La Uchiha se incorporó con cuidado, apoyando su mano derecha contra la pared de piedra para tener una referencia y evitar así algún que otro accidente. Según le informó su compañero, también se encontraba algo magullado pero podía desenvolverse medianamente bien. No era del todo una mala noticia, aunque para salir de allí deberían de esforzarse aún más si cabe, dadas las condiciones en que ambos se encontraban.
Tomoe rastreo a su alrededor en busca de un resquició de luz quen o fuese el tenue haz de luz de la bóveda, pero su búsqueda fue tan infructuosa como la de su compañero
"Si al menos tuviesemos algo de luz para ver donde nos encontramos..." se lamentó la chica justo cuando su compañero hizo un comentario que resolvía de golpe el primero de sus problemas
—¿Cómo has dicho?— preguntó la chica tratando de verificar que había escuchado correctamente el autolamento de aquel chico
—¿Tienes fósforos?— repitió incrédula
Casi que no se lo podía creer, después del día que llevaba una buena noticia así no era esperada ni mucho menos
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A pesar de que la penumbra no le permitía ver mucho más allá de su nariz, el Ishimura se giro hacia donde parecía ser el origen de la voz de la chica que ahora le acompañaba en aquella caverna.
—Sí, tengo toda una caja —respondió con cierto lamento en su voz—. La cuestión es que están completamente empapados. Aun así se me ocurre que podría hacer una antorcha utilizando el material de las cabezas, pero para encenderla necesitaría una llamarada bastante fuerte, como la de una técnica de fuego.
—Pero yo no tengo la capacidad de realizar una… Aunque si tú tienes ese talento, este sería el momento idóneo para utilizarlo.
Mientras esperaba alguna afirmación o negación por parte de la kunoichi, la tensión de la situación empezaba a pesar en su mente. Sobre todo por aquel fuerte y constante sonido de agua fluyendo. Definitivamente aquello no era una buena señal. Si iba a encender una antorcha necesitaba hacer a prisa.
La chica asintió aunque su compañero seguramente no podría apreciarlo
—Por suerte para ambos, sé usar el Katon— confirmó la chica con tranquilidad, mientras trataba de trazar un plan para poder emplear la técnica para encender los fósforos sin terminar abrasando a su inesperado compañero de aventuras —El problema es que no puedo ver hacia donde dirigir la técnica— se lamentó la chica mientras seguía estrujándose los sesos.
"Ni siquiera puedo ver algo con mi sharingan... este lugar es sin lugar a dudas demasiado oscuro" sin embargo, de repente se le encendió y nunca mejor dicho la bombilla, había tenido una idea. En principio no haría falta apuntar puesto que una vez ejecutada la técnica podría verse durante unos instantes, así que su compañero podría aprovechar para encender sus fósforos
—Tengo una idea— comenzó la Uchiha —Lanzaré mi katon dirección al lago, que esta justo frente a mí— Tomoe se orientó con cuidado, apoyando la espalda en la rugosa y mojada pared, quería evitar a toda costa terminar causando más problemas de los que ya tenían —En cuanto lo ejecute, aprovecha para encender los fósforos... creo que es la forma menos arriesgada— propuso la chica mientras comenzaba a realizar los sellos —Preparado— cerró la sucesión de sellos, expiró una gran cantidad de aire y la dejo salir en forma de bola de fuego —Katon: Gōkakyū no Jutsu— la bola de fuego iluminó todos los alrededores mientras comenzaba a surgir desde su boca como si de un lanzallamas se tratase, durante ese instante Tomoe pudo observar que el lugar en el que estaban era mucho más grande de lo que se hubiese imaginado
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De estar en una situación mala, pasarían a estar en una un poco menos peor.
Esto principalmente, debido a que la chica que le acompañaba aseguraba poder realizar la técnica de fuego necesaria para encender la antorcha.
Mientras ella se preparaba, el Ishimura empezó a improvisar lo que sería la antorcha que le proporcionaría la tan ansiada luz que necesitaban. Lo primero era donde ubicarla, ya que dudaba mucho que en la cercanía hubiera una rama adecuada para aquello, dándose cuenta de aquello tomo la decisión de usar la funda de su katana como base para la antorcha.
«Joder no quisiera tener que utilizarla, pero no me queda de otra» —se lamento él.
Con eso resuelto, procedió a arrancar su manga izquierda y envolverla alrededor del final de la vaina. Después le quito la cabeza a todos los fósforos, y quitándose la otra manga, las coloco en medio de dos ajustados trozos de tela. Solo faltaba algo para que ardiera correctamente.
«Esto nos dejara propenso a contraer alguna infección… pero tampoco es que tengamos otra opción» —pensó él, mientras vertía una pequeña botella de alcohol para primeros auxilios, sobre la tela que envolvía el material de los fósforos.
—Estoy listo, adelante —fue su aviso.
Inmediatamente después, enfrente de él y desde la más profunda oscuridad se manifestó una bola de fuego, que por un instante le cegó debido a la cercanía. Fue por poco que logro pasar la antorcha por el cuerpo ardiente de la técnica, pues esta se movía a gran velocidad.
Pero encender aquel instrumento de luz, no fue el único logro de la técnica. Pues a medida que esta se alejo hasta el centro del lago, ilumino todo su trayecto, permitiendo que por un corto momento los jóvenes pudieran apreciar las dimensiones del lugar donde se encontraban.
La impresión fue tan grande como las dimensiones de aquel lugar, ya que a diferencia de lo que pensaba el pelo blanco, no se trataba de un pequeño agujero en el suelo. En realidad era una enorme galería de piedra y barro, que estaba parcialmente inundada.
Lo ideal hubiera sido buscar algún pasaje o agujero al cual dirigirse, pero la luminosidad de aquel katon fue efímera, y para cuando encontró su fin en las frías aguas, el Ishimura había tenido poca o ninguna oportunidad de encontrar lo que buscaba.
—Ahora tenemos luz, así que podremos ver por dónde vamos —aseguro, mientras mantenía en alto la antorcha y por primera vez en un buen rato, podía apreciar las facciones de la persona que le acompañaba.
Su nuevo compañero de aventuras había improvisado una antorcha utilizando su espada, sin lugar a dudas el chico tenía muchos más recursos de los que Tomoe se hubiese esperado. Ciertamente, el peliblanco, estaba sorprendiendo gratamente a una chica difícil de sorprender. Aunque la Uchiha no lo reconocería fácilmente
La bola de fuego había iluminado la estancia, mostrándoles la inmensidad del lugar donde se encontraban. Sin embargo, no hubo manera de ver un lugar por donde poder salir de ella, pues la potencia de su katon no fue suficiente como para revelar demasiados detalles
"Mierda... esperaba al menos poder haber visto una salida" se lamentaba la muchacha mientras su compañero celebraba que al menos ahora podían ver. Tomo volvío sus ojos rojos hacia el chico, a la vez que asentía con la cabeza
[color=blueviolet]—Tienes razón— admitió la chica — pero no nos servirá de nada si no logramos encontrar una salida — añadió para rebajar la euforia de su compañero — además, si no nos damos prisa nos quedaremos sin ella— apuntó la chica tratando de centrar al Ishimura en la situación —Sigamos la pared, por algún lugar debe de salir toda esta agua— señaló la pelinegra
"Por algún lugar... sólo espero que no sea por abajo..." pensó la chica mientras lanzaba una mirada furtiva hacia el agua antes de comenzar a caminar por la orilla del lago, pegada a la pared.
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Los ojos del chico de Uzu empezaban a acostumbrarse a la luz naranja amarillenta de la antorcha.
Ahora que tenía una fuente de luz y calor se sentía un poco mejor, al menos en el aspecto psicológico. Sin embargo, la voz de su compañera impidió que aquel momento de alivio se convirtiera en euforia.
—Tienes razón —acepto él, mientras miraba los aun rojos ojos de la kunoichi.
Con aquello dicho, la chica se pondría en marcha mientras se iba apoyando en la pared. Sin embargo, en aquel momento Kazuma pudo notar algo. De alguna manera se fijo en que al caminar la chica inclinaba más un hombro que otro.
Inmediatamente pensó en que se pudo haber golpeado durante la caída, pero aquella idea quedo descartada en cuanto vio como unas gotas de sangre caía desde el mismo. Entonces lo supo, la herida en el hombro probablemente había su causada por el corte de un kunai, el kunai que el mismo había arrojado.
«Ya veo, así que el arma que le arroje le dio en el hombro» —reflexiono.
«Joder, la idea era que cayera enfrente de ella, no que le golpeara» —se lamento.
—Espera… —alcanzo a decir—.No es que sea mi problema, pero creo que deberíamos cubrir la herida de tu hombro —no se encontraba seguro de cómo respondería la chica, pero si estaba seguro de que esta volvería a clavar sus ojos carmesí en el—. Digo estamos rodeados de agua y lodo, si tu herida se llega a infectar vas a pasar un mal rato.
A pesar de aquello era lo más lógico, quizás fuese la culpa la que le motivaba a actuar. Indiferentemente del motivo, arranco un trozo más de sus ya hecha girones, ropas tradicionales y lo paso por la llama de la antorcha para secarlo y hacer una especie de venda improvisada.
Ambos avanzaban lentamente pegados a la pared, cuando el peliblanco hizo a la chica detenerse un instante. El chico parecía preocupado por la herida del hombro de la kunoichi, esta simplemente le dedicó una rápida mirada por encima de su hombro antes de continuar su camino.
"Se me ha debido caer el vendaje sin darme cuenta..." la chica no le dió mucha importancia a aquella circunstancia
—No te preocupes por eso— fue lo único que dijo antes de llevarse la mano a su portaobjetos y sacar el pequeño frasco de color anaranjado con un tapón blanco, descargando un par de pastillas sobre su mano izquierda antes de llevárselas a la boca para por último, volver a guardar el bote en su lugar de procedencia
La pelinegra continuó caminando un rato en silencio, unos minutos en los que solo podían escuchar sus respiraciones, pasos y el sonido del agua deslizándose por aquellas paredes antes de caer al lago. Sin embago, algo hizo a Tomoe romperlo.
Había divisado lo que parecía una abertura, estaba un poco más adelante. No podía estar segura de que aquella fuese una salida hasta que no estuviesen mucho más cerca, pero era un buen presagio
—Creo que he encontrado una posible salida— dijo simplemente mientras señalaba hacia delante, hacia un trozo de pared que era más oscura de lo normal —Quizás tengamos algo de suerte—
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Parecía que aquella heredad era algo insignificante para la Kunoichi, por lo que rápidamente le quito importancia al asunto. La única reacción además de sus palabras, fue tomar un frasquito desde su porta objetos, de él saco unas pastillas que luego se tomaría.
—Vale —fue lo único que dijo.
«Quizás le estoy dando demasiada importancia. Seguro y hasta es solo una herida superficial, además parece ser bastante fuerte, creo que estará bien» —pensó él, para alejar cualquier preocupación de su mente.
Sin mediar mas palabras siguieron caminando por unos minutos, para Kazuma, la situación se volvía un poco frustrante, ya que por más empeño que hiciera no podía divisar nada que pareciera una salida. Por lo que la mayoría del tiempo solo centraba su atención en el ambiente.
La humedad del aire, el sonido del agua cayendo, el calor de la antorcha y sus siluetas dibujadas en la pared. Todas esas cosas le distraían, pero él estaba consciente de que todo eso era mejor que encontrar a oscuras, quieto y en silencio. Esa si hubiera sido una situación desesperante.
De repente, la joven de Ame saco al Ishimura de sus cavilaciones.
Al parecer había encontrado algo que parecía una salida, cosa que confundió un poco al pelo blanco, ya que hacia donde apuntaba la joven, él solo veía una pared mas. Sin embargo aquella chica parecía tener unos sentidos más agudos que los suyos, por lo que se decanto por confiar en lo que decía.
—Bien, te sigo —fue lo que dijo mientras aceleraba un poco el paso tras su compañera.
Ambos shinobis llegaron justo hasta el borde de la entrada de lo que parecía un túnel, bastante estrecho y angosto a pesar de su altura. La chica escudriño la oscuridad tratando de ver algún indicio que indicase que podría ser una salida, pero para desgracia da ambos la oscuridad era absoluta.
La Uchiha no dudó ni un instante y decidió adentrarse, si no podía ver que había en aquel túnel lo comprobaría con sus manos desnudas
"No pienso morir aquí dudando" fue lo único que se dijo mentalmente para envalentonarse aún más, mientras se adentraba en aquellas sombras casi imperturbables.
—Estate preparado— dijo la chica a su compañero cuya antorcha comenzaba a llegar ya a su límite —No sabes que nos deparará esta oscuridad— advirtió con seriedad
"Espero que al menos podamos encontrar un lugar con algo de visibilidad, la antorcha parece estar a punto de extinguirse" aunque se movía y actuaba con decisión, no podía evitar pensar en que todo podía ir a peor. Estaban en una situación muy comprometida, a lo que había que sumarle la falta de experiencia de ambos en situaciones no controladas. Tomoe solía ser muy confiada, pero aquella situación lograba inquietarla incluso a ella "Vamos, no dudes ahora" se animó mientras seguía avanzando por aquel angosto y estrecho pasillo, lleno de humedad y un suelo totalmente embarrado
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Luego de seguir la línea de la pared por unos minutos, ambos chicos llegaron a los que parecía ser un pasaje, aunque el término correcto sería: Una gran grieta en la roca, o al menos eso era lo que parecía a los ojos del Ishimura.
Aquella boca de lobo parecía haberse mostrado en un momento oportuno, pues la vida de la improvisada antorcha se estaba consumiendo aprisa. Con la tenue luz que restaba era imposible escudriñar entre las sobras de aquel estrecho corredizo.
«Joder esto se ve inseguro»
Los cuales eran pensamientos lógicos, pensamientos que seguramente también habrían cruzado por la mente de la Kunoichi que lideraba la caminata. Pero aun así esta no se amedrento, pues tenía bien claro la situación y sus limitadas opciones.
Con determinación le arrojo una advertencia al peliblanco para que este espabilara, y como si se hubieran coordinado las circunstancias, la flama que los mantenía iluminados se fue haciendo cada vez más tenue, mientras los cabellos negros de la joven se iban fundiendo con las sombras.
«Solo nos queda avanzar, es lo único que podemos hacer» —fue lo que pensó, mientras que con un rápido movimiento extinguía las ascuas remanentes que se habían quedado adheridas a la vaina de su espada.
Entonces en silencio se deslizo dentro del pasadizo. Mientras sentía como el espacio a su alrededor se hacía más chico, se esforzaba por seguir el eco de las pisadas y el sonido del roce con la roca que producía el andar de su compañera.
En aquella oscuridad laberíntica, el oído podía llegar a ser el sentido más valioso y aterrador, pues Kazuma se aseguraba de hacer el ruido suficiente para que la jovencita le escuchara, pero sabía que el mismo seria presa del pánico si el eco vital de aquella chica desaparecía de sus oídos repentinamente.
Ambos shinobi avanzaban lentamente por aquella oscura y angosta oquedad en la roca. Cada paso era un paso hacia lo desconocido, con la esperanza de que les condujese hacia una salida o al menos hacia algún lugar más acogedor dentro de aquella despiadada cueva.
La pelinegra podía notar como el agua corría por todo su cuerpo, como si se encontrase bajo la incesante lluvia. La filtración de agua era sin lugar a dudas un problema añadido, pues aumentaba la sensación de frío con cada paso. Si la antorcha iluminase un poco más, casi que podría ver vaho salir de su boca con cada bocanada de aire. La bajada de temperatura traía consigo otro efecto nada agradable, el dolor de la herida se intensificaba bastante y comenzaba a ser insoportable, incluso para alguien como ella
"Necesitamos salir de aquí rápido..." era el pensamiento que la mantenía enfocada en el sendero, pero no podía evitar que el dolor atrajese de vez en cuando la atención de su mente hacia el lado más pesimista "Vamos Tomoe, sigue avanzando" se decía cada vez que aquello pasaba, no podía permitirse morir en un sitio como aquel.
Por suerte para ambos shinobis, el túnel parecía llegar a su fin y se abría a una caverna que se intuía bastante más amplía que aquellos pasillos
—Creo que hemos llegado a otra caverna— la chica abandonó aquel angosto pasillo y sin dudarlo se aventuró un poco hacia delante, alejándose unos metros de la entrada a la sala. Sin duda estaban en otro lugar, menos húmedo pero igual de oscuro que los anteriores —No estoy segura de si es la dirección correcta— confesó la chica —pero al menos avanzamos— La pelinegra se volteó y observó a su compañero y la antorcha. Esta comenzaba ya a desaparecer
"Si nos quedamos sin luz, no saldremos" fue lo primero que pensó "Necesitamos algo más de combustible..." no tardó mucho en reparar que quizás lo mejor fuese utilizar algo de su ropa para mantenerlo. Tomoe no dudó en romper sus pantalones para arrancar las perneras, hasta convertirlos prácticamente en unos shorts para después hacer lo mismo con la camiseta. Hizo una bola con la ropa, y se la lanzó a su compañero
—Aviva la antorcha o no saldremos de aquí— se limitó a decir antes de voltearse de nuevo y seguir escudriñando las sombras en busca de una pista, de una tenue luz que les llevase hasta una salida
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4/07/2015, 15:26
(Última modificación: 4/07/2015, 15:30 por Hanamura Kazuma.)
Kazuma seguía a su compañera a pesar de no poder llegar a divisarla en aquel estrecho pasaje oscuro, sin embargo por aquel momento el sonido que hacia al caminar era el suficiente como para no perderla.
Pero perder a su compañera no era el único problema, aquel estrecho y asfixiante camino estaba lleno de agua. Todas las rocas parecían gotear y el suelo estaba completamente empantanado, eso hacía del frio un peligro potencialmente mortal, eso era más que todo debido a que la antorcha se había reducido bastante, tanto en luminosidad como en calor.
«Joder, esto se está poniendo feo. Si no salimos de aquí antes que se apague la antorcha las cosas se pondrán aun mas feas» —pensó con preocupación.
Para suerte del peliblanco no tendrían que pasar mucho tiempo más ahí.
Su compañera encontró una salida que daba a lo que parecía ser una cueva, que por el eco parecía ser bastante grande. La chica le aclaro que a pesar de haber llegado allí, no era seguro que fuera la dirección correcta.
Al menos aquel lugar era más cómodo que por donde recién habían pasado.
Luego de mirar por los alrededores durante un instante, la joven de Ame se dirigió al Ishimura para hacerle notar que su única fuente de luz estaba por morir. Aquello era inaceptable, en esa situación en particular, el que la antorcha se apagara seria prácticamente igual a estar condenados.
Tomando dedicación es sus propias palabras, la chica tomo su ropa y la desgarro por las mangas y otras extensiones, todo para proporcionar combustible a la llama que les guiaba el camino. Luego se las arrojo al joven de piel morena para que las usara.
—Está bien —fue lo que dijo, mientras pensaba en otra cosa.
«Entiendo el que quiera usar la ropa como combustible, pero por ahora esto está demasiado húmedo —pensó mientras examinaba las telas que recién le habían dado— Pero creo tener algo mientras esto se seca un poco»
El ojos grises procedió a sacar de uno de sus bolsillo un trozo de tela seca, la misma tela que anteriormente había secado con la antorcha y la que le había ofrecido a su compañera para que la usara como vendaje. Era poca, pero serviría mientras extendía los otros trozos sobre su hombro para que secaran.
—Está listo, pongámonos en marcha —fue lo que dijo mientras la antorcha cobraba una nueva vida y fulgor.
—Por cierto, aunque se que es algo muy poco probable, si ves algún lugar donde haya muchos murciélagos reunidos, avísame.
Mientras su compañero terminaba de alimentar la antorcha, Tomoe, avanzó un poco hacia delante. Con cuidado y marcando bien el terreno con sus pies para asegurarse de que no caía a un vacío de nuevo, dió unos pasos que resonaron en la inmensidad de aquella gran sala natural.
"Esta zona también es bastante grande... rodear toda la pared en busca de un hueco nos llevaría demasiado tiempo" la kuonoichi tenía muy claro que lo único que no disponían era de tiempo "La antorcha no aguantaría..." así que se devanaba los sesos tratanto de encontrar una solución a sus problemas cuando su acompañante le indicó que estaba listo para seguir, además de añadir algo sobre encontrar murciélagos
—¿Murciélagos?— la chica le dedicó una mirada por encima de su hombro derecho —¿No me dirás que te dan miedo?— preguntó la joven visiblemente decepcionada —Ahora que empezaba a respetarte...—
La kunoichi devolvió la mirada hacia el frente y decidió seguir caminando, ahora un poco más segura gracias a la luz de la antorcha que llevaba su compañero. Había decidido cruzar la sala por el centro, rezando por que al otro lado hubiese una salida
"Me temo que estoy siendo demasiado optimista..." pensaba la chica mientras continuaba caminando "pero no se me ocurre nada mejor" se lamentó a pesar de seguir avanzando. Sin embargo, al acercarse al otro lado, poco a poco fueron surgiendo no una, si no dos entradas a galerías bastante más amplías que la anterior "Por una vez me alegro de equivocarme aunque esto sigue siendo igual de problemático"
—Bueno, no tenemos una entrada— comenzó la chica — si no dos... ¿alguna sugerencia?— la joven shinobi se detuvo justo en el centro entre amabas grutas
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La mirada de la chica fue poco menos que castigadora, pero aun más lo fue su comentario.
—Pero que chica tan mal pensada —refunfuño el peliblanco—.
—No tengo miedo de tal cosa… Es solo que si encontramos murciélagos, debe significar que ha de haber una salida cerca, pues estos necesitan salir a volar y cazar por las noches —expreso aquello estando un poco apenado por parecer un sabelotodo.
Sin decir nada mas siguió caminado detrás de su compañera, caminaron por un rato al amparo de la antorcha, para luego llegar a lo que parecía ser una salida —aunque más que eso era una difícil elección.
Frente a ellos se encontraban dos caminos distintos, dos opciones que podrían ser tanto benéficas como condenatorias. Aquellas eran el tipo de situaciones donde el Ishimura se destacaba, situaciones donde había que tomar decisiones difíciles, situaciones donde había mucho en riesgo.
—A ver ¿cuál es la mejor opción? — se pregunto así mismo.
Primero se paro frente a ambos portales, luego colgó puso la antorcha frente a cada uno para percibir si había alguna corriente de aire. En cuanto paso la llama por la derecha esta se avivo bastante, y por un momento se emociono un poco, sin embargo la alegría no le duraría mucho.
En cuanto se acerco a la entrada de la caverna la antorcha volvió a aumentar sus proporciones hasta casi quemar la mano del chico, a la vez que irradiaba una extraña luz anaranjada. En aquel momento percibió un olor a quemado que hizo que retrocediera horrorizado mientras aleja la antorcha lo más posible.
—Maldición que tonto —se dijo así mismo—. Eso estuvo cerca.
Dándose cuenta que había actuado como un loco, se giro hacia su compañera para explicarle que le pasaba.
—Mira cuando me acerque a esa puerta la llama aumento, eso me hizo pensar que había una corriente de aire y por tanto había tomado oxigeno… —hizo una pausa—. Pero en realidad no fue aire lo que la avivo. Ya que fue un gas, el gas que hay en esa cueva y que solo pude percibir cuando se quemo y cuando cambio el color de la antorcha.
—Debe ser una fuga de gas natural, si hubiéramos entrado ahí, habríamos volado en pedazos. Bueno al menos ese gas avivo bastante el fuego.
Miro a su compañera esperando alguna respuesta y luego se giro hacia la entrada que quedaba.
Al parecer no era que tuviese miedo a los murciélagos, o al menos eso fue lo que dijo, si no que al parecer estos solo vivían cerca de las salidas. Aquella revelación sorprendió a Tomoe pues la chica no tenía ni la más mínima idea sobre las preferencias habitacionales de esos animalillos
—Vaya...— se sorprendió un poco la muchacha —Eres más listo de lo que aparentas— sin lugar a dudas, un intento de alago de los más inútiles jamás intentados. No era la fuerte de la Uchiha, ni mucho menos.
Una vez detenidos frente a las dos grutas, el peliblanco, volvió a demostrar su sabiduría seleccionando el camino. Quizás solo fuese suerte, pero el chico había descubierto que uno de los senderos conducía a una especie de pozo de gas natural, lo que habría podido resultar en la muerte de los dos exploradores.
Tras la explicación del muchacho, pareció bien claro que la opción más factible era la que estaba lista de gases. Sin embargo, la Uchiha, comenzó a forjar un plan en su retorcida mente.
"Gas..." aquella palabra daba vueltas una y otra vez "Si... fuese capaz de provocar una explosión... quizás podría lograr crear una salida..."
—¿Estás seguro de que por ahí hay gas?— la chica lanzó la pregunta mientras se posicionaba frente a la cueva
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