Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
—De todos modos, ya sé lo que quiero en caso de que pierdas. Pero te lo diré cuando gane, sino no tendría sentido. Te prometo que no será nada que no puedas hacer.
Cambió el peso de una pierna a otra, inquieto. Comprometerse a hacer algo sin saber el qué era, cuanto menos, estúpido. Pero siempre estaba la segunda opción, que era mandarle a la mierda si perdía e incumplir el trato, como buen shinobi que era, así que asintió, conforme.
Entonces, de nuevo centrado en la batalla inminente, contó las colchonetas que había entre él y Yoshimitsu: ocho. Como el tatami estaba compuesto por colchonetas cuadriculares de aparentemente un metro de lado, era fácil calcular la distancia que les separaba.
—¿Vas a contar hasta tres o algo? ¿O vamos ya?
Haskoz trató de responderle de la mejor manera posible: con tres simples sellos de mano que crearon un clon ilusorio idéntico a él a su lado.
El clon empezó a correr al frente, al mismo tiempo que Haskoz, que le siguió en paralelo un par de metros para luego colocarse detrás del bushin y detenerse. El clon siguió corriendo y pegó un salto hacia Yoshimitsu, tratando de darle un puñetazo en pleno rostro y quitándole la suficiente visión por unos instantes para que Haskoz se llevase la diestra al portaobjetos e hiciese sus cosillas de shinobi sin ser visto…
Portaobjetos [Lateral derecho de la espalda, a la altura de la cadera][9/10]
Bomba sonora x1
Bomba de humo x1
Bomba de luz x1
Hilo shinobi 3/3
Paquete de 15 makabishi x1
Kunai x1
Shuriken x3
¤ Ni Tomoe no Sharingan ¤ Ojo Giratorio de Dos Aspas - Tipo: Apoyo - Rango: A - Requisitos: Uchiha 25 - Gastos: 11 CK (divide regen. de chakra) - Daños: - - Efectos adicionales: Destreza, Inteligencia y Percepción +6, Poder + 3 - Sellos: - - Velocidad: Instantánea - Alcance y dimensiones: -
El célebre y temido Dōjutsu del clan Uchiha. Los miembros del clan no nacen con él, si no que lo desarrollan durante una situación de gran estrés o con riesgo de muerte. En su segunda versión, el Sharingan transforma los ojos del usuario volviendo de color carmesí sus dos iris. Ocupando un lugar concreto de una circunferencia imaginaria alrededor de la pupila, aparecen dos tomoe (coma).
Un ojo con dos tomoe permite al Uchiha registrar el movimiento de un oponente y copiar en menor medida sus movimientos. Para esquivar ataques que van a impactar, sin embargo, es la agilidad y la velocidad de reacción del usuario lo que realmente cuenta, a pesar de las predicciones. El usuario puede copiar sellos manuales e imitar técnicas en el momento de su ejecución (siempre, por supuesto, que su facultad de Uchiha tenga igual o más valor que el requisito de esa técnica), pero además es capaz de memorizar esas técnicas durante el resto de una contienda (con un máximo de tres técnicas, y si su facultad de Uchiha tiene igual o más valor que los requisitos de dichas técnicas).
Las dos aspas también permiten al usuario ver a través de los Genjutsu y percibir la realidad como realmente es. También permite al usuario ver a través del cuerpo de otro shinobi y percibir así su chakra. Mientras que el ojo no está tan refinado como para ver los tenketsu y el sistema circulatorio del chakra como el Byakugan, puede ver el movimiento y el flujo de ese chakra, lo que puede ayudarles a descubrir si esa persona está atrapada en una ilusión, o si un atacante es una amenaza real o un simple bunshin (no funciona con los clones de sombras).
Un Ninjutsu que crea una copia intangible del cuerpo del usuario, sin ningún tipo de sustancia ni solidez. Puesto que el clon, por sí mismo, no tiene la habilidad de atacar, y sólo puede utilizarse pues para confundir al enemigo, normalmente empleado en combinación con otro tipo de Ninjutsu o tácticas. Es una técnica muy básica, pero con ingenio puede utilizarse de forma efectiva. Los clones se disipan cuando entran en contacto con cualquier cosa. Pueden ser fácilmente diferenciados de una persona por usuarios de Dōjutsu. Un usuario con ojos normales puede también distinguir los clones del original, puesto que éstos no tienen sombra y no causarán perturbaciones en el área que les rodea (no levantarán polvo, aplastarán la hierba, etc).
AO: 1
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Hmmm...Ha hecho trampa, lo tendré en cuenta para la próxima vez...
Haskoz ejecutó unos sellos, no tenía ni puta idea de que se podía tratar, pero sabía que de ahí algo saldría. ¿Para qué tanta filigrana? No era muy partidario de hacer cosas místicas, yo era más de noquear de un solo puñetazo y a otra cosa mariposa. Y ésta vez no iba a ser una excepción. Por eso cuando Haskoz comenzó a manipular sus manos corrí a por él.
¿Clones? Menuda estupidez y perdida de tiempo
Creo un insulso clon que se lanzó a por mi, era fácil de distinguir al clon del original, pues al no tener peso, sus pisadas no se hundían en el mullido tatami a la par de que no hacía ruido alguno al desplazarse. Eso sí, molesto era un poco, pero la cosa era sencilla, solo tenía que embestirlo como si de una nube se tratase y Justo al atravesar su pésimo clon, usando la nube de polvo que generó al desvanecerse como distracción, Haskoz me vería volando como un rayo con la pierna por delante asestándole un patadon en su delicada cara.
-¡Vamos Haskoz no seas aburrido y ven a pelear! Le dije mientras me dirigía a por él, por decirle algo.
Estado de Yoshimitsu
• PV:
150/150
–
• CK:
60/60
– -24 CK
Inventario:
Hitai-ate [Al cuello]
Portaobjetos [Atado al obi][/color]
Kunai x1
¤ Dynamic Entry ¤ Entrada Dinámica - Tipo: Ofensivo - Rango: D - Requisitos: Taijutsu 20 - Gastos: 24 CK - Daños: 40 PV - Efectos adicionales: - - Sellos: - - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: El impulso de velocidad en el aire puede hacerse desde 10 metros.
—Esta técnica consiste básicamente en que el usuario atice una patada voladora en la cara del oponente, a una velocidad considerable y desde cierta distancia, en ocasiones haciendo acto de aparición en escena y pillándolo por sorpresa. Normalmente, se suele usar un kunai como distracción para aprovechar el momento de despiste del adversario y asestar el golpe. Para aumentar la sorpresa de la técnica, el usuario puede gritar su nombre dramáticamente mientras la ejecuta.
Patada en la geta de Haskoz con mala leche: ¤ Dynamic Entry = 40 PV de daño
El bushin explosionó en una breve pero molesta nube de humo blanco, y entonces…
… una estrella metálica la atravesó, impactando en el trabajado abdomen de Yoshimitsu. Haskoz había aprovechado el breve momento de distracción para alcanzar un shuriken de su portaobjetos y lanzárselo a su oponente, justo cuando éste destruía el clon. Lo que no contaba era que el muy malnacido estaba volando por los aires, con una patada voladora directa a sus narices.
La madre que…
Haskoz tuvo tiempo de cubrirse con los brazos y poco más. El golpe le dio tan fuerte que se golpeó con los antebrazos en la cara y salió catapultado por los aires varios metros atrás, de suerte que las colchonetas eran blandas y amortiguó la caída. El Uchiha aprovechó la inercia y dio una voltereta hacia atrás en el suelo, para acto seguido levantarse de un salto, con la cabeza todavía medio atontada por el golpe.
De hecho, tenía la cara adormilada, como si se la hubiesen anestesiado. Por desgracia, sabía muy bien que el dolor llegaría inmediatamente después.
Se obligó a llevar la diestra a su portaobjetos, colocado estratégicamente en su espalda, en un lateral, a la altura de la cadera. Tomó el objeto que estaba buscando y se quedó con la mano pegada en la espalda, sin querer todavía descubrir qué era lo que tenía entre manos.
Esta vez iba a dejar que Yoshimitsu hiciese el primer movimiento.
El ataque fue un rotundo éxito, una patada directa a su napia, que gracias a sus buenos reflejos pudo protegerse, amortiguando gran parte del daño en sus antebrazos. Sin embargo, en el aire me encontré indefenso y vulnerable a cualquier ataque. Y efectivamente, así fue. Un dolor punzante y abrasador invadió mi abdomen, alguna especie de proyectil, quizás un shuriken o un kunai lanzado en el momento preciso, la cosa es que era un dolor medianamente soportable. Y mientras estuviera ahí, detendría la más que posible hemorragia.
¡Ah!Exclamé de dolor, con una mueca desagradable al sentir el acero atravesar mi carne.
Joder con Haskoz...usa cuchillitos...con la manía que les tengo...
Aún así, parecía que la patada resultó sobrecogedora para Haskoz, que viajó en dirección contraría gracias a la inercia de mi mega patada asesina. Y yo quería ser implacable, no tenía intención de dejarlo si quiera respirar, quería hostigarlo hasta el fin, agobiarlo sin dejarle tiempo de poder reaccionar.
Yo seguí la trayectoria en su misma dirección, cuando aterricé al suelo, continué mi carrera hacía él sin tiempo que perder. En esta ocasión, y como no podía ser otra forma. Continuaría con ataques directos y devastadores. Ahora vendría una sucesión de golpes. Dos puñetazos para ser más exactos, y en su cara como a mi me gustaba, con suerte lo podría aturdir y acabar lo más rápido posible.
¡Toma! ¡Toma! !Toma¡
Primero un derechazo y después la izquierda.
Estado de Yoshimitsu
• PV:
150/150
– -12 PV
• CK:
60/60
– -24 CK +10 CK
Inventario:
Hitai-ate [Al cuello]
Portaobjetos [Atado al obi][/color]
Kunai x1
Dos puñetazos a la cabeza de Haskoz: · Puñetazo: 12 PV + (Fue/10) = 17 PV de daño dos veces
Pero Haskoz no tuvo tiempo de llevarse la diestra al portaobjetos. Yoshimitsu lo embistió como un toro, incansable y sin la menor intención de darle el mínimo respiro, lanzando un puñetazo nada más el Uchiha se levantó.
Haskoz vio venir el golpe, y levantó ambos brazos para cubrirse la cara. El puñetazo le impactó con tanta fuerza que se dio a sí mismo con los antebrazos, volviendo a castigar su preciado rostro. Y si algo odiaba Uchiha Haskoz, eso era que le golpeasen en la cara…
… Notó un picor en la nuca, justo donde una serpiente enroscada en una calavera estaba tatuada. Un tatuaje que nunca había sabido cómo había terminado ahí, ni cuándo ni quién se lo había hecho, pero que tenía desde que había escapado del Bosque de Azur…
El siguiente puñetazo decidió evadirlo, agachándose lo justo para que pasase por encima de su cabeza. Al mismo tiempo, su diestra voló rauda y veloz hacia el abdomen de Yoshimitsu… pero no para castigarle con un puñetazo, sino para introducir el dedo en el hueco del shuriken que todavía tenía clavado y tirar de él. Un tirón brusco y fuerte en horizontal, que le rajó el abdomen de lado a lado. Un corte de al menos tres centímetros de profundidad que añadirían una línea extra a sus abdominales, para que pudiese fardar delante de las chicas.
Para que luego digan que no me preocupo en ayudar a los extranjeros.
Acto seguido, y shuriken todavía en mano, Haskoz dio tres saltitos hacia atrás para tratar de mantener la distancia.
¿Ha bloqueado mi ataque? Es un tipo fuerte a pesar de todo
Haszkoz tuvo que emplear la fuerza de ambos brazos para defenderse de mi derecha, estaba claro que si lo mantenía cerca le haría pasar malos momentos. El otro golpe lo esquivó con gracia, pero a pesar de su evasiva perfecta, quedó a merced de un buen rodillazo directo a su barbilla.
-¡Toma! Bramé con fuerza, la que me permitía a mi temprana edad.
Sobre todo por que el muy sagaz quiso meter en dedo en la herida, literalmente. El cabrón extrajo su shuriken en el mismo momento en el que le metí el rodillazo, y encima con saña, me dejó un tajo en el vientre que me ayudaría a recordar este pequeño e informal encuentro de por vida. Con suerte apenas dejaría cicatriz se hubiera cerca un buen cirujano.
-¡AHHH! ¡Cabrón! Grité de dolor, mientras un pequeño reguero de sangre tiñó el tatami.
El muy sucio trató de alejarse de mí con saltitos de salón. ¡Y yo que pensaba que quería bailar un poquito más!
Estaba bastante cabreado por su poca delicadeza a la hora de usar cuchillos sobre mí torso desnudo, muy pero que MUY CABREADO.
Comencé a ejecutar unos sellos, sabía que la liaría parda, pues estaba a punto de cargarme el tatami y me tocaría pagarlo. Pero me daba igual, Haskoz que quería acuchillar como un marrano y no lo podía consentir, traté de hacerlo caer con mi Doton antes de que se alejara demasiado.
Estado de Yoshimitsu
• PV:
150/150
– -12 PV -12 PV -5 PV Desangramiento leve
• CK:
60/60
– -24 CK +10 CK -12 CK
Inventario:
Hitai-ate [Al cuello]
Portaobjetos [Atado al obi][/color]
Kunai x1
¤ Doton: Retsudo Tenshō ¤ Elemento Tierra: Desgarro de Palma de la Tierra Retorciéndose - Tipo: Ofensivo - Rango: C - Requisitos: Doton 10 - Gastos:
12 CK
(Doton 20) (multiplicable x2)
(Doton 30) (multiplicable x3)
- Daños: 20 PV - Efectos adicionales:(Doton 80) La tierra puede romperse en parábola, aunque sólo alcanzará su radio máximo cuando se encuentre a 3 metros del objetivo. - Sellos: Jabalí → Buey → Sello específico de la técnica - Velocidad: Rápida - Alcance y dimensiones:
La técnica avanza 3 metros, y goza de 1'5 metros de anchura (multiplicado x1)
La técnica avanza 5 metros, y goza de 2'5 metros de anchura (multiplicado x2)
La técnica avanza 8 metros, y goza de 4 metros de anchura (multiplicado x3)
Tras la realización de los sellos, esta técnica causa que la tierra frente al usuario se retuerza sobre sí misma, rompiéndose, desequilibrando a los adversarios y causándoles daños debido a las rocas puntiagudas y a la gravilla. Cuanto más chakra se añada a la habilidad, más grande será la destrucción del terreno y más dañina sobre los oponentes.
Rodillazo a la barbilla de Haskoz:· Rodillazo: 10 PV + (Fue/10) = -15 PV ¤ Doton: Retsudo Tenshō = -20 PV
24/01/2017, 02:32 (Última modificación: 24/01/2017, 02:38 por Uchiha Datsue.)
—Hijo de…
Mientras le hacía el favor de quitarle el shuriken —aunque de paso le rajase medio abdomen—, un rodillazo se estampó en su barbilla. Y como tenía la lengua muy suelta y no se contenía ni en pleno combate, el golpe hizo que se la mordiese sin querer, inundándole los ojos de lágrimas antes incluso de que el dolor llegase a su sistema nervioso. Cuando éste llegó, fue todo lo doloroso que se había imaginado y mucho más. El Uchiha retrocedió a duras penas, de forma irregular y con lágrimas cayéndole por las mejillas.
Notó que su paladar se inundaba de sangre, de su sabor, de su olor... De hecho, tenía la boca rebosante de sangre, tiñendo de rojo cada diente y cayendo a borbotones por la barbilla. Movió la lengua contra los dientes y dio gracias a los Dioses de que todavía sintiese la punta. De que todavía estuviese entera. De hecho, el tremendo corte que se había hecho se había curado como por arte de magia, pese a que la sangre y el dolor indicasen lo contrario al resto del mundo y a él mismo.
Una repentina furia le invadió. Las venas se le hincharon y el picor en la nuca subió en intensidad, quedando a medio camino entre el escozor y directamente un dolor agudo e intenso. Le pareció escuchar una voz resonando en su cabeza. Una voz gutural, como la que emitiría alguien a punto de morir por un flechazo en los pulmones. Una voz… femenina.
Entonces vio, con la vista empañada por las lágrimas del mordisco en la lengua, que Yoshimitsu empezaba a realizar sellos manuales. Su diestra se movió antes de pensar en ninguna estratagema o planear cualquier contraataque, de forma instintiva, lanzando el shuriken que tenía colgando del dedo en dirección al pecho de Yoshimitsu. Un movimiento rápido y sencillo que, con suerte, detendría la secuencia de sellos de su adversario justo antes de que pudiese finalizarla y formar el jutsu que tuviese en mente…
Si de algo me di cuenta, es que Haskoz tenía bastante temple para resistir mis embestidas y reaccionar con velocidad, y eso que le estaba dando canela en rama. Pero en el fondo era blando, me estaba lanzando shurikens en la barriga una y otra vez.
Supongo que no querrá herirme con eso en la cara...sería más efectivo. Cosas de mantener combates amistosos con armas, tienes que cortarte un poco...valga la redundancia
Sin embargo yo no tenía intención de hacerlo, los shuriken eran molestos y dolorosos, pero nada que no se pudiera soportar. Seguí firme abrazando aquel acero y seguí con mi estratagema, seguí con mis sellos. Ya tendría tiempo de llorar al acabar el combate. Afortunadamente, Haskoz no optó por lanzarme el shuriken a la cara, en ese caso, no hubiera tenido más remedio que intentar evadir el ataque como fuera, perdiendo mi técnica en el acto, pero como no era el caso, seguí con todas las consecuencias.
-¡¡Doton, Retsudo Tenshō!!
Entre la herida y la sangre, ya comenzaba a sentirme mareado. Eso debía acabar pronto, sino tendría que pelear con mis facultades algo jodidas.
Como odio las armas de filo... Me lamentaba tener el torso cubierto de cicatrices por culpa de armas como esas.
Como Haskoz cometiera el error de caer en mi Doton, lo tendría a mi merced y la cosa acabaría más pronto que tarde. Solo esperaba que no fuera ese tipo de personas que le encantan retrasar lo inevitable.
Mira tu por donde, si gano. Le diré que se haga cargo de los gastos del tatami
¤ Doton: Retsudo Tenshō ¤ Elemento Tierra: Desgarro de Palma de la Tierra Retorciéndose - Tipo: Ofensivo - Rango: C - Requisitos: Doton 10 - Gastos:
12 CK
(Doton 20) (multiplicable x2)
(Doton 30) (multiplicable x3)
- Daños: 20 PV - Efectos adicionales:(Doton 80) La tierra puede romperse en parábola, aunque sólo alcanzará su radio máximo cuando se encuentre a 3 metros del objetivo. - Sellos: Jabalí → Buey → Sello específico de la técnica - Velocidad: Rápida - Alcance y dimensiones:
La técnica avanza 3 metros, y goza de 1'5 metros de anchura (multiplicado x1)
La técnica avanza 5 metros, y goza de 2'5 metros de anchura (multiplicado x2)
La técnica avanza 8 metros, y goza de 4 metros de anchura (multiplicado x3)
Tras la realización de los sellos, esta técnica causa que la tierra frente al usuario se retuerza sobre sí misma, rompiéndose, desequilibrando a los adversarios y causándoles daños debido a las rocas puntiagudas y a la gravilla. Cuanto más chakra se añada a la habilidad, más grande será la destrucción del terreno y más dañina sobre los oponentes.
Era increíble la fuerza de voluntad de la que hacía gala Yoshimitsu, capaz no solo de soportar los pequeños pero constantes picotazos en el abdomen a los que Haskoz le estaba sometiendo, sino incluso tener la suficiente fortaleza mental para que su chakra no se viese desestabilizado en plena secuencia de sellos al recibir la amistosa visita de un nuevo shuriken entre sus abdominales.
Puto Kusagureño…
La secuencia de sellos terminó, y las colchonetas que conformaban el tatami saltaron por los aires. El suelo pareció retorcerse sobre sí mismo, abrirse, y formar una grieta que se abría más y más en dirección al Uchiha.
Haskoz no tuvo tiempo ni para pensar, el instinto lo hizo por él. Había visto la primera técnica que Yoshimitsu había utilizado contra él. Ambas aspas de sus ojos se habían fijado en el chakra concentrado en las piernas; en la forma en que salió volando hacia él, con la pierna por delante…
Nunca había copiado una técnica a nadie, pero de pronto se encontró volando por los aires, imitando a la perfección el Dyanamic Entry que momentos antes había realizado Yoshimitsu, y consiguiendo evadir la técnica de Doton a la vez que atacaba.
El contraataque perfecto.
—¡LECHUUUUUGOOOOO! —rugió, sin saber por qué, mientras su pie derecho caía como un rayo sobre el rostro de Yoshimitsu. Le hubiese gustado decir algo más elegante o contundente, una de esas frases lapidarias de las que se solían oír en los cuentos y leyendas sobre shinobis… Pero era lo que había.
Portaobjetos [Lateral derecho de la espalda, a la altura de la cadera][9/10]
Bomba sonora x1
Bomba de humo x1
Bomba de luz x1
Hilo shinobi 3/3
Paquete de 15 makabishi x1
Kunai x1
Shuriken x3 x2
¤ Dynamic Entry ¤ Entrada Dinámica - Tipo: Ofensivo - Rango: D - Requisitos: Taijutsu 20 - Gastos: 24 CK - Daños: 40 PV - Efectos adicionales: - - Sellos: - - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: El impulso de velocidad en el aire puede hacerse desde 10 metros.
—Esta técnica consiste básicamente en que el usuario atice una patada voladora en la cara del oponente, a una velocidad considerable y desde cierta distancia, en ocasiones haciendo acto de aparición en escena y pillándolo por sorpresa. Normalmente, se suele usar un kunai como distracción para aprovechar el momento de despiste del adversario y asestar el golpe. Para aumentar la sorpresa de la técnica, el usuario puede gritar su nombre dramáticamente mientras la ejecuta.
Daño causado
Dybamic Entry: 40PV
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
El muy condenado consiguió eludir mi doton aún a pesar de que sacrifique mi preciada salud teniendo que soportar otra mierda de shuriken de los cojones. Además el muy mamón había logrado no se como cojones dominar el Dynamic Entry aún a pesar de su afeminado y esmirriado físico. Pero espera, que la cosa no acababa ahí, me acababa de llamar de nuevo...¿LECHUGO?
¡Yo lo MATO! ¡voy a hacer un collage con sus sesos en el TATAMI!
Lo único de bonito que tuvo su ataque, a parte de ser ineludible, es que había ayudado a un indecente shinobi engreído a aprender una técnica decente, una técnica de hombres. No aquella mariconada de tirar cuchillitos de untar mantequilla. El ataque como dije antes era ineludible si, pero eso no quería decir que no pudiera proteger mi cara anteponiendo mis antebrazos en medio. Por lo que crucé ambos brazos y soporte el peso de aquel ataque ejecutado sorprendentemente a la perfección sin que mi cabeza saliera muy lastimada. También era cierto que al ser más pesado que Haskoz, pude resistir el Dynamic Entry permaneciendo anclado en el suelo, aunque me arrastró con él unos pocos metros.
-¡Maldito ladrón de técnicas! ¡Te arrepentirás de haberme llamado LECHUGO!
Después de recibir su patada, la gravedad hizo que Haskoz comenzara a descender para posar sus pies con gracia al suelo. Pero antes de eso, con una rabia extrema, tan extrema que mi cuerpo se enrojeció y las venas de todo mi cuerpo se hincharon. Lo agarré por el pescuezo con ambas manos ejerciendo una presión descomunal, y comencé a estrangularle sin piedad.
25/01/2017, 01:31 (Última modificación: 25/01/2017, 01:34 por Uchiha Datsue.)
Haskoz rugió de alegría al ver que su improvisada patada voladora impactaba en Yoshimitsu. Pero, si creía que con eso sería suficiente para tumbar al gorila que tenía en frente, no podía estar más equivocado. El muy cabrón ni siquiera había trastabillado, manteniendo el equilibrio sobre el suelo con la fuerza y el poderío de un árbol milenario.
Los pies de Haskoz cayeron sobre el ahora irregular suelo y trató de no perder el equilibrio. Entonces alzó la vista y vio que las manos de Yoshimitsu se dirigían a él como dos serpientes, buscando hincar el diente. No le hacía falta el sharingan para saber que se dirigían al cuello, y, pese a que intentó evadirlo, el cansancio y el dolor acumulado que tenía en el cuerpo le hicieron reaccionar un segundo más tarde de lo debido... y un segundo más tarde significaba no esquivar un ataque; o que tu propio jutsu no alcanzase al enemigo; o, incluso, a veces un segundo más tarde significaba morir.
Las manos de Yoshimitsu envolvieron su pescuezo como una trampa para osos, privándole del oxígeno y convirtiendo la piel pálida del Uchiha en un color azul nada saludable. Las manos de Haskoz buscaron con frenetismo y desesperación una solución: primero, arañando los troncos que tenía por brazos Yoshimitsu; y, luego, buscando la única arma que parecían tener a su alcance: el shuriken clavado en el pecho del Kusagureño.
El dedo índice de Haskoz se introdujo en el orificio de la estrella metálica, y nuevamente repitió el proceso de rajarle de lado a lado. Esta vez, un tajo en diagonal, que le hizo un serio corte desde el pecho hasta el costado izquierdo, pasando peligrosamente cerca del pezón. Acto seguido, estampó el shuriken en uno de los brazos de Yoshimitsu —concretamente en su bíceps derecho—, haciéndose un pequeño corte en la palma de la mano por accidente en el proceso, mientras que sus últimas fuerzas se le escapaban entre los dedos, ahora entumecidos...
La vista se le nubló. Los pulmones le ardieron, desesperados por una brizna de aire. La cabeza le dolía, a la vez que iba perdiendo la consciencia poco a poco, mientras las rodillas le flojeaban y la nuca le picaba más que nunca…
Si alguien hubiese podido verlo, hubiese observado que la serpiente tatuada en la nuca de Haskoz se había movido, como despertada de un largo sueño. Si alguien hubiese podido apreciarlo, hubiese notado que los ojos del Uchiha también habían cambiado. Seguían teñidas de rojo, y las dos aspas continuaban adornando ambas pupilas, pero el brillo en su mirada era distinto, así como el alma que reflejaba…
Cogí a Haskoz por el pescuezo, la rabia que sentía y la adrenalina acumulada sirvieron para brindar a mis malvadas intenciones de la imprevisibilidad suficiente como para que no pudiera evitar el trágico desenlace. Y tenía unas ganas locas de estrangularlo hasta verlo sumido en un coma inducido. Pero como cabía esperar, Haskoz trataría por todos los medios de librarse de mí, y aquella escena me sonaba muy a mi pesar un tanto familiar, cuando comenzó a retorcerse ya sabía cual sería su próximo movimiento, sin lugar a dudas, era su mejor baza para librarse de mi.
Soy idiota, pero tanto no...
Antes de que tratara a rajar mis excelente abdominales de nuevo, arrojé a Haskoz con violencia contra el suelo. Era cierto que había tatami, pero con la inercia con la que lo había lanzado, algo de daño le haría. Con suerte, se rendiría de una puta vez.
-¡Ni de coña me rajas otra vez! ¡A la mierda! Exclamé iracundo cuando lo arrojé contra el suelo.
Acto seguido me extraje el shuriken y lo lancé lo más lejos que pude para evitar volver a tener que padecer esa mierda.
-¡Puta mierda de shuriken!
Y antes de que Haskoz pudiera reaccionar me lancé de nuevo a por él. Para terminar la faena, o por lo menos esa era mi intención. La idea era no separarme de él y sobre todo, no quitar un ojo de sus manos. Que esa era ahora mi prioridad, no tenía intención de dejarle sacar nada de su Portaobjetos y menos aún, de que me rajara con más cosas.
25/01/2017, 18:22 (Última modificación: 25/01/2017, 18:22 por Uchiha Datsue.)
El cuerpo de Hakoz salió catapultado hacia atrás, estampándose de espaldas contra las colchonetas con tal fuerza que le cortó la respiración. El Uchiha rodó hacia atrás, en parte por la inercia y en parte por la necesidad de levantarse cuanto antes… Aunque eso, para su desgracia, no sucedió.
No, Uchiha Haskoz jamás logró levantarse de aquella última caída...
… porque el Demonio Blanco lo hizo por él.
Había despertado al fin de su letargo, en aquel cuerpo escombro al que un día se había trasladado. Pero en aquellos momentos, lo inteligente o no de aquella decisión no le importaba. El amor de su madre Izanami corría por sus venas, apremiante como una herida abierta y con una única e inocente petición: reunirse con el resto de la humanidad. Como ella no podía salir del Yomi, era el deber del Demonio Blanco hacer que el resto viajase hasta allí.
Alzó la vista y se topó con el primer pasajero del día. Un tipo fuerte. Un tipo duro. Lo supo por la forma en que se había arrancado un shuriken del pecho sin siquiera torcer el gesto. Un tipo duro con palabras todavía más duras, que trató de embestirle como un toro salvaje. Pero a toros más grandes y más bravos había toreado.
Un esputo sanguinolento salió disparado de su boca. Una flema teñida de sangre, un escupitajo directo a los ojos de aquel becerro, a su cara contrahecha por la furia. Un ataque tan bueno como cualquier jutsu, y tan cegador como una bomba de luz. Entonces, el Demonio Blanco se escurrió de entre sus gigantescos brazos como el agua. Dio un pequeño salto hacia atrás, luego otro en diagonal hacia la derecha, y un tercero hacia un lado. Todo esto mientras formaba figuras con las manos. Uno, dos, tres, cuatro, y hasta cinco sellos manuales.
Sonrió, y entonces sus pies se plantaron en el suelo como las raíces del Árbol Sagrado. Inmóvil. Rugió, y su voz sonó gutural y rota, como venida del Yomi:
—¡Katon, Goukakyuu no Jutsu! —Inspiró una gran bocanada de aire, se llevó la diestra a la boca y formó un círculo con los dedos alrededor de sus labios, y entonces…
Estado de Haskoz
• PV:
36/150
–
-10
–
• CK:
46/60
–
+5
–
Sharingan activado Sello Maldito del Demonio Blanco liberado(1/8 turnos)
Estaba verdaderamente jodido, me dolían las heridas del abdomen más de lo que me gustaría. Además, había perdido mucha sangre, estaba todo el tatami bañado con ella.
Y encima el agujero que hice para nada...
Afortunadamente, Haskoz se metió una buena hostia contra el suelo. Por lo menos así sonó, después rodó y rodó. Parecía que jamás se levantaría del suelo, por una breve fracción de segundo se quedó inmóvil. Sin embargo, con un espasmo antinatural se incorporó, emanando un aura extraña, un aura viciada...algo chungo de cojones. En su mirada de ojos rojizos le invadió un semblante grotesco y apabullante. No estaba seguro de aquello pero, parecía ser otra cosa, otra persona.
Hostia puta, este tío es un bicho raro de esos que hacen cosas raras...
Fuera como fuere, tenía que acabar esto ya de una misera vez. Seguí con mi plan, correr hasta el y darle una o dos tundas...Ya debería caer el tío. A pesar de su pequeño cuerpo, era casi tan resistente como yo... algo digo de admirar. Ya lo tenía encima, ahora que estaba más cerca daba un poco de susto, pero pensé que sería una especie de farol de última hora para salvar su delicado culo. De repente, Haskoz además de tramposo, descubrí que era un marrano sin escrúpulos.
Y no va...¿Y me escupe?
Pues si, va el tío y me suelta un esputo en toda la geta. Maldita sea no veía un pimiento. -¡Colega eres un cerdo! Me quejé mientras me retiraba de los ojos aquello con ayuda de mis antebrazos. Joder, era tan espeso que parecía material de construcción, le debió salir del alma...pero que cosa más cerda...
Y bueno, ¿No dije tramposo? Haskoz aprovechó mi ceguera para hacer cosas malas, y vaya que si lo hizo...
—¡Katon, Goukakyuu no Jutsu! —
¡Mierda joder! Fue oír eso y corrí como un pollo sin cabeza, pero a pesar de eso...ya poco podía hacer. Ya costaba esquivar un Katon pudiendo ver, como para esquivarlo sin ver un carajo. Pues nada, en cuestión de segundos me invadió un fuego que parecía venir del mismísimo averno. Noté como me impactó, y la bola ígnea explotó en consecuencia, alcanzándome en todo mi cuerpo. No me quedó más opción que rodar para apaciguar las llamas, hacía muchísimo tiempo que nadie me dejaba tan jodido.
Joder, esto si que es un buen entrenamiento. Lo demás son mariconadas...
De repente, alguien irrumpió en el tatami, se trataban de todos los shinobis experimentados a los que les pedí amablemente que nos echaran un ojo por si la cosa se torcía. Eran muy guays esos shinobis, entraron a base de Sunshin no jutsu. Por mi parte noté agua que sirvió para ahogar las llamas que ahora cubrían mi cuerpo y el tatami, además de sentir un alivio de cojones. A Haskoz, lo agarraron entre cuatro y un quinto, un shinobi que parecía bastante anciano, con una mano hizo un extraño jutsu y después le dio un golpecito en la frente.
-¡Gogyō Fūin!
Justo después del toquecito en la frente, a Haskoz le apareció en su frente unos símbolos, y quedó dormido en un profundo, profundo sueño. Pasó a saber cuanto tiempo, hasta que despertó en una estancia muy diferente de dónde se encontraba. Parecía una cálida habitación ventilada e iluminada gracias a un sinfín de ventanas, en donde entraba la luz del sol con total libertad. Con innumerables camas, el lugar olía sin lugar a dudas a hospital. Cuando Haskoz se inspeccionó, todo estaba en su sitio, y las zonas doloridas de su cuerpo estaban debidamente tratadas. En otra cama estaba también Yoshi, con las heridas igual de tratadas, un enorme vendaje en su vientre destacaba sobre lo demás. En el resto de camas también habían otros combatientes que habían resultado heridos y estaban siendo atendidos por diligentes ninjas médicos que venían hasta aquí para practicar sus habilidades con los innumerables luchadores que resultaban heridos en el Valle de los Dojos.
Alguien con sus ojos hubiese sabido que aquellos no eran los sellos del Goukakyuu; alguien versado en katon, que los sellos necesarios para ese jutsu eran siete y no cinco; un tipo inteligente, que el último sello de todo ninjutsu impregnado en fuego terminaba en tigre y no en serpiente.
Pero aquel tipo no era ninguna de las tres cosas, y por eso no lo supo.
Sin embargo, actuó de una forma inesperada para el Demonio Blanco. Lejos de tratar de embestirle como el toro que era, como el macho alfa que estaba demostrando ser, optó por acobardarse de pronto y escabullirse como una rata asustadiza. Aquello le pilló a contrapié. Le había sobrevalorado, y ahora los sellos del kawarimi recién formados quedaron inútiles, así como su sorpresa. Su pequeña trampa.
Seis hombres acodados en una barra se rieron, y un séptimo tras ella. Parecían estar pasándoselo bien. Un público ameno. Pensaba ofrecerles un buen espectáculo, y darles un autógrafo una vez terminado. Un autógrafo único y personalizado para cada uno, utilizando la sangre de cada uno de ellos como tinta y el filo de un kunai como pluma.
Pero antes tenía que entregarle un billete de ida al Yomi al pequeño grandullón. Se llevó una mano a la cadera, y echó en falta su antigua ono. Tendría que conformarse con lo que tenía en el portaobjetos: un kunai; dos shurikens; hilo; y tres pequeñas bolitas de papel.
Su diestra sacó un shuriken y se lo lanzó sin miramientos, a la cara. A la boca. Los mejores regalos se daban allí, y al Demonio Blanco le gustaba hacer las cosas bien. Sus ojos, sin embargo, le dijeron que el tipo no aceptaría el regalo de buena gana, y, previendo hacia dónde se movería para tratar de evadirlo, lanzó una segunda estrella metálica. De nuevo a la cara. De nuevo a la boca. Quizá fuera repetirse, pero el Demonio Blanco era un tipo tradicional y antiguo, y opinaba que las buenas costumbres no debían perderse.
Así que lo repitió por tercera vez…
Estado de Haskoz
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Sharingan activado Sello Maldito del Demonio Blanco liberado(2/8 turnos)