No lo entiendo... ¡No lo entiendo!

La chica acompañaba sus pensamientos de un rítmico movimiento de brazos. Era casi mediodía, y el primer Sol de Primavera brillaba con fuerza en el cielo de Takigakure. Anzu estaba sobre una de las plataformas de entrenamiento del Árbol Sagrado, donde los estudiantes y gennin recién graduados solían practicar sus habilidades ninja. Ella, en concreto, no había ido allí para perfeccionar nada, si no para desahogarse. ¿Por qué no invitarme a mí también? Estoy segura de que podría hacerle morder el polvo a cualquiera... ¿¡Por qué!? A cada momento, los puñetazos que estaba descargando sobre un pobre muñeco de prácticas se hacían más furiosos.

El Kawakage no la había invitado a participar en el Torneo de los Dojos. El por qué, Anzu lo desconocía -ella pensaba ser tan buena peleando como cualquiera de sus compañeros, e incluso más que algunos especialmente flacos-. Por eso mismo era incapaz de comprender qué había llevado a Senju Yubiwa a no enviarle una invitación. Furiosa, desahogaba aquella ira ciega que intentaba poseerla golpeando el muñeco de entrenamiento.

- ¡No lo entiendo!

Gritó, y al mismo tiempo su mano diestra lanzó un potente puñetazo contra la cara del muñeco. Alrededor de su brazo saltaron chispas de color azulado, y el golpe fue tal que decapitó sin miramientos al pobre e inerte monigote. La cabeza de madera voló por los aires y luego cayó al suelo, rodando varios metros hasta casi el borde de la plataforma.

Y allí me encontraba, en la academia, generalmente me gustaba practicar en las múltiples zonas que nos regalaba el árbol sagrado, porque siempre había gente entrenando y era posible encontrar a alguna persona con quien poder intercambiar unos cuantos golpes. Sin embargo, recorrí varias de las plataformas y no conseguía dar con una que hubiera alguien, debían estar todos en clases, o eso pensé.

”Bueno esta es la última, si no hay nadie aquí supongo q me tocará entrnar sólo” Me iba mentalizando para empezar un ciclo de entrenamientos de forma individual, no obstante, al salir por una de las ramas y llegar a la plataforma logre ver como la chica eléctrica decapitaba a uno de los muñecos de entrenamiento, rápidamente mi cuerpo se alarmó al ver tal magnitud y furia, la piel se me erizó y mis ojos se abrieron notablemente, pero yo era un hombre y debía proseguir sin miedo, después de todo solo estaba ella por ahí.

Tragué un poco de saliva y me adentré como si nada. -¿Estás bien? - Fue lo primero que mencioné, después de todo se veía bastante furiosa y no quería interrumpir algo especial. -Estaba buscando algún compañero para practicar un poco, no sé si estás dispuesta a tener algún combate amistoso o algo por el estilo- Lancé mi solicitud de buenas a primeras, internamente quería que ella rechazara la oferta para poder salir ileso del lugar, pero por otro lado quería entrenar arduamente, era como una batalla interna en mi.

-¿Estás bien?

La voz sobresaltó a la kunoichi, que se volteó con rapidez para darse cuenta de que no estaba sola. Un chico rubio, aparentemente en forma y luciendo la bandana de Takigakure, había llegado a la plataforma de entrenamiento. Anzu lo observó de arriba a abajo con gesto inquisitivo y, entre tanto, aprovechó para recobrar el aliento. Todavía tenía los puños calientes e hinchados, producto de la paliza que le había dado al muñeco de prácticas, y trató de que no se enfriaran frotándose las manos con fuerza. Tengo el presentimiento de que me van a hacer falta, jé.

-Estaba buscando algún compañero para practicar un poco, no sé si estás dispuesta a tener algún combate amistoso o algo por el estilo -preguntó el chico.

¡Directo al grano! Mi instinto nunca me falla. La kunoichi sonrió ampliamente, precisamente lo que más necesitaba en aquel momento de rabia era poder descargar un poco de adrenalina. Asintió, complacida. Rebuscó en una mochila color caqui que reposaba en el suelo, junto al muñeco de entrenamiento, y sacó una cantimplora.

-¡Claro, eso me vendría de perlas! No me han invitado al Torneo de los Dojos y, la verdad, estoy un poco cabreada. -contestó, para luego beber un largo trago de agua-. Me llamo Anzu. ¿Y tú?

Mis ojos me traicionaron y empecé a dudar por unos instantes, era un chico o una chica, porque físicamente se veía como un chico y el peinado que llevaba me lo asegurada ”Vaya por un momento pensé que era una chica, no sé porqué…” Me dije apenado, por lo menos no había metido la pata de buenas a primera.

Mis orbes se movieron buscando detalles que me dieran más información sobre él, porque después de todo tenía la duda a como referirme sí necesitaba hacerlo. El sonido de su voz era suave, un tanto femenino, pero no del todo o eso pensé, ”¿Será gay?” la idea no me molestó para nada, después de todo cada quien podía elegir que hacer con su vida, con tal de que no afecte a los demás, sin embargo, después escuché el factor desencadenante de todo, sí había dicho cabreada, y luego su nombre, que no era nada femenino.

-Lo siento, me apena un poco pero tengo que preguntarlo ¿ Eres chica o chico?- Expresé extrañado, los datos eran tan contradictorios que no sabía identificar el sexo de… esa persona.


-Me llamo Yusei, mucho gusto.- Dije bastante cordial

El chico parecía confuso, o al menos, así se reflejaba en su rostro. Miraba a la kunoichi de arriba a abajo con gesto ausente, como si estuviese reflexionando sobre una cuestión de gran profundidad y trascendencia. Ella se limitó a estirar un poco los músculos, después de llevarse un buen rato atizando al muñeco había entrado en calor, y no quería enfriarse con tanta charla. No pudo evitar fijarse en que aquel gennin llevaba una especie de abanico gigante a la espalda. ¿Qué es eso? Nunca he visto un artilugio así... ¡Además, estamos en Invierno! ¿Piensa matarme de frío?

-Lo siento, me apena un poco pero tengo que preguntarlo, ¿eres chica o chico?

Las palabras de Yusei la sacaron de sus pensamientos sobre el extraño abanico, como un jarro de agua fría. Anzu tensó todo su cuerpo, tratando de contener la ira que le empezaba a crecer en el estómago, expandiendo su venenoso abrazo por todo el cuerpo. ¿Qué... mierda... se cree este pavo? ¡VOY A FREGAR EL SUELO DE LA ACADEMIA CON SUS DIENTES! Apretó los puños, haciendo que las vendas que envolvían sus nudillos ensangrentados se tensaran con fuerza, y clavó sus ojos de escarcha en el gennin.

-Oh, no te preocupes, no es nada. Me lo preguntan mucho -respondió con un tono de voz disimuladamente tranquilo-. Sin embargo... creo que mis dos amigos están más capacitados para responderte.

Apenas cuatro metros separaban a los dos ninjas. Anzu levantó los puños, colocándose en postura de guardia, y sus nudillos duros e hinchados como granos de café encararon amenazadoramente al oponente.

-Se llaman 'Ponte' y 'Gafas'.

Aquel chiste fue como el disparo de salida. La Yotsuki salió como un tiro, directa a por Yusei. Recorrió en apenas unos instantes la poca distancia que les separaba y, cuando estuvo a rango de cuerpo a cuerpo, lanzó un par de golpes a la cara de su rival. El primero fue un puñetazo directo con la izquierda, -seguido de un paso lateral para colocarse en el flanco zurdo del chico-, y el segundo un gancho de derecha que buscaba castigar la mandíbula.



Estado

• PV:

  120/120

  –
  
• CK:

  90/90

  –
  

Inventario

• Bandana de Takigakure (brazo derecho)
  
• Portaobjetos básico (cinturón)
  • Kunai x2

El aura de la persona que tenía enfrente cambio, vi como arreglaba sus puños y el silencio que mostró por unos segundos no daban buena señal. ”Creo que ahora sí metí la pata” Sin embargo las primera palabras me tranquilizaron un poco, no sería el primero en preguntárselo, o sí?

La respuesta estuvo un poco después, la segunda frase me confirmo que sí, que había formulado y usado mal mis palabras. Y no solo eso, me di cuenta al ver como mostraba sus puños de forma amenazadora, iba a usarlos para mi sin contemplación; el lado positivo fue que por su reacción deduje que sí, era una chica, generalmente ellas son más volátiles.

–Lo siento, no te enojes.- Dije en mi defensa antes de que saltara en busca de mi cabeza , sin embargo, el ataque era irremediable y agarré rápidamente el abanico, mi arma más especial, y lo agité apenas me hice con él, emitiendo una fuerte corriente de viento inimaginable para ella que venía de frente hacía mi, porque se vio envuelta en una red aérea y filosa; está técnica emitiría múltiples cortes en su cuerpo, después de todo el alcance y las dimensiones eran atroces.

-¿Estás bien?- Pregunté después de que agité la técnica y vi los efectos, mantuve mi abanico abierto, demostrando el hermoso símbolo en tinta negra, aquella hermosa flor que estaba acostumbrado a ver. A pesar de haber utilizado una técnica tan poderosa no baje la guardia, no podía confiarme, y debía admitir, aquella chica daba un poco de miedo y sobretodo por esa actitud volátil.

¿Qué hace? ¿Es que tiene calor? Más te voy a calentar en cuanto te ponga las manos encima, rubiales...

Eso pensaba la kunoichi cuando vio como su oponente blandía aquel abanico de proporciones desmesuradas. Sin embargo, nunca se hubiera esperado lo que sucedió a continuación. El chico lo agitó con fuerza, y una ráfaga de viento se llevó por delante a la Yotsuki. El mismo aire estaba tan presurizado en el radio de acción de aquella técnica, que el impacto se sintió como si la hubieran golpeado con una pared de hormigón. Anzu cayó de espaldas, tratando de recuperar el aliento, porque sentía una opresión en el pecho que apenas le permitía respirar. Empezó a notar un escozor característico por algunas partes del cuerpo, y se palpó con la mano derecha -tenía finos cortes en los brazos, el pecho y las piernas-.

¿Pero qué mierda...?

-Buena técnica, tengo que admitirlo -respondió mientras se ponía en pie-. Ahora tengo curiosidad... ¿Qué serás capaz de hacer sin ese abanico de mierda?

Una sonrisa maliciosa se dibujó en sus labios. El dolor producto de los cortes era leve pero insistente, y Anzu sabía que lo mejor que podía hacer era seguir peleando. Sólo así se aliviaría -y el hecho de que su rival hubiera utilizado una técnica tan poderosa no hacía sino aumentar su interés-.

Muy bien, rubito, ahora me toca a mí. La Yotsuki echó a correr hacia su oponente, de forma idéntica a la anterior. Ahora tenía presente, sin embargo, que éste podía repelerla con ayuda de su abanico, y por tanto estaba preparada para el más mínimo movimiento por parte suya. Había sido demasiado impulsiva en el primer envite -no iba a cometer el mismo error dos veces-.



Estado

• PV:

  70/120

  –
  -50
  –
  
• CK:

  90/90

  –
  

Inventario

• Bandana de Takigakure (brazo derecho)
  
• Portaobjetos básico (cinturón)
  • Kunai x2

1 Acción Oculta

Mi técnica me salvó la vida, o bueno me salvó de un buen combo de puñetazos. La chica voló como si se tratara de un trozo de papel envuelto en un huracán y se estampo fuertemente contra el piso de la plataforma, había sido un golpe bastante certero y me di cuenta de ellos cuando ví aquellos hilos de sangre fresca, sonreí, estaba satisfecho con el resultado de la técnica, después de todo era la más potente que tenía.

Sin embargo, me asombre con la rapidez que la muchacha se puso en pie nuevamente, en realidad no me esperaba a que se levantara más motivada que antes. -Sí, que bueno que estas bien.- Respondí a mi pregunta.

Nuevamente me asusté, un escalofrío recorrió mi espalda cuando vi aquella sonrisa en su rostro, me incomodó, seguro ella era masoquista, aunque vamos con ese aspecto y esa actitud no estaría mal hablarle de él.

La kunoichi volvió a la acción lanzándose a correr como en su primer intento, el cual fue fallido y me esperaba a que el segundo también lo fuera, la diferencia era que ahora nos separaban unos cuando metros más de distancia y yo estaba armado ya, la situación era un poco más cómoda para mi.

-¿Otra vez lo mismo?- Dije viendo que iba de nuevo a usar la misma metodología. Me aferré al abanico, sujetándolo con fuerza y esperé a que se acercara nuevamente a mi punto de confort, volvería a agarrarla con mi red a tal punto que no podría evadirla, o eso tenía en mente mientras veía como se acercaba amenazadoramente. ”Te tengo” Agité el abanico nuevamente, viendo como avanzaba al corriente filosa en forma de red, sin embargo, ya sabía que el enemigo había visto mi técnica por lo que cerré rápidamente mi arma y la apoye en el suelo, sujetándola con la izquierda por el cuerpo de la misma; de esta forma había dejado mi diestra en libertad.

Por la expresión de su rostro, Anzu ya podía hacerse una idea de lo que estaba pensando su contrincante: '¿la machaco con esta técnica y aun así viene a por más?' Va' ser que no. Sí, cierto, la Yotsuki había empleado una maniobra ofensiva prácticamente idéntica a la de hace tan sólo unos instantes -que tan inefectiva había resultado-, pero con una diferencia crucial. Ahora sabía qué tipo de técnica utilizaría su rival para contraatacar. Y esa no era poca ventaja.

Así fue como, cuando estando ya a poca distancia, Yusei se dispuso a agitar su abanico de nuevo. ¡Aquí viene! Anzu se lanzó hacia delante con cuanta fuerza fueron capaz de impulsarla sus piernas, recortando posiblemente más distancia de la que su rival hubiera esperado. Alzó el brazo derecho, cuya mano empuñaba un kunai que había sacado del portaobjetos al incorporarse, y que había ocultado a su espalda. El filo de acero chocó contra el canto de aquel abanico, y Anzu sonrió.

-No soy de esas chicas que caen en el mismo truco dos veces.

Apretó el kunai contra el canto del abanico con cuanta fuerza era capaz, porque había un elemento más en su estratagema. Si Yusei prestaba atención, vería que la hoja del cuchillo ninja estaba recubierta de chakra vibrante y azulado que acabaría por cortar en dos su abanico si no cedía en el choque de armas.

Precisamente Anzu estaba preparada para una capitulación de su rival; era lo más lógico si éste veía que su preciado artilugio corría peligro. En caso de que Yusei cediera en aquel choque, la Yotsuki aprovecharía el impulso de la fuerza empleada para completar la trayectoria del kunai, directo al hombro más cercano de su oponente. No buscaba herirle de forma que quedara inválido, pero si hacerle el suficiente daño como para que el dolor le impidiera mover el brazo con soltura. ¿Será capaz de blandir ese abanico hortera con sólo una mano?



Estado

• PV:

  70/120

  –
  
• CK:

  84/90

  –
  -6
  –
  

Inventario

• Bandana de Takigakure (brazo derecho)
  
• Portaobjetos básico (cinturón)
  • Kunai x2

La joven eléctrica había planeado algo que no me esperaba, ya que realizó un aumento de velocidad en el último segundo y interceptó mi abanico con el kunai que escondía; pude escuchar el sonido de los metales chocando y posteriormente sentir la presión que ella ejercía sobre mi preciada arma, sin embargo, las cosas no serían convenientes para ella. -A lo mejor sales volando de nuevo.- Expresé después de escuchar su frase chulesca.

Cerré el abanico, lo que le dio más resistencia a mi objeto y si no fuera nada más eso, también apreté el kunai de la morena por lo que técnicamente el arma estaba atrapada en la mía, no obstante, mi estrategia no quedaba ahí porque ahora que tenía la situación controlada por unos pocos instantes, le hice frente a la fuerza de la kunoichi nada más con la izquierda liberando mi derecha y solo bastó con mostrarle la palma de mi mano que iba dirigida a su torso. -Fūton: Reppūshō- Murmuré antes de que una ola de viento presurizada saliera disparada de mi palma golpeando el cuerpo de mi contrincante, el vendaval chocaría con ella abriendo una brecha entre ambos.


-Ya van dos- Dije un tanto crecido.

Saqué el kunai de mi abanico y ahora lo empuñaba con mi diestra, no le gustaba usar mucho ese tipo de armas, pero sabía como usarla y quizás podría usarla contra ella, asestarle un golpe con su propio kunai sería como darle un trago de su propio jarabe.

-A lo mejor sales volando de nuevo -respondió el gennin.

Yo creo que no. Anzu sonrió con malicia al ver que el chico no sólo no cedía en el choque de armas, sino que por un momento soltaba su abanico. Aquello decantó el pulso a favor de la Yotsuki, y su kunai -imbuido de chakra Raiton-, cortó limpiamente el abanico de Yusei hasta casi el centro de la tela. La kunoichi estaba tan metida en el combate que ni siquiera pensó en las consecuencias de haber roto un instrumento que, probablemente, era bastante caro y valioso para su portador. No. En ese momento tenía otras cosas en la cabeza. Así era ella.

Sin embargo, su oponente parecía estar pensando ya en el contraataque. Hizo un sello que parecía una palmada a medias. ¿Con una sola mano? Yusei extendió el brazo, y Anzu -aprovechando que había ganado el choque y, por tanto, desequilibrado ligeramente al rubio-, no pudo sino pensar que se le venía encima otra técnica Fuuton. Dio un paso rápido hacia un lateral, y aunque no recibió de lleno el impacto, la potente ráfaga de aire que había generado Yusei desde su mano la golpeó parcialmente.

-Me cago en... -alcanzó a mascullar, con voz ahogada.

Este tío tiene unas técnicas demasiado fuertes... Tengo que sacar la artillería pesada.

Su cuerpo empezaba a notar el castigo sufrido por los jutsus de viento de Yusei, pero ella no estaba dispuesta a rendirse tan fácilmente. A pesar de los golpes recibidos, en todo momento intentaba mantener una distancia corta con su oponente -en la que tenía ventaja, o eso pensaba ella-. Sin dejar de moverse alrededor de su rival, Anzu guardó el kunai en su portaobjetos y realizó tres simples sellos. Momentos después un total de cuatro bunshin rodearon a Yusei. Las copias se abalanzarían sobre él sin pensarlo dos veces, y aunque explotarían en una tenue humareda nada más tocarle, precisamente eso era cuanto Anzu necesitaba.

-¡Lightning Lariat!

Aprovechando que sus clones habían bloqueado brevemente el campo de visión de Yusei, la chica se había desplazado a su espalda. Coincidiendo con el valiente suicidio de sus bunshin, Anzu se abalanzó sobre el gennin, brazo derecho en ristre y recubierto por una capa de chispeante energía azulada. Impactaría el Lariat del rayo justo en la espalda de su oponente, evitando cualquier punto vital, pero buscando derribarlo sin contemplaciones. De acertar, la técnica lo impulsaría con fuerza hacia delante.



Estado

• PV:

  50/120

  –
  -20
  –
  
• CK:

  48/90

  –
  -36
  –
  

Inventario

• Bandana de Takigakure (brazo derecho)
  
• Portaobjetos básico (cinturón)
  • Kunai x2