tengan.— Tenía muchas más ideas en la cabeza, pero si los demás tenían algo mejor en mente sería ideal. "Esto del trabajo en equipo es terrible."
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La gran duda que tenía en ese momento Karamaru, por sobre encima de la misión, era si debía llamarle "él" o "ella". Quedó unos segundos mirando perdido la ciudad, tratando de decidirse, pero la conversación y el uso del tono femenino por parte de Kagetsuna le podrían dar una respuesta firme.
—No sé ustedes, pero dudo que me puedan reconocer por mi nombre, así que tranquilamente pueden llamarme Karamaru.
Era un gennin sin reconocimiento, la única excepción que podría haber llegado a tener es que conociesen su nombre por su participación en el torneo de hacía unos meses. Pero en un lugar así, las probabilidades eran demasiado bajas.
Y con la coartada pues sí, sería raro que apareciéramos los tres juntos sin motivo alguno.- el calvo hizo una pausa, llevó su mano al mentón y sentado sobre sus talones se puso a pensar.
«Buena idea esa Karamaru, cada vez me sorprendo más»- el calvo rió para sus adentros mostrando solo una tímida sonrisa al exterior.
—¿Qué tal si aprovechamos tu disfraz Kagetsuna? Vos y Ralexion pueden llegar como novios de vacaciones, hospedarse en una habitación. De esa manera tendríamos un punto seguro donde dos de nosotros podrían entrar sin sospechas.- hizo nuevamente una pausa para escuchar la opinión de sus compañeros.
De todas maneras, yo venía pensando en eso mismo durante el viaje. Por mi parte me puedo presentar como un aprendiz de escritor, enviado por mi maestro para hacer mi primer investigación solo. Sería una buena manera de poder hablar con libertad con los vecinos y recabar información.
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—Oh sí, mis disculpas. Mi nombre es Uchiha Ralexion —se presentó a Kagetsuna.
Fue entonces que el muchacho quedó en silencio, escuchando las propuestas de sus dos compañeros. Se rascó la frente, luego tomó aire y lo soltó con discreción. «Esto va a ser complicado...», se dijo. Trató de mentalizarse y mantener la calma, prepararse para la tarea venidera. Fracasó estrepitosamente.
—Vamos por partes... sí, pensar en nuestras tapaderas como primer punto del plan me parece bien —concedió—. Pero vamos a ver... Isa-san, no entiendo porqué has venido travestido pero no voy a juzgarte, eres bastante convincente... ahora bien, Karamaru-san, ¿se te ha informado sobre el tipo de ciudad que es Kagutsuchi? Dudo mucho que una pareja de novios viniese aquí para pasar su luna de miel a no ser que fueran pandilleros o algo así... respecto al escritor, bueno... podría funcionar.
Se mantuvo pensativo durante unos instantes.
—De hecho... sí... es posible que hasta lo de la pareja de novios funcione... el quid de la cuestión reside en llamar la atención lo suficiente como para conseguir información, pero no tanto que causemos un revuelo que espante a Mokosaki... después de todo es una ciudad grande, no un pueblo. Es arriesgado, pero estoy dispuesto a intentarlo —chasqueó los dedos—. Podemos entrar en la ciudad por separado y hospedarnos en el mismo hotel, una vez allí, en privado, podemos restablecer el contacto e intercambiar información según llevemos a cabo pesquisas por la zona. ¿Os parece bien?
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"¿Ralexion? Suena raro." No sonaba a nada que hubiera escuchado antes.
Cambiando de tema, su compatriota compartió sus ideas y hasta se animó a formar un plan de infiltración que no terminaba de convencer del todo al Isa. "Por Ame no Kami... ¿Por qué me pasan estas cosas a mí? Joder, pero no debo cagarla, padre lo advirtió." Para su magnifica suerte, al inicio el genin de Kusagakure pareció rehusarse al dejar en claro que el sitio al que se dirigían no era el más adecuado para pasar de visita. Sin embargo, algo hizo que se arrepintiera en su decisión y aceptara cumplir el papel de enamorados. "¿Pero qué?" Estaba algo sorprendido, pero viendo lo visto, debía ceñirse al trabajo en equipo.
—¿Qué te hizo cambiar de opinión?— Dirigió su vista al Uchiha. —Es muy cierto que el pueblo a dónde vamos no es un lugar muy decente que se diga. ¿Tienes un buen pretexto para que una pareja joven venga a este sitio?— Pateó una piedra para distraerse. —En mi caso, debo usar un nombre más femenino. Planeaba llamarme Megohime. Es más, en realidad ya tenía otra idea para infiltrarme con este disfraz y todo, pero sí lo de la pareja sirve de puente también para Ralexion, accederé— desearía estar tan convencido cómo sonaba.
Tenía problemas para mantener la charada, se avergonzaba al comportarse de una manera diferente. Quizás podría canalizar eso para lucir cómo alguien tímida, pero el problema radicaba en lo de la pareja. Podía intentar actuar femenina imitando lo que él solía ver en su hermana, pero actuar cómo una novia era otra cosa. ¿Qué se suponía que debía hacer? Simplemente, estaba condenado, todo un escenario apocalíptico empezaba a dibujarse ante su rostro y ni siquiera habían entrado a la ciudad aún.
—Con lo demás, no tengo objeción alguna, me parece correcto— No sabía en la que se había metido, no. En esto lo había metido aquel calvo con sus bromitas y su sugerencia. "Pisado." Respiró hondo y luego revisó por última vez las cosas que llevaba encima.
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A pesar de parecer muy convencido al principio, de un momento a otro el morocho cambió de opinión para darle la derecha al calvo. Sin embargo, Kagetsuna no estaba del todo de acuerdo y nadie lo podía culpar, después de todo andaba travestido por ahí y encima de novia de otro hombre.
—Me parece bien Ralexion.- habló cuando Kagetsuna terminó de hacerlo.
«Voy a tener que ir a algún lado a comprar un anotador y un lápiz. Debería de haber pensado esto antes y no en el viaje»
—Megohime— la mencionó con bastante exageración para notar que la llamaría así a partir de ahora— Son dos jóvenes de la Ribera Sur y este es el pueblo donde uno o dos de los padres de uno, otro o los dos, pasó su infancia. Simplemente aprovecharon sus vacaciones en pareja para conocer la ciudad donde crecieron sus padres.
—Si vamos a entrar por separado, para guiarnos, nos podemos hospedar en el hotel más cercano a la entrada de la ciudad, en el piso más alto posible. Espero que desde allí una de las dos habitaciones tenga una vista a la entrada y, por consiguiente, supongo que al lugar donde más tránsito debería de haber.
No estaba seguro de esto último, tal vez había una zona más céntrica con alguna calle principal o similar, pero sin poder comunicarse estando separados y sin conocer el terreno parecía ser la apuesta más segura posible.
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Se aclaró la voz.
—He cambiado de opinión porque esto no es una misión a largo plazo, no es necesario que nos infiltremos en la ciudad pasando completamente desapercibidos con una tapadera que nos permita operar allí durante meses o incluso años. Mis superiores no me hablaron explícitamente de un límite de tiempo, pero teniendo en cuenta que pretenden capturar al fugitivo antes de que escape de esta zona, en caso de que esté aquí, claro, pues cuanto antes mejor —se acarició el cabello y sonrió—. ¿Y qué mejor manera que llamando la atención de unos cuantos buscavidas locales a los que poder sacarles información? Mientras no la llamemos TANTO que Mokosaki se huela algo y escape, por supuesto. Hablando del tema, creo que sería conveniente no utilizar Ninjutsu ni nada similar mientras no resulte inevitable. Con Taijutsu básico debería bastar, ¡nada llamativo! Intentemos no matar a nadie ni hacer explotar nada.
Asintió a las palabras de Karamaru.
—OK, supongo que cosas más descabelladas se han visto. Lo importante es que se note que somos presa fácil. Tú igual, Karamaru-san, pero en tu caso tienes más vía libre para preguntar sin levantar sospechas, así que aprovéchalo. Yo me llamaré Uehara Ujita, utiliza el apellido Uehara, Isa-san.
Sacó del interior de su chaquella un pergamino, uno de los mismos que el jōnin había utilizado durante la sesión informativa. Lo abrió y se agachó para dejarlo reposar, extendido, sobre el suelo. Este mostraba un mapa detallado de Takemikazuchi, con puntos de interés y los nombres de los distintos comercios. Aún agachado, el Uchiha señaló un edificio cercano a la entrada la norte —la misma que iban a usar ellos—, llamado "La madriguera del conejo".
—Esto es un hotel. Está cerca de la entrada y por lo tanto de la salida. Me parece un excelente candidato.
Nivel: 20
Exp: 35 puntos
Dinero: 50 ryōs
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· Pod
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· Vol
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· Per
El joven Isa alzó la ceja, dudoso aún de la explicación dada por el Uchiha. "¿Huh? Claro que sí m'mijo, cómo seguramente no tienes un disfraz individual te toca colgarte." masculló mentalmente. El resto de la explicación la sintió obvia, y por la tanto, innecesaria.
—Suena a un plan algo loco, pero fácil de ejecutar. No deberíamos preocuparnos de más.— Hacer la vaca era quizás una de las cosas que mejor le salía. Por lo demás, sólo tenía que utilizar el nombre falso que le habían dado. "Uehara Megohime... Fácil." No respondió nada más.
El genin de Kusa sacó su mapa para poder coordinar el punto de encuentro del trío una vez ingresaran a la ciudad. El tuerto se agachó para divisarlo, asintiendo luego con la cabeza. —Me parece correcto. Ahora, en caso de que todos estemos de acuerdo, ¿qué hora fijaremos para reunirnos?— Añadió.
Hablo || Pienso || Narro
~Ausente los fines de semana~
Nivel: 14
Exp: 13 puntos
Dinero: 500 ryō
· Fue
· Pod
· Res
· Int
· Agu
· Car
· Agi
· Vol
· Des
· Per
El calvo se sorprendió al ver un pergamino igual al que tenía el jonin que le explicó la misión. Pudo asumir que el Uchiha había estado en la misma situación, pero a Karamaru no se le había ocurrido en ningún momento llevarse un mapa con él tras la sesión de información.
«La madriguera del conejo.... vaya nombre»
—¿qué hora fijaremos para reunirnos?
—¿Al anochecer les parece bien? Podemos tomarnos lo que resta del día para conocer un poco más la ciudad y compartir lo que hayamos podido reunir a la noche.— y de paso comprar un anotador y un lápiz sin que se den cuenta de que no llevaba encima.
El primer paso seguramente para él sería ir el centro de la ciudad y buscar alguna taberna o local llamativo, siempre eran buenos lugares por donde empezar una investigación.
—¿Por casualidad tienes una copia de ese mapa? Me vendría para orientarme por la ciudad.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
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