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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#16
Yui asintió en silencio. Ahora que conocía el funcionamiento exacto de la técnica de Daruu, sus pensamientos iban tomando forma. Pensativa, se llevó una mano a los labios.

—Una técnica muy interesante, sí, señor —comentó para sí, seria. Una técnica heredada de su madre, una suerte de invocación inversa, que le permitía teletransportarse a cualquier parte de Ōnindo que hubiese marcado previamente con su sangre era una habilidad a tener en consideración, sobre todo en los tiempos que corrían—. Espero por tu bien que esa técnica no la conozcan otros shinobi, o al menos su funcionamiento. ¿Lo entiendes, verdad? Eso podría darnos ventaja en alguna situación, pero al mismo tiempo te pondría en peligro si llegara a oídos inconvenientes.

»Pero me preocupa lo que comentas. Si es cierto que tu técnica no falla nunca, eso quiere decir que algo ha debido pasarle a la marca que dejaste en la cabeza de Sumizu Kouta-sama. En el mejor de los casos, simplemente se habrá desgastado o borrado; pero, si nos ponemos en el peor escenario, algo podría haber ocurrido en el Valle del Fin. Tenemos que enterarnos, Amedama Daruu. Aquí tienes tu primera misión como Chūnin: ve al Valle del Fin y averigua qué pasó con tu marca. Regresarás a Amegakure sin perder un solo instante para dar tu reporte al respecto, ¿queda claro?

»Mientras tanto, yo iniciaré la operación... Matarratas
—dijo, esbozando aquella afilada sonrisa suya.
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#17
Espero por tu bien que esa técnica no la conozcan otros shinobi, o al menos su funcionamiento. ¿Lo entiendes, verdad? Eso podría darnos ventaja en alguna situación, pero al mismo tiempo te pondría en peligro si llegara a oídos inconvenientes.

Tuve el mayor cuidado posible de no revelar el funcionamiento a nadie más que a Kaido y a Ayame, pero...

»Pero me preocupa lo que comentas. Si es cierto que tu técnica no falla nunca, eso quiere decir que algo ha debido pasarle a la marca que dejaste en la cabeza de Sumizu Kouta-sama. En el mejor de los casos, simplemente se habrá desgastado o borrado; pero, si nos ponemos en el peor escenario, algo podría haber ocurrido en el Valle del Fin. Tenemos que enterarnos, Amedama Daruu. Aquí tienes tu primera misión como Chūnin: ve al Valle del Fin y averigua qué pasó con tu marca. Regresarás a Amegakure sin perder un solo instante para dar tu reporte al respecto, ¿queda claro?

»Mientras tanto, yo iniciaré la operación... Matarratas
—dijo Yui, esbozando aquella afilada sonrisa suya.


Daruu tragó saliva. Desde luego, Yui no era una mujer que quisieras tener como enemigo.

De modo que ahora tendría que hacer un viaje de un par de días al Valle del Fin. Cabe decir que no le hacía gracia alguna: en aquellos tres meses no había abandonado el País de la Tormenta, y el Valle estaba... en la frontera entre las tres villas.

Bien, se hará. —Inclinó un poco la cabeza—. Pero espere, por favor... Quiero comentarle algo más.

»Dejé una de mis marcas en el embarcadero de Uzushiogakure. Es una información que me gustaría que tuviera... en consideración. Nada más. Si me da permiso para retirarme, partiré inmediatamente hacia el Valle del Fin.
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
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#18
Daruu le reveló la última de sus cartas. La carta de una marca que el Chūnin había colocado estratégicamente justo dentro de la ratonera. Yui volvió a sonreír.

—Es bueno saberlo. Recemos a Amenokami que no se den cuenta o que no termine como la marca de El Valle del Fin —asintió, y le hizo una señal indicándole que podía marcharse en cuento así lo deseara. Sin embargo, justo antes de que Daruu terminara de salir del despacho volvió a llamarle una última vez—. Por cierto, Amedama. ¿Cómo le va a Aotsuki Ayame? —preguntó, seria.

Después de todo, había sido ella misma quien le había impuesto el castigo de no volver a salir de la aldea hasta que no lograra controlar sus emociones.
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#19
Daruu sonrió, y se sintió, de verdad, un poco más a gusto con Yui. Al parecer, había logrado caerle en gracia. Esperaba no hacer nada que estropease esa primera impresión de ella. Inclinó de nuevo levemente la cabeza y se levantó. Camino hasta la puerta y puso la mano en el pomo, y entonces la mujer llamó la atención del chico con una nueva pregunta. Daruu se giró lo suficiente para mirarla.

Heh —No pudo evitar reír—, se lo diré cuando la vea. Creo que no hace nada más que entrenar con Zetsuo, día y noche. —Suspiró. La verdad es que estaba empezando a echarla de menos, pero entendía que si no lograba convencer a Yui de que ya no soltaría el agarre de la correa del bijuu, no podría volver a salir de la aldea nunca—. Bueno. Espere mi regreso de aquí a dos días. Volveré con mi técnica, de modo que el viaje será más o menos rápido.

Si no se lo impedía, Daruu cerraría la puerta y se marcharía hacia el Valle, no sin antes pasar por casa y dejar una marca de sangre en la pared de su cuarto.
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
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